SANTO DOMINGO (R. Dominicana). Andrea Giráldez es experta en educación artística especializada y profesora de Didáctica de la Expresión Musical en la Escuela Universitaria de Magisterio de Segovia, de la Universidad de Valladolid. Vino al país invitada por la Organización de Estados Americanos para participar en las jornadas de reflexión sobre la requerida reforma del sistema de educación artística especializada, llevadas a cabo entre los días 7 y 10 de este mes.
7dias.com.do aprovechó la ocasión para conversar con ella sobre la situación de la formación artística en Latinoamérica y la República Dominicana y el papel que juega esta materia en la construcción del desarrollo.
¿Por qué es necesaria una actualización en la educación artística en la República Dominicana, en relación a cuál contexto global, qué está sucediendo en otros países, qué es lo que hay que reformar?
Durante las últimas décadas, la educación artística ha estado cada vez más presente en la agenda iberoamericana; sin embargo, los avances han sido desiguales en los distintos países de la región. En el caso de la República Dominicana, un país con una inmensa riqueza cultural y artística, se han dado algunos pasos importantes, como la incorporación de las artes en el sistema de educación general, pero aún queda mucho por hacer en el ámbito de la formación artística especializada. El país cuenta con buenas escuelas de bellas artes y un conservatorio de música que ofrece una formación de calidad, pero estos centros difícilmente podrán mantenerse sino se toman algunas medidas urgentes. Parece necesario reorganizar los recursos disponibles y elaborar un plan a medio y largo plazo que incluya una mejora en las infraestructuras y los programas, así como planes de actualización y formación continua del profesorado.
El país cuenta con buenas escuelas de bellas artes y un conservatorio de música que ofrece una formación de calidad, pero estos centros difícilmente podrán mantenerse sino se toman algunas medidas urgentes
¿Cuáles deficiencias ha tenido la educación artística tradicionalmente en la región? ¿Son las mismas para la República Dominicana, según lo que ha podido constatar?
En este punto es difícil generalizar. Probablemente la mayor dificultad ha estado en la lentitud con la que se han renovado algunas escuelas y conservatorios que aún hoy mantienen sistemas de formación tradicionales que no parecen haber evolucionado en los últimos 70 años. Es necesario revisar los métodos de enseñanza, pero también los fines de la formación (es decir, para qué se enseña) y los contenidos. Hoy no tiene sentido que toda la oferta esté centrada en las bellas artes y la música clásica. Es necesario incorporar nuevas expresiones del arte contemporáneo y el arte popular como opciones en los sistemas de formación. Asimismo, quizá sea necesario dejar de pensar en las artes como un ámbito específico para niños y jóvenes con talento, y concebirlas como una opción para toda la ciudadanía. No todos serán artistas, pero todos se beneficiarán del aprendizaje artístico.
Hay muchas mediciones sobre la enseñanza de ciencias y lengua, pero no es tan común hallarlas para la formación artística. ¿Cómo se mediría? ¿Cómo podríamos saber cuáles países son punteros?
La educación artística no forma parte de las evaluaciones prácticamente en ningún país. Seguimos creyendo (o, mejor dicho, nos quieren hacer creer) que el futuro depende de los conocimientos en lenguas, ciencias y matemáticas. Sin embargo, está demostrado que eso no es así. Por una parte, el conocimiento se construye cada vez más gracias a propuestas interdisciplinares en las que artes, ciencias y tecnologías se dan la mano. Por la otra, numerosas investigaciones han puesto en evidencia el papel decisivo que desempeña el aprendizaje artístico en el desarrollo intelectual y emocional de los estudiantes.
Desconozco cuál es la ventaja de excluir la educación artística de las pruebas formales de evaluación, aunque reconozco que hacerlo sería sumamente complejo por la misma naturaleza del arte. Sabemos, a pesar de no existir pruebas, cuáles son algunos de los países con mejores resultados. En el caso de América Latina hay propuestas muy interesantes en países como Argentina, México, Colombia, Costa Rica, Chile o Brasil, no sólo en la educación formal, sino también en el ámbito de la educación no formal. Inglaterra y algunos países nórdicos son referentes en Europa, pero sus buenos resultados no se consiguen solo brindando un apoyo constante a los planes de educación artística en las escuelas, sino también facilitando el acceso al arte y la cultura a todos los ciudadanos, y esto incluye el acceso a museos, auditorios, bibliotecas y otros espacios culturales.
La mayoría de los currículos parecen construidos para una escuela ideal, con un profesor y unos alumnos ideales, que no existen en la realidad.
