Han sido muchas las especulaciones acerca de las plantas generadoras a base de carbón que desarrolla el Estado dominicano en Punta Catalina, en Peravia. Desde su inicio en diciembre de 2013, diferentes sectores han manifestado su oposición al proyecto, en el típico estilo contemporáneo de exclamación interrogante, e interrogación reclamante; ¡Tecnología obsoleta!; ¡Lucha contra el cambio climático!; ¿A qué precio?; ¿De quién es el terreno?, el cinismo sin valor de un metal destemplado ha marcado el tono de la protesta.
No ha valido ni el tiempo, ni la frecuencia, ni la intensidad de detalles del esfuerzo genuino que el Estado ha dedicado a dar a conocer la viabilidad financiera, técnica y comercial del mencionado proyecto.
Se le opone una sinfonía desafinada por falta de madera y de cuerdas; con ductos sinusoidales reventados y tornillos flojos, que han obligado a la verdad a la confidencialidad del silencio, quedando solo, retumbando, el timbre de La Respuesta.
Hoy, ya culminado un proceso y superada la necesidad de confidencialidad, me veo obligado a este testimonio, que si bien es interesado, no deja de ser por eso de interés público. Si bien es cierto que es una opinión personal, no le resta el nombre mío su valor institucional. Aún no siendo desinteresada, al menos espero que sea interesante.
Sobre descortesías:
Antes de entrar en la materia quiero aclarar, sin perder demasiado tiempo en esto, algunos conceptos emanados de fuentes inciertas referentes, principalmente, al costo del proyecto y contra la pulcritud de los procesos bajo el cual fue adjudicado:
Sin conocer detalles sobre el presupuesto de ingeniería menos que sobre su monto global de cerca de los 2,000 millones de dólares y sobre el alegato de que este fuera adjudicado tras rechazar la propuesta de una empresa china por la mitad del valor, o sea, 1,000 millones de dólares, puedo aportar que en el mundo hoy no existe un solo proyecto de generación de electricidad en base a carbón que cumpla con la normativa internacional y local que cueste (llave en mano) lejos de los 3 millones de dólares por MWh de capacidad, con lo que la cifra de 2,000 millones de dólares por una capacidad de cerca de 700 mega es aceptable y la de 1,000 millones es definitivamente insuficiente. Cabe agregar que la mencionada firma china en dos ocasiones y por escrito, ha expresado que no tiene reclamo contra el proceso de adjudicación del proyecto de Punta Catalina, con lo que ha descalificado todo reclamo interpuesto por los que en un momento fueron sus representantes locales.
Mas allá de esto, la firma Stanley, contratada por el Estado para las funciones de supervisión de ingeniería de todo el proceso, desde el inicio de la licitación hasta terminar la obra de construcción (lo que en este tipo de proyectos se denomina “owner’s engineer” o ingeniero del dueño, y en este caso los dueños son los ciudadanos dominicanos y dominicanas representados por el gobierno en la CDEEE), es una firma de ingeniería internacional de renombre y respetable. Esta ha reconocido la validez técnica y económica del contrato de ingeniería adjudicado.
Todo lo otro que se ha ventilado de esas informaciones falsas aludiendo a malas prácticas, no merece ni la menor atención de mi parte, ya que no corresponden con la conducta responsable, transparente y formal que, en mi experiencia, siempre ha mantenido el presidente ejecutivo y el presidente del Consejo de la CDEEE, junto al equipo de profesionales subordinados a ellos, que se han empleado en el desarrollo de este proyecto.
¿Es obsoleta la tecnología de la Central Energética de Punta Catalina?
Para este análisis consideramos comparar a Punta Catalina con una generadora de similar capacidad utilizando gas natural como combustible, ya que las generadoras que consumen este gas son de las más avanzadas en cuanto a lo que tecnología se refiere.
