domingo, 14 de junio de 2015

Falta de transparencia fiscal / Por Félix Santana García

Por Félix Santana García
14 de junio de 2015.
El pasado viernes 12 de mayo del año que discurre el Departamento de Estado de los Estados Unidos volvió a criticar al Gobierno Dominicano debido a que éste no presenta transparencia presupuestaria al incluirla en una lista de países que violan años tras años los estándares mínimos fijados por Estados Unidos sobre publicación sustancial y fiable relativa al Presupuesto General del Estado.
El informe sobre transparencia fiscal de dicho Departamento de Estado que examina a 140 países, del 17 de enero al 31 de diciembre de 2014, destaca la falta de control en los excesivos gastos de la Presidencia de la República Dominicana.
En dicho informe se critica acremente las abultadas asignaciones presupuestarias para la Presidencia que supone el 9% de todo el presupuesto anual y reseña que los gastos de inteligencia no se someten a control civil.
Así mismo, dicho informe subraya que en el Presupuesto General del Estado para el presente año 2015, la partida de la Presidencia de la República ascendente para el presente año a RD$46,124 millones, es mayor que la del Ministerio de Interior y solo es superada por los Ministerios de Sanidad y de Educación.
Realmente, el contenido de dicho informe no es sorpresa para los dominicanos ya que se sabe que muchas cifras de las políticas monetaria y fiscal son continuamente maquilladas a los fines de dar a conocer a la nación y al resto del mundo de que todo marcha viento en popa en la República Dominicana.
Y que las autoridades dominicanas son las que más saben de asuntos económicos y financieros y de que el partido en el gobierno siempre tiene la varita mágica para resolver cualquier en tuerto que pueda surgir, mientras muchos países aún no han salido de la crisis financiera e hipotecaria del año 2007 que todavía afecta a los Estados Unidos y Europa.
Esa falta de transparencia es cómplice de maniobras turbias tanto en la formulación como en la ejecución presupuestal, mediante la cual se esconden muchos actos de corrupción que disminuyen al grado sumo las posibilidades de mejor calidad de vida de los dominicanos.
El hecho mismo del que el país carece de un presupuesto por resultados a través del cual se evaluaría la ejecución misma del presupuesto desde el punto de vista de los logros alcanzados conforme los objetivos y metas previamente formulados es motivo de que no se conozca con lujo de detalles en que se aplican los recursos que financian el Presupuesto General del Estado.
Más aún cuando no se deposita confianza en los organismos encargados de supervisar y fiscalizar (Contraloría Genera y la Cámara de Cuentas de la República) el uso apropiado de las recaudaciones, donaciones y préstamos que las autoridades manejan a manos sueltas sin que un Congreso llame  la atención  a las autoridades en el uso indebido de los recursos.
Es por ello, que el pueblo dominicano carente de cultura financiera y económica así como lleno de necesidades básicas, sea engañado con estadísticas alejadas de la realidad y que no obstante ser recursos extraídos de sus propios bolsillos producto de realizar labores de baja calidad es una nación que se mantiene al borde de ser un paciente permanentemente anestesiado por las dádivas otorgadas, lo que le impide manifestarse con todas las agallas en defensa de su sudor.
Pueblo humilde, pueblo trabajador que desde muy temprano se incorpora de su cama a buscar el pan de cada día haciendo esfuerzos indescriptibles para que un grupito se enriquezca cada día más.
No pasa mucho tiempo cuando se publican nuevas informaciones relativas a desfalcos, desviaciones de fondos, gastos innecesarios, cobros de comisiones, compra de voluntades, encubrimiento de fondos aplicados en actividades no presupuestadas y compra de tránsfugas de un partido de la oposición hacia el gobierno. Acciones reñidas con las leyes y las buenas costumbres de la nación dominicana.
No hace ni una semana cuando ya se anuncia un nuevo escándalo  en el que se ve envuelto un ministerio de reciente creación, enmarcado en el capítulo presupuestal denominado Poder Ejecutivo, haya sido objeto de gastos alegres de su exiguo presupuesto de unos RD$836 millones de los cuales sin antes cumplirse el primer semestre del año haya sido víctima de una ejecución presupuestal por encima del 50% y esté presentando déficit en muchas de sus cuentas.
Pero nada pasa, no obstante la Ley Orgánica de la Dirección General de Presupuesto No. 423-06 contempla penalidades para estos casos, pues colmo no se le solicita cuenta al incumbente pasado acerca de su patrimonio personal para conocer, con cuánto dinero inicio sus funciones y con cuánto finalizó las mismas.
En un país donde no se rinden cuentas acerca de una función pública desempeñada y donde nada es nada, el informe del Departamento de Estado sobre falta de transparencia fiscal de la República Dominicana no representa  sorpresa alguna para los dominicanos y el resto del mundo, pues tal como decía Juan Pablo Duarte, Padre de la Patria (1844): "Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones".

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