Cuando se conozcan los detalles de todas las barbaridades que ha perpetrado la mafia danilista para imponerle al país las plantas a carbón en Punta Catalina, tendremos que concluir que se trata del más asqueroso proyecto de toda nuestra historia republicana.
No importa que desde el principio se haya querido revestir de oro toda su podredumbre.
El último bandazo que ha dado Danilo Medina es el haber emitido vía su Congreso más de 600 millones de dólares en bonos soberanos para sustituir uno de los préstamos imposibles de desembolsar por parte del BANDES de Brasil a la ya impresentable ODEBRECHT, compañía especializada en agenciarse megaproyectos gubernamentales pagando sobornos, hechos que sus ejecutivos no han tenido más remedio que reconocer públicamente, aunque aquí en nuestro pais Danilo Medina se muestre como si no tuviera enterado de un ciclon que mueve no solo a Brasil sino a todos los países donde la multinacional de la construcción mas grande de América tiene presencia.
El tiempo transcurrido entre el inicio del proyecto y el presente se ha encargado de derretir todo el oro con que se quiso vender el “proyecto llave en mano financiado a cargo de la empresa contratista, carbón limpio, barato, con impactos ambientales mínimos”, un sartén de mentiras que han ido cayendo todas por su propio peso.
Y una mentirilla muy importante en boca del propio presidente Medina: “No hay gas”, cuando en el país funciona desde hace muchos años una de las más importantes empresas internacionales que manejan el negocio del gas para la generación de electricidad en el mundo, la AES.
¿Y adónde conseguirán los mexicanos el gas los mexicanos para su termoeléctrica a ciclo combinado que se construye con una tecnología más adelantada y a un costo mucho menor con menos impactos ambientales?.
Que nadie me acuse de exagerar al hablar de asquerosidad: Optaron por el carbón, no porque no pudiese encontrarse gas como se ha demostrado posteriormente, sino porque necesitaban un proyecto más complejo, más costoso y así poder justificar la mayor de sus asquerosidades: la corrupción, la sobrevaluación, las comisiones, los sobornos imposibles de ocultar.
¿Cómo diablos pueden Juan Vicini, Danilo Medina y Rubén Bichara explicar que ODEBRECHT cobre US$2,040.7 millones para construir una planta de carbón de tecnología sub-critica de 752 MW con un rollo de consecuencias sanitarias y ambientales, mientras que en México IBERDROLA cobra US$400 millones para construir una planta a ciclo combinado de gas natural con menos impactos ambientales de 850 MW?.
Casi seis veces más cara
¿Qué puede esperar una nación de una élite política y económica que es capaz de comprometer al país por 50 años con una tecnología que no solo aumenta las emisiones de carbono sino que nos obliga a tener que manejar cada año alrededor de 200 mil toneladas de rockash (cenizas) con todas sus consecuencias de enfermedades y muertes?
Son criminales y más temprano que tarde deben pagar las consecuencias de sus actos. Si de lo que se ha tratado es de buscar una solución a la problemática eléctrica nacional como se ha dicho, ¿Por qué tantas oscuridades para sacar adelante un proyecto que ha debido manejarse con total transparencia?
Los intereses económicos ocultos y los manejos mafiosos lo explican todo: Desde el inicio se trata de un megaproyecto mafioso: sin permisos municipales, la emisión de decretos clandestinos, la concesión oculta de otra planta a una compañía de carpeta y la violación de todas las más elementales normas legales.
Ha habido tanta asquerosidad que las plantas se están construyendo en el perímetro de un terreno de 3,600 tareas bajo la “propiedad” del Grupo Vicini mientras que el Congreso aprueba todos los contratos y préstamos del proyecto sin que un solo legislador le pueda explicar a la sociedad los términos del supuesto contrato de arrendamiento que esconden los Vicini como el secreto mejor guardado del mundo.
Pero hay mucho más, en octubre de 2017 las plantas de carbón, según el contrato suscrito con ODEBRECHT-TECNIMONT-ESTRELLA, deben entrar en operación de prueba y resulta que en octubre del 2018, es decir un año después, no hay ni la más remota posibilidad de que el país tendrá luz de este proyecto, fecha en la cual el presente gobierno estará desacreditado no ya ante los ojos de los que nos hemos opuesto desde el principio, sino ante la gran masa de la población a la cual se le ha vendido una falsa solución a un costo económico, ambiental y humano exageradamente alto.
¿Y que se espera de las plantas en la próxima década?, un desastre en todos los sentidos, las plantas diseñadas con una vida útil de 25 años para funcionar por más de 50 difícilmente podrán operar por 10 años, porque a finales de la década los impuestos y las restricciones al carbón en todo el mundo por razones harto conocidas harán más cara la sal que el chivo, y el Estado, quien sea que este en el gobierno, no tendrá más remedio que abandonarlas como anafes viejos, de los cuales las mafias económicas y políticas habrán sacado pingues beneficios como siempre. ¿Hasta cuándo coño? http://nuestrotiempo.com.do/2016/11/04/podra-danilo-medina-salir-ileso-de-la-estafa-de-punta-catalina/
Economista, activista social, militante de izquierda.