Petro y la América Latina ambientalista
No quiero que tengas esperanzas, quiero que entres en pánico
Greta Thunberg, líder activista contra el cambio climático
Lo que más me ha gustado del triunfo de Gustavo Petro es su insistente preocupación por la crisis climática, seguramente porque es el gran tema que me interesa desde hace algún tiempo, el que considero debería ser el asunto prioritario para la humanidad en el siglo XXI, a pesar de que, aun con el auge que ha tenido esta inquietud en tiempos recientes, sigue siendo un tema postergado, desconociéndose, en general, la trascendencia existencial que posee para la especie humana o proponiendo atajos utópicos que reproducen el ciclo de sueños convertidos en pesadillas que pueblan la historia.
Aquí vuelvo al mensaje de la película No miren arriba (Don’t Look Up, Adam McKay, 2021), que se centra en el descubrimiento de un cometa que amenaza a la especie humana con la extinción, y que suscita una ola de negacionismo o indiferencia en gran parte de la sociedad. En ese sentido, la académica española Eva Borreguero ha escrito: "anticipar el desastre que se avecina puede generar más rechazo que adhesión. Pero lamentablemente, no hay tiempo para terapias de aproximación" (1). También el Premio Nobel de Ciencias Económicas Paul Krugman se ha pronunciado: "lo que está ocurriendo con el Gran Lago Salado es bastante grave (se refiere a la progresiva desecación de ese emblemático lago de Utah, Estados Unidos, a causa del cambio climático). No obstante, lo que me ha parecido en verdad aterrador del informe es lo que la falta de una respuesta eficaz a la crisis del lago dice sobre nuestra capacidad para responder a la amenaza mayor y, de hecho, existencial del cambio climático (…) Si no te aterra la amenaza que supone el aumento de los niveles de gases de efecto invernadero, es que no estás prestando atención, algo que, por desgracia, mucha gente no hace" (2). Y con referencia a la película No miren arriba, otro español, el destacado científico Jesús Martínez-Frías afirma que "la película nos aporta un argumento más, como ingrediente pernicioso de extinción: nuestra propia estupidez y estulticia como sociedad. Esta actitud comporta que, pudiendo resolver los serios problemas que nos acucian (reflejados ficticiamente en la llegada del cometa), nos hace minimizarlos e incluso despreciarlos". Y agrega: "a nadie parece importarle la gravedad de la situación. Siguen preocupados por sus rutinas, nimiedades, hábitos ridículos e incluso fatuos, repletos de insensatez y escepticismo anticientífico. La sociedad permanece ajena a todo lo que va a suceder, como si se tratara de una noticia alarmista e irrelevante más que se deja pasar inconscientemente" (3).
Petro le ha dado destacada importancia a la crisis ambiental en su discurso al celebrar la victoria del Pacto Histórico. Ha dicho que "Creo que es momento de sentarnos con el gobierno de EEUU y dialogar sobre lo que significa que, en este continente, ese país emita gases de efecto invernadero y aquí los absorbemos en nuestra selva amazónica. Si allá se emite y acá absorbemos, ¿Por qué no dialogamos?". Y también "La ciencia nos ha dicho que nuestra especie puede perecer en el corto plazo (...) los deseos de codicia y el consumo desaforado están a punto de acabar con las bases mismas de la existencia".
Petro propone, en su plataforma programática, realizar transformaciones de fondo para enfrentar la emergencia por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, y en ese sentido abogó, en el mencionado discurso celebratorio, por una "América Latina que gracias a sus raíces negras e indígenas le pueda proponer al mundo un verdadero reequilibrio con la naturaleza para poder vivir, para poder existir". Convocó a construir una América Latina productiva y no extractivista basada en el respeto a la naturaleza, y a democratizar el uso de energías limpias, y "de esa forma generar capacidades nacionales que nos permitan enfrentar los efectos del cambio climático y contribuir con ello a superar la crisis ambiental global que pone en juego la vida y la pervivencia de la especie humana".
¿Podrá el nuevo presidente colombiano cumplir su cometido ambientalista? Le otorgo mi apoyo y también mis dudas. La sociedad humana no ha tomado conciencia de la calidad de la amenaza del cambio climático y las noticias, por más aterradoras que sean, no hacen sino concitar tibias medidas y palabrerío ineficaz, cuando no desprecio y en el mejor de los casos, condescendencia. De hecho, el discurso ambientalista de Petro es lo menos destacado, mediáticamente, de todos los tópicos que está manejando a poco más de un mes antes de asumir la presidencia.
Después de conocerse el desastroso sexto informe del IPCC (Panel Internacional del Cambio Climático), organismo científico adscrito a Naciones Unidas, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres fue enfático: "El informe del IPCC de hoy es un código rojo para la humanidad (…) las alarmas son ensordecedoras y la evidencia es irrefutable: las emisiones de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles y la deforestación están asfixiando nuestro planeta y poniendo a millones de personas en riesgo inmediato. El calentamiento global está afectando a todas las regiones de la Tierra y muchos de los cambios se vuelven irreversibles".
El negacionismo del cambio climático tiene varias modalidades: negaciniosmo absoluto (el problema no existe, es una exageración); negacionismo relativo (el problema existe, pero no es tan grave); negacionismo marxista (primero el socialismo, y después solucionaremos el cambio climático); negacionismo tácito (no oigo, no veo, no hablo); negacionismo anticientífico (los miles de científicos que estudian y evidencian el problema están equivocados); negacionismo idiota (el problema son las intimidades de las Kardashian); negacionismo condescendiente (pobre tipo, preocupado por esas pendejadas).
Para mí es revelador el artículo del destacado intelectual venezolano Luis Britto García titulado "Colombia: Doce tareas para Petro", publicado en Aporrea.org el 25 de junio pasado. Allí enumera el escritor lo que considera prioridades del nuevo gobierno colombiano. He aquí la relación: Ejército, Soberanía, Narcopolítica, Paz, Consolidación, Corrupción, Igualdad, Desplazados, Emigrados, Deuda externa, Medios de Comunicación, Diplomacia. Como se ve, para Britto el cambio climático no es una prioridad de Petro, lo cual contradice la relevancia que el mismo presidente electo le ha dado a la crisis ambiental y el hecho de que su vicepresidenta, Francia Márquez, es una activista ambiental.
Me pregunto: si una persona tan informada y aguda como Britto le da tan poca importancia a este problema cardinal de la humanidad (reconozco que se ha ocupado alguna vez del tema, aunque esa haya sido más bien una eventualidad marginal en sus preocupaciones), ¿qué quedará para la absoluta mayoría de las personas de este mundo, agobiadas por el hambre, las guerras, los desplazamientos, las exclusiones y otras perversiones de esta civilización fracasada, en medio de la gran crisis de la especie humana?
Cierro con una sugerencia para el Encuentro internacional del cambio climático que ha propuesto el presidente Maduro para finales de este año: que la presidencia del evento le sea otorgada a Francia Márquez. Sería una señal de amplitud y verdadera conciencia ambientalista, y de que el Encuentro no es un evento meramente propagandístico, como suele suceder.
NOTAS
Borreguero, Eva. "Capitalismo durmiente". elpais.com. 23/06/2022
Krugman, Paul. "Ya estamos viendo los efectos del cambio climático". New York Times. 17/06/2022
Martínez-Frías, Jesús. "‘No mires arriba’: la sexta extinción y la estupidez humana", por The Conversation. 06/02/2022