¿China podría dar ayuda financiera a Rusia?
Es probable que asista a su socio de manera parcial, pero sobre todo intentará aprender de los errores de Putin
7 de abril de 2022
The Economist
hay que creerles a los diplomáticos de China, las relaciones de su país con Rusia son “sólidas como una roca” y la amistad entre Xi Jinping y Vladimir Putin “no tiene límites”. Y las sanciones económicas de Occidente están a punto de poner a prueba esas palabras: Rusia necesita urgente un salvavidas económico y financiero, y le gustaría que China fuese su canal para seguir comerciando con el resto del mundo. China, sin embargo, tiene que encontrar un delicado equilibrio entre ayudar a Putin a plantarse frente a su enemigo común, Estados Unidos, y preservar su propio acceso al sistema financiero global. Y para desgracia de Putin, la asistencia financiera de China será seguramente y en el mejor de los casos, limitada.
Aunque en las votaciones de la ONU China se abstuvo de condenar a Rusia por la invasión a Ucrania, su apoyo a nivel discursivo ha sido mucho más rotundo. El 7 de marzo, mientras se acumulaban las bajas civiles, el ministro de relaciones exteriores chino, Wang Yi, destacó a Rusia como “el socio estratégico más importante” de su país. Y hace menos de dos meses que Xi y Putin anunciaron una nueva era en las relaciones de sus países. Además de cuidar sus relaciones con Rusia, es probable que China también esté buscando socavar la legitimidad de las sanciones como herramienta de la política occidental, ya que han sido utilizadas en su contra por la situación en Hong Kong y Sinkiang. Las empresas chinas podrían detectar una oportunidad para entrar en Rusia a medida que las occidentales, como McDonald’s y Shell, abandonan el país. Bloomberg News dice que algunas empresas chinas están a la caza de activos energéticos baratos.
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Esta hermandad antiembargo, sin embargo, enfrenta a varios problemas. Las capacidades técnicas de China no sustituyen a las de Occidente. El sistema de pagos chino, CIPS, tiene un alcance global limitado, bajos volúmenes de transferencias, y depende del envío de mensajes a través de Swift, la red europea de la que ahora están excluidos algunos bancos rusos. Otra dificultad es que las multinacionales chinas con presencia legal en los países aliados de Occidente podrían caer dentro del régimen de sanciones existente. Los bancos internacionales de China son cautelosos. Volvo —con sede en Suecia pero propiedad de una empresa china— y TikTok —administrada desde Singapur pero de propiedad china— ya han suspendido algunas de sus operaciones en Rusia.
Hasta las empresas chinas sin presencia legal en Occidente podrían verse afectadas por “sanciones secundarias”, que apuntan a los terceros países que brindan ayudan al destinatario original del castigo. Estados Unidos aún no ha usado esta arma en el caso de Rusia, pero podría hacerlo. De hecho, los bancos chinos que comerciaban con Irán y Corea del Norte ya fueron sancionados por Estados Unidos.
En función de todo esto, lo más probable es que la ayuda de China a Rusia sea poco entusiasta. Tal vez Pekín decida justificarse en base a sus acuerdos comerciales vigentes con Rusia, con la esperanza de que Estados Unidos lo tolere. El principal de esos acuerdos es energético. En 2020, China recibió el 32% de todas las exportaciones de crudo ruso y el 17% de sus exportaciones de gas natural licuado. China también puede realizar transacciones comerciales y financieras a través de bancos más pequeños que no tienen presencia legal en Occidente, utilizando rublos y yuanes en lugar del dólar. Además, puede otorgar al banco central de Rusia acceso a sus tenencias de yuanes. Por último, China probablemente intentará limitar la escala de los volúmenes comerciales y los flujos de pagos, para evitar una confrontación directa con Estados Unidos.
Los funcionarios chinos tendrán que hacer malabarismos entre varias prioridades. China quiere que Rusia sobreviva a las sanciones para que Estados Unidos y a sus aliados aprendan que no son una herramienta mágica, pero al mismo tiempo está ansiosa por limitar los daños colaterales que puedan sufrir los intereses chinos.
Mientras tanto quieren aprender de los errores de Rusia. Si Rusia y Estados Unidos terminan a los golpes, China quiere que su sistema financiero esté blindado. Para lograrlo, piensa mejorar su sistema de pagos y diversificar sus 3,2 billones de dólares de reservas en cuentas y monedas occidentales, para invertir, por ejemplo, en materias primas. Pekín podría hacer que las empresas y los gobiernos extranjeros emitan más valores en el mercado de capitales de la propia China, lo que generaría una nueva masa de activos que China podría comprar. A Rusia le quedaría la esperanza de un rescate financiero chino, pero la prioridad de Pekín será aprender de Rusia como un verdadero caso testigo de fracaso.ß
The Economist
https://www.lanacion.com.ar/economia/comercio-exterior/china-podria-dar-ayuda-financiera-a-rusia-nid07042022/
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