SERVICIO DE NOTICIAS en favor de la democracia participativa, el desarrollo humano, la paz, el medio ambiente y la cultura.- Santo Domingo, República Dominicana / Luis ORLANDO DIAZ Vólquez - OPINIÓN, NOTICIAS Y COMENTARIOS. Haciendo de la lucha contra la pobreza un apostolado templario./ email: guasabara.editor@gmail.com - http://www.facebook.com/GuasabaraLUISorlandoDIAZ - @GUASABARAeditor
Rand Paul dijo algo gracioso el otro día. No, en serio, aunque, por supuesto, no era esa su intención. En sucuenta de Twitter criticabala irresponsabilidad de la política fiscal estadounidense y declaraba: “La última vez que Estados Unidos no estuvo endeudado fue en 1835”.
Los graciosos no tardaron en señalar que a la economía de EE UU, en general, le ha ido bastante bien durante los últimos 180 años, lo que indica que el hecho de que la Administración le deba dinero al sector privado tal vez no sea tan malo. El Gobierno británico, por cierto, lleva más de tres siglos endeudado, un periodo que abarca la Revolución Industrial, la victoria sobre Napoleón y demás.
¿Pero se reduce todo a que la deuda pública no es tan mala como cuenta la leyenda? ¿O es posible que, de hecho, la deuda pública sea algo bueno?
Lo crean o no, muchos economistas sostienen que la economía necesita que haya una cantidad suficiente de deuda pública para funcionar bien. ¿Y cuánto es suficiente? Puede que más de lo que actualmente tenemos. Es decir, hay argumentos razonables para defender que lo que aflige a la economía mundial ahora mismo es que los Gobiernos no están lo bastante endeudados.
Sé que puede parecer una locura. Después de todo, nos hemos pasado una gran parte de los cinco últimos años en estado de pánico fiscal, mientras la Gente Muy Seria afirmaba que o recortábamos el déficit y reducíamos deuda ya, ya, pero ya, o nos convertiríamos en Grecia. ¡Como Grecia, os digo!
Pero el poder de los cascarrabias del déficit siempre ha constituido un triunfo de la ideología sobre la evidencia, y un número cada vez mayor de Gente Muy Seria —el último ha sido Narayana Kocherlakota, el presidente saliente de la Reserva Federal de Minneapolis— defiende el argumento de que hace falta más deuda pública, no menos.
¿Por qué? Una de las respuestas es que emitir deuda es una forma de pagar cosas útiles, y deberíamos hacerlo más si el precio es el adecuado. Estados Unidos sufre deficiencias evidentes en materia de carreteras, ferrocarriles, agua potable y alcantarillado y cosas por el estilo; y ahora mismo, el Gobierno federal puede pedir al mercado con tipos de interés más bajos que nunca. Así que este es un buen momento para tomar dinero prestado e invertir en el futuro, y muy mal momento para lo que de hecho ha sucedido: que se produzca un declive sin precedentes del gasto público en construcción, si lo ajustamos al crecimiento demográfico y la inflación.
Aparte de eso, los bajísimos tipos de interés nos están dando una pista sobre lo que los mercados quieren. Ya he mencionado que tener al menos un poco de deuda pública pendiente de pago contribuye a que la economía funcione mejor. ¿Cómo es eso posible? La respuesta, según Ricardo Caballero (del MIT) y otros, es que la deuda de los Gobiernos estables y fiables proporciona “activos seguros” que ayudan a los inversores a gestionar los riesgos, facilitar las transacciones y evitar una destructiva lucha por el dinero en efectivo.
Ahora bien, en principio, el sector privado también puede generar activos solventes, como los depósitos bancarios, que son universalmente considerados como seguros. Durante los años anteriores a la crisis financiera de 2008, Wall Street aseguraba haber inventado toda una nueva serie de activos seguros dividiendo y troceando el dinero procedente de las hipotecas basura y otras fuentes.
