Enfocarnos en la destitución de Danilo Medina es sintonizarnos con el sentimiento verde
- La poderosa y sofisticada maquinaria de propaganda peledeísta impulsa acciones para desvirtuar la naturaleza y el propósito de la marcha verde. Las acciones van desde sembrar droga a activistas y reprimir protestas hasta campañas de descrédito y chantaje del liderazgo verde.
- La represión ha sido mas abierta tras la declaración de Carlos Amarante Baret, ministro de Interior y Policía, en la que admite que ese organismo intercepta las llamadas telefónicas y lee los mensajes de personas vinculadas al movimiento.
La estrategia oficialista ha sido desactivar las movilizaciones, descalificar y dañar la reputación de los activistas y, en esa misma línea, distanciar la marcha verde de los sectores populares para impedir la potencia de esa alianza para la lucha política.
La respuesta de la Marcha Verde del Sur del pasado domingo 21 de mayo fue: El Sur no se amedrenta, no tiene miedo. ¡Carajo!
Así se expresaban las personas en su mayoría trabajadores agrícolas que procedían de Tabara Arriba, Sabana Yegua, Peralta, Padres Las Casas, Las Charcas, Bani, San Cristobal, Barahona que junto a otros de la zona fronteriza y de diferentes lugares del país se sumaron con júbilo e indignación a la protesta contra la rampante corrupción e impunidad que afectan la calidad de vida de la gente de la región Sur y las actividades agro industriales, como la producción de plátanos y tomates en la zona.
Azua vive en medio de la pobreza. Según el ranking regional de la pobreza, la posición primera es ocupada por la región Enriquillo, la más pobre del país, con una tasa que supera el 70%. En el ranking de pobreza general de las diez provincias más pobres, siete de ellas del Sur, incluida Azua en el séptimo lugar; y en los términos de carencias sociales de todos los hogares dominicanos, los de mayores necesidades se encuentran en el Sur, en el orden de Elías Piña, San Juan de la Maguana, Pedernales y Bahoruco. Esta es la región con el más alto índice de mortalidad infantil y exclusión escolar.
Esta vez Azua y la región Sur se movilizan y envían un claro mensaje al gobierno del PLD. En el manifiesto leído en la clausura del evento se dice que si Danilo Medina, principal beneficiario de la trama Odebrecht, imposibilita que los implicados del escándalo sean llevados a la justicia, “será obligado por el pueblo a apartarse de las funciones que le manda la Constitución y que usted voluntariamente se niega a cumplir”. ¡¡¡Fuera, fuera Danilo ya!!!
El mensaje estaba inscrito en muchas de las pancartas y consignas de los manifestantes resumiendo un sentimiento generalizado: poner fin a la corrupción e impunidad en la República Dominicana pasa por sacar a Danilo Medina y sus grupos mafiosos del poder. Pensar esto en sentido inverso carece de sentido político. El Sur no se amedrenta, no tiene miedo, ¡Carajo!
Con el pasar de los días se acrecientan las mentiras del procurador Jean Alain Rodríguez. Sus contradicciones e incumplimientos respecto a la entrega de los nombres de los sobornados confirman la intuición popular, Danilo Medina y su maquinaria de propaganda en vez de procurar justicia lo que hicieron fue montar un espectáculo en torno a Odebrecht con el propósito de terminar de enterrar al grupo de Leonel Fernandez y de impedir la unidad de la oposición para mantenerse en el poder.
Con una comisión sin legitimidad ni vinculación judicial integrada por personas descalificadas para pasar revista a Punta Catalina, con el acuerdo de homologación con la constructora leído como un acuerdo de impunidad, con el “caiga quien caiga” y las supuestas versiones de Monica Moura negando el financiamiento ilícito de la campaña de Medina.
Puro teatro
La justicia peledeísta es una mentira permanente y como tal no puede ni le interesa investigar un solo caso de corrupción de sus altos funcionarios, si fuera lo contrario el propio presidente Danilo Medina ya hubiese sido investigado. Con el dinero de los sobornos y los sobreprecios de las obras públicas, en especial la de punta Catalina, fueron comprados partidos políticos, legisladores, JCE y un costoso cartel constitucional para legitimar la imposición de la reelección.
Los hechos nos dicen que nada podemos esperar con relación a la justicia peledeísta que ahora se encuentra bajo la disputa de Danilo y Leonel, el primero ha convocado al Consejo Nacional de la Magistratura para desleonizar las altas cortes por medio de una alianza con organizaciones y actores de la sociedad civil que participan en la marcha verde.
Danilo Medina y sus asesores han logrado al menos dar larga al desenlace del caso Odebrecht, sin embargo, haber sobrepasado todos los limites en materia de simulacros, escaramuzas y mentiras ha colocado al Presidente al borde del abismo y ya es de sentido común que sus días están contados en el poder.
La crisis de gobernabilidad que se aproxima se pretende solventar con propaganda, intimidación y difamación de activistas de la marcha verde y centrando la agenda pública en la legislación electoral y de partidos, pero se trata de algo muy difícil de lograr en una situación cada vez más adversa no solo para el gobierno sino también para los denominados partidos opositores que han adoptado la estrategia de esperar a que el mango caiga de la mata.
El curso de los acontecimientos políticos nos indica que se hace muy difícil impedir la caída de Danilo Medina. Nadie se fía del procurador. Nadie duda que el presidente Medina sea la cabeza principal de la mafia que nos gobierna. Los equilibrios del poder se rompen. El gobierno carece de credibilidad. La gente sigue saliendo en masa a las calles. Ya no solo se reclama el fin de la impunidad sino también el fin de Danilo Medina y el PLD.
Al mismo tiempo las protestas se incrementan en demanda de soluciones urgentes a una inmensidad de problemas fuera de la agenda gubernamental y en medio del colapso de servicios básicos que el Estado está obligado a proveer.
El con-texto nos dice entonces que tenemos que responder redoblando las protestas, pero sobre todo dándole un giro a nuestro discurso verde para que sea más eficaz, y esto solo se logra si nos decidimos entre todas y todos a pedir con toda nuestra energía la renuncia del presidente Danilo Medina.
El reparo que algunos ponen ante esta posición es que si Danilo Medina se va vendría Margarita Cedeño y con ella el leonelimo a la cabeza del gobierno, pero esta postura contiene la ingenuidad propia del romanticismo político sujeto al marco de la lucha entre el danilismo y el leonelismo por el control de los poderes del Estado.
Se trata de una visión residual y reduccionista a la que le es imposible, por razones que ahora no vienen al caso, mirar el panorama político fuera de la narrativa peledeísta. Como Margarita Cedeño y Leonel Fernández son peores entonces debemos quedarnos con Danilo Medina como presidente pese a saber que se trata de un presidente impune.
Sin embargo, quienes hasta ahora se han valido de su poder de influencia para impedir que la marcha verde asuma como política la destitución del presidente Danilo Medina, saben que están obligados a girar junto a la multitud que en la Marcha Verde del Sur demostró que no come pendejá. Por lo tanto, enfocarnos en la destitución del presidente Danilo Medina es sintonizarnos con el sentimiento verde.
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