Como combustible:
Desde el punto de vista económico, una planta como la de Catalina puede generar a capacidad un kilowatt por cada 10,300 Btu de carbón. Una tonelada de carbón en el mercado colombiano y/o americano contiene alrededor de 19.5 millones de Btu, y cuesta cerca de los 65 dólares la tonelada puesta en muelle en Punta Catalina. Esto todo traduce a unos .035 (es decir 3.5 centavos) de dólar el componente de combustible para producir un KWh.
Una generadora a gas natural con ciclo combinado en RD quemará promedio unos 7,000 Btu para generar un kilowatt, y el millón de Btu puesto en planta en República Dominicana (FOB RD) rondará, 1.15 veces el precio spot del gas natural (Henry Hub) que hoy esta a 2.65 dólares el mmbtu (millón de btu) más 4.5 dólares fijos FOB RD más 1 dólar de costos terminal y gasoducto (excluido costos de capital) para 5.5 de costos fijos o 8.55 dólares por mmbtu incluido el costo variable lo que pone el costo variable de combustible por kwh en .06 (o 6 centavos) de dólar.
Como inversión de capital:
La generación eléctrica a carbón tiene un costo de inversión cercano a los 2.8 millones de dólares por megavatio de capacidad, que para Catalina son unos 2,156 millones de dólares por la planta, de los cuales unos 100 millones corresponden a las instalaciones portuarias. En gas natural, una inversión para generar una capacidad de 770 megavatios hora en una central a ciclo combinado costará aproximadamente unos 700 millones de dólares más una inversión de aproximadamente unos 350 millones de dólares en terminal y gasoducto para un total invertido de 1,050 millones de dólares. A estos montos de inversión en cada tecnología, y considerando una recuperación en 15 años a una tasa de 9% para cubrir costo de financiamiento y retorno de inversión, podríamos esperar un cargo por capacidad en la central de carbón de unos .046 (o 4.6 centavos) dólares por kwh. generando 85% de su capacidad anual, y unos .023 (o 2.3 centavos ) dólares para la generadora a gas por los mismos conceptos.
Tomando estos dos factores, podríamos deducir un costo de 8.1 centavos de dólares para carbón y unos 8.3 centavos de dólares por kwh para gas natural. Es preciso destacar que en el caso de Catalina, al ser una inversión pública, la tasa de 9% para cubrir costo financiero y retorno podría reducirse de 1 a 2% reduciendo considerablemente los 4.6 centavos de cargo por capacidad; sin embargo no se ha reducido para los fines de este ejercicio ya que, como veremos más adelante, el Estado ha escogido una metodología de inversión en la que hace considerables aportes en forma de retorno social y compensación medioambiental que más que justifican esta compensación.
Además, al esta planta entrar en un sistema donde compite con unidades privadas y público-privadas, es correcto asumirle variables comparables, ya que, si ignorara estos factores en su fórmula de precios, el Estado estaría canibalizando la inversión privada, lo cual no ha sido la intención de esta inversión.
¿Impacta la Central Generadora Punta Catalina al Cambio Climático?
La Central de Punta Catalina produce dos sustancias residuales al generar sus 770 Mwh de energía eléctrica:
La primera es ceniza, que sus máquinas decantan y mezclan con una cantidad de cal para producir una mezcla que será transportada a las instalaciones de la cementera Domicem, donde será a su vez incorporada a la producción de clinker, y así de cemento, lo cual reduciría la cantidad de caliche requerido por la cementera en alrededor de un 10 por ciento.
El otro subproducto del proceso de generación es la emisión de CO2. Una de las mayores diferencias que tiene el proyecto de Punta Catalina con otras centrales de generación a base de carbón en el mundo es que esta se ha propuesto mitigar el cien por ciento de sus emisiones sembrando sobre un millón de árboles de caoba a través de un ambicioso e innovador plan nacional conocido como CaoBank.
Más allá del precio de energía y el costo de inversión, que como ya explicamos es justificable, y dentro de los parámentos razonables, e incluso tomando en cuenta el aporte a la reforestación que el proyecto haría como mitigante para reincorporar sus emisiones de CO2, que aunque no es una emisión considerada como polución, ya que en efecto es lo mismo que los humanos emitimos al exhalar, sin duda es un gas invernadero, y el aumento de concentración del mismo aporta al calentamiento global.