Pero toda aquella ingeniería financiera supuestamente brillante resultó ser un timo: cuando estalló la burbuja inmobiliaria, todos los activos con calificación de triple A se convirtieron en barro. De modo que los inversores volvieron corriendo al refugio que representaba la deuda de Estados Unidos y de otras economías importantes. Y de paso, hicieron que los tipos de interés de esa deuda bajasen considerablemente.
Y esos tipos de interés bajos son un problema, según afirma Kocherlakota. Cuando los tipos de interés de la deuda pública son muy bajos, aunque la economía sea fuerte no hay mucho margen para rebajarlos cuando la economía se debilita, por lo que resulta mucho más difícil combatir las recesiones. También puede haber consecuencias para la estabilidad financiera: si los activos seguros ofrecen rendimientos muy bajos, los inversores tienden a asumir demasiados riesgos (o, lo que es lo mismo, se sientan las bases para una nueva ronda de juegos de manos financieros por parte de Wall Street).
¿Qué se puede hacer? Si nos limitamos a subir los tipos de interés, como algunos financieros insisten en pedir (con la vista puesta en sus propios beneficios), socavaríamos nuestra todavía frágil recuperación. Lo que necesitamos son políticas que permitan unos tipos más altos en épocas de prosperidad, sin provocar una crisis. Y una de esas políticas, sostiene Kocherlakota, sería fijar un objetivo de deuda más alto.
En otras palabras, el gran pánico a la deuda del que fue presa la escena política estadounidense entre 2010 y 2012, y que aún domina el debate económico en Reino Unido y la eurozona, era aún más desatinado de lo que pensábamos los que nos oponíamos a la austeridad.
No es solo que, al escuchar a los gruñones fiscales, los Gobiernos estuviesen dándole patadas a una economía que ya estaba por los suelos y prolongando la crisis; no es solo que recortasen drásticamente la inversión pública en el mismo momento en que quienes invertían en bonos prácticamente les suplicaban que gastasen más; es muy posible que, además, nos hayan hecho propensos a sufrir más crisis en el futuro.
Y lo irónico es que estas políticas insensatas, y todo el sufrimiento humano que han generado, se presentaron acompañadas de llamamientos a la prudencia y la responsabilidad fiscal.
El desempleo se contrae en EEUU, los precios de la vivienda van al alza y la economía crece, pero este lunes su bolsa protagoniza unlunes negroque hacía años que no se vivía. No tuvo la culpa la mayor economía del mundo, EEUU, sino la segunda, China.
“La creciente preocupación por una desaceleración en China sacude los mercados”
1. ¿Por qué pasa?
La creciente preocupación por unadesaceleración en Chinaya había sacudido los mercados de todo el mundo el viernes, afectando al mercado de valores de Estados Unidos con una baja fuerte. Una venta masiva de valores en China el lunes provocó que prosiguiera la corrida. Aquí, los inversores también quieren vender.
Bernard Aw, un analista de la firma financiera IG en Singapur, atribuyó la caída de las bolsas chinas a las menores compras estatales destinadas a sostener el precio de las acciones y a la ralentización de la economía global, según dijo a la agencia EFE.
2. ¿Es natural que ocurra en EEUU?
Durante años, los inversionistas en acciones estadounidenses restaron importancia a las amenazas —la paralización del gobierno de Estados Unidos, el temor al desplome del euro, la posibilidad de que Estados Unidos incurriera en mora— y seguían comprando valores.
Lascorrecciones son normales en un mercado alcista, una pausa en la marcha hacia arriba y esta se veía venir desde hacía tiempo. Suelen llegar cada 18 meses y la última había sido hace cuatro años.
3. ¿Todo baja en EEUU?
No todo. El índice Standard & Poor's, que representa a 500 grandes empresas estadounidenses, sí cayó: enterritorio de corrección, que es la expresión que se usa en Wall Street para caídas de más del 10%, y ha moderado las pérdidas con el paso de las horas. Las grandes empresas industriales y tecnológicas están en la misma línea.
Así, quienes tienen dinero invertido enacciones de estas empresaso quienes tienenplanes de ahorro 401(k)vinculados a la evolución de la bolsa verán empequeñecidas sus inversiones. En cambio, losbonos del Tesorosubían este lunes, pues los inversores trataban de refugiarse en activos menos riesgosos.
