lunes, 30 de marzo de 2020

Colegio Médico pide a Medina que aplique cuarentena obligatoria las 24 horas

Colegio Médico pide a Medina que aplique cuarentena obligatoria las 24 horas
Servicios de Acento.com.do | 29 de marzo de 2020 | 8:30 pm

Santo Domingo, República Dominicana.- El presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), Waldo Suero, solicitó este domingo al presidente Danilo Medina la implementación en el país de la cuarentena obligatoria por 24 horas, durante 14 días ante la pandemia del coronavirus.
Ante «el crecimiento sistemático y los elevados niveles de mortalidad de este virus en el país, el Colegio Médico Dominicano y 55 sociedades médicas especializadas estamos solicitado gentilmente al presidente de la República que declare al país en estado de cuarentena obligatoria durante 14 días», dijo Suero en un vídeo que circula por las redes sociales.
La situación «está bien difícil en este momento y una de las pocas formas de frenar este virus es utilizando este instrumento» para aislar a la población, y auguró que «lo peor no ha llegado, el virus apenas está ingresando con fuerza en el país».
Asimismo, denunció que el cuerpo médico está trabajando «en condiciones muy precarias en los hospitales» y afirmó que más de 50 galenos están afectados por la enfermedad, en la mayoría de los casos, como consecuencia del desempeño de su labor.
Las muertes por coronavirus en la República Dominicana ascienden a 39, al haberse registrado once nuevos decesos en las últimas 24 horas, mientras que los casos confirmados subieron a 859, 140 nuevos contagios desde ayer, informó este domingo el ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas.
El país se encuentra en estado de emergencia desde el jueves 19 de marzo y al día siguiente se decretó el toque de queda, cuyo horario de aplicación es de 5.00 de la noche a 6.00 de la mañana (hora local), tras adelantarse tres horas su inicio desde el pasado viernes.EFE
https://acento.com.do/2020/actualidad/8799540-colegio-medico-pide-a-medina-que-aplique-cuarentena-obligatoria-las-24-horas/

De cómo un candidato explota la pandemia | por Nolberto Luis Soto

El Sol Naciente
De cómo un candidato explota la pandemia
Nolberto Luis Soto | 29 de marzo de 2020 | 12:02 am
Cuando el portento pretende expresar sentimientos, generosidad y cooperación se plasma de mal gusto, denuncia a su portador porque no se expresa con franqueza ni mucho menos con lenguaje de la sinceridad. No se conoce conducta social alguna, previo a su Ministerio Público, que testimonie haber hecho una obra filantrópica o social en Barahona ni en Santo Domingo que nos confirme en ausencia del quehacer político meter las manos bondadosas en favor de los pobres, de los más vulnerables. Esto independiente de que alguna «sobra» de lo obtenido por vía nefasta y comisiones ilegales hagan llegar en supuestos programas sociales, que representan un mínimo de su irregular patrimonio.
Su presencia en la política, y más como candidato, es una irrupción sorpresiva en el escenario nacional que dista mucho de una historia atravesada por gestos humanitarios, que puedan testimoniar sus allegados o comparsa de su campaña; nadie sabe de su prehistoria y es hoy en su condición patrimonial que exhibe aviones propios para buscar estudiantes varados en Cuba por crisis de la pandemia Covid19. Llevado por la desesperación y la imprudencia hace donaciones extrema de 20 millones de pesos sin darnos cuenta de su fuente, dado su calidad de candidato oficial del Gobierno. Lo último que trae la prensa de la agenda política de mismo es el envío de su avión a un viaje largo a China para traer pruebas rápidas que apliquen a los pacientes sospechos del Virus. Porque el y no el Gobierno nacional, representación del Estado, mientras aparece en la pantalla televisiva promoviendo su candidatura presidencial, sin tapujos nin sonrojas, cuando el panorama social que vivimos se torna triste, pesuroso y angustiante, por una cuarentena inahabitual.
Hay acciones que suelen regresarse como haraquiri ante los actores que la desarrollan y alcanzo a ver que su asesoría no está correctamente diseñada por el asociado brasileño mencionado a JoaoSantana; lo que fue ayer, no necesariamente vale ahora porque podría herir los sentimientos del pueblo dominicano, maltratado por una dramática epidemia en lo más profundo de su alma. Ayer la prensa recogía la estrategia de » estómago y corazón» que le recomendó el asistente de Joao Santana al Candidato oficial para «venderse bondadoso» y fulminar a la oposición en su avance, que calla para respetar y guardar el pudor que ante esta calamidad de la Nación dominicana, se impone la prudencia, la discreción y el justo límite. Desde luego, cuando se sustituyen las virtudes que deben adornar a una persona, por la precipitación y uso exagerado de aprovechar oportunidades, es cuando la desesperación, la estrategia y la logística de campaña se superponen a toda otra determinación o condición humana, que generalmente no posee el candidato.
Como es posible que una persona no posea el buen juicio para darse cuenta, en estas horas de pandemia, a menos que su disminuida inteligencia no esté en aptitud y habilidades para actuar con tino, dejándose arrastrar por » benditos» asesores extranjeros que cobran muy caro sus diabólicas enseñanzas en materia de campaña. Así lo presentan sonriente compungido rodeado de modelos venezolanas y colombianas que pretenden darles una bofetada a la beldad dominicana y su gracia criolla, a golpe indecente de cintura y luego mientras la ciudadanía se acuartela dejan infiltrar una pelea por la paga del servicio entre un funcionario y la capitana de las modelos. Pero hasta ahí no llega su imprudencia guiado por la estrategia oportunista en este silencio forzado de la oposición, declara que envía su avión a China a buscar la susodicha prueba epidemiologica, responsabilidad y deber del Estado, y no de candidato alguno, asumiendo papeles oficiales con fines de estafar y engatusar a los desposeídos de la fortuna. Pasos que siguen el dictado estratégico de su asesor de marras: del «estómago y el corazón», esto es de invadir los nobles sentimientos de la gente, así como aprovecharse de su carencia económica y alimentaria.