Un precio que se justifica
Muchos se han preguntado por qué no haber hecho en vez una inversión en generación a gas natural, que como explicamos podría generar electricidad a un costo ponderado similar. El Estado ha explicado que, al momento de decidir sobre esta inversión, la viabilidad de cerrar contratos a largo plazo de gas natural licuado le fue imposible, y de hecho así fue hasta muy recientemente.
El Presidente de la República es electo para tomar decisiones y para el bien de nuestro país el pueblo eligió a uno a quien no le falta ni la paciencia, ni la determinación, ni la capacidad para tomar grandes decisiones bien concebidas y trascendentales. Su decisión de invertir en las plantas de Punta Catalina es una de esas decisiones, y a mi entender no solo ha sido una decisión valiente sino que, al haber escogido esa tecnología, ha dotado al país de la posibilidad de embarcarse en una de las más prometedoras industrias de vanguardia con las mayores expectativas de avances tecnológicos, la del carbón, ya no como combustible, sino la del carbón como material, o más precisamente como material nano-estructural, el cual requiere para sus miles de aplicaciones temperaturas como las que se producen en una generadora térmica.
El futuro de esta industria a nivel mundial ya comienza a revelar posibilidades verdaderamente increíbles. Solo basta con observar las propiedades del nano material grafeno (Graphene en inglés) así como las cantidades de patentes que se registran por año a partir de ese material, para entender que las cadenas de carbono presentes en los hidrocarburos pesados pronto llegarán a consumir 100%, si no más, de su capacidad calorífica en su propia reestructuración molecular para producir los más fantásticos materiales que el ser humano fabricará.
El mundo escogió el gas natural como el próximo combustible de consumo masivo; durante los próximos 15 años las infraestructuras para almacenarlo criogénicamente y los gasoductos para transportarlo se construirán por todo el mundo y eventualmente su precio comenzará a subir. En el mismo tiempo, el mundo verá los precios de los combustibles pesados bajar en los mercados spot. Sin embargo, en la medida en que los años pasen, se verá cómo los contratos futuros se elevan al tiempo que fábricas y laboratorios comiencen a bloquear la materia prima de sus futuras producciones de súper materiales.
El futuro y la participación de RD en esta industria dependerá de la capacidad que tenga la Central de Punta Catalina de incorporar las tecnologías adecuadas en recaptura y reciclaje de carbón para mantenerse a la altura del desarrollo de esa prometedora industria, y para ello se le ha reservado un espacio amplio a la planta para poder ir incorporando los diferentes componentes que le permitirían embarcarse en ese auspicioso camino.
En este sentido el Estado dominicano ha hecho una inversión a un costo de capital que el sector industrial dominicano no se encontraba en capacidad de hacer, y con ello el ha abierto un nuevo espacio de desarrollo a la industrialización en la República Dominicana.
¡La tierra es dominicana!
Sobre la propiedad de los terrenos sobre los que se construye la termoeléctrica a base de carbón de Catalina ha habido especulaciones que han encontrado audiencia en los medios y las cortes dominicanas. No hay que esforzarse mucho para descubrir que la propiedad de los terrenos de esa parte de Punta Catalina pertenece al ingenio CAEI, lo cual me hace un natural interesado en el tema. La ocupación de los terrenos, como establece la ley eléctrica, se ampara en una concesión de generación eléctrica, y los derechos del propietario y los canales disponibles para ejercer estos están bien establecidos en la Constitución y en la misma ley eléctrica.
El derechohabiente tiene la oportunidad de negociar retribuciones por las ocupaciones requeridas para el desarrollo de la generadora siempre que sea dentro de un marco amigable y proactivo, y precisamente ese ha sido el ambiente de negociación en que las partes se desenvolvieron para proveer los espacios necesarios para esos fines.
