SERVICIO DE NOTICIAS en favor de la democracia participativa, el desarrollo humano, la paz, el medio ambiente y la cultura.- Santo Domingo, República Dominicana / Luis ORLANDO DIAZ Vólquez - OPINIÓN, NOTICIAS Y COMENTARIOS. Haciendo de la lucha contra la pobreza un apostolado templario./ email: guasabara.editor@gmail.com - http://www.facebook.com/GuasabaraLUISorlandoDIAZ - @GUASABARAeditor
Uno de los mayores logros que tiene la Constitución (2010, 2015) es el reconocimiento al ejercicio del sufragio, en su artículo 208, cuando dispone que el “voto es personal, libre, directo y secreto”. Hasta las elecciones de 2016, los dominicanos no podíamos ejercer el voto directo a nivel congresual, por el efecto del “arrastre” o “cascada”, que disponía que el voto por un diputado se sumaba al senador de ese mismo partido. En esencia, se votaba indirectamente por el senador, con lo cual se contradecía el texto constitucional.
Afortunadamente, la nueva Ley Orgánica Electoral No. 15-19, en su artículo 92, numeral 5, crea cuatro niveles de elecciones, separados e independientes, que son: presidencial, senatorial, de diputados y municipal, lo cual significa que por disposición legal quedó eliminado el sistema de “arrastre” en las votaciones de los diputados con respecto a los senadores.
En atención a lo anterior, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) le ha solicitado a la Junta Central Electoral (JCE), en su calidad de órgano encargado de organizar y dirigir las elecciones, disponer la modificación de la boleta electoral a fin de que en las elecciones del tercer domingo de febrero del 2020 y las elecciones del tercer domingo de mayo de 2020, queden individualizados los cuatro niveles de elección creados por la ley: presidencial, senatorial, de diputados y municipal.
Esta nueva modalidad dispuesta por la ley había constituido un reclamo del PRM, así como de otras organizaciones políticas y gran parte de la población electoral del país por ser, este método, más acorde con las disposiciones constitucionales vigentes; más democrático y respetuoso de la voluntad de los votantes.
Si bien la JCE puede disponer la elaboración de las boletas una vez los partidos políticos hayan sometido las propuestas de sus candidatos, resulta de utilidad para las organizaciones políticas que la JCE asuma públicamente que de conformidad con la ley existirán boletas separadas para los niveles senatorial y de los diputados.
Con su capacidad reglamentaria, la JCE podrá definir y delimitar los artículos 92, 104 y 265 de la Ley 15-19, a partir de la separación de la boleta senatorial y la boleta de diputados, y así contribuir con que cada voto cuente, eliminando el voto indirecto, y acentuando el voto directo, consagrado constitucionalmente.
Tal como advierte el Diccionario Electoral (IIDH, Capel 2018), “los sistemas electorales están llamados a producir la mejor representación posible de las posiciones políticas de la comunidad” (p. 1173). La eliminación del arrastre, que tanto daño le ha hecho a la democracia dominicana, es sin dudas, un paso de avance importante de cara a la renovación y regeneración de la democracia.
https://elnacional.com.do/no-al-arrastre/
Ahora es el momento d erradicar la aberración del arrastre d los Diputados a los Senadores aprovechando la contradicción existente entre dos artículos d la ley correspondiente. La JCE debe reglamentar eso para eliminar despropósito.
DISMINUIR
IMPUESTOS PARA AUMENTAR LA PRESIÓN TRIBUTARIA
Por Guillermo Caram| 28 de marzo de 2019.
SANTO DOMINGO:-A
propósito de un informe recientemente dado a conocer por el BID relativo a que
nuestro país tiene una presión tributaria baja, conviene precisar, a fin de
evitar tentaciones absurdas gubernamentales, de traducir este diagnóstico en
nuevos impuestos, que esa baja presión tributaria es consecuencia del
complicado sistema tributario vigente, diseñado por las últimas
administraciones gubernamentales.
Este
complicado sistema está caracterizado por muchos impuestos y múltiples y
elevadas tasas que empujan al contribuyente, individual y empresarial, a la
informalidad económica y a la evasión fiscal.
Para
avalar esta afirmación bastaría citar que el 57% de los trabajadores son
informales, según publica el Banco Central. Si los empleados son informales,
significa que los empleadores lo son; de donde se infiere que más de la mitad
de los empleadores son informales, lo cual significa que no pagan impuestos.
En
otras palabras, la baja presión tributaria que el BID ha diagnosticado para
República Dominicana, de 13.9%, coexiste con una evasión por informalidad del
57% de la economía. Por simple regla de tres se puede inferir que si se
eliminara la informalidad, con los mismos impuestos establecidos se alcanzaría
una presión tributaria de 24.4%.
