miércoles, 15 de agosto de 2018

Educación en Singapur


Educación en Singapur

https://youtu.be/t6e1LLbk-xY
¿MODELO EDUCATIVO DE SINGAPUR? VA A SER QUE NO
PUBLICADO EL 13 mayo, 2018 por Javier Delgado
Tras ver el reportaje que La Sexta emitió en la noche del pasado jueves 10 de mayo sobre la educación en Singapur como principal apuesta del pequeño país asiático y modelo exportable a todo el mundo, quisiera compartir algunas reflexiones.
Empecemos por los datos que considero más positivos. Empecemos por las cuentas, que, por lo visto, tan bien se les dan a los muchachos del Singapur del presente y del futuro. Se nos dice que la inversión que el país destina a educación es del 20 %, frente al menos del 10 % que le dedica España. Si las matemáticas no me fallan, eso significa que invierten más del doble que nosotros. Sigamos. Un profesor de primaria (¡de primaria!) cobra un sueldo equivalente a lo que cobraría un ingeniero aeronáutico o un abogado. Además, al profesor se le respeta dentro y fuera de las aulas. Se aprecia su labor como garante del futuro de las nuevas generaciones. Cuando el profesor entra en el aula, los alumnos se levantan y lo saludan a coro. Sin llegar a tanta ceremonia, explicable por la cultura y tradiciones de países como el que nos ocupa, mostrar algo más de respeto hacia los profesores españoles no nos vendría nada mal. Un respeto general, que proceda del conjunto de la ciudadanía y no sólo del alumnado. Digo yo que, entre el excesivo ritual asiático, y la actual situación de vulnerabilidad del profesorado español, expuesto a agresiones físicas y verbales casi a diario en numerosos institutos de nuestra piel de toro, incluidos los intentos, por suerte fallidos, del gobierno para culpabilizarlos en exclusiva por los pésimos, y ya familiares, resultados cosechados por nuestros alumnos en los continuos informes PISA, cuyos criterios, por otra parte, ya han empezado a cuestionarse por especialistas, aunque no lo dijera el reportaje de La Sexta, digo yo que, entre ambos extremos, algún punto intermedio habrá. Por último, no puedo pasar por alto mi fascinación ante el despliegue apabullante de su formación profesional: aviones, helicópteros, drones y unas instalaciones de lujo diseñadas para que el alumnado flote. Este despliegue no eclipsó el importante detalle, repetido varias veces, de que no hay prejuicios a la hora de elegir entre universidad o formación profesional, ya que lo que se persigue es la máxima cualificación en ambos escenarios. Igualito que en nuestro país, oiga.
Con tantas bondades, si fuera un chaval de secundaria o Bachillerato que tuviera claro hacer carrera en el mundo de la informática, la física, la química o las ingenierías de cualquier tipo, ya estaría convenciendo a mis padres para que se endeudaran un poco más mientras preparo las maletas. Olvidémonos de Silicon Valley. El futuro, muchachos, está en Singapur.
Hasta aquí, las ventajas. Veamos los inconvenientes. Supongamos que, por unos minutos, somos capaces de controlar la euforia y dejar de hacer las maletas, para dedicárselos a algo tan prosaico como la reflexión. El reportaje insistió, machaconamente a veces, en que los chicos eran “punteros en matemáticas” porque entendían desde un principio para qué servían mediante métodos sencillos. Genial. También se habló, y mucho, de la importancia de adquirir conocimientos técnicos y científicos para conseguir la excelencia. Toda la comunidad educativa estaba anclada en la excelencia. Los profesores son los mejores del mundo porque están altamente motivados, cualificados y tocan con sus dedos la excelencia cada día. Fantástico. Nos quedó claro que las ramas técnicas del saber las dominan a la perfección. Lo que no me quedó tan claro es qué les pasa a aquellos que no consiguen los objetivos. Vale. Un profesor encuestado dejó caer que sí, que algo de presión y de estrés por la competitividad reinante sí había, aunque ellos se esforzaban por no trasladar ese clima a las aulas. ¿Debemos extraer de sus palabras que, de una manera u otra, todos, toditos, salen ganando?
Otra cuestión que tampoco me quedó clara es si había en todo ese maremágnum un hueco para las Humanidades. Me pareció ver, allá, a lo lejos, un cartel que decía “History”, pero igual fue un espejismo. Terminó el reportaje y oye, nada se dijo de las pobrecitas. ¿Historia, arte, literatura, filosofía? ¿Quiénes son? ¿Alguien las conoce? Quiero pensar que también se ocuparán de ellas en ese Jauja, en esa colmena de rascacielos donde atisbo enjambres de ingenieros aeronáuticos, informáticos, consultores, ejecutivos de alto standing y abogados pululando por pasillos y ascensores. Todos eficaces. Todos perfectamente adaptados a las cambiantes y caprichosas exigencias del mundo laboral actual y de los mercados. En lo que llegan a los últimos pisos, apretados en ascensores supersónicos, algo de tiempo les quedará para intercambiar opiniones sobre el cine de Bergman, las novelas de Haruki Murakami o debatir sobre si se consideran más ascéticos o epicúreos.
La conclusión personal a la que he llegado, visto lo visto, es que tanta perfección y búsqueda de la excelencia no tienen otro objetivo que el de perpetuar y apuntalar la ideología aún dominante: el neoliberalismo. Se trata de fabricar seres humanos que, no sólo estén casi genéticamente adulterados para asimilar como propias las enseñanzas de que lo privado es siempre mejor que lo público, que hay que saber adaptarse y ser flexibles o morir, que lo bueno es que nada dure demasiado, que es mejor competir y salvarse quien pueda que organizar una sociedad y unos Estados que, en lugar de satisfacer las exigencias de cumplimiento de déficits marcadas por el Banco Mundial, la OMC, el FMI y la UE, se centren en proporcionar los servicios que esos ciudadanos requieren y merecen, sino que incluso cumplan con la Misión con entusiasmo y fervor religiosos. ¡A la porra el pensamiento crítico! ¡Y échense a un lado, que pierdo la calma y el ascensor!

