David Ortiz fue el objetivo de un narcotraficante en el tiroteo de 2019, según los hallazgos de Ed Davis
David Ortiz, el gran jugador de los Red Sox, recibió un disparo a quemarropa por la espalda en la República Dominicana, su país natal, debido a que un infame narcotraficante internacional con quien se cruzó varias veces lo quería muerto, según determinó Ed Davis, antiguo Comisionado de la Policía de Boston, después de una investigación privada de seis meses sobre la supuesta y descarada conspiración de asesinato.
Davis, al revelar sus hallazgos por primera vez, dijo que el poderoso y políticamente conectado narcotraficante César “El Abusador” Peralta llegó a sentir que Ortiz le faltó el respeto, llevándolo a fijar una recompensa por la cabeza de Ortiz y autorizar al variopinto escuadrón de sicarios que intentaron asesinarlo.
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“Peralta afirmó que hizo que le dispararan a Ortiz,” según dijo Davis en una entrevista, citando información que afirmó haber sido recolectada y compartida con él por los cuerpos de seguridad de los EE. UU.
Ortiz, en una llamada de teléfono desde la República Dominicana, dijo que estaba “triste, confundido, enojado, con toda clase de emociones” cuando recibió la noticia de parte de Davis, a quien contrató para dirigir la investigación, y Ric Prado, un antiguo funcionario de alto nivel de la CIA que participó en la consulta.
Los hallazgos de Davis contradicen las narrativas presentadas por las autoridades policiales dominicanas. Primero alegaron que una persona no especificada fijó una recompensa sobre Ortiz por un motivo desconocido. Sin embargo, abandonaron rápidamente esa teoría y le atribuyeron al tiroteo un caso de identidad equivocada, sin implicar a Peralta en ningún momento.
El abogado de Peralta con despacho en Miami, Joaquín Pérez, dijo que Peralta “no tenía nada que ver” con el atentado contra la vida de Ortiz.
“A pesar de lo malo que pueda ser César Peralta, es completamente falso decir que tuvo algo que ver con esto”, según afirmó Pérez.
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Pérez describió a Ortiz y Peralta como “amigos cercanos” y dijo que Peralta se encontraba entre la multitud que acudió a la clínica a donde Ortiz fue llevado de emergencia, aferrándose a la vida, en la noche del tiroteo.
Ortiz negó tener algo más que una relación casual con Peralta.
Hay trece sospechosos esperando a ser juzgados en el caso, incluyendo a Víctor Hugo Gómez, un presunto socio del Cartel del Golfo que, según alegan las autoridades dominicanas, ayudó a reunir el escuadrón de sicarios para asesinar al amigo de Ortiz, Sixto David Fernández, porque era considerado como un delator.
Sin embargo, el pistolero confundió a Ortiz con Fernández, según lo alegado por los fiscales dominicanos – una teoría que ha sido ampliamente ridiculizada ya que los dos guardan muy poco parecido entre ellos.
Hace unos meses, Ortiz se enfrentó a varios de los sospechosos, incluyendo al supuesto pistolero, en una audiencia preliminar en un tribunal dominicano. Ahora se encuentra dividido entre los relatos contradictorios desarrollados por Davis y las autoridades dominicanas.
“Yo acepto lo que me están diciendo Ed y Ric, ¿pero por qué nadie del sistema judicial dominicano me ha dicho que así fue como pasó?” pregunta Ortiz. “En cambio, me dicen lo contrario.”
Joe Baerlein, el asesor de comunicaciones de Ortiz, dijo que Ortiz le pidió luego al Globe que le añadiera a sus comentarios que “a pesar de que David aprecia la minuciosidad del informe [de Davis], espera acciones legales adicionales en los tribunales dominicanos y de los EE. UU. que le brinden claridad y respuestas sobre la razón de por qué le pasó esto a él.”
