El 42% de los asalariados inscritos en la Seguridad Social gana menos de diez mil pesos mensuales
Crecimiento en recaudaciones
Entre los meses de julio y septiembre, los ingresos recaudados por la TSS se aproximaron a los 70 mil millones de pesos (RD$65,958,355,198), para un incremento de RD$8,069,335,649, en comparación con el mismo periodo del 2015. Esto representa un crecimiento adicional de un 13.94%, al tiempo que las notificaciones cobradas ascendieron en unas 607,809.
Asimismo, el total de empleadores activos registrados en la base de datos de la Seguridad Social, es de 73,979, correspondiendo el 94.8% de ellos a micro, pequeños y medianas empresas, que tienen menos de 50 trabajadores. http://acento.com.do/2016/economia/8396240-42-los-asalariados-inscritos-la-seguridad-social-gana-menos-diez-mil-pesos-mensuales/
Modelo RD se sustenta en bajos salarios #APD https://t.co/QAPqUyfxHw @APD_web @rcavada @SoryImbert @CaroitJm #concincomilnosepuedevivir pic.twitter.com/9gewyErzWu— Max Puig (@Max_Puig) 29 de octubre de 2016
UN MODELO QUE SE SUSTENTA EN LOS BAJOS SALARIOS
Los datos provenientes de los registros del Sistema Dominicano de Seguridad Social son concluyentes: el modelo económico y social que prevalece en el país se asienta sobre los bajos salarios.
Casi el 42 por ciento de los asalariados inscritos en el sistema gana menos de 10 mil pesos. Los mismos datos indican que el 64.5% de los asalariados perciben un sueldo por debajo de los 15 mil pesos.
Estos datos significan que la mayoría de los trabajadores y trabajadoras no gana el mínimo indispensable para la subsistencia.
Un sistema así, además de injusto no es sostenible.
Los datos provenientes de los registros del Sistema Dominicano de Seguridad Social son concluyentes: el modelo económico y social que prevalece en el país se asienta sobre los bajos salarios.
Casi el 42 por ciento de los asalariados inscritos en el sistema gana menos de 10 mil pesos. Los mismos datos indican que el 64.5% de los asalariados perciben un sueldo por debajo de los 15 mil pesos.
Estos datos significan que la mayoría de los trabajadores y trabajadoras no gana el mínimo indispensable para la subsistencia.
Un sistema así, además de injusto no es sostenible.
Ser joven hoy en República Dominicana es quizás una de las condiciones más adversas para aspirar a una vida con oportunidades, libre de violencia y de exclusiones sociales, económicas y políticas.
Esto, de entrada, contradice la idealización de esta etapa en la vida del ser humano, considerada como un “divino tesoro”, y que supone formación y desarrollo para, una vez alcanzada la madurez biológica, cosechar lo sembrado y poner en práctica lo aprendido.
Sin embargo, ¡Cuán difícil es el camino hoy para los/as jóvenes dominicanos! Máxime para aquellos que han nacido ya víctimas de la pobreza y residen en barrios marginados del país.
Para ellos nada vale habitar en la nación que, de acuerdo a datos del Banco Central dominicano, ostenta el mayor crecimiento económico de la región, alcanzando un 6.9% en lo que va de año.
Para ellos es difícil acceder a trabajo y a estudio, que más que metas típicas de la juventud han de ser derechos fundamentales.
No obstante, un estudio del Banco Mundial, publicado este año, da cuenta que más del 21% de los jóvenes dominicanos entre 15 y 24 años se ha quedado fuera del sistema educativo y vida laboral, cifra mayor al promedio regional. Se trata de los llamados “Ninis”, un término despectivo que deriva de la frase “ni estudia ni trabaja” y que debería ser motivo de vergüenza y reflexión social.
El Observatorio del Mercado Laboral Dominicano contabiliza en 624 mil 604 las personas con edades comprendidas entre 10 y 34 años que se encuentran dentro de esta categoría.
