Preguntas y respuestas clave sobre la crisis de los niños migrantes en Estados Unidos
¿Por qué se separa a familias? ¿Cuántas han sido afectadas? ¿Qué hacían Obama y Bush?
Washington
El Gobierno de Donald Trump sufre una mayúscula crisis política por su polémica directiva de separar a padres e hijos inmigrantes cuando cruzan ilegalmente la frontera de México a Estados Unidos. Estas son las principales claves de la política:
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¿Por qué se está separando a niños de sus padres o familiares adultos en la frontera?
No hay ninguna ley que obligue al Gobierno, como falsamente afirma Trump, a romper familias. La política de separación de padres e hijos inmigrantes indocumentados se debe a un cambio de criterio del fiscal general anunciado el pasado abril y que impone la “tolerancia cero” a las llegadas ilegales al país. Cualquier adulto que trate de entrar en Estados Unidos de forma irregular y sin los procedimientos correctos de asilo se considera un delincuente y se le procesa judicialmente como tal, aunque no tenga antecedentes penales. Como los menores no pueden ingresar en prisión, son separados. Un juez determina si los padres y los hijos son deportados o pueden quedarse en EE UU. La inmensa mayoría de inmigrantes indocumentados son centroamericanos.
¿Cuántos niños han sido separados?
No hay cifras completas. Entre el 19 de abril y el 6 de junio, 2.033 niños fueron separados de sus padres al tratar de entrar de forma irregular en EE UU en cruces fronterizos, según estadísticas obtenidas por la agencia Associated Press. En abril, hubo 55 separaciones y en marzo, 64. De octubre de 2016 a febrero de 2018, hubo cerca de 1.800 separaciones, según la agencia Reuters.
¿Rompían Barack Obama y George W. Bush a las familias?
Los dos predecesores directos de Donald Trump, el demócrata Barack Obama y, antes que él, el republicano George W. Bush, afrontaron repuntes de inmigración irregular y endurecieron las condiciones, pero ninguno extendió esta política de separar a los menores. Hasta 2006, era común que la policía migratoria detuviera por separado a padres e hijos, según un informe del American Immigration Council. Ese año el Congreso instó a liberar a las familias o mantenerlas juntas bajo custodia.
En 2005, Bush inauguró la política de “tolerancia cero” a través de un programa, Operación Streamline (Optimización), que suponía el procesamiento criminal para los sin papeles, con juicios rápidos y, a veces, grupales. Sin embargo, los inmigrantes con niños se beneficiaban de excepciones. Obama se acogió a este programa en algunos momentos, pero no solía procesar a los que entraban por primera vez y mantenía a las familias unidas excepto en casos puntuales de tráfico de drogas o graves antecedentes penales.
¿Qué pide Trump al Congreso?
El presidente de EE UU quiere que los legisladores se pongan de acuerdo para sacar adelante una nueva legislación migratoria más restrictiva, no solo contra la inmigración irregular, sino también contra la legal. Reclama también que las Cámaras doten un fondo de unos 25.000 millones de dólares para sufragar la construcción de un muro en la frontera de México, que constituye una de sus promesas estelares. Como hizo con los jóvenes migrantes que llegaron ilegalmente siendo niños pero han crecido en EE UU (los llamados dreamers, soñadores), Trump usa ahora el drama de los menores separados como forma de presión para lograr la reforma migratoria que desea.
¿Cuáles son los resquicios legales de los que se queja Trump?
La Administración se queja de una norma aprobada unánimemente en 2008 por el Congreso en los últimos días del Gobierno del republicano Bush. La ley buscaba evitar el tráfico de niños y obliga a liberar, del “modo menos restrictivo”, de un centro de detención policial a los menores inmigrantes que han llegado solos a EE UU mientras se les busca una familia de acogida. También impide la deportación inmediata de menores indocumentados que no sean de Canadá o México. Pero no dice nada de la separación de padres e hijos.
Por otra parte, los tribunales limitan a 21 días el tiempo que una madre puede estar con su hijo en un centro de detención. Al separar a las familias, ese límite ya no existe. El Gobierno también se queja de que las leyes de asilo son demasiado generosas y propician un efecto llamada.