Una instalación industrial y portuaria como la de Punta Catalina no se establece arbitrariamente: las condiciones geológicas, marítimas, climáticas, económicas y medioambientales deben de estar presentes para poder viabilizar un proyecto de esa magnitud. No es una idea reciente la de establecer un puerto y parque de industria pesada con capacidad de manejo de materiales a granel en Punta Catalina. La idea y los estudios de pre factibilidad para semejantes instalaciones se remontan a hace más de 10 años.
Ese lugar fue escogido luego de visitar muchos espacios que el Estado evaluó (en Azua y San Cristóbal). La escogencia de Punta Catalina responde a condiciones ideales para el desarrollo portuario y al reducido impacto medioambiental que se lograría ahí versus las otras localidades. Fue porque le donamos al Estado dominicano los estudios de prefactibilidad, cuando vimos la resistencia y obstáculos que se oponían al gobierno cuando definía la mejor localidad para la planta, que se pudo determinar que el sitio era el adecuado.
En cuanto a cuál modalidad de tenencia las partes negociaron, lo que en mi opinión es uno de los contratos enfiteusis más justos y sanos que jamás se han elaborado en la historia de la industrialización. ¿Por qué se escogió esta modalidad de tenencia de derecho real? Por tres razones fundamentales, típicas del desarrollo industrial que se pretende levantar allí:
1. Compatibilidad: La central termoeléctrica se embarca dentro de un desarrollo mayor pautado para Catalina. Si la República Dominicana ha de lograr la meta que se ha pautado en su estrategia nacional de desarrollo al 2030 (END), de convertirse en el HUB logístico hemisférico, que por su localización y su conformación geológica y marítima tiene el potencial de lograr ser, necesitaría por lo menos una terminal de carga a granel post Panamax en la costa sur. El desarrollo de una planta de carbón en una terminal de esa categoría presenta una variedad de sinergias económicas. La instalación de infraestructuras de industria pesadas en el entorno de una terminal semejante presenta otra cantidad de sinergias tanto en eficiencia energética como en cumplimiento medioambiental en razón de manejo y transporte de materia prima y de residuos industriales, ya que se establece una cadena productiva que reduce tanto el movimiento como el desperdicio, aprovechando el residual material y térmico de unas industrias en otras que lo aprovecharían. En un parque establecido para el desarrollo de la industria pesada el espacio es vital y el mecanismo de tenencia temporal se aplica mejor para este tipo de espacios donde las industrias obsoletas pueden ser sustituidas a término en vez de tener que continuamente expandir el parque o abrir otros por escases de espacio.
2. Viabilidad financiera: No obstante el punto anterior, los desarrollos de este tipo, dado su enorme requerimiento de capital de inversión, requieren un derecho real sobre el suelo. La enfiteusis es un derecho real del beneficiario oponible hasta en contra del propietario, que se registra directamente sobre el título en el catastro y que permite segmentar la propiedad del inmueble del de las mejoras.
3. Costo: La propuesta económica que se acordó con el Estado tiene varias condiciones que la hacen mucho menos costosa para el Estado y totalmente transparente en el costo, además de que se apega de manera consecuente con las disposiciones de la ley general de electricidad en cuanto a la materia de compensación del derechohabiente. El costo de la enfiteusis será la del valor tasado promedio de tres tasaciones dividido en pagos iguales cada año por 50 años (renovable automáticamente) ajustando la porción irresoluta del pago cada año a una tasa inferior al costo de fondos de la generadora, el cual quedaría aun más reducido por efecto de que es la intención de los desarrolladores del parque reconocerle al Estado participación (accionaria y por ende beneficio por esa participación) en la desarrolladora beneficiaria del canon enfitéutico por el valor invertido en infraestructuras compartidas como vías de acceso y espacios portuarios que efectúe el Estado de acuerdo a sus necesidades. Más allá de esto, el modelo permite que el Estado registre en el contrato enfitéutico en acuerdo con el propietario las mejoras inmuebles que a la planta se le haría imposible recuperar al cabo de sus operaciones, como son los cimientos y las bases de ingeniería civil que deben ser construidas para soportar las partes mecánicas y térmicas de las instalaciones. Es decir, el Estado está en efecto pagando por el uso, fruto y abuso del predio a mitad de su precio actual, ya que se estima que el parque industrial podría aprovechar aproximadamente 100 millones de dólares de inversión en accesos e infraestructuras que la planta está construyendo y se estiman unos 100 millones más a invertir por los desarrolladores para adecuar el parque, por lo que el Estado podría aspirar a la mitad de la empresa desarrolladora y operadora de la zona industrial y puertos de carga suelta, lo que se traduce a que la mitad del pago que haría por el canon enfitéutico le pertenece indirectamente. Adicionalmente el Estado percibiría la mitad de toda la rentabilidad de la desarrolladora de la zona industrial catalina.