¿Por qué Biden no es el mejor rival para vencer a Trump? 1/2 Carlos | por Julio Báez Evertsz

Espectador comprometido
¿Por qué Biden no es el mejor rival para vencer a Trump? 1/2
Carlos Julio Báez Evertsz | 30 de marzo de 2020 | 12:04 am
Joseph B. Biden no es alguien que se pueda tildar de ser un político impresentable. Por sus maneras, por su larga experiencia, por su carrera política. Su perfil  político es el de un representante de un amplio sector de la clase media blanca de ingresos elevados. Se ha dicho que es “Mr. middle class”, el señor clase media. `
Ahora bien, su quehacer político le ha conducido a que pueda tomar las mismas o parecidas decisiones que son las que  han permitido que un personaje como Trump sea presidente. Muchos políticos demócratas e incluso muchos  republicanos tienen las mismas características y carencias de Biden. Trump ha polarizado la política entre los políticos del sistema y él como el representante anti status quo. Biden es un arquetipo de la clase política. Uno de ellos. Para el relato que maneja Trump, Biden es pan comido.
No así Sanders, que es otra cosa y desarma el discurso de Trump ante la clase trabajadora blanca y multirracial, ante las carencias del sistema de Salud, respecto a la desigualdad y concentración de la riqueza, ante la necesidad de hacer políticas económicas expansivas. Ante Sanders, Trump se tiene que encajonar en lo que es, un empresario en busca de lucro, un defensor de la América blanca y excluyente, un proteccionista, un hombre de derecha extrema o nostálgico del pasado (un reaccionario), que no comprende los desafíos del mundo actual  y el multilateralismo, y que se aliena de los aliados de EE.UU. en el exterior.
Del consenso sobre el  New Deal…
Para entender esta afirmación hay que remontarse a los tiempos de Franklin Delano Roosevelt, quien durante sus cuatro mandatos transformó a los Estados Unidos de América, de un país con gran desigualdad social y económica, conflictos sociales y de clases, en otro muy diferente, gracias a una política de estímulos económicos, impuestos progresivos, grandes inversiones públicas en presas, carreteras y obras públicas en general.
También se aseguraron los derechos sociales, económicos y políticos del pueblo trabajador, es decir, de los asalariados. Evidentemente,  el llamado New Deal o Nuevo Trato, no era una arcadia, ni un paraíso terrenal, pero fue una especie de edad de oro para la gran mayoría de los norteamericanos.
La influencia del New Deal fue duradera. Se puede decir que se creó un consenso de hecho entre Demócratas y Republicanos, que duró décadas, en que el orden político y social creado por Roosevelt no debía vulnerarse. Y la razón para ello era pragmática, los políticos sabían que quienes fueran contra ese orden, simplemente  no obtendrían los votos necesarios para seguir adelante en su carrera política.
Obviamente, comparado con algunos países europeos que tenían estados de bienestar con políticas sociales, de salud y derechos de ciudadanía más universalistas, el estado de bienestar de los Estados Unidos era más limitado, ya que el individualismo en ese país siempre ha sido más acentuado que en Europa.
Hay que remontarse a los años de la década de los 60 para ver como las fuerzas opuestas al orden “Rooseveltiano” comenzaron a ganar terreno. Los acontecimientos decisivos fueron la lucha  llevada a cabo por  el movimiento por los Derechos civiles y la guerra de Vietnam. Ambos acontecimientos fueron creando un creciente malestar con la clase política  y con el Gobierno, entre muchos ciudadanos y especialmente entre las filas de votantes del Partido Demócrata. Se produjo una deserción de los miembros demócratas más racistas -opuestos a que se igualara en derechos civiles y políticos a la población negra-, hacia los republicanos y, eso  continuó, en la década de los 70.
El New Deal había contribuido a crear y a desarrollar a esa clase media blanca de los llamados suburbios o barrios residenciales de las afueras de las grandes ciudades, pero la movilización contra la guerra de Vietnam y la de los negros americanos, con sus reivindicaciones cívicas y políticas centradas en la identidad y la raza, contribuyó a que parte de esa clase trabajadora asalariada de ingresos medios y altos de los suburbios, se fuera haciendo más conservadora y reprodujo el modelo de pauta de conducta social de lo que fuera de EE.UU. se llamaría la reacción típica de miedo a los que se sitúan debajo de ellos, propia de la pequeña burguesía , muy conocida en Europa en los momentos de auge de movimientos fascistas.