En
consecuencia, en lugar de imponer nuevos impuestos y/o incrementar tasas a los
que seguramente estarán tentadas las presentes autoridades, lo pertinente es
implementar la simplificación tributaria como ha sugerido el FMI. Una
simplificación que consistiría básicamente en eliminar impuestos y unificar y
reducir tasas, a lo cual hay que añadirle la eliminación de la discrecionalidad
burocrática en aplicaciones impositivas así como las exenciones administrativas
estimuladoras de clientelismo político y corrupción.
Por
supuesto que el escenario ideal para discutir estos enfoques lo constituye el
que se conforme para discutir l Reforma Fiscal mandada, hace 6 años, en la ley
sobre la Estrategia de Desarrollo; a lo cual, lamentablemente, el gobierno,
dentro del absolutismo que lo caracteriza, rehuye.
Hasta
tanto esto se logre, hay que insistir en que para aumentar la presión
tributaria, conviene reducir impuestos en lugar aumentarlos como probablemente
se vea tentado el presente gobierno.
Crisis en Venezuela: "La factura puede durar muchos años", el costo para la izquierda latinoamericana de la situación en el país sudamericano
Boris Miranda (@ivanbor)BBC News Mundo
Cuando cayó el Muro de Berlín y el bloque socialista de Europa del Este comenzó a desplomarse, el impacto político fue global.
La mayoría de las naciones latinoamericanas, por ejemplo, transitaron prácticamente toda la década del 90 con gobiernos enfocados en el libre mercado, mientras los partidos de izquierda sucumbían en las urnas.
Los profetas de El Capital de Karl Marx de aquel entonces comenzaron a "convertirse"; mientras que entre los "inamovibles" quedaba Fidel Castro y su Revolución Cubana, que en esos años pasó sus peores momentos.
Décadas después, un nuevo fenómeno político puede volver a influir en el tablero regional.
Todavía no se sabe cuál será el desenlace de la crisis que atraviesa Venezuela, pero algunos analistas ya observan que la izquierda de esta región del mundo, de una u otra manera, comienza a pagar una factura por lo que viene pasando en tierra venezolana.
Aunque, por otro lado, los defensores del gobierno de Nicolás Maduro rechazan que el péndulo político se detendrá en la derecha por culpa de la Revolución Bolivariana.
La factura
Hay diferentes criterios sobre cuál pueda ser el efecto de la crisis venezolana en los proyectos políticos latinoamericanos que se identifiquen como izquierdistas, populistas, con enfoque social, etc.
Desde Nueva York, el profesor de la Universidad de Cornell Edmundo Paz Soldán señala que el impacto "puede durar muchos años" y que la causa principal de ello es la falta de renovación en la izquierda actual.
"La factura ya comenzó a ser pagada y puede durar un buen tiempo. Mucho más si persiste en la izquierda actual el deseo de no renovarse", afirma el escritor a BBC Mundo.
El analista pone el ejemplo de lo que pasó en Colombia con Gustavo Petro, quien en su criterio es miembro de una izquierda diferente a la clásica, pero fue derrotado en 2018 acusado de "castrochavista".
"Sus antiguas muestras de apoyo a Hugo Chávez fueron utilizadas estratégicamente por sus rivales, a pesar de que intentó distanciarse de Venezuela en la campaña", explica.
Paz Soldán añade que la experiencia en Latinoamérica muestra que "estos ciclos no son cortos" y que por eso el costo puede ser muy grande.
"La erosión continua en Venezuela, y también en Nicaragua, puede quemar a toda una generación si no se renueva", concluye.
Diferentes niveles
Para Juan Manuel Robles, escritor peruano, los niveles de afectación serán diferentes en cada país y tendrán que ver mucho las coyunturas de cada caso.
El autor del libro "Nuevos juguetes de la guerra fría" (2015), pone por ejemplo a su país.
"Más que una disputa clásica entre la izquierda y la derecha, habrá una polarización entre ladrones y gente que se vez más o menos honesta", indica a BBC Mundo.
Robles afirma que, en cambio, el efecto mayor lo vivirá Venezuela, "ahí sí va a ser total".
"En todos los países van a haber matices. Va a haber una afectación, claro que sí, pero por otro lado gobiernos con problemas como el de Mauricio Macri nos pueden mostrar que ese crédito se puede terminar muy rápido", apunta.
Robles añade que cree que en la mayoría de los países no se impondrá una visión totalizante "como quiere imponer la derecha y que se diga: 'Maduro nos demostró que ninguna izquierda es válida'".