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Temeroso del narcotraficante, aunque esté en la cárcel
Ortiz, quien se convirtió en el cuarto jugador nacido en la República Dominicana a ser elegido en el Salón de la Fama del Béisbol Nacional en enero, dijo que contrató a Davis en 2019 en parte porque estaba preocupado por la integridad de la investigación dominicana liderada por Jean Alain Rodríguez, el fiscal general en ese momento. Desde entonces, Rodríguez fue encarcelado por acusaciones de corrupción pública no relacionadas con Peralta.
“Para ser sincero, cuando vives en un país donde la justicia es corrupta, quieres creer [en lo que alega el gobierno] pero también vas a discrepar, y eso era lo que estaba pasando en ese momento,” afirmó Ortiz.
Dijo que Rodríguez lo llamó a su casa en Weston dos meses después del tiroteo y le pidió que hiciera una declaración pública respaldando la teoría de la identidad equivocada. En ese momento se encontraban Davis, Prado, el agente de béisbol Fern Cuza, y Baerlein sentados con Ortiz.
“Comprendimos que el fiscal general estaba intentando hacer que [la posible participación de Peralta] desapareciera porque si caía Peralta, muchas personas del gobierno iban a caer también,” afirmó Prado.
Ortiz dijo que su fe en el gobierno dominicano ha aumentado desde que una nueva administración presidencial lanzó una campaña en contra de la corrupción en 2020. Aún así, los fiscales se aferran a la teoría de la identidad equivocada, y Ortiz es reacio a criticarlos.
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También dijo que no formó parte de una provocación a Peralta, cuyo nombre no mencionó durante una entrevista de 35 minutos mientras observaba a su hijo menor, David Andrés, jugar béisbol. La mayoría de las veces se refirió a Peralta como “este tipo.”
Peralta, de 47 años de edad, se encuentra encarcelado sin fianza en Puerto Rico, acusado de conspiración para importar cocaína y heroína.
“Estoy en una situación difícil porque estamos tratando con gente peligrosa,” dijo Ortiz. “Estoy seguro de que este tipo está ahora en la cárcel pensando en lo que va a decir o a hacer. No tengo planes de vivir mi vida escondido.”
Peralta era un fugitivo de acusaciones en los EE. UU. cuando le dispararon a Ortiz. Pero aún así estaba prosperando a plena vista en Santo Domingo, la capital dominicana, donde era propietario de varias discotecas y restaurantes de clase alta, así como una casa de intercambio. Las autoridades de los EE. UU. alegan que usó los negocios para lavar dinero del narcotráfico y emplear a mujeres que traía desde Sudamérica para traficar con ellas.
El FBI declaró en una declaración jurada de 2018 que la red internacional de tráfico de Peralta generó millones de dólares, de los que usó una parte para sobornar a la policía nacional y a los funcionarios del gobierno de la República Dominicana para evitar detenciones, enjuiciamientos e incautaciones de narcóticos.
El Tesoro de los EE. UU., al designar a Peralta como narcotraficante en 2019, dijo que él y su “organización criminal han usado violencia y corrupción en la República Dominicana para traficar con toneladas de cocaína y opiáceos en los Estados Unidos y Europa.”
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En agosto de 2019, dos meses después de que le dispararan a Ortiz, las autoridades dominicanas hicieron una redada en la red de Peralta en coordinación con la Administración para el Control de Drogas y el FBI. Casi dos docenas de los supuestos socios de Peralta fueron detenidos, pero él eludió el arresto y permaneció en libertad hasta que fue capturado en Cartagena, Colombia, en diciembre de 2019.
Mientras Peralta estaba siendo encarcelado en Colombia, Davis finalizaba su investigación. En febrero de 2020, el Globe le pidió a Baerlein que compartiera los hallazgos de Davis, pero Baerlein solicitó que los retuviera por la seguridad de Ortiz hasta que Peralta estuviese bajo la custodia de los EE. UU.