al orden neoliberal conservador
Hay que señalar que aún incluso cuando había un consenso con las políticas del New Deal, los medios corporativos habían financiado la creación de poderosos “think tanks” y fundaciones, dedicados a estudios y difusión de políticas conservadoras, de elogio a las virtudes de la libre empresa y del mercado, y de los beneficios que tenía para todos, que se dejara actuar a las fuerzas del mercado sin ninguna restricción “autoritaria” o “totalitaria” de un Estado regulador  e intervencionista, bautizado como “socialista” o “para-comunista”.
Las ideas de un Hayek -que en Europa era considerado entonces poco menos que  un extremista individualista-, entre esos grupos de derecha radical era una guía. El Partido Republicano fue acogiendo esas ideas y a esos grupos en su seno. Y así se fue difundiendo una ideología de fundamentalismo de mercado en lo económico y racista en lo social, que fue calando entre sectores de medios y altos ingresos de la sociedad blanca e incluso en los sectores negros e hispanos o latinos, más privilegiados o simplemente más oportunistas, descerebrados o desorientados.
Así pues, se fue sustituyendo el consenso “progresista” o liberal de manera gradual pero sin pausas. La elección de Reagan fue el momento de lo que pedantemente se puede denominar la “ruptura epistemológica” con los valores del New Deal. Si como se afirma por algunos Roosevelt utilizó el poder del Estado con el objetivo de mejorar la vida de la gente, Reagan a partir  de 1980 dijo que haría lo mismo pero en dirección inversa, estableciendo un orden neoliberal conservador.
Los mantras de Reagan eran: bajar los impuestos especialmente a los que tienen ingresos y beneficios del capital más altos, menos intervención del gobierno en el mercado y la vida de las personas, y políticas  a favor de los negocios en general que, según los neoliberales, crearían prosperidad  y esta  se filtraría a todas las capas de la sociedad. Este era el mito neoliberal: al ayudar a los más ricos toda la sociedad, inclusive los más pobres, se beneficiarían.
Estas ideas se convirtieron en hegemónicas y fueron sustituyendo a las ya consideradas anticuadas  del Nuevo Trato. Keynes fue vilipendiado. Milton Friedman se convirtió en el nuevo profeta económico del neoliberalismo desde Chicago, pasando por Washington, hasta  el Chile de Pinochet.
En el Partido Demócrata también los políticos se adaptaron o aceptaron tales ideas y decidieron que era mejor y más beneficioso para ellos nadar a favor de la corriente que no en contra. Eso les permitía además obtener más financiación para sus campañas por las corporaciones. Si antes todos eran pro “new deal” o keynesianos, para evitar su suicidio político, ahora todos o casi todos, eran neoliberales friedmanianos, por igual motivo.
Lo que ocurre es que los resultados económicos y sociales no respondieron a las expectativas triunfalistas de los neoliberales. Las rebajas a los impuestos de las sociedades, al patrimonio, a la herencia, al impuesto de la renta de los de más altos ingresos, no se filtraron hacia toda la sociedad sino que llevaron a una hiper concentración de la riqueza y del capital en muy pocas manos.
El resultado de las políticas neoliberales
También se redujeron los programas sociales que aseguraban un relativo bienestar o la simple supervivencia a los trabajadores de menos ingresos. El neoliberalismo hizo que para la abrumadora mayoría de los americanos la vida les fuera peor. Resumo el resultado de estas políticas con lo expuesto por el premio Nobel de economía en 2001, Joseph E. Stiglitz (2015, La gran brecha):
“Todo el crecimiento de las últimas décadas -y más-ha beneficiado a los de arriba. Si hablamos de desigualdad de rentas, Estados Unidos está más atrasado que cualquier país de la vieja Europa (…) Los países que más se parecen a nosotros son Rusia, con sus oligarcas, e Irán.
(…) un motivo importante de que tengamos tanta desigualdad es que el 1 por ciento más rico quiere que sea así (…) Los miembros del  1 por ciento más rico poseen las mejores casas, los mejores colegios, los mejores médicos y las mejores formas de vida, pero hay una cosa que no parece que el dinero pueda comprar: saber que su suerte está unida a las condiciones de vida del 99 por ciento restante. Eso es algo que, a lo largo de toda la historia, el 1 por ciento ha acabado siempre por comprender. Pero demasiado tarde”.
https://acento.com.do/2020/opinion/8799517-por-que-biden-no-es-el-mejor-rival-para-vencer-a-trump-1-2/

