lunes, 14 de noviembre de 2022

Patrones migratorios, puntos ciegos y liderazgo | Por CÁNDIDO MERCEDES

DESHOJANDO PARADIGMAS

Patrones migratorios, puntos ciegos y liderazgo

Hay necesidad de un pacto sin maniqueísmo de proinmigrantes ni antiinmigrantes, allí donde el liderazgo dominicano deje de tener el efecto suelo y prevalezca la posibilidad de emerger y sinergizar para que las fuerzas sociales se enfoquen en lo que importa,

Por CÁNDIDO MERCEDES 

“A medida que cada vez más humanos cruzan cada vez más fronteras en busca de trabajo, seguridad y un futuro mejor, la necesidad de enfrentarse, de asimilar o de expulsar a extranjeros pone en tensión los sistemas políticos y las identidades colectivas que se crearon en épocas menos fluidas”. (Yuval Noah Harari: 21 Lecciones para el Siglo XXI).

Carlos Marx decía que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clase, así mismo, podemos decir que la historia de la propagación humana es el resultado del desplazamiento humano a lo largo de su evolución. Somos lo que somos como entes humanos como consecuencia del largo trajinar en la búsqueda de la existencia humana, de su sobrevivir y vivir, encontrando en el desplazamiento (movimiento) un eje nodal para su respiro y desarrollo.

Las migraciones, se puede decir, son “la propagación mundial de la especie humana”. No se puede entender el desarrollo alcanzado por la humanidad sin comprender el movimiento humano a lo largo de la historia y de sus distintas dimensiones. En gran medida, la cantera de la historia encierra, como corolario esencial, la habituación humana. Allí donde logra su realización y encuentro consigo mismo, como espina dorsal de su realización. La inmigración, nos la define Anthonny Giddens, “es el proceso de trasladarse a un país para establecerse en él, mientras que la emigración, es el proceso de abandonar un país para establecerse en otro lugar”. Alrededor de 300 millones de migrantes hay en el mundo en sus distintas mudanzas sociales.

Es que el proceso de migración implica, inexorablemente, cambios demográficos, económicos, sociales, de integración. 4% de la población mundial es una consecuencia, en gran medida, de la necesidad vital del ser humano. De vivir, de protegerse, de refugiarse de la guerra, de la hambruna, del terrorismo, de las bandas en los países donde existen estados fallidos o colapsados. El fenómeno social de las migraciones es una realidad en el mundo. En los últimos 50 años ha crecido el desplazamiento, esto es, personas que se han trasladado a otros países, en un 45%, creciendo un 3.6% anual. La década de los 70 no fue una excepción, encontrándonos que el proceso migratorio ha sido una constante y que se aceleró en el proceso de globalización.

Los patrones de migración han ido sufriendo mutaciones desde sus orígenes. John Macionis y Ken Plumer nos hablan de las 4 pautas o modelos de inmigración:

  1. a) El Modelo Clásico (Estados Unidos, Canadá y Australia).
  2. b) El Modelo Colonial (Francia, Holanda, Reino Unido: tratamiento especial a los inmigrantes de las antiguas colonias).
  3. c) El Modelo de los Trabajadores Temporales (En Alemania, Bélgica, se conceden visas de trabajos temporales y los inmigrantes no tienen expectativas de conseguir pasaportes o ciudadanía en ese país).
  4. d) El Modelo de la Inmigración Ilegal. (Hoy podemos decir que no hay país que no tenga una inmigración ilegal. De acuerdo a las condiciones de cada nación, la relación con los inmigrantes es de marginalidad y de los trabajos más penosos en sus condiciones de salarios y protección social).

En nuestro país la relación con los inmigrantes (extranjeros) acusa una gran diferenciación. Somos una sociedad aporofóbica y donde existe un racismo latente. La discriminación no es igual contra el venezolano, el cubano, el colombiano y el haitiano. Más allá de la escalera social-económica en que se encuentre cada una de las diferentes nacionalidades. Los patrones de la migración han variado en los últimos años. Los factores de atracción y expulsión: hay seres humanos que dejan sus países por guerra, hambre, terrorismo, crisis política institucional. Los factores de atracción, hoy en día, se han ampliado más allá del mercado de trabajo y de las condiciones del nivel de vida del país receptor.

Los patrones de la migración, que conlleva de manera intrínseca la movilidad, han venido variando, sobre todo de los países emergentes con respecto a los países ricos. Nos encontramos en nuestro país con ciudadanos jóvenes de clase media y media alta que están emigrando, no ya por necesidades vitales en su país de origen, sino por la perspectiva en el horizonte a mediano y largo plazo.