Davis, cuya empresa, The Ed Davis Company, también le presta servicios al Globe relacionados con seguridad, hizo la siguiente afirmación sobre la petición de Baerlein, “Todo lo que estábamos descubriendo tenía que ver con que existía una orden de asesinato activa contra David, que alguien lo quería eliminar, Peralta concretamente. Peralta estaba en posesión de millones de dólares en fondos ilícitos a los que tenía acceso, y las cárceles colombianas son notoriamente permeables. Puedes llevar a cabo operaciones desde una cárcel colombiana que no puedes llevar a cabo en una prisión de los Estados Unidos. Estábamos preocupados por eso.”
Además, el supuesto escuadrón de sicarios incluía a dos miembros de los Trinitarios, una violenta pandilla callejera dominicana, que eran fugitivos de acusaciones en los EE. UU. El supuesto pistolero, Rolfi Ferreira Cruz, era buscado por dos robos armados en Clifton, N.J., en 2017. Y Luis Rivas Clase, conocido como El Cirujano, estaba acusado de conspiración para cometer asesinato en Reading, Pa., en 2018. Seguía fugado el año pasado cuando fue tiroteado y abatido en una calle de la ciudad de Santiago de los Caballeros en la República Dominicana.
El motivo sigue estando turbio
Davis, comisionado de la policía de Boston entre 2006 y 2013, dijo que su investigación obtuvo información preocupante de una celda de los Trinitarios en Lawrence poco tiempo después de que le dispararan a Ortiz.
“En la pandilla era bien sabido que querían matar a Ortiz,” afirmó Davis.
La relación entre Peralta y los Trinitarios no estaba clara, dijo Davis, pero la amenaza era lo suficientemente grave como para prestarle servicios de seguridad a Ortiz tanto en Massachusetts como en Miami, donde Ortiz tenía propiedades en ese momento.
Casi dos años más tarde, en diciembre de 2021, Peralta fue extraditado a Puerto Rico, pero no antes de dar un recordatorio de lo peligroso que podía ser. En octubre, Peralta fue acusado de participar en el asesinato de otro preso conocido como La Rata en la prisión de La Picota en Bogotá.
“Sí, es verdad que el tipo fue apuñalado,” afirmó Pérez, el abogado de Peralta. “Se está investigando si fue en defensa personal o no.”
En cuanto a Ortiz, la razón exacta por la que Peralta pueda haberse sentido tan ofendido por él como para ordenar su asesinato sigue estando turbia. Davis dijo que las agencias policiales dominicanas se rehusaron a colaborar con su investigación, y cuando Davis le pidió a Carmen Ortiz, la antigua fiscal de los EE. UU. en Boston, que contactara a Rodríguez, el fiscal general en ese momento, en nombre de Ortiz, para discutir sobre el caso, Rodríguez despreció su petición.
Davis dijo que sus hallazgos se basan principalmente en inteligencia de fuentes de agencias policiales de los EE. UU. y la investigación de Prado en la República Dominicana. Prado, un cubano con años de experiencia en la República Dominicana, dijo que recolectó información de fuentes de los EE. UU. en Santo Domingo y antiguos oficiales militares y policiales dominicanos que fueron cuidadosamente examinados, incluyendo pruebas de polígrafo.
Prado dijo que descubrió que el control que tenía Peralta sobre poderosos funcionarios dominicanos era generalizado.
“El problema que encontramos fue que había tanta gente siendo sobornada por Peralta que no podían permitirse comenzar a hablar bajo interrogación porque sentían que los dejaría sin un centavo,” dijo Prado. “Estábamos obteniendo información de que atacaría a estos funcionarios gubernamentales si lo traicionaban.”
Davis y Prado alegan que el motivo probable del tiroteo a Ortiz fue una acumulación de menosprecios aparentes y celos. Dijeron que no encontraron pruebas de que Ortiz participase en algún tipo de negocio con Peralta o que lo conocía más que incidentalmente.
