domingo, 22 de julio de 2018

Las universidades dominicanas solo tienen el 0.31% de los profesores a tiempo completo

REPORTAJES
Las universidades dominicanas solo tienen el 0.31% de los profesores a tiempo completo
Utilizan 18,809 docentes para formar a 480,103 estudiantes en 49 centros, según el MESCyT
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Panky Corcino
Por: Panky Corcino Santo Domingo0 19 de julio, 2018
“Aquí tú tienes un profesor en la UASD que tiene 40 horas (de docencia a la semana) y va y te cruza a Utesa y te da 20 y luego te cruza a la Católica y te da diez. Y entonces te da 70 horas de clases a la semana, y yo digo que al final lo que da es pena, no clases”.
Rafael González, viceministro de Educación Superior, reflexiona sobre el cuerpo docente con que cuentan las universidades ddominicanas y el hecho de que en su mayor parte los profesores tienen que recurrir al pluriempleo para poder aumentar sus ingresos.
El último informe divulgado por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), apunta que para 2015 República Dominicana contaba con 18,809 docentes en 49 academias que contaban entonces con una matrícula de 480,103 estudiantes.
“De ese cuerpo docente, la forma de contratación del 79.9% es por hora; el 7.2% a medio tiempo y el 12.1% está dedicado a enseñar a tiempo completo”, afirma el MESCyT. “Apenas el 0.31% tiene dedicación exclusiva”, resalta la dependencia estatal.

Una de las razones por la que resulta tan elevado el número de docentes por contratación se debe a que la mayoría de las universidades dominicanas son privadas, apunta González. “Públicas solo tenemos como cinco o seis, incluyendo la de las Fuerzas Armadas y la de la Policía Nacional, y ahí es donde se tiene la mayor cantidad posible de profesores contratados a tiempo completo, no a tiempo exclusivo, que son dos cosas diferentes”.
Recuerda que los educadores que laboran a tiempo completo en una academia (12.1%), pueden impartir algunas asignaturas en otra, pública o privada.

Explica que en América Latina se cuestiona que las universidades privadas aumentan como resultado de, según algunos argumentos, la deficiencia del sector público. Además, por el hecho de que las academias estatales imparten carreras tradicionales, mientras el mercado laboral y el mundo científico demandan formación en otras profesiones que el sector privado aprovecha y oferta.
“Entonces, el sector privado no contrata a tiempo completo, salvo el personal de planta, digamos, decanos, directores…, pero los docentes como tal los contrata de los que están vinculados al ejercicio profesional”. Resalta que esto ofrece una ventaja porque el profesional en ejercicio aporta a las aulas experiencias frescas, aunque sin una mayor dedicación a la enseñanza y al área de investigación desde el recinto académico.
El profesor Enrique Sánchez Costa, coordinador del Doctorado en Estudios del Español: Lingüística y Literatura de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) advierte sobre la multiplicación de las universidades privadas enfocadas en “atender la creciente demanda estudiantil”.
“Junto a muchas universidades privadas de calidad, también abundan las que son solo expedidoras de títulos de licenciados; universidades dedicadas a la docencia intensiva, movidas por el afán de lucro y ajenas a los criterios más básicos de calidad académica”, dice Sánchez Costa, en el artículo “Retos de la Educación Superior en América Latina: el caso de República Dominicana”, difundido en el volumen 42, número 1 (2017), de la revista Ciencia y Sociedad, que edita el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

Inestabilidad laboral

Para el profesor Faustino Collado, de la Facultad de Economía de la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), los datos reflejan “la inestabilidad laboral del ejercicio docente”.
“Es cierto que algunos de estos docentes obtienen en la práctica una ocupación completa de cuarenta o más horas a la semana, pero, junto a los que apenas obtienen de diez a quince horas a la semana, le representa la referida inestabilidad, llevándolos a emplearse en otras labores o en otras universidades”, lamenta. Sostiene que a los docentes bajo contratación, “con ese empleo precario, les son negados o conculcados derechos laborales y sociales, como el preaviso, cesantía, seguro médico, salario de Navidad, al argumentarse que no son empleados fijos”.
Mientras, Sánchez Costa Indica en su artículo: “Uno de los problemas que experimenta la docencia universitaria en América Latina (igual que sucede, de modo creciente, en Norteamérica y Europa) es la precariedad laboral de los profesores. El 80% de los profesores de educación superior en América Latina (el 82,5% en República Dominicana, según datos del año 2011) tienen contrato a tiempo parcial”.
“Las universidades, por motivos económicos, rehúyen los contratos de tiempo completo (que implican un puesto laboral y una remuneración estables, un despacho de trabajo, unos beneficios sanitarios y educativos, etc.)”, dice. “Estas universidades prefieren –utilizando un término empresarial– externalizar su docencia, recurriendo a profesores sin contrato fijo y, por tanto, prescindibles en términos académicos y laborales”.
Señala como natural que, en consecuencia, los profesores contratados a tiempo parcial, “no se sientan identificados con la institución y, a menudo, no estén motivados en su docencia. Al fin y al cabo, ¿qué vocación profesional auténtica se desarrolla a tiempo parcial y de modo intermitente?”, pregunta.
“Solo por medio de profesores apasionados con la docencia e identificados con su universidad puede una institución tejer una identidad corporativa reconocible desde el punto de vista académico y humano”, señala.
También para Faustino Collado la forma en que las universidades contratan a su personal genera un perjuicio social para la calidad de la educación dominicana.
“El hecho de que solo un 12% esté contratado a tiempo completo y apenas un 0.32% a dedicación exclusiva, dice que las universidades dominicanas, en general, no pueden implementar con éxito planes educativos de largo plazo, ni proyectos de investigación científica permanentes, pues no cuentan con un banco de recursos humanos que le garantice la continuidad”.
Por: Panky Corcino Santo Domingo0 Compartir19 de julio, 2018
“Resulta que sin esa continuidad en la formación de los recursos humanos, en la innovación y la invención, que generalmente, necesita de 5 a 10 años para darle solidez, como ha puesto de manifiesto el destacado psicólogo norteamericano Howard Gardner (Mentes Creativas, 2001), no es posible avanzar en nuestro país”.

Mejorar contratos

Enrique Sánchez Costa aboga por mejorar “los contratos laborales docentes”. “Tras un tiempo prudencial de prueba, se debería ofrecer a los profesores un contrato de tiempo completo o, al menos, de medio tiempo. Y, una vez la universidad hubiera ofrecido esos beneficios contractuales al profesor, estaría en condiciones de pedirle reciprocidad en su entrega; de exigirle la máxima implicación en la vida departamental, en las actividades docentes, en la atención a los alumnos, en su formación continua y, ante todo, en su investigación y en su docencia”.
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