http://unavidadenovela.es/2018/05/13/modelo-educativo-singapur-va-no/

NACIONAL MÉTODO SINGAPUR
La receta de Singapur para convertirse en modelo educativo
Julio 30, 2018 05:00TIEMPO DE LECTURA: 4 MINUTOS
Destina 3% del PIB y actualiza currícula cada seis años, según necesidades económicas
Hace poco más de 50 años Singapur, uno de los países que actualmente más se destaca a nivel educativo, era una nación pobre, sin recursos y con un alto nivel de analfabetismo (55%). La clave para llegar a ser lo que es hoy fue la importancia que desde su independencia en 1965 le otorgó a la educación, como herramienta para el desarrollo. Hoy el pequeño país asiático se encuentra en el centro de investigaciones educativas en el mundo debido a los buenos resultados que obtienen sus estudiantes en las pruebas estandarizadas, como la PISA.
Este fue el objeto de la conferencia que el miércoles 25 ofreció en Montevideo Joy Tan, gerenta general de Marshall Cavendish Education, la editorial con la que hace 30 años se asoció el gobierno de Singapur para llevar adelante la transformación educativa. Tan llegó a Uruguay invitada por Avista Proyectos Educativos y Eduy21 y el título de su conferencia fue "Singapur, la transformación de un país gracias a la revolución educativa".
"Cada seis años más o menos Singapur cambia la currícula de enseñanza. Estos cambios se basan en (el devenir de) la economía y de la industria", dijo Tan en diálogo con El Observador para explicar la impronta que la educación ha tenido en el proceso de desarrollo del país.
De hecho, comentó que cuando la nación logró su independencia en 1965, los líderes políticos se dieron cuenta de que ante la falta de recursos naturales, el único recurso que tenían era su gente. Fue así que resolvieron apostar a la educación para salir adelante. Desde entonces, la educación se ha convertido en el sustento de crecimiento del país.
Al ser un país de inmigrantes, en aquel momento existían distintas escuelas para los diferentes grupos étnicos, algo con lo que gobierno decidió terminar para dar a todos la misma educación.
Fue entonces cuando se adoptó el inglés como el idioma de instrucción.
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Sin embargo, en la década de 1990 las autoridades educativas se dieron cuenta de que los alumnos tenían diferentes formas de aprendizaje, por lo tanto, un único sistema no era eficaz para enseñar a todos. Decidieron entonces ofrecer diversas opciones de escolarización, según las capacidades e intereses de los jóvenes.
Pero años más tarde, en el 2000, los gobernantes dedujeron de que ni siquiera esto era suficiente para el desarrollo nacional. "Singapur es un país chico, con poca población (4 millones de habitantes) y no podíamos competir con países más grandes, si no agregábamos valor", comentó Tan. Con esa nueva conclusión, las autoridades vieron la necesidad de replantearse la economía, llevándola hacia una basada en el conocimiento.
Se volvió a cambiar la currícula, "se desarrolló un plan maestro de tecnologías de la información y se comenzó a hacer foco en las capacidades de pensamiento", dijo la gerenta general de Marshall Cavendish.