Drama social, organización social, comportamiento y liderazgo | por Cándido Mercedes

Deshojando paradigmas
Drama social, organización social, comportamiento y liderazgo
Cándido Mercedes  | 30 de marzo de 2020 | 12:04 am
“Desde el punto de vista ético, se considera que toda fuente de riqueza es social y por tanto implica 04 en quienes se benefician de ella, tanto más cuanto más provecho obtengan”.
(Fernando Savater).
En tiempo de crisis es cuando auscultamos el carácter y determinación de un verdadero liderazgo, se enmarca en la diferencia entre lo que podemos y debemos de hacer. El liderazgo que apunta a las estrellas es aquel que, en medio de la mutación, del peligro, de la emergencia nacional, crea el puente y el grito de la unidad nacional. Apela y concita el despertar de una nación para propiciar el mejor de los caminos, aun en tiempo de tempestad.
Un liderazgo que despierte en la audacia, en la búsqueda acrisolada de la identificación del interés común, con responsabilidad y compromiso, más allá de una agenda política partidaria. Aquel que subordina calendario y ruptura el dietario oculto de su pasión, enfocándose como diría Stephen Covey “lo primero, lo primero”. Acuña al gran dramaturgo, poeta y novelista alemán Goethe “Lo que importa más, nunca debe estar a merced de lo que importa menos”.
Hay un drama social en el mundo y en cada país donde se ha presentado la pandemia del Coronavirus 2019, una crisis social reflejada en la crisis sanitaria. Una crisis de protección social coadyuvando a un deterioro en la calidad de los servicios sanitarios y sociales. El drama social, sobre todo en países como el nuestro donde existe una fuerte fragilidad institucional, se acrecentará, ello así porque las enfermedades de la desesperación, tales como suicidio, alcoholismo, drogadicción, violencia, aumentarán inexorablemente. La definición de la salud asumida desde la Organización Mundial de Salud “como un estado de completo bienestar físico, mental y social”, nos señala pues, que la salud es una cuestión tanto social como biológica.
Sociedades como la nuestra con un sistema de salud esencialmente débil, fragmentado, con una gestión de salud que no logra dar el salto tayloriano en medio de esta crisis, debería aunar esfuerzos por una estrategia global más proactiva, enfocada en la salubridad. Empero, es sabido que los países como el nuestro, con altos índices de enfermedades y mortandad, generalmente están organizados de manera indudablemente muy diferentes a aquellas con esperanzas de vida más halagüeñas y mucho menos dolencias y afecciones.
Detrás de toda organización social, que deriva en comportamiento, hay una cultura, una filosofía y una sedimentación política institucional que bosqueja y aun, merced, en gran medida a un liderazgo. Ese necesario liderazgo en los últimos 25 años no lo hemos tenido. Un liderazgo referencial positivo que lleve a cabo el soporte y expresión de lo mejor del dominicano en los diferentes planos y dimensiones de nuestra existencia. Tenemos una forma de organización laxa, todo “se negocia”, “todo es posible”, “en el camino se arregla la carga”, “para nada es mejor así”, “algo es algo”, “no te preocupes, eso lo cambian ahorita”, “eso lo hicieron para joder a uno”, “tu va a creer en eso”. Eso expresa la falta de disciplina social que se anida en el campo del tejido social de los dominicanos.
Una gran parte de los dominicanos no opera socialmente en la dinámica social acorde al contexto y a la circunstancia de la encrucijada histórica, a menos que no se ejerza como estandarte los aparatos coercitivos del Estado. 8,000 apresados en los primeros 5 días del toque de queda es una barbaridad, más de 3,000 motores incautados y 515 carros nos arrojan los niveles de deslizamiento del relajamiento de las normas y del espíritu de protección colectivo frente a un drama social que implica la muerte.
En estos momentos y mirando a mediano plazo, el panorama social es descomunal porque el estado de salud guarda relación con la calidad de vida, con la desigualdad social; aquí lo trascendental es cómo el Estado coadyuvará con neutralizar lo más posible los efectos perversos del Coronavirus 19 y cómo puede crear una plataforma para auxiliar a las personas que quedan estropeados con los trastornos psicológicos, con la desvinculación laboral, ejemplificado en el miedo, la incertidumbre, la ansiedad, la angustia, la depresión.
El cambio social intempestivo, veloz, de nuestra vida cotidiana, hasta en los modos de saludar y relacionarnos, traerá consigo no solo nuevas formas de interacción social, sino que la medicina y la sanidad se dibujarán de manera diferente. La organización social tenderá a cambiar. Como también se producirá una especie de quiebre emocional, mental, al cambiar no solo la forma de trabajar (teletrabajo, el e-learning, virtual) si no la construcción y desconstrucción de la forma del comportamiento en la familia. El grupo primario por excelencia, la célula básica de toda sociedad ha tenido que rearticularse en su operatividad e instrumentalización del quehacer cotidiano y del peso equilibrado de la fisonomía social al interior de cada una de ella.
En nuestro país las desigualdades sanitarias están muy conectadas, vinculadas a las diferencias socioeconómicas. El Coronavirus rompe, hasta ahora, en Dominicana con el paradigma de la relación entre salud y variables como clase social, género, la raza, la edad y la geografía. De 488 casos confirmados casi el 50% se encuentran en el Distrito Nacional, y una gran mayoría en Santiago, Provincia Santo Domingo y San Francisco. La mayoría de los afectados son clase media, media alta y alta.
Los factores ambientales y/o estructurales (como la distribución de la renta y la pobreza) inciden denodadamente en la salud, así como el comportamiento de cada uno de nosotros en función de la organización social. La desigualdad de oportunidades vitales se pone de manifiesto en este momento de una pandemia que ha traído consigo nuevos desafíos a la humanidad y no cabe la menor duda, de una nueva mirada que traerá consigo la salud como centro motor de los sistemas políticos.
Nuevas formas de organización que reconfiguren mejores relaciones sociales estructurales y estructuradas que converjan en la dinámica de construcción de una cultura distinta. Un nuevo liderazgo más inclusivo, más participativo, menos orquestador del inmediatismo politiquero, del pragmatismo sin visión de Estado, más arquitecto de la unidad, más permeado en la cohesión social y menos anclado en el verticalismo y el fingido de la humildad.
https://acento.com.do/2020/opinion/8798882-drama-social-organizacion-social-comportamiento-y-liderazgo/