4. ¿Es tan solo una caída financiera?
No. Los precios de las materias primas sufrieron de nuevo grandes caídas este lunes. China es la segunda economía mundial y el primer consumidor de metales industriales.
"La caída en picado de las materias primas es el reflejo del pesimismo sobre China", dijo Daniel Ang, analista de Phillip Futures en Singapur, a la agencia AFP. Los inversores temen que la demanda china de materias primas sufra por la disminución de la actividad industrial del gigante asiático.
5. ¿Irá a peor?
Podría ser, especialmente en China. "Hoy tenemos todos los ingredientes para presenciar en los mercados la peor jornada en cinco años", comentó Evan Lucas, corredor de IG Markets.
"La reacción de los mercados asiáticos refleja el sentimiento de los inversores y su convicción de que undesplome brutal de la economía china es inevitable", añadió.
6. ¿Estalló una burbuja asiática?
Persisten los temores de unaburbujaen pleno estallido, según algunos expertos. Antes de hundirse, la Bolsa de Shanghai había ganado un150% en el lapso de un año, impulsada por el endeudamiento y un crecimiento totalmente desconectado de la economía real.
"El mercado todavía se va a hundir más. Sería lo lógico, ya que los mercados bursátiles de todo el mundo caen al mismo tiempo", dijo Qian Qimin, analista del corredor Shenwan Hongyuan.
7. ¿En qué falló China?
El gigante asiático se tambalea y sus autoridades parecen dormirse en el timón, consideran los analistas.
Las autoridades deben demostrar que controlan la situación, asegura Christopher Balding, un economista de la HSBC Business School en China. "Tienen que demostrarmucho más liderazgo en esta situación", opina.
8. ¿Y América Latina, también?
China es el segundo origen de las importaciones de América Latina y el tercer destino de sus exportaciones, según el organismo económico Cepal. Y el 75% de esos productos exportados son primarios; desde granos hasta petróleo, productos cuyo precio está cayendo.
En Brasil, la mayor economía latinoamérica, el índice Ibovespa de la bolsa de Sao Paulo abrió a la baja y en las primeras negociaciones se desplomaba un 5.67 %, hasta los 43.129 puntos, con la bajada de todos sus 66 valores.
La bolsa de valores enMéxicoperdía 2.56% el lunes tras abrir con baja más 6% en medio del desplome de los mercados mundiales.
9. ¿Y el precio del petróleo?
La fuerte baja en el precio del petróleo el mes pasado ha sido una fuente de preocupación para loscorredores de bolsa. El petróleo cayó el viernes por debajo de los 40 dólares el barril, el menor precio desde la crisis financiera de hace seis años.
Si el petróleo sigue bajando, probablemente arrastrará consigo el índice S&P 500, que incluye perforadores y empresas energéticas. Las acciones de esas empresas han caído el 35% en los últimos 12 meses.
El español Ibex se deja un 5,01% a una hora del cierre y el índice de Shanghái cede un 8%. París se deja un 6% en una jornada aciaga en los mercados de todo el mundo
El Dow reduce sus pérdidas tras abrir con una caída de más de 1.000 puntos
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PHOTO:ZUMA PRESS
Corrie Driebusch y Saumya Vaishampayan
NUEVA YORK (EFE Dow Jones)--El Promedio Industrial Dow Jones llegó a caer el lunes brevemente más de 1.000 puntos, la mayor caída en puntos de este índice en un día a nivel intradía en su historia, debido a los crecientes temores en torno al crecimiento mundial que han provocado descensos en los mercados de todo el mundo.
El índice de referencia en Wall Street llegó a caer 1.089 puntos antes de amortiguar los descensos. Recientemente, el DJIA perdía 150 puntos, un 0,92%, a 16.304. Por su parte, el S&P 500 restaba 22 puntos, un 1,13%, a 1.948. Y el Nasdaq Composite bajaba 23 puntos, un 0,47%, a 4.684 puntos.
