El rey Felipe VI recibió a Mariano Rajoy en su despacho. EFE
Cinco meses. Ese es el tiempo de vida política que le queda a Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno en funciones está pasando por su momento más duro al ver cómo en cuestión de 48 horas todo el mundo le ha dado la espalda. Hasta el punto de que ya tiene decidida su marcha. Será en junio.
Las 72 horas más complicadas de Rajoy comenzaron el lunes cuandoPedro Sánchez cerró, con doble llave, la posibilidad de alcanzar un acuerdo de gobernabilidad entre PP y PSOE. “No es que no”, señaló. El enroque del socialista dejó a Rajoy una sola alternativa, intentarimpedir que el PSOE logre un acuerdo de investidura con Podemos, PNV, ERC y cía.
Como señalamos ayer, el círculo de confianza intentó torpedear a susoponentes, pero los empresarios no aguantan más tiempo de interinidady han aceptado que el nuevo gobierno sea de izquierdas. No es lo que querían, pero siempre es mejor que la indefinición. Así que varios directivos de empresas del Ibex 35 han telefoneado a Génova para pedir que Rajoy reconozca su derrota, se eche a un lado desbloqueando el juego de pactos, y que las bolsas respiren. ‘Lo que sea menos nuevas elecciones’ han repetido los empresarios más importantes del país en las últimas semanas.
A pesar de esta presión, Mariano Rajoy ayer aún meditó la posibilidad de lograr un pacto in extremis que le permitiera salvar la cabeza. Pero anoche le llegó la puntilla. Los emisarios políticos de la Casa Real ya están dejando caer la posibilidad de que el rey Felipe VI no encargue el Gobierno a Rajoy ante la falta de apoyos logrados. El monarca ha comprobado en su ronda de contactos con los partidos con representación parlamentaria que ninguno de ellos apuesta por la continuidad del PP. Es más Todos ellos le han trasladado al Rey que el bloqueo se ciñe única y exclusivamente a Rajoy, y que apoyarán un gobierno alternativo.
La guinda ha sido la sensación de que Rajoy no ha movido ficha para intentar llegar a su cita con el Rey de mañana con un principio de acuerdo. Por frágil que fuera. Ni con Pedro Sánchez (PSOE), ni con Albert Rivera (Ciudadanos). Visto ese desinterés, reconocido por miembros del PP, Felipe VI podría no encargar gobierno a Mariano Rajoy o, directamente, pedir a los partidos que continúen las conversaciones para intentar que algún candidato tenga posibilidades reales de salir elegido presidente.
Cualquiera de las opciones es mala para Rajoy. El gallego quedaría tan debilitado que podría incluso arrastrar consigo al PP. Por eso varios barones le han pedido ya que se marche. Que se eche a un lado y deje avanzar al partido. Incluso le han presentado una hoja de ruta: convocar un Congreso Nacional del PP antes del verano. Son sólo rumores, pero casualmente ningún dirigente del partido tiene viajes ni actos previstos en junio. Sólo quedaría una duda por resolver: la portavocía en el Congreso de los Diputados. ¿Sería Soraya Sáenz de Santamaría?, o ¿Alfonso Alonso?
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