Rubén Blades suelta su musa y escribe con motivación por el coronavirus

Rubén Blades suelta su musa y escribe con motivación por el coronavirus

Objetivo. Busca concienciar a la sociedad de seguir las recomendaciones sanitarias. Canción. Se titula “Para Panamá”, pero se adapta a todos los países que viven tragedia
Rubén Blades hizo esta canción en colaboración con el salsero Luis Enrique y ya está en sus plataformas digitales.

MIAMI.-El cantante Rubén Blades lanzó una canción titulada “Para Panamá” con el fin de concienciar a la sociedad de seguir las recomendaciones sanitarias y mantenerse en sus casas y así frenar la propagación del coronavirus, Covid-19, que ya deja 9 decesos y 674 contagios en ese país.
“Presentamos ‘Para Panamá’, nuestro aporte en forma de canción, de manera simple, directa, repetitiva, porque nos interesa que los mensajes que planteamos en la letra queden claros”, escribió Blades en twitter, en la que tiene un millón de seguidores.
La canción comienza con un coro cantado por varios panameños desde sus hogares recitando “Panamá” e introducido por un acordeón tocado por el cantante panameño Ceferino Nieto. “Somos una mano, hermanos y hermanas, frente a la tormenta nuestras manos tiemblan”, canta en las primeras estrofas el ganador de 17 Grammy, quien continúa entonando que “este es el momento de tomar conciencia; de ayudarnos todos sin indiferencia”.
Continúa: “En esta emergencia mostrar unidad y actuar con decencia y solidaridad. Esta es nuestra casa, necesita ayuda”, canta Blades.
El videoclip, editado por Luis Enrique, quien forma parte del equipo de música del cantautor y coprodujo el álbum “Paraíso Road Gang”, está compuesto por varias imágenes del país centroamericano, vídeos de panameños cantando el coro, grabaciones del cantautor desde su casa y el resto de colaboradores. “Atención: haz caso a los de salud.
Aunque te creas genio, ellos saben más que tú. Arriesgan su vida para socorrernos, eso no se olvida y hay que agradecerlo”, dice Blades en una mención especial a todos los trabajadores del sector sanitario.
Colaboración
— La produccion
Blades, quien también es actor de cine, produjo la canción de manera virtual con Luis Enrique desde su residencia en Nueva York, donde habitualmente convive. con su esposa, Luba Mason. https://eldia.com.do/ruben-blades-suelta-su-musa-y-escribe-con-motivacion-por-el-coronavirus/

