EN DIRECTO
Evitemos acuerdos sin construcción de consenso
Este nuevo paradigma en esencia establece que no existe una verdad única y excluyente, que se requiere hacer un acercamiento a la decisión óptima para el interés público a través de la calidad del diálogo y la deliberación.
08/09/2021, 12:00 AM
Nelson Espinal Báez @NEspinalBaez
Contrario al resto de América Latina, nuestras élites han demostrado tener vocación de negociación y diálogo para pactos y acuerdos. El gran déficit en nuestro país ha sido de legitimidad de la negociación política, no de su efectividad.
Me explico, hemos tenido “mucho acuerdo” y “poco consenso”. Hemos tenido muchos acuerdos de nuestras élites que no siempre han generado consenso y confianza en la ciudadanía, por la no inclusión de grupos representativos del resto de nuestra sociedad, incapaces de articularse por sí mismos en los diálogos públicos, reconociendo, no obstante, que muchos pactos han abordado temas trascendentes para esa misma ciudadanía, pero que desde los distintos gobiernos no se ha sabido construir la legitimidad política necesaria para que nuestra ciudadanía se apropie de ellos y por tanto, confíe en nuestros acuerdos y reformas.
Uno de los factores que lo explican, es la limitada participación. La clave es encontrar un balance entre la efectividad de la negociación y la legitimidad de la deliberación. Y ese balance no ha sido la norma en República Dominicana, aunque sí hay precedentes de efectividad y legitimidad.
Cuando hablamos de negociaciones políticas, la teoría de negociación no te dice por sí misma quién se lleva el valor creado y distribuido. La pregunta determinante, en consecuencia, es si ese valor se lo llevan exclusivamente las élites participantes, dejando fuera grandes de sectores de la ciudanía.
Igualmente, la otra pregunta que debe hacerse es si los acuerdos alcanzados benefician y garantizan el interés público, tema central que no se le debe olvidar nunca a un político.
Para asegurar esto, debemos trabajar conjuntamente con la efectividad de las negociaciones, la calidad de las deliberaciones y el diseño del diálogo. Esto ha sido enfatizado en la teoría política contemporánea por Jürgen Habermas, así como por los politólogos Jean Cohen y Andrew Arato, entre otros. Se trata de asumir un paradigma, donde se reconoce que nadie tiene a priori, la verdad sobre lo que es el interés público. No hay una sola persona, organización o institución, que pueda asumir la verdad absoluta de lo que sí es bueno; lo que sí podemos saber es si la decisión que se está tomando es producto de un diálogo democrático, inclusivo y de una deliberación de calidad o no.
Este nuevo paradigma en esencia establece que no existe una verdad única y excluyente, que se requiere hacer un acercamiento a la decisión óptima para el interés público a través de la calidad del diálogo y la deliberación. A estos fines, debemos ver cómo se construyó la decisión, es decir, si la participación y la suscripción del proceso fue de calidad o no.
Hay calidad de deliberación cuando los ciudadanos tienen igual capacidad de participar libre y equitativamente, ya sea vía instituciones o a través de sus representantes en el intercambio recíproco y reflexivo en la construcción conjunta del interés público.
El denominado triángulo de satisfacción debe ser abarcado por completo, para que el proceso sea de calidad:
1. Arriba, en el triángulo, están las elites políticas y sectores productivos.
2. En el medio del triángulo los grupos de presión, ONG, sociedad civil organizada, universidades y lideres de opinión.
3. Y en la base del triángulo, organizaciones de base de la sociedad y gremios, incluyendo sectores representativos comunitarios, según el tema abordado.
Un proceso de construcción de consenso eficiente y legítimo exige la representación y participación de las tres dimensiones. La democracia representativa se complementa con la democracia deliberativa, precisamente por el cumplimiento de estos procesos y métodos.
Igualmente, para garantizar la calidad del proceso se necesita generar:
- La participación ciudadana.
- Los espacios de reflexión donde los legisladores conversen con los ciudadanos y
- Los procesos tradicionales del Congreso, así como audiencias públicas vía medios de comunicación, con la inclusión de los expertos en los distintos temas para que ayuden a entender los contenidos que se están negociando y dialogando. El objetivo no es solo generar consenso puro y simple, sino construir un consenso bien informado.
Esto último debe ir de las manos con una comunicación pedagógica que procure información y formación sobre los temas en discusión, pues se trata de arribar acuerdos implementables, mediables y preferiblemente monitoreables.
https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/evitemos-acuerdos-sin-construccion-de-consenso-LP28631183
https://twitter.com/NEspinalBaez/status/1435565620624515072?s=20
No hay comentarios.:
Publicar un comentario