La generación que nacimos en los 50, 60 del siglo pasado sufrimos, en su inmensa mayoría, de una transformación de la movilidad social vertical ascendente. Nos vimos compelidos a coadyuvar con el desarrollo de nuestros padres. Hoy, aunque los hijos hayan estudiado niveles de postgrado y sean políglotas, no les garantiza la sociedad el vivir como sus padres. La movilidad intergeneracional se achica. Lo hijos, que tuvimos que ayudar a los padres, hemos tenido que contribuir con los vástagos con el apartamento, con el vehículo, con el pago de colegios a los nietos para, en gran medida, no verlos “disminuir en la escalera social” con relación a los progenitores. Es la migración denominada de estilos de vida que se viene generando en personas de clase media y media alta. Los patrones migratorios hoy, en su composición social, son diferentes a los años 60, 70 y hasta los 90.

Hoy en día es muy difícil encontrar personas de clase media, media alta que no tenga un hijo, dos, tres fuera del país. Debemos destacar, actualmente, que de cada inmigrante que ingresan al país, hay por lo menos dos dominicanos que emigran. Tenemos 2.5 millones de dominicanos fuera del territorio dominicano y de ellos cerca de 400,000 son ilegales. Esto quiere decir que en la problemática de la inmigración – emigración hay un enorme valladar ideológico, una ignorancia del fenómeno y una tautología histórica imposible de replicarse. Tenemos en consecuencia, vallas de puntos ciegos que nos impiden asumir cómo en el mundo cambian “el tamaño, la velocidad y el alcance de la migración contemporánea”.

En la sociedad dominicana se han realizado dos Encuestas ENI, una en el 2012 y otra en el 2017 y ahora se perfila otra para 2023. Constituyen una radiografía demográfica de los inmigrantes en el país, la procedencia de cada país, qué trabajan, composición, grado de integración, fecha en que vinieron. El punto ciego es que nunca he visto a un partido político discutir en serio el fenómeno inmigratorio en la sociedad dominicana. Incluso, ni los periodistas y comunicadores ventilan esta realidad social-institucional que deberíamos de abordar académicamente, científicamente, políticamente, socialmente.

Hay, en nuestra sociedad, un verdadero difuminado ético “es decir, la tendencia que muestran personas, que por lo demás son honradas, hacia la toma de decisiones no éticas, debido a que las consecuencias éticas han desaparecido de su proceso decisorio”. Nos encontramos con un liderazgo, a todos los niveles, con una ética delimitada que son “los modos sistemáticos en que las personas participan de una conducta no ética sin ser conscientes de ellos”, nos los recuerdan M. H. Bazerman y A. E. Tenbronsel. Que es el punto ciego para Daniel Goleman como parte de la psicología del autoengaño, parafraseándolo sería “es el que bloquea la atención y disminuye el impacto de la realidad, para evitar la ansiedad, el fracaso y el dolor ante el hecho o el fenómeno que no quiere ver en su verdadera dimensión. Es no registrar lo que justamente está ahí”.

Es como no nos referimos tampoco a la migración forzosa, que no es voluntaria, que se da en nuestro país como el tráfico de personas o la esclavitud moderna para realizar trabajos forzados, para realizar trabajos sexuales, para la prostitución. En este entramado se produce una alianza con el crimen y la delincuencia internacional. Es como la nueva dinámica de la emigración ya no es solo en yola para Puerto Rico. Se está produciendo un movimiento atroz por Guatemala para llegar a México, donde los célebres coyotes juegan su papel de gendarme en el Siglo XXI. Mahatma Gandhi decía “Mientras haya espacio para el uso de las armas, de la fuerza física o de la fuerza bruta, cualquiera que sea su intensidad, se reducen las posibilidades para la fuerza del alma”.

Se requiere de debates serios de los actores estratégicos (universidades, iglesias, empresarios, partidos políticos). Yuval Noah Harari en su libro 21 Lecciones para el Siglo XXI aborda en el capítulo nueve la temática “INMIGRACION” y en uno de sus párrafos nos dice “Lo que complica las cosas es que en muchos casos la gente quiere nadar y guardar la ropa. Numerosos países hacen la vista gorda ante la inmigración ilegal, o incluso aceptan a trabajadores extranjeros por un tiempo, porque quieren beneficiarse de la energía, el talento y el trabajo barato de estos. Sin embargo, los países rehúsan después legalizar las condiciones de estas personas, alegando que no quieren la inmigración….”.

Por ello la necesidad de un pacto sin maniqueísmo de proinmigrantes ni antiinmigrantes, allí donde el liderazgo dominicano deje de tener el efecto suelo y prevalezca la posibilidad de emerger y sinergizar para que las fuerzas sociales se enfoquen en lo que importa, en lo que contribuye al desarrollo sostenible y equilibro del país, en medio de una sociedad en redes, de una sociedad de riesgo, con la instalación de la incertidumbre como certidumbre cierta 

https://acento.com.do/opinion/patrones-migratorios-puntos-ciegos-y-liderazgo-9129009.html

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