AMÉRICA LATINA
Observación electoral UE-Paraguay: “Ya no hay bolsitas con dinero sucio”
Paraguay vota el 22 de abril. DW habló con la jefa de la Misión de Observación Electoral de la UE, que también estuvo presente allí en 2013. ¿Ha habido avances desde entonces?
Desde hace un mes están en Paraguay los primeros 34 miembros de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea. Hasta la jornada electoral, 90 serán los observadores y especialistas que la integren, inluyendo una delegación del Parlamento Europeo. Es la segunda vez consecutiva que la UE observa el proceso electoral paraguayo. DW conversó con Renate Weber, jefa de la MOE, en 2013 y en 2018.
DW: Usted fue jefa de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea enviada a Paraguay en 2013, después de la crisis política por la destitución de Fernando Lugo. Después del informe correspondiente, hizo la visita de seguimiento, en 2015. ¿Cómo evolucionó la situación en Paraguay entre el 2013 y el 2015?
Renate Weber: Lamentablemente no hubo mucha transformación en cuanto a las reformas que había que hacer, en cuanto a leyes, en el sistema electoral. Había una intención bastante fuerte por parte del Tribunal Superior de Justicia Electoral, que hizo un borrador para un nuevo código electoral. Pero el Parlamento no lo discutió.
Cuando hicimos el seguimiento al informe, en 2015, detectamos apertura por parte de varios actores, pero no por parte del Parlamento. Habríamos querido poner en marcha proyectos en los temas en mi opinión más fáciles, como la participación de la mujer y los pueblos indígenas. Pero tampoco en eso se avanzó.
Sí se ha hecho enmiendas en cuanto al financiamiento de partidos políticos y campaña para limpiar la penetración de dinero en el mundo político. Pero por lo que he visto en informes parciales, parece que faltan los mecanismos para implementar estas enmiendas. Para nosotros, como misión de observación, será muy interesante ver qué hay detrás de las acusaciones de financiamiento de campañas a través de dinero proveniente del crimen organizado en general.
Más que avalar elecciones, las MOE de la UE ofrecen un análisis crítico del sistema. Para ello cuentan, por ejemplo, con un instrumento para recoger quejas y reclamaciones. ¿Cómo funciona esto en Paraguay?
Este asunto estuvo en nuestras recomendaciones de 2013. La verdad es que en Paraguay el mecanismo relacionado con las quejas es bastante frágil. Aunque el Tribunal Superior de Justicia Electoral está bastante bien y el pueblo tiene confianza en él, no ofrece mecanismos para resolver las quejas. Esta sería una de las reformas necesarias que querríamos ver implementadas.
¿Es normal que haya dos Misiones de Observación Electoral consecutivas?
Me parece importante recalcar aquí el porqué de que volvamos. No es sólo porque las autoridades paraguayas nos hayan invitado, sino porque parece que en este momento hay una apertura para seguir las recomendaciones que hagamos. Imagino que algunas de ellas serán iguales a las del 2013. Otras reflejarán el desarrollo habido en estos cinco años y el actual proceso electoral.
Hay que decir que ha habido un cambio muy importante: la inclusión de elecciones primarias generalizadas. Éstas, según muchas fuentes, son muy importantes en Paraguay. Antes cada partido las organizaba a su manera. Ahora no, y la verdad es que las primarias fueron buenas. Participó el Tribunal Superior. Esto ha mejorado. Por todo esto es importante que volvamos a Paraguay.
En el informe del 2013 se recogió la diferencia casi abismal que existe en los métodos de sufragio entre la ciudad y el campo. ¿Ha habido avances en este sentido?
La verdad es que la sociedad paraguaya está bastante dividida entre las ciudades - incluso las más pequeñas- y el campo. Así es, por ejemplo, que la "compra de votos” –un deporte nacional, en mi opinión- es mucho más fácil en las zonas rurales. También porque las poblaciones rurales no tienen mucho interés en el acontecer político, pues no creen que en su voto esté el cambio de su situación.
Por otro lado, será importante ver cuando se constituyan las mesas si ha habido cambios: en 2013 recuerdo varias quejas sobre su composición. Había un solo partido porque los otros no habían tenido capacidad para enviar a sus representantes. Ahora tenemos sólo dos grandes partidos: el partido Colorado y la Alianza Ganar. Dado que es una alianza, probablemente será más fácil coordinarse para tener más gente.
En 2013 fue problemático también el acceso de las poblaciones rurales al sufragio. En un país como Paraguay, que tiene recursos, las mesas electorales no llegaron a todos lados…
Paraguay tiene recursos sí, pero tiene una infraestructura bastante mala. Para acceder a las mesas desde ciertos lugares hubo que caminar 20 horas. Vamos a ver si han ampliado el número de recintos electorales para que sea más fácil. La infraestructura falta en varias regiones de un país que tiene un campo con poblaciones muy aisladas. Es un problema.
En cuanto a indígenas y mujeres, ¿qué recomendó la MOE hace cinco años?
Recomendamos la inclusión de las mujeres en las listas, no su parte inferior, sino un sistema paritario. Pero no ha funcionado. Si bien han tratado de hacer algunos cambios. En la visita de seguimiento tuvimos una muy buena reunión con la ministra de Asuntos de La Mujer. Pero si falta la voluntad política, una persona no puede cambiar todo. Esta vez las listas tampoco serán inclusivas, menos aún en lo que se refiere a la población indígena.
Una gran crítica que siempre se hace a las misiones electorales es que a pesar de que se detectan fallos, como la compra de votos en Paraguay, se avalan los resultados…
Entiendo la crítica, pero no estoy de acuerdo. Una MOE de la UE, que tiene la metodología más sofisticada, hace una evaluación completa. No es solamente detectar cuántos votos han sido comprados y si esto afecta el resultado o no. Nos interesa muchísimo el tono de la campaña, las acusaciones, los temas, los debates, la financiación de partidos. Es un avance que en estas elecciones todos los aportes a la campaña han tenido que ser bancarizados; no más bolsitas con dinero sucio.
Por todo esto, lo más importante para la MOE –con sus observadores a largo y corto plazo- es detectar a través de la campaña y de las asambleas electorales, si el resultado del voto refleja la voluntad de los ciudadanos. Problemático es si no lo hace. Ese no fue el caso en Paraguay. No puedo saber cuál va a ser nuestro informe final, pero nada de la historia reciente paraguaya nos induce a pensar que de la jornada electoral saldrán resultados en contra de la voluntad popular.
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- Fecha 12.04.2018
- Autor Mirra Banchón
- Temas Paraguay, Especiales DW
- Palabras clave #DWespeciales, Paraguay, elecciones, Renate Weber, MOE, Misión de Observación electoral, Partido Colorado, Alianza Ganar
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