Los inversionistas salieron en tromba en busca de activos relativamente seguros como la deuda pública estadounidense, el franco suizo o el yen. La rentabilidad del bono del Tesoro estadounidense a 10 años cayó por debajo del 2% en la negociación asiática y recientemente se situaba en el 1,976%, su nivel más bajo desde abril.
Los temores de que la economía china se esté desacelerando dramáticamente desataron la venta generalizada de acciones en todo el mundo en los últimos días. La inesperada decisión de Beijing de devaluar su divisa hace dos semanas prendió las alarmas y sugirió que la segunda economía del mundo podría estar en peor condición de lo que se pensaba. Desde entonces, los débiles datos económicos han alimentado la preocupación de que una caída del crecimiento chino cause una desaceleración global.
El Índice compuesto de Shanghai se hundió 8,5% el lunes y entró en territorio negativo para 2015, luego de haber subido hasta 60% en su cenit de junio. El índice Nikkei de Japón cayó 4,6%.
En Europa, el Stoxx Europe 600 cayó 4,6% y el DAX alemán cayó 3,7%. El mercado bursátil alemán, que contiene a varias automotrices y firmas industriales que realizan una buena parte de sus ventas en China, ha sido uno de los más golpeados por la venta generalizada.
Las acciones mineras, que son altamente sensibles a los temores de una menor demanda de China, sufrieron los mayores golpes. Las empresas de recursos básicos en el Stoxx Europe 600 cayeron casi 10%.
Antes de la apertura del mercado, los futuros del Dow, el S&P 500 y el Nasdaq 100 llegaron a caer al menos un 5%, lo que llevó a la operadora de la Bolsa de Valores de Nueva York, NYSE Group Inc, a invocar la “Norma 48”, a la que apenas se recurre y que relaja algunas normas de cotización para garantizar una apertura fluida cuando la negociación antes de la apertura de la sesión es especialmente volátil.
Al momento de la apertura del mercado el lunes, un grupo de acciones y productos financieros que cotizan en bolsa activaron los llamados “rompe circuitos”, los cuales entran en acción cuando hay una caída de 10% o más en un período de cinco minutos.
“Cuando hay una venta generalizada, tiende a haber una mentalidad de rebaño”, dice Ryan Larson, director de corretaje de valores de RBC Global Asset Management. “pero una vez ese rebaño se mueve, hay muy buenas oportunidades de compra”.
Ahora que el Dow ha reducido sus pérdidas de inicio de sesión, Larson agrega que parece que los inversionistas se han dado cuenta que la caída inicial fue una sobrerreacción. A medida que las acciones caían a sus niveles más bajos de la sesión, los corredores dicen que vieron a muchos inversionistas lanzarse a comprar acciones a precios muy bajos.
Los corredores estaban a la expectativa de si se activaría un rompe circuito para todo el mercado. La última vez que sucedió esto fue el 27 de octubre de 1997, cuando el Dow cayó 554 puntos, que hasta ese momento era la peor caída en un día en su historia.
Sin embargo, ahora se usa una regla que empela el S&P como referente en vez del Dow. Si el S&P 500 cae 7% antes de las 3:25 p.m. la Bolsa de Nueva York detendrá operaciones por 15 minutos. Si el índice cae 13% antes de las 3:25 p.m. el mercado se detendrá por otros 15 minutos. Si cualquiera de esos niveles se supera después de las 3:25 p.m., el mercado continuará a menos que el declive supere el 20%.
Los nuevos indicios de una desaceleración en China, la segunda mayor economía mundial, han sobresaltado en los últimos días a la renta variable y fija, las divisas y las materias primas. El lunes, los inversionistas se han encontrado también con que las autoridades chinas no han hecho nada nuevo para limitar las ventas. The Wall Street Journal informó de que el banco central chino se estaba preparando para inundar el sistema bancario de liquidez para aumentar el crédito.
“Muchos mercados extranjeros han visto una escasa liquidez, por lo que los inversionsitas recurren al mercado estadounidense para cubrirse”, según Jeffrey Yu, de UBS AG.
El Dow, que tiene una gran exposición internacional, entró el viernes en territorio de corrección, que se define como una caída del 10% desde su máximo reciente.