Si continuamos considerando cifras, tendremos que referirnos también a campeonatos negativos que exhibimos en temas como embarazos en adolescentes y uniones tempranas, conocidas como matrimonios infantiles, donde también República Dominicana casi duplica el promedio latinoamericano.
¿Qué esperanza? ¿Qué proyectos de vida pueden diseñar, desarrollar y encarnar estos jóvenes que no estudian, no trabajan, se casan y tienen hijos tan jóvenes? ¿Dónde pueden cifrar sus ilusiones? ¿En el enriquecimiento ilícito rápido e impune del quehacer político?
Si dicen que la juventud es el presente y futuro de una nación. ¿Qué futuro le espera a la República Dominicana cuando una parte importante de su población económicamente activa no está educada, está desempleada, son madres y padres adolescentes, y, como indica un estudio del proyecto Alerta Joven, incurren muchas veces en actos delictivos?
¿Políticas públicas? ¿Desarrollo del país? ¿Progreso colectivo?
Al parecer los/as jóvenes dominicanos no tienen quien les escriba y al excluirlo a ellos se excluye en realidad a parte importante de la sociedad y, lo que es peor, se empaña la fe en el porvenir del Estado dominicano, al menos en uno Social Democrático y de Derecho.
http://hoy.com.do/que-les-queda-a-losas-jovenes/autor/m-uribe/
Esto, de entrada, contradice la idealización de esta etapa en la vida del ser humano, considerada como un “divino tesoro”, y que supone formación y desarrollo para, una vez alcanzada la madurez biológica, cosechar lo sembrado y poner en práctica lo aprendido.
Sin embargo, ¡Cuán difícil es el camino hoy para los/as jóvenes dominicanos! Máxime para aquellos que han nacido ya víctimas de la pobreza y residen en barrios marginados del país.
Para ellos nada vale habitar en la nación que, de acuerdo a datos del Banco Central dominicano, ostenta el mayor crecimiento económico de la región, alcanzando un 6.9% en lo que va de año.
Para ellos es difícil acceder a trabajo y a estudio, que más que metas típicas de la juventud han de ser derechos fundamentales.
No obstante, un estudio del Banco Mundial, publicado este año, da cuenta que más del 21% de los jóvenes dominicanos entre 15 y 24 años se ha quedado fuera del sistema educativo y vida laboral, cifra mayor al promedio regional. Se trata de los llamados “Ninis”, un término despectivo que deriva de la frase “ni estudia ni trabaja” y que debería ser motivo de vergüenza y reflexión social.
El Observatorio del Mercado Laboral Dominicano contabiliza en 624 mil 604 las personas con edades comprendidas entre 10 y 34 años que se encuentran dentro de esta categoría.
Si continuamos considerando cifras, tendremos que referirnos también a campeonatos negativos que exhibimos en temas como embarazos en adolescentes y uniones tempranas, conocidas como matrimonios infantiles, donde también República Dominicana casi duplica el promedio latinoamericano.
¿Qué esperanza? ¿Qué proyectos de vida pueden diseñar, desarrollar y encarnar estos jóvenes que no estudian, no trabajan, se casan y tienen hijos tan jóvenes? ¿Dónde pueden cifrar sus ilusiones? ¿En el enriquecimiento ilícito rápido e impune del quehacer político?
Si dicen que la juventud es el presente y futuro de una nación. ¿Qué futuro le espera a la República Dominicana cuando una parte importante de su población económicamente activa no está educada, está desempleada, son madres y padres adolescentes, y, como indica un estudio del proyecto Alerta Joven, incurren muchas veces en actos delictivos?
¿Políticas públicas? ¿Desarrollo del país? ¿Progreso colectivo?
Al parecer los/as jóvenes dominicanos no tienen quien les escriba y al excluirlo a ellos se excluye en realidad a parte importante de la sociedad y, lo que es peor, se empaña la fe en el porvenir del Estado dominicano, al menos en uno Social Democrático y de Derecho.