viernes, 1 de mayo de 2015

Empresarios patalean cada dos años resistiéndose a hacer pírrico aumento salarial

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Empresarios patalean cada dos años resistiéndose a hacer pírrico aumento salarial

SANTO DOMINGO (Rep. Dominicana).- Abril cierra sin señales de que se aproxime un acuerdo para el aumento del deprimido salario mínimo de los trabajadores dominicanos. En la última sesión del Comité Nacional de Salario, el pasado día 22, los sindicalistas abandonaron el debate “de manera abrupta”, enojados por el tranque que genera la falta de una propuesta definida por parte de los empleadores.
Los sindicalistas proponen aumento de un 30% que los empresarios no aceptan, y los empresarios insisten en que no presentarán propuesta concreta hasta que se produzca una reclasificación de las empresas de acuerdo a su tamaño. Reclasificación que encuentra la oposición de los sindicalistas porque, de asumirla conforme lo que propone el empresariado, implicaría que muchas empresas que hoy se consideran grandes pasen al escalón de las medianas o pequeñas y que, en consecuencia, los salarios mínimos del personal de nuevo ingreso sean inferiores al fijado actualmente.
Según el análisis, los trabajadores no se han beneficiado del aumento de la riqueza pese a que el aumento de su productividad promedio es lo que ha impulsado, en gran medida, el vigoroso  crecimiento económico.
Llegar a un acuerdo sobre el alza del salario mínimo, que debería generarse de manera justa y prácticamente automática, siempre es un parto. El debate dura meses de impasse o tranque para terminar con aumentos salariales que siempre dejan insatisfecho al sector trabajador.
Las discusiones son comparables a una obra de teatro que se repite cada dos años, con escasos cambios en el guión. El tranque inicial, el abandono del debate por parte de los representantes de los trabajadores y las amenazas de paro o huelga son lugares comunes en la cobertura periodística de los diálogos.
En 2013, cuando se produjo el último aumento del salario mínimo, los sindicalistas tuvieron que amenazar con un paro general, que fue convocado para el miércoles 26 de junio. Para esa misma fecha la ministra de Trabajo, Maritza Hernández, convocó al Comité Nacional de Salarios, que terminó aprobando un aumento de un 14%, muy inferior al 30% que pedían los trabajadores inicialmente y al 17% que luego establecieron como mínimo aceptable.
En ese momento el entonces presidente de Conferencia Patronal Dominicana (Copardom), Jaime González, alegaba que la situación económica no permitía un aumento de la magnitud solicitada por los representantes de los trabajadores y hasta llegó a advertir que estoatentaría contra la salud financiera de las empresas y terminaría aumentando los despidos.
En 2011 el pataleo fue similar. Las centrales sindicales llevaron a la mesa de discusión una propuesta inicial de un 30% para el aumento del salario mínimo que fue considera desproporcionada por los empresarios, que proponían un aumento de 13.8%. Además, los trabajadores pedían un aumento de un 25% para todos los salarios por encima del mínimo, pero inferiores a 50,000, pero esta propuesta fue completamente desestimada.
Estas diferencias provocaron el rompimiento del diálogo para finales de abril, cuando los sindicalistas se negaron a asistir a una sesión del Comité. Veinte días después, el 19 de mayo, se reanudó el diálogo y las partes llegaron a un acuerdo que contempló el aumento de un 17% para el salario mínimo. 
Si nos remontamos a 2009, las mismas dificultades. El 2 de julio los sindicatos anunciaban que convocarían a una huelga general si no se aceptaba en el Comité Nacional de Salarios su propuesta de aumentar un 25% al salario mínimo, cuando la propuesta patronal era de un 11.9%. Finalmente se aprobó un aumento de 15%, con los votos favorables del Gobierno y los patronos, y en ausencia de los sindicalistas, que se habían retirado de la sesión inconformes con el nivel del aumento.
La resistencia del sector patronal a aumentar el salario mínimo aflora en cada discusión a pesar de que los incrementos siempre son insignificantes: el salario mínimo permanece muy por debajo del costo de la canasta básica promedio y, en términos reales, lleva décadas congelado.
“Los salarios mínimos reales han estado relativamente estancados por décadas, recibiendo ajustes periódicos en base a la inflación pasada. Sobre lo anterior, en los siguientes gráficos, podemos ver que al cierre de 2012, los salarios resultan ser menores a los que los de 1979”, recoge un estudio sobre el mercado laboral publicado recientemente por la Fundación Juan Bosch.
Esto se expresa en el descenso del salario como proporción del PIB: “Claramente se observa que la participación de la remuneración del trabajo en el producto bajó de un 47.2% para el años 2000 a tan sólo un 24.3% en el 2013, es decir, de cada 100 pesos generados por la economía, en trece años disminuyó de 47 a tan sólo 24 usados parar remunerar a los obreros y empleados”, explica el documento.
El informe cita un documento del FMI que indica que el crecimiento económico ha tenido la República Dominicana, puntero en el ámbito regional, no se ha traducido en menores salarios. De hecho, ha ocurrido lo contrario, puesto que “el ingreso real por hora de los asalariados del sector privado se ha reducido un 27%” entre 2000 y 2011.
Según el análisis, los trabajadores no se han beneficiado del aumento de la riqueza pese a que el aumento de su productividad promedio es lo que ha impulsado, en gran medida, el vigoroso  crecimiento económico.
http://www.7dias.com.do/portada/2015/05/01/i187273_empresarios-patalean-cada-dos-anos-resistiendose-hacer-pirrico-aumento-salarial.html#.VUO6Yvl_Oko 

Nadie se hace rico solo, nadie en República Dominicana puede vivir con el salario mínimo

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En verdad, poco importa esta imposibilidad de cumplir con el ritual. En pleno siglo XXI, los trabajadores dominicanos del tan ponderado sector formal de la economía, reciben salarios que no alcanzan, ni de lejos, a cubrir la canasta básica.

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