El miedo —el pánico, incluso— ha gobernado las Bolsas en todo el mundo. Los desplomes de los índices asiáticos, el de Shanghai llegó a hundirse hasta el 8,49%, arrastraron a la renta variable de todo el mundo. El Ibex español perdió un 5,01%, pero llegó a caer un 7,3%. En EE UU, nada más abrirse la sesión, el Dow Jones abría dejándose 1.000 puntos, aunque enseguida recuperó parte de las pérdidas, y cerró con un descenso del 3,58%. El temor a un frenazo de China, la segunda economía del mundo, y la desconfianza que eso ha llevado a sus mercados financieros ha acabado por contagiarse al resto. Ahora la vista está puesta en el banco central del gigante asiático, al que la jornada de ayer le añadió presión para tomar algún tipo de medida que insufle liquidez.
El lunes 24 de agosto se ha hecho un hueco entre los peores días para las Bolsas de todo el mundo en los últimos años. Esto no es cualquier cosa en unos mercados que desde agosto de 2007, cuando estalló la crisis de las hipotecassubprimeen Estados Unidos, registran bastantes jornadas dignas de enmarcar en los libros de historia por aciagas para los inversores. Al cierre, el Ibex se dejó un 5,01%, su mayor caída desde el verano del rescate a España, el de 2012. Los valores más afectados fueron Arcelor (-9,2%), Repsol (-8,03%) y Santander (-6,68%).
Wall Street ha arrancado la sesión bajo una intensa presión. El Dow Jones, el índice de referencia del parqué neoyorquino, perdió de golpe cerca de 1.100 puntos o más de un 6% en el momento de sonar la campana. Es la caída más brusca en el inicio de la jornada bursátil desde septiembre de 2008. El castigo en el Nasdaq fue mayor, del 8,5%, informaSandro Pozzi. Media hora después las pérdidas se moderaron y quedaron en la mitad. El índice tecnológico cedió al cierre un 3,82% y el Dow Jones un 3,58%
El cierre de Europa ayudó a calmar los ánimos a media sesión y eso contribuyó a limitar la caída a menos del 1%. Pero las dudas volvieron a dominar en la última hora de negociación y las ventas indiscriminadas retomaron, lo que llevó al Dow Jones a dejarse más de 640 puntos en el proceso. Todo esto mientras el precio del petróleo se colocaba por debajo de los 38 dólares.
La semana ha comenzado teñida de rojo por la preocupación sobre la marcha de la economía china —que lasúltimas medidas del régimenno han servido para allanar— y como reacción a los descensos del viernes pasado en las principales plazas europeas y estadounidenses. Y como si de un círculo se tratara, los desplomes de los mercados asiáticos se han contagiado a Europa.
El índice de referencia de las Bolsas chinas, el de Shanghái, han cedido un 8,49% al cierre. Es la mayor que ha registrado este índice en este verano que se está convirtiendo en una pesadilla para los inversores en renta variable en el gigante asiático. De hecho, es la mayor caída desde julio de 2007.
El otro gran índice chino, el de Shenzhen, más centrado en títulos de tecnológicos, ha perdido un 7,7%. No hay que irse tan atrás para encontrar un retroceso mayor, pero sí que es de los mayores de este terremoto estival.
En Japón, las acciones del mayor índice del país, el Nikkei, han cerrado este lunes con un descenso del 4,61%. El yen, considerado una moneda refugio en tiempos turbulentos, se apreciaba por cuarta jornada consecutiva frente al dólar. Si el jueves anterior la cotización de la divisa estadounidense llegaba a los 124 yenes, este lunes se ha situado en 120,79 yenes, un golpe para los exportadores nipones.
El índice Hang Seng en Hong Kong se ha dejado un 5,17%, un castigo más leve que el de las Bolsas chinas pero igualmente relevante para un selectivo tradicionalmente estable. Las Bolsas en Australia, Singapur o Malasia también registraban retrocesos.