Coronavirus: el perfecto desastre para el capitalismo del desastre | por Leonardo Boff

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Coronavirus: el perfecto desastre para el capitalismo del desastre
Leonardo Boff | 28 de marzo de 2020 | 12:05 am
La pandemia actual del coronavirus representa una oportunidad única para que repensemos nuestro modo de habitar la Casa Común, la forma cómo producimos, consumimos y nos relacionamos con la naturaleza.
Ha llegado la hora de cuestionar las virtudes del orden capitalista: la acumulación ilimitada, la competición, el individualismo, el consumismo, el despilfarro, la indiferencia frente a la miseria de millones de personas, la reducción del Estado y la exaltación del lema de Wallstreet: “greed is good” (la avaricia es buena). Todo esto se ha puesto en jaque ahora. Aquel ya no puede continuar.
Lo que nos podrá salvar ahora no son las empresas privadas sino el Estado con sus políticas sanitarias generales, atacado siempre por el sistema del mercado “libre”, y serán las virtudes del nuevo paradigma, defendidas por muchos y por mí, el cuidado, la solidaridad social, la corresponsabilidad y la compasión.
El primero en ver la urgencia de este cambio ha sido el presidente francés, neoliberal y proveniente del mundo de las finanzas, E. Macron. Lo dijo bien claro: “Queridos compatriotas, “Mañana tendremos tiempo de sacar lecciones del momento que atravesamos, cuestionar el modelo de desarrollo que nuestro mundo escogió hace décadas y que muestra sus fallos a la luz del día, cuestionar las debilidades de nuestras democracias. Lo que revela esta pandemia es que la salud gratuita, sin condiciones de ingresos, de historia personal o de profesión, y nuestro Estado de Bienestar Social no son costes o cargas sino bienes preciosos, unos beneficios indispensables cuando el destino llama a la puerta. Lo que esta pandemia revela es que existen bienes y servicios que deben quedar fuera de las leyes del mercado”.
Aquí se muestra la plena conciencia de que una economía sólo de mercado, que mercantiliza todo, y su expresión política, el neoliberalismo, son maléficas para la sociedad y para el futuro de la vida.
Todavía más contundente fue la periodista Naomi Klein, una de las más perspicaces críticas del sistema-mundo, que sirve de título a este artículo: “El coronavirus es el perfecto desastre para el capitalismo del desastre”.
Esta pandemia ha producido el colapso del mercado de valores (bolsas), el corazón de este sistema especulativo, individualista y anti-vida, como lo llama el Papa Francisco. Este sistema viola la ley más universal del cosmos, de la naturaleza y del ser humano: la interdependencia de todos con todos; que no existe ningún ser, mucho menos nosotros los humanos, como una isla desconectada de todo lo demás. Más aún: no reconoce que somos parte de la naturaleza y que la Tierra no nos pertenece para explotarla a nuestro antojo; nosotros pertenecemos a la Tierra.
En la visión de los mejores cosmólogos y astronautas que ven la unidad de la Tierra y la humanidad, somos esa parte de la Tierra que siente, piensa, ama, cuida y venera. Sobreexplotando la naturaleza y la Tierra como se está haciendo en todo el mundo, nos perjudicamos a nosotros mismos y nos exponemos a las reacciones e incluso a los castigos que ella nos imponga. Es madre generosa, pero puede rebelarse y enviarnos un virus devastador.
Sostengo la tesis de que esta pandemia no puede combatirse solo con medios económicos y sanitarios, siempre indispensables. Exige otra relación con la naturaleza y la Tierra. Si después que la crisis haya pasado no hacemos los cambios necesarios, la próxima vez podrá ser la última, ya que nos convertiremos en enemigos acérrimos de la Tierra. Y puede que ella ya no nos quiera aquí.
El informe del profesor Neil Ferguson del Imperial College de Londres declaró: “este es el virus más peligroso desde la gripe H1N1 de 1918. Si no hay respuesta, podría haber 3.2 millones de muertes en los Estados Unidos y 510,000 en el Reino Unido”. Bastó esta declaración para que Trump y Johnson cambiasen inmediatamente sus posiciones. Mientras, en Brasil al Presidente no le importa, lo trata como “histeria” y en las palabras de un periodista alemán de Deutsche Welle: “Actúa criminalmente. Brasil está dirigido por un psicópata y el país haría bien en eliminarlo tan pronto como sea posible. Habría muchas razones para ello”. Es lo que el Parlamento y la Suprema Corte por amor al pueblo, deberían hacer sin demora.
No basta la hiperinformación ni los llamamientos por todos los medios de comunicación. No nos mueven al cambio de comportamiento exigido. Tenemos que despertar la razón sensible y cordial. Superar la indiferencia y sentir con el corazón el dolor de los otros. Nadie está inmune al virus. Ricos y pobres tenemos que ser solidarios unos con otros, cuidarnos personalmente y cuidar de los otros y asumir una responsabilidad colectiva. No hay un puerto de salvación. O nos sentimos humanos, co-iguales en la misma Casa Común o nos hundiremos todos.
Las mujeres, como nunca antes en la historia, tienen una misión especial: ellas saben de la vida y del cuidado necesario. Ellas pueden ayudarnos a despertar nuestra sensibilidad hacia los otros y hacia nosotros mismos. Ellas junto con los trabajadores de la salud (cuerpo médico y de enfermería) merecen nuestro apoyo sin límites. Cuidar a quien nos cuida para minimizar los males de este terrible asalto a la vida humana.
https://acento.com.do/2020/opinion/8798786-coronavirus-el-perfecto-desastre-para-el-capitalismo-del-desastre/