En 2015, Ortiz celebró una fiesta de cumpleaños en el Aqua Club en Santo Domingo, el cual era propiedad de Peralta y que fue identificado más tarde por las autoridades de los EE.UU. como uno de los supuestos emprendimientos de Peralta para lavar dinero. Ortiz dijo que no sabía en ese momento que Peralta era el dueño del club.
Después de que Ortiz se retirase en 2016, salía por la noche en Santo Domingo cada vez con más frecuencia. Algunos de los clubs de alto nivel más populares eran propiedad de Peralta, quien muchas veces saludaba a Ortiz y en alguna ocasión posó para una foto con él, dijo Ortiz.
Pero a medida que Peralta veía cómo Ortiz se convertía en el centro de atención en sus clubs, dijo Prado, más celoso se ponía de la fama de Ortiz.
Ortiz y Peralta también vivieron por un tiempo en el mismo condominio de lujo en Santo Domingo, la Torre Naco Blue, Ortiz vivía un piso por debajo de Peralta. Ortiz se mudó a la torre antes que Peralta y dijo que se mudó a otro lugar “porque era demasiado obvio de que había mucha gente con pinta rara entrando al edificio, y no me sentía cómodo.”
Ortiz dijo que una vez se quejó educadamente con Peralta por el escándalo de una fiesta a altas horas de la noche, pero no cree que Peralta se haya ofendido. Sin embargo, Prado dice que Peralta se lo podría haber tomado como un insulto.
Aún más, afirmó Prado, en la calle se llegó a conocer al edificio como “la Torre Big Papi,” algo que podría haber molestado aún más a Peralta. Con una estatura de 5 pies y 5 pulgadas, Peralta es casi un pie más bajo que Ortiz.
“Como otros grandes maleantes, el ego de Peralta es tan enorme que no puede permitir que le usurpen su poder,” dijo Prado, quien escribió unas memorias hace poco, “Black Ops: The Life of a CIA Shadow Warrior.”
Prado dijo que Peralta “era el rey de la calle, el rey de los clubs, y el tiburón más grande en el agua. Si alguien le trataba de usurpar ese poder, se lo tomaba de forma personal, consciente o inconscientemente.”
También hubo especulación de que Ortiz estaba en una relación amorosa con la esposa o novia de Peralta, algo que Ortiz negó rotundamente en la entrevista.
Una supuesta copia de un cheque bancario apareció en internet sugiriendo que Ortiz pagó $84.500 para comprarle un Lexus nuevo a una mujer el día antes de que le dispararan. Algunos medios intentaron relacionar a la mujer con Peralta, pero Ortiz dijo, a través de Baerlein, que los informes no tenían base alguna. Baerlein dijo que el cheque era falso, y aunque Ortiz sí le dio dinero a una vieja amiga, no era suficiente para comprar un Lexus nuevo. Baerlein dijo que Ortiz y la mujer visitaban ocasionalmente un club que era propiedad de Peralta, pero ella ha negado tener ningún tipo de relación con Peralta.
Aún así, dijeron Prado y Davis, Peralta podría haberse enojado simplemente porque otras mujeres de su círculo parecían haberse encariñado con Ortiz.
“Aunque no hubiese una aventura, el solo hecho de que una de las mujeres de Peralta se sintiera atraída por David o coquetease con él, podía ser visto como una afrenta por Peralta,” dijo Prado.
¿Ayudado por un delator?
Davis y Prado están de acuerdo con los fiscales dominicanos en que el escuadrón de sicarios fue reunido inicialmente para eliminar a Fernández. Pero no están de acuerdo en que Gómez fuese el autor intelectual. En cambio, creen que fue obra de Peralta, quien operaba por debajo del Cartel del Golfo en la jerarquía del narcotráfico internacional.