El Ibex cae a su mínimo desde enero
En Europa, todas las Bolsas han seguido el camino marcado por Asia .El Ibex 35ha empezado la sesión con caídas superiores al 6,5% y ha perdido más conforme transcurría la sesión. Poco antes de las dos de la tarde el selectivo se situaba en los 9.860,7 puntos.
En poco más de un mes, el Ibex 35 ha cedido más de un 13%. El índice se encuentra por debajo de los niveles que marcó en los momentos de mayor inestabilidad en Grecia de los pasados meses de junio y julio, cuando el riesgo de ruptura del euro se elevaba. El índice se encuentra en su nivel más bajo desde enero.
Entre los valores del Ibex 35, Gamesa, con fuerte presencia en China, junto con ArcelorMittal y Acerinox (dos firmas muy expuestas a la demanda de acero) encabezan las pérdidas.
Las pérdidas también han crecido en el resto de Europa. Las caídas de París y Fráncfort han llegado a situarse en el entorno del 5%. El miedo en Alemania, atenuado poco después de las dos y media de la tarde, ha llegado por la exposición de varias grandes empresas alemanas al mercado chino.
Preocupación por China
Elnerviosismo de los inversoresviene alimentado por la preocupación acerca de la economía china, la segunda del mundo, y el temor a que la ralentización pueda ser más profunda de lo esperado. En el segundo trimestre del año creció a un ritmo del 7%, el más lento desde 2009. El 11 de agosto, el Banco Popular de China (central) anunció por sorpresa unadevaluación del renminbi, la mayor semanal en 21 años y una medida que las autoridades económicas del país habían descartado públicamente en varias ocasiones con anterioridad. Desde la puesta en marcha de la iniciativa, encaminada a alentar un sector exportador que había sufrido fuertes caídas, los valores en todo el mundo han perdido en torno a los 5 billones de euros.
El viernes, los datos oficiales mostraban una contracción en el sector manufacturero chino en las primeras tres semanas de agosto a un ritmo desconocido desde el estallido de la crisis financiera global.
El anuncio este domingo de que el Gobierno chino permitirá al principal fondo de pensiones estatal invertir en Bolsa no ha sido suficiente para contrarrestar los temores. El fondo podrá invertir hasta el 30% de sus activos netos en acciones que coticen en los mercados nacionales y otros instrumentos financieros. La idea es intentar inyectar liquidez en los mercados de renta variable tras la huida de muchos pequeños ahorradores, que han visto sus fondos decrecer.
La Bolsa china acumula una bajada superior al 30% desde las fuertes correcciones de julio y se sitúa en mínimos de los último cinco meses. Y las autoridades no están consiguiendo transmitir a los inversores un mensaje de estabilidad.
En una rueda de prensa el domingo, el director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional para Italia y Grecia, Carlo Cottarelli, quiso lanzar un mensaje de tranquilidad. La institución financiera calcula para este año un crecimiento del 6,8% para la segunda economía del mundo. La ralentización china y la caída de sus acciones son un ajuste “necesario”, por lo que hablar de una crisis “es absolutamente prematuro”, subrayó Cottarelli.
Caída del petróleo
El brent, crudo de referencia en Europa, se situaba esta mañana por debajo de los 45 dólares por barril por primera vez desde marzo de 2009, hace casi seis años y medio. El crudo estadounidensetambién está en sus mínimos desde la crisis financiera.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha destacado que la volatilidad de los últimos días y la fuerte caída del IBEX 35 no tiene nada que ver con la situación de España y se explica por las dudas de China y otros países emergentes.
En declaraciones a Efe después de que el principal selectivo de la bolsa española se hundiera un 5,01 % en su peor sesión desde principios de agosto de 2012, en línea con otras grandes plazas europeas, De Guindos ha insistido en que este desplome se debe a factores "exógenos".
"No tiene nada que ver con los fundamentos de la economía española", que crece a tasas próximas al 4 %, ha destacado el ministro de Economía, quien ha añadido que hay que tener en cuenta que "en agosto la liquidez es más reducida y de vez en cuando los mercados sobrerreaccionan". http://economia.elpais.com/economia/2015/08/24/actualidad/1440392787_585122.html