Los militares brasileños se acercan al vicepresidente de Bolsonaro ante el agravamiento de la pandemia

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, saluda a partidarios y periodistas en la previa de una rueda de prensa dedicada al coronavirus celebrada en el palacio de Planalto, el viernes 27 de marzo.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, saluda a partidarios y periodistas en la previa de una rueda de prensa dedicada al coronavirus celebrada en el palacio de Planalto, el viernes 27 de marzo.ANDRE BORGES / AP
LA CRISIS DEL CORONAVIRUS
Los militares brasileños se acercan al vicepresidente de Bolsonaro ante el agravamiento de la pandemia 
Las Fuerzas Armadas celebran reuniones en Brasilia para discutir escenarios ante una eventual destitución del presidente, debilitado por la crisis del coronavirus
Las Fuerzas Armadas brasileñas han enviado señales de alerta ante las reacciones del presidente Jair Bolsonaro a la crisis de coronavirus. Esta semana, representantes de la Aeronáutica, el Ejército y la Armada le adelantaron al vicepresidente, el general Hamilton Mourão, que podría contar con su apoyo si Bolsonaro dejase su puesto, ya sea mediante un juicio político o una renuncia.
Aunque el debate se ha intensificado desde que la crisis de salud empeoró, las posibilidades de que Bolsonaro deje la presidencia son muy remotas. En más de una ocasión, el presidente dijo indirectamente que no renunciaría. “¡Nunca abandonaré al pueblo brasileño, a quien debo lealtad absoluta!”, dijo en su cuenta en Twitter. El titular de Diputados, Rodrigo Maia (DEM-RJ), responsable de poner en marcha un eventual proceso de empeachment, declaró esta semana que el asunto no está, al menos por ahora, en la agenda del Congreso.
Aun así, el Ejército ha mantenido reuniones en Brasilia, incluso con aliados de Bolsonaro y miembros civiles de su primera línea. Esta semana se celebraron al menos dos reuniones en las que se discutieron escenarios hipotéticos a mediano y largo plazo.
Dos participantes de esas reuniones informaron a EL PAÍS que el grupo está preocupado por un posible aumento repentino en los registros de infectados y muertes causadas por la enfermedad y que esto está relacionado con el discurso negacionista de Bolsonaro sobre la gravedad de Covid-19. Destacaron que cuando el presidente sugiere poner fin a las cuarentenas y el aislamiento social decretado por los gobernadores y alcaldes, suena insensible a la gravedad de la pandemia.
En este escenario, creen que la popularidad de Bolsonaro puede caer en picado si se muestra como un líder fallido que prefiere apalancar la economía antes que salvar vidas. “Él tiene un discurso de guerra. Pero quien está en la primera línea de una guerra es un soldado que sabe que puede morir. En una pandemia no podemos poner a todos en la misma situación que los soldados”, dijo uno de los miembros del grupo de manera reservada.
El martes, el comandante del ejército, general Edson Leal Pujol, trató de eximir a las Fuerzas Armadas de cualquier responsabilidad por la crisis. Al contrario de lo que defendió el presidente, declaró que los militares deben, sí, preocuparse por el coronavirus y dijo que combatir la propagación de la enfermedad “es quizás la misión más importante de nuestra generación”.
En Brasilia también ha circulado la tesis de que el presidente podría tomar una decisión extrema y decretar un estado de sitio (que depende de la aprobación del Congreso Nacional, donde Bolsonaro no tiene mayoría), que suponga restricciones a la libertad, comunicación y suspensión de garantías constitucionales. Si bien sería una decisión extrema, Bolsonaro podría argumentar que solo trata de “salvar a Brasil”. La vieja política, sin embargo, no lo acompaña.