Unos 12 años después las necesidades del país obligaron nuevamente a reformar la currícula de enseñanza en busca de ofrecer a los alumnos una formación más holística e integral, con un programa basado en valores y aprendizajes para toda la vida.
Tan manifestó que en todo ese proceso la inversión ha sido importante, pero no ha sido el único factor que ha colaborado en el éxito del sistema educativo de Singapur. Actualmente el país asiático destina a la enseñanza el 3% del Producto Bruto Interno (PBI).
Pero más allá de esto, la gerente general expresó que la voluntad política y la buena ejecución de las políticas también son imprescindibles.
A su vez, destacó la importancia que las familias de Singapur otorgan a la educación. "En Asia la educación es algo muy valorado y los padres cuidan mucho de que sus hijos vayan a la escuela y tengan una buena educación".
Método Singapur
Como si todo eso fuera poco, en medio del proceso de transformación nacional, el pequeño país asiático supo "recolectar ideas de distintas teorías de enseñanza" y terminó creando un método de enseñanza de la matemática, que actualmente es utilizado en el mundo entero.
La creación se denomina Método Singapur y en Uruguay hay 48 colegios y una escuela pública que lo aplican.
El método consiste en introducir a los niños en los conceptos matemáticos a partir de lo concreto (material didáctico), para luego pasar a lo pictórico (imágenes) y finalmente ir a lo abstracto (operaciones).
La función del material didáctico y de las imágenes es facilitar la comprensión del funcionamiento de las operaciones. En una resta, por ejemplo, utilizan objetos que representan unidades, decenas y centenas, para comprender qué es lo que pasa cuando a una cifra se le resta otra.
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"El corazón o núcleo del método es la resolución de problemas. Se trata de tener capacidades y las herramientas para la matemática, pero también de tener actitudes hacia la resolución de problemas", dijo la gerente.
Actualmente el método se aplica en unos 70 países. Aunque Marshall Cavendish Education no realiza evaluaciones para medir los resultados educativos, Tan manifestó que los docentes sí han constatado cómo los niños cambian su actitud hacia la matemática.
"Los niños pierden el miedo a la matemática y disfrutan más de la clase. Además, cuando no pueden resolver un problema, no se quedan en eso, si no que buscan otros caminos para hallar una solución. Esto hace la clase mucho más desafiante", afirmó.
https://www.elobservador.com.uy/la-receta-singapur-convertirse-modelo-educativo-n1259339

LOCALES
La receta de Singapur para lograr una educación de avanzada
Apuestan a la integración de la globalización y la tecnología en los procesos educativos
miércoles, 14 de marzo de 2018 - 10:46 AM
Por José Orlando Delgado Rivera
Chan Leeo, jefe de habilidades del programa Skills Future de Singapur. durante su alocución. (horizontal-x3)
Chan Leeo, jefe de habilidades del programa Skills Future de Singapur. durante su alocución. (José Orlando Delgado Rivera)


Singapur – Al ser una isla sin suficientes recursos naturales, este país asiático reconoció hace 52 años – cuando alcanzó su independencia - que su mayor activo son sus habitantes.
 