En conclusión: El Estado ha negociado un contrato sumamente ventajoso por el predio y lo ha hecho sin violar los derechos del propietario quien, interés aparte, ha querido agregar valor en vez de contrariar y no aportar nada con ello al desarrollo nacional. ¿Por qué tan benigno contrato? O mejor, puesto en buen dominicano, ¿dónde está el gancho? Muy similar al desarrollo de una plaza comercial, un parque de esta naturaleza necesita usuarios-ancla que den el volumen crítico, la central energética de Punta Catalina es ese usuario-ancla y por ende recibe las mejores posibles condiciones.
El nuevo desarrollo industrial de Catalina, además de cumplir con los más altos estándares en manejo de materiales y operación de parques industriales y puertos de carga suelta, se encargará de complementar cada industria que se instale con las otras, a fin de que el parque opere como una unidad industrial y reduzca al mínimo cualquier desperdicio material o energético. Además, buscará invitar al parque a industrias con tecnologías avanzadas que puedan utilizar esas sinergias y los materiales tanto primarios como residuales en sus procesos productivos. Además, siguiendo el modelo de la generadora, el parque apadrinará un desarrollo forestal capaz de capturar mayor cantidad de CO2 que la que las industrias puedan emitir. La combinación proveerá para los usuarios del parque un modelo integral que le reduce al mínimo el impacto de estas sobre el medio ambiente en el manejo de materiales y en la reducción de combustible que en otras circunstancias se gastarían transportando productos y residuos hacia lugares lejanos, y además recibirán el servicio de compensar con proyectos que recapturan los gases invernaderos netos que emitiera cualquiera de estas. Es una oferta única hoy en día para la industria pesada y proveería a RD con la base tecnológica para el desarrollo de industrias con alto valor agregado como son la fabricación de semiconductores y superconductores para la industria de telecomunicaciones, así como otros materiales avanzados para la industria de construcción, aeroespacial, naval, fotovoltaica y textil. El parque está dejando un espacio amplio libre para la incorporación de tecnologías en recaptura de emisiones y reincorporación de materiales y producción de nano materiales que se vislumbran como el futuro de la conjugación de las tecnologías de reducción de emisiones y la nanotecnología a partir de procesos térmicos.
Aunque es entendible la voz de las asociaciones ambientalistas a quienes les preocupa con razón el superávit de gases invernadero que la industrialización y los combustibles fósiles acumulan dentro de la atmosfera, paradójicamente son precisamente las tecnologías que se desarrollan para la recaptura de esas partículas, así como la producción de moléculas a partir de materiales con cadenas largas de carbón que están generando mayor promesa hacia el objetivo de una sociedad tecnológicamente capaz de sobrevivir en equilibrio y sin mayor impacto al ecosistema.
Hoy las tecnologías que se están generando a partir de la síntesis de materiales basados en carbón prometen reducir el consumo de combustibles fósiles, más que cualquier otra rama tecnológica, reduciendo la cantidad de materiales necesarios para construcción, aumentado la eficiencia térmica y energética de componentes en la industria de generación, aumentando la resistencia térmica de la electrónica, sin hablar de los a veces casi increíbles avances que se vislumbran en las industrias de la robótica, aeronáutica y biotécnica.
El parque industrial buscará con el desarrollo forestal que se propone, restaurar la cuenca hidrográfica del río Nizao, y proveer oportunidades de trabajo y de negocios para la región de alto valor agregado y potencial de desarrollo para las comunidades.