Oficialmente, el presidente dice que no ha decretado el estado de sitio porque estaría “dando una señal de pánico a la población", según dijo en una rueda de prensa la semana pasada. Entre líneas, sin embargo, envía mensajes contradictorios. Este viernes, en una entrevista con el periodista José Luiz Datena, de TV Band, se le preguntó si tenía la intención de dar un golpe de Estado y cerrar el país. “Quien quiera atacar nunca dirá que quiere atacar”, respondió.
Mourão, un militar sin apoyos claros
Debido al tono de estas señales, los militares se acercaron al vicepresidente. Mourão es uno de los suyos, pero no cosecha un apoyo cerrado. En el Ejército, el vicepresidente llegó a ser visto como un radical cuando, en 2015, sugirió que las Fuerzas Armadas podrían intervenir ante una crisis política. En ese momento, la presidenta Dilma Rousseff (PT) estaba en un mal momento y el Lava Jato comenzaba a revelar escándalos de corrupción en serie. En el campo político, Mourão fue la quinta opción de Bolsonaro para componer su dupla electoral. Fue elegido en el último minuto, ante las negativas de otros políticos o por la desconfianza del propio presidente.
Mourão tampoco está bien considerado entre la familia Bolsonaro. Su principal enemigo entre el clan es el concejal de Río de Janeiro, Carlos Bolsonaro (PSC), hijo del presidente. Al principio de su mandato, Mourão comenzó a recibir embajadores extranjeros para demostrar que Brasil no se cerraría del mundo. También fue el principal articulador del acercamiento a China, el principal socio comercial de Brasil. A partir de entonces, llegó a ser visto como una voz moderada en un Gobierno de ultras. Entre el núcleo duro ideológico del Planalto, el acercamiento con China se interpretó como una traición al presidente, que quería distanciarse de los comunistas. En la práctica, la ideología se dejó de lado y el comercio entre las dos naciones se mantuvo en su apogeo.
Mourão fue puesto a un lado. Actuó, sin embargo, en algunos momentos clave, como cuando se discutió si Brasil apoyaría o no una intervención militar en Venezuela para secundar a Juan Guaidó en su choque contra el presidente Nicolás Maduro. Más recientemente, comenzó a coordinar el Consejo Amazónico, un colegiado reactivado después de la crisis de los incendios forestales.
Esta semana, el vicepresidente tuvo que contradecir a su jefe. Dijo que Bolsonaro había sido mal interpretado al defender que el país debería priorizar la economía. "Puede ser que él (Bolsonaro) se expresase de una manera, digamos, que no era el mejor. Pero que trató de plantear fue la preocupación que todos tenemos con la segunda ola del coronavirus, como se llama en este momento”.
Bolsonaro reaccionó el viernes. En la entrevista con Band, dijo que Mourão se sentía libre de hablar por ser "imprescindible”, es decir que no puede ser separado de su cargo. “Con el debido respeto a Mourão, él es mucho más rudo que yo. Algunos dicen que incluso soy muy amigable cuando estoy cerca de Mourão. Él es el único que no es resignable en el Gobierno, por lo que puede estar tranquilo ".
En este contexto de tensión, Bolsonaro enfrentó a los gobernadores, se aisló políticamente y escuchó protestas contra su Gobierno en las principales ciudades del país. Esta semana, perdió el apoyo de un importante aliado, el gobernador de Goiás, Ronaldo Caiado (DEM). Pero el ajedrez político está lejos de estar definido.
Tras la presión del presidente para reactivar la economía, tres gobernadores autorizaron la apertura parcial del comercio en sus Estados: Rondônia, Santa Catarina y Mato Grosso. Los próximos movimientos dependerán de la gravedad de la pandemia.
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