¿Se han comparado los currículos formales, por ejemplo?
Sí. Los currículos fueron uno de los elementos usados para comparar la situación del área en un estudio reciente que pude realizar junto al doctor Andrés Palacios, por encargo de la Organización de los Estados Iberoamericanos, tituladoEducación Artística en Iberoamérica: Educación Básica, en el que participaron 19 países de la región. Sin embargo, los currículos son documentos que ofrecen pocos datos de interés. Sirven para constatar la presencia del área en los distintos niveles educativos y las horas asignadas, pero no para medir o conocer lo que realmente se enseña. La mayoría de los currículos parecen construidos para una escuela ideal, con un profesor y unos alumnos ideales, que no existen en la realidad. De su análisis se desprende una gran complejidad conceptual y una inmensa cantidad de contenidos basados más en una idea decimonónica del aprendizaje artístico que en la realidad de las aulas. Mire: en algunos países los currículos de educación artística de primaria, por ejemplo, incluyen hasta cinco lenguajes (música, plástica, danza, teatro, audiovisuales), aún cuando no existen docentes especializados o formados para impartirlos. A su vez, casi todos están construidos tomando como base la “gramática” de las artes o sus elementos constitutivos, como si el aprendizaje artístico se construyera a partir de la suma de las partes en lugar de hacerlo con aproximaciones holísticas.
En la investigación que he mencionado se constató un dato positivo, y es que en la mayoría de los países de la región, tal como se proponía en las Metas 2021, la educación que queremos para la generación de los bicentenarios, la educación artística forma parte de los programas educativos (generalmente con una o dos horas semanales, sin alcanzar las tres que se recomiendan en la propuesta). Este es, sin duda, un dato positivo, aunque tenemos una asignatura pendiente: la formación docente.
En el caso de la educación artística especializada también se han comparado algunos currículos, aunque la situación es más compleja debido a la diversidad de las instituciones y, sobre todo, a que la renovación curricular es una práctica poco frecuente. En algunos conservatorios y escuelas de arte se sigue pensando que se puede seguir enseñando con los métodos heredados de aquellos maestros europeos de mediados del siglo XX.
¿Qué vínculo tiene la educación artística especializada con el desarrollo cultural del país?
Sin educación artística especializada no hay desarrollo cultural sostenible. El relevo generacional depende, definitivamente, de una oferta educativa de calidad. De nada vale recordar que hace unas épocas tuvimos los mejores pintores o músicos célebres, lo que necesitamos son artistas visuales, músicos, actores, dramaturgos, cineastas, escritores, etc. que den vida a la oferta cultural contemporánea.
¿Cómo aporta la educación artística a la construcción de ciudadanía? ¿Qué es la ciudadanía cultural?
En algunos conservatorios y escuelas de arte se sigue pensando que se puede seguir enseñando con los métodos heredados de aquellos maestros europeos de mediados del siglo XX.
La educación artística se concibe hoy como un derecho para todos los ciudadanos. Frente a la idea de que solo ha de estar destinada al desarrollo profesional de futuros artistas, numerosas investigaciones han demostrado los beneficios de la educación artística en el desarrollo emocional e intelectual, en los procesos de convivencia pacífica y, en general, en la transformación positiva de las personas y las comunidades. Del mismo modo, el acceso y la participación en la cultura es un derecho de todos los ciudadanos, no solo de unos pocos. En este sentido, la oferta educativa y cultural en la República Dominicana debería ampliarse, sobre todo en algunas provincias y municipios, ya que el acceso resulta complejo (cuando no imposible) para muchos ciudadanos.
¿Qué lugar ocupa el tema del salario decente y las condiciones de trabajo adecuadas en este proceso de reforma que se pretende?
Por lo que he podido observar, y tal como consta en el informe técnico elaborado para el Ministerio de Cultura, es fundamental hacer una revisión completa del sistema y diseñar una política salarial transparente en la que los docentes puedan saber exactamente lo que les corresponde en función de las horas trabajadas, pero también de su formación, de la antigüedad y de otros méritos que pueden ser considerados a la hora de calcular los incentivos. No se trata de hacer un aumento masivo y generalizado, sino de llevar a cabo un análisis pormenorizado que permita otorgar remuneraciones más justas y equitativas. Los salarios docentes son, sin duda, una prioridad en este proceso de revisióny reforma y me consta la voluntad del Ministerio para ofrecer soluciones en un plazo razonable.
http://www.7dias.com.do/destacada/2015/04/21/i186620_sin-educacion-artistica-especializada-hay-desarrollo-cultural-sostenible.html#.VTeakiF_Oko