¿Por qué critica el presidente a los tribunales migratorios?
Casi 700.000 casos están atascados en los juzgados de inmigración a la espera de ser resueltos. En 2009, eran unos 225.000 casos. Los tribunales de inmigración dependen del Departamento de Justicia, es decir, forman parte del poder ejecutivo no judicial. El Gobierno de Trump quiere acabar con esos retrasos. En octubre entrará en funcionamiento un sistema de cuotas que requerirá a los jueces que completen 700 casos al año y que menos del 15% de sus decisiones sean devueltas por un tribunal superior.
La lentitud judicial conlleva que algunos de los inmigrantes tengan que esperar varios años hasta que se fije una fecha para el juicio que decidirá si serán deportados o no de EE UU. Normalmente, durante ese intervalo de tiempo, se les autoriza a estar en libertad supervisada y trabajar en el país para poder tener recursos de subsistencia y porque es mucho más económico que mantenerlos bajo custodia, pero los republicanos se quejan del riesgo de que los inmigrantes no se presenten a juicio.
¿Cuál es el proceso que sigue un menor al llegar a la frontera?
Un menor de edad, haya llegado solo a la frontera o haya sido separado de sus padres al entrar a EE UU, puede pasar un máximo de 72 horas en un centro policial. Tras ese plazo, pasa a estar bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios Sociales, que debe buscarle una familia de acogida, en muchas ocasiones un familiar en el país. Hasta que es trasladado a una familia, el niño vive en un albergue para menores subcontratado por Servicios Sociales, donde está de media 56 días. El Gobierno tiene bajo custodia a 11.351 menores inmigrantes en un centenar de centros, según los últimos datos.
¿Cuáles son los 1.500 niños ‘perdidos’?
A los pocos meses de haber sido transferidos a familias de acogida, Servicios Sociales reconoció en abril haber perdido la pista de 1.475 niños que habían llegado completamente solos a EE UU. El motivo es que los tutores no contestaron al teléfono. Hay quienes esgrimen que no responden porque la mayoría de familiares son inmigrantes indocumentados que temen ser deportados o porque quieren evitar que los chicos se presenten ante el juez. Numerosas organizaciones sociales y políticos urgieron al Gobierno a mejorar sus controles.
¿Ha crecido la llegada de inmigrantes indocumentados?
Sí. En los primeros meses de presidencia de Trump, se desplomaron los arrestos de inmigrantes tras cruzar ilegalmente la frontera. Pero esa tendencia ha terminado. Mayo de 2018 fue el mes con más arrestos de inmigrantes, una vez cruzada la frontera, en los 16 meses de mandato del republicano. La policía fronteriza detuvo a 51.912 personas procedentes de México, más del doble de los 19.940 arrestos de mayo de 2017. Por tercer mes consecutivo, las aprehensiones se mantuvieron por encima de las 50.000 y siguen al alza. La cifra de mayo, sin embargo, se mantiene por debajo de los 55.442 arrestos en ese mismo mes de 2016 y los 68.804 de 2014, bajo el Gobierno de Obama, cuando hubo una oleada de menores que viajaban solos a EE UU.
¿Están los menores encerrados en jaulas?
No exactamente. En los últimos meses, ha circulado en redes sociales una fotografía de la agencia AP de dos niñas inmigrantes tumbadas en el suelo en una pequeña sala con rejas metálicas. Sin embargo, la fotografía es de junio de 2014 en un centro de detención en Nogales (Arizona) cuando el Gobierno de Obama trataba de dar respuesta a la llegada masiva de menores inmigrantes que viajaban solos o acompañados a EE UU. Inicialmente, la Administración trató de mantener a las familias juntas en centros de detención especiales pero un juez de California dictaminó que eso violaba la prohibición de tener a menores en instalaciones similares a una cárcel. Entonces, el Gobierno decidió liberar a las familias mientras esperaban dentro de EE UU a su vista judicial.
El pasado domingo, la policía fronteriza difundió fotografías de un centro de detención en McAllen (Texas) donde están los inmigrantes en los primeros días tras ser aprehendidos en la frontera. Las imágenes muestran grandes salas con rejas en las que aparecen niños tumbados en el suelo y otras salas con adultos y menores juntos.
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