El Sapsan y el nuevo equilibrio estratégico en Europa del Este
La reciente revelación del presidente Volodymyr Zelensky sobre la producción en serie del misil balístico ucraniano Sapsan marca un punto de inflexión en el conflicto con Rusia. Más allá de su valor militar, este desarrollo representa un símbolo de independencia tecnológica y determinación estratégica por parte de Ucrania.
Durante años, Kiev ha dependido de la ayuda occidental para sostener su defensa, especialmente en lo que respecta a armamento de largo alcance. La negativa de sus aliados a proporcionar misiles balísticos dejó a Ucrania en una posición vulnerable frente a un enemigo con superioridad de fuego. El Sapsan, desarrollado desde 2006 y revitalizado tras la anexión de Crimea en 2014, es la respuesta nacional a esa necesidad crítica.
El éxito de su prueba en 2024 —y los rumores de su uso previo— no solo demuestran avances técnicos, sino también una voluntad política clara: Ucrania no espera más. Está decidida a construir su propia capacidad de disuasión, incluso si eso implica escalar la tensión con Moscú.
Sin embargo, este avance también plantea preguntas difíciles. ¿Cómo responderá Rusia ante un misil que puede alcanzar objetivos estratégicos en su territorio? ¿Qué papel jugarán ahora los aliados de Ucrania, sabiendo que el país ha cruzado un umbral tecnológico clave?
El Sapsan no es solo un misil. Es una declaración. Y como toda declaración en tiempos de guerra, su impacto dependerá tanto de su uso como de su percepción.
Objetivo acabar con Rusia: Ucrania anuncia arma revolucionaria https://t.co/JmWcauVHAJ pic.twitter.com/BeKtlvwnLR
— LuisOrlando Díaz Vólquez (@GUASABARAeditor) June 25, 2025
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