Prado dijo que presumió que Peralta estaría pensando, “OK, Me están diciendo que tengo que matar a este tipo y resulta que se está reuniendo con Ortiz, quien me está molestando y robando protagonismo. Esta es una oportunidad para librarme de dos problemas a la vez.”
Fernández se encontraba entre más de media docena de hombres sentados con Ortiz en las mesas de primera fila del patio al aire libre del Bar Dial en Santo Domingo cuando llegó el sicario, a primeras horas de la noche de un domingo.
Prado dijo que Peralta podría haber sabido que Fernández y Ortiz estarían juntos esa noche porque un par de amigos de Ortiz le daban información sobre él a Peralta.
Uno de los supuestos miembros del grupo de Peralta, Natanael “Nato” Castro Cordero, un antiguo soldado dominicano identificado posteriormente como el jefe de seguridad de Peralta, se hizo amigo de Ortiz y apareció en fotos con él en varios lugares. Los medios dominicanos informaron en 2020 que Cordero había sido expulsado deshonrosamente del ejército porque estaba usando inteligencia militar para ayudar a Peralta a transportar grandes cantidades de dinero, armas y drogas.
Prado no mencionó a Cordero en particular como alguien que posiblemente haya dado información sobre Ortiz a Peralta. Al ser preguntado por el Globe sobre su relación con Cordero, Ortiz dijo que conoció a Cordero cuando Cordero prestaba servicios de seguridad a músicos en los clubs de Santo Domingo. Ortiz dijo que Cordero “siempre estaba haciendo negocios” y que eventualmente le prestó servicios de seguridad a él también.
“Si Nato se involucró en otras cosas con [Peralta], no conozco ese lado de la moneda,” Ortiz said.
Los compañeros de mesa de Ortiz en el bar Dial también incluían a Secreto, el artista de reggaetón, y al presentador de televisión Jhoel López, quien anteriormente había pasado tiempo durante el día con Ortiz y sus hijos, D’Angelo y David Andrés, en una pista de go-kart.
Mientras Ortiz estaba sentado frente a un vaso de whisky, el sicario salió de la parte posterior y le disparó una sola bala por la espalda, haciéndole caer. La bala también perforó la pierna de López. Fernández escapó ileso, por la gracia de una avería en la pistola, dijo Davis.
Davis comisionó a un equipo de MIT que lleva a cabo análisis de video para estudiar los videos de vigilancia del bar. Dijo que un análisis de fotograma a fotograma reveló que, después de dispararle a Ortiz, el sicario apuntó la pistola semiautomática Browning Hi-Power de 9mm a la cara de Fernández y apretó el gatillo. Pero el arma tuvo un fallo, con una bala aun alojada en la recámara.
Davis y Prado dijeron que el análisis mostró que el asesino intentó vaciar la recámara una segunda vez, y huyó cuando no pudo hacerlo.
“Su intención era obvia,” afirmó Prado: El sicario estaba tratando de dispararles a Ortiz y a Fernández; no hubo un error de identidad.
Mientras los sospechosos esperan un juicio largamente dilatado, Ortiz se describe a sí mismo como una víctima inocente que ha sido acusada injustamente de adoptar comportamientos que provocaron un ataque que le ha causado un trauma físico y emocional inconmensurable.
Ortiz ahora viaja con seguridad. Está totalmente recuperado de una cuarta cirugía realizada el año pasado relacionada con el tiroteo, y está concentrado en su segunda carrera como personalidad de Fox Sports, patrocinador de una amplia gama de marcas, y recaudador de fondos para pacientes pediátricos de cardiología en Nueva Inglaterra y la República Dominicana.
Dijo que una gran cicatriz en su torso le sirve como un recordatorio diario de su calvario. Y mientras Ortiz anhela saber por qué alguien querría asesinarlo, dijo, “Lo más importante es, gracias a Dios que estoy vivo.”
Puede contactar a Bob Hohler escribiendo a robert.hohler@globe.com