"No hay evidencia"
Bolivia es el país sudamericano que respalda con más fuerza al gobierno de Nicolás Maduro.
El embajador de ese país en Caracas, Sebastián Michel, afirma que en ninguna de las elecciones recientes existe evidencia de que Venezuela hubiese tenido algo que ver con el resultado.
"Por ejemplo, en Brasil se trata de un caso de acciones judiciales y parlamentarias irregulares contra el candidato Lula da Silva y antes con Dilma Roussef lo que incidió en la derrota y no el efecto venezolano", afirma a BBC Mundo.
Michel también resalta el caso de Ecuador, donde ganó el proyecto correísta ,"aunque después el presidente Lenín Moreno decidió ponerse en contra".
"Veremos qué es lo que pasa en este año, donde hay cuatro elecciones. En tres de ellas, Argentina, Bolivia y Uruguay, no se puede divisar una derrota segura de la izquierda", añade.
El embajador niega que el apoyo decidido de su país a la Revolución Boliviana le cueste votos a Evo Morales en las elecciones presidenciales de octubre de este año.
"Nos afectaría más reconocer al señor Juan Guaidó", asegura Michel.
El diplomático asegura que Bolivia "no se siente más sola" ante el cambio de signo político en algunos gobiernos, sino todo lo contrario.
"El país está más afianzado en un mundo multipolar", señala Michel y pone como prueba los acuerdos comerciales que ha venido firmando Evo Morales.
Además, destaca el papel jugado por Bolivia, México y Uruguay como impulsores de una salida pacífica y concertada al conflicto entre el oficialismo y la oposición en Venezuela.
La vieja izquierda
Paradójicamente, Hugo Chávez y Venezuela tienen que ver con el último cambio de signo en la región.
La Revolución Bolivariana comenzó en 1999 y significó el renacer para la izquierda en la región.
En tiempos de vacas gordas, el mandatario venezolano ayudó a Cuba a superar la pesadilla del periodo especial e impulsó la carrera política de Evo Morales en sus difíciles primeros años de gobierno.
También hizo tridente con Lula da Silva y Néstor Kirchner para derribar la iniciativa de un área de libre comercio continental conocida como ALCA, impulsada Estados Unidos.
Después se puso del lado de Cristina Fernández, Rafael Correa, Dilma Rousseff y José Mujica.
Entre todos ellos dieron a luz a alianzas regionales como la Unión de Naciones Suramericanas y la Comunidad de Estados de Latinoamérica y del Caribe.
Sin embargo, para Paz Soldán "la actualidad está enterrando el buen recuerdo de la esperanza que muchos tuvieron en los primeros años de la Revolución Bolivariana".
"Va a ser muy difícil levantar la bandera de Chávez en los próximos años de la misma manera que se alzó la del Che Guevara o Fidel durante tanto tiempo", indica el profesor universitario.
La nueva izquierda deberá tener nuevos símbolos y abrazar a otras causas como el feminismo, la ampliación del campo de derechos, la lucha contra la desigualdad o la agenda ambiental, asegura el escritor.
"También deben erradicar el doble discurso y recuperar la defensa de los valores democráticos. Eso significa no desconocer referendos, como lo hizo Evo Morales en Bolivia", concluye.
El futuro de la izquierda
Por su parte, la politóloga colombiana Marcela Prieto opina que casos como el de Venezuela van a producir que se juzgue y tome distancia con la izquierda clásica.
"Para cualquier agrupación de izquierda, justificar lo que pasa en Venezuela va a ser un suicidio. Los nuevos grupos políticos que vemos no quieren parecerse al chavismo ni hacer otra Revolución Bolivariana", señala la experta a BBC Mundo.
Prieto indica que los nuevos movimientos buscan ser más reivindicativos, "con agendas que no le pertenecen a esta izquierda" como la ambiental o la de género.
La politóloga afirma que, pese a que las fuerzas políticas emergentes están tomando distancia de sus predecesoras, el chavismo pervivirá durante mucho tiempo como fuerza política.
"Chávez es visto como un mártir y una figura mítica entre muchos sectores de la población. Sí va a haber chavismo por mucho tiempo", concluye.
Mientras tanto, Juan Manuel Robles añade que Venezuela dejará otro efecto político para el futuro y que para muchos puede significar algo positivo.
"Desde la Revolución Bolivariana que las izquierdas emergentes terminaron de separarse de la izquierda clásica latinoamericana, esa que estuvo marcada por todo lo que fue Cuba".
Un cambio que, según el autor, termina de divorciar a esta facción política con su versión del siglo pasado.
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