Este 8 de abril, el nombre del veterano cantante dominicano Rubby Pérez (69) ocupa titulares por un trágico accidente ocurrido durante una de sus presentaciones.
La madrugada de este martes, el techo de la discoteca Jet Set, ubicada en Santo Domingo, colapsó durante un concierto que ofrecía el artista. Gritos de terror reemplazaron a las risas y aplausos que inundaban la fiesta.
El director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), Juan Manuel Méndez, confirmó la gravedad de la situación en declaraciones recogidas por NTN24: “Desafortunadamente hemos tenido, hasta el momento, 15 personas fallecidas (...). Tenemos esperanza de conseguir muchas más personas con vida”.
Más de 300 rescatistas trabajan en el lugar desde la madrugada. Lamentablemente, la cifra de decesos se elevó a 27 personas unas horas después.

Zulinka Pérez, hija del merenguero, dio a conocer a El Nuevo Diario que su padre fue localizado entre los escombros y que “está bien”, aunque aún no ha sido extraído completamente del lugar.
“Él cantó para ser encontrado”, reveló Zulinka, quien también se encontraba en el lugar del siniestro y logró salir con vida gracias a que su padre la cubrió durante el derrumbe, mientras su esposo se lanzó sobre ella para protegerla.
No es la primera vez que Rubby Pérez se salva de morir
Nacido como Roberto Antonio Pérez Herrera el 8 de marzo de 1956 en Bajos de Haina, República Dominicana, Rubby Pérez soñaba con una carrera en el béisbol profesional. Sin embargo, su vida cambió radicalmente el 13 de junio de 1972, cuando fue atropellado por un vehículo. Él tenía 15 años y el golpe le fracturó la pierna derecha.
“Pensé que ya no tenía razón de existir”, confesó tiempo después en una entrevista recogida por Billboard en Español. Estuvo casi un año hospitalizado y requirió dos años de terapia para poder volver a caminar con normalidad. Fue durante ese proceso de recuperación cuando la música comenzó a ocupar un lugar central en su vida.

“Dios tenía otro propósito para mí y era que en vez de tener un bate en la mano tuviera un micrófono, que pudiera comunicar a la gente mi alegría, mi positivismo, mi deseo de seguir adelante, sin importar lo que sucediera”, expresó Pérez, quien encontró consuelo en la música mientras alegraba con su guitarra a otros pacientes en el hospital.
Tras estudiar en el Conservatorio Nacional de Música de Santo Domingo, Rubby inició su carrera artística en grupos como Los Pitágoras del Ritmo y el Coro de la Sociedad de Orientación Juvenil.
Su primer gran salto ocurrió en 1980 cuando se unió a la orquesta de Fernando Villalona. Según Listín Diario, fue el saxofonista Popo Cadena quien convenció a Villalona de que Rubby era “su hombre” tras escucharlo cantar en una fiesta.
Posteriormente, en 1982, se integró a la afamada orquesta de Wilfrido Vargas. Allí grabó 22 temas y alcanzó fama internacional con éxitos como El Africano (1983) y Volveré (1984). En palabras del propio Pérez, su paso por esta agrupación fue “una universidad, un régimen militar”, donde aprendió la disciplina necesaria para despegar en solitario.

En 1986, lanzó su primer álbum como solista, Buscando tus besos, que incluía los éxitos Dame veneno, Contigo y Ave de paso. A partir de entonces, se consolidó como solista con varios discos de oro y platino, premios Casandra, y giras internacionales que incluyeron presentaciones memorables como la del Madison Square Garden de Nueva York.
En 2024, Rubby fue homenajeado con el Soberano al Mérito por la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) en reconocimiento a su carrera. “Gracias del alma, eso ayuda a que los artistas sigamos adelante”, declaró emocionado a Listín Diario antes del evento.
Hoy, tras el derrumbe en la discoteca Jet Set, su historia de vida cobra aún más fuerza. Un hombre que sobrevivió a un accidente devastador en su juventud y transformó el dolor en arte, ahora enfrenta otro desafío, pero con la misma resiliencia que ha definido su trayectoria.