Desde entonces, Singapur ha apostado al desarrollo de una economía basada en el conocimiento para transformar la educación de sus residentes hasta convertirse en un modelo a seguir por el mundo entero.
“Hemos invertido en gran medida en el desarrollo de este recurso que tenemos en los últimos 50 años desde la independencia. La educación y la formación siempre han sido muy importantes para todos nosotros”, afirmó Chan Leeo, jefe de habilidades del programa Skills Future de Singapur, durante su alocución en el Microsoft Education Exchangeque se celebra en la isla del Pacífico.
Leeo indicó que los pilares que rigen el desarrollo de la educación en Singapur son la globalización, la tecnología, la colaboración, el cumplimiento de aspiraciones y el crecimiento de la fuerza laboral.
“Nuestro sistema de educación y formación ha evolucionado. Empezamos desde una base muy baja…  antes estábamos en el modo de supervivencia y el énfasis era buscar la educación básica”, afirmó el funcionario.
Ante esto, Leeo reconoció que los resultados de este proyecto educativo no fueron los esperados y que por lo tanto su país se movió a un nuevo modelo.
“En los años noventa nos transformamos en lo que le llamamos una economía del conocimiento en nuestro sistema de educación y formación. Hoy nuestro sistema está más centrado en el aprendizaje y los valores impulsados”, explicó.
Según Leeo, el modelo educativo singapurense busca ayudar a las personas a desarrollar su máximo potencial.
“Hablamos mucho sobre el diseño de la creatividad y fomentamos la innovación”, dijo.
Las claves que rigen a este sistema de educativo están lideradas por la globalización, un componente importante en el siglo 21. 
Por ello el gobierno de Singapur considera que este concepto continuará provocando que el mundo sea un lugar cada día más interdependiente.
De igual forma, el modelo de educación singapurense apuesta a la globalización porque “tiene un impacto significativo en las empresas, sobre los empleos y las ocupaciones”.
“Siendo un país pequeño (5.9 millones de habitantes y un PIB per cápita de $52,962 al año) en una economía abierta significa que tenemos que encontrar continuamente nuevos nichos y modelos de negocio”, señaló Leeo.
De igual forma, el funcionario indicó que el desarrollode la tecnología es un elemento importante en la educación de su país ya que crece a pasos acelerados.
Según Leeo, la Industria 4.0 “está tocando la puerta”. Este concepto se refiere a la digitalización de los procesos industriales por medio de la interacción de la inteligencia artificial con máquinas y la optimización de los recursos.
“Hay un uso cada vez mayor de la robótica no sólo en la fabricación, sino también en el sector de los servicios. La automatización ha comenzado a reemplazar algunas tareas humanas. Dispositivos equipados con inteligencia artificial y conectados a internet se convertirán en algo común”, afirmó.
A este modelo educativo se une la atención a la fuerza laboral del país. Leeo indicó que el crecimiento de la fuerza de trabajo doméstica en Singapur se reducirá y que comenzará a envejecer, el mismo fenómeno que ocurre en Puerto Rico.
Sin embargo, el gobierno singapurense augura un crecimiento en el poder extranjero del país que actualmente constituye un tercio de la fuerza de trabajo de la isla asiática.
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Entretanto, Leeo también dijo que las nuevas generaciones que se unen a la fuerza laboral de su país ya no piensan en tener un trabajo de por vida, sino que se vislumbra que cambien de carrera en varias ocasiones ya se por elección o necesidad.
El funcionario dijo que lo que busca Singapur con su modelo social y económico es “maximizar las oportunidades en la vida”.
“Para ello necesitamos sentar fuertes cimientos en nuestro sistema de educación y esfuerzo previo al empleo. Para equipar a la gente joven con las habilidades necesarias y relevantes para los buenos trabajos”, dijo.
Dentro del modelo educativo singapurense también se presta atención a la educación continua de los ciudadanos, de manera que se puedan actualizar y atemperar a las nuevas exigencias de sus trabajos.
Para eso, a través de la iniciativa Skills Future, el gobierno de Singapur ha establecido una serie de iniciativas que asisten a la población adulta con educación, búsqueda de empleo y subsidios económicos.
Uno de los programas más sobresalientes es el crédito de $500 que se otorga a cada ciudadano mayor de 25 años. Con esta aportación se busca que puedan pagar cursos de educación continua o pagar los costos de sus deudas relacionadas a la formación de educación superior.
Este crédito es adicional a los subsidios existentes en Singapur que en algunos casos provee para cubrir el 90% de los costos de la educación de los ciudadanos.
“Tiene como objetivo empoderar a las personas para que asuman la responsabilidad de su aprendizaje, y también de la propiedad de su propio aprendizaje y desarrollo”, afirmó Leeo.
La calidad del modelo de educativo de Singapur se ha evidenciado en varias ocasiones, lo que le ha ganado un reconocimiento mundial. Durante el 2015 este paísconsiguió los mejores resultados en las pruebas PISA, exámenes que miden la calidad de la educación en 70 países. Ese mismo año, Puerto Rico debutó en esas pruebas y obtuvo uno de los peores resultados del ránking.
https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/larecetadesingapurparalograrunaeducaciondeavanzada-2406424/

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