sábado, 12 de julio de 2025

Blake Lively contra el ‘ecosistema despreciable de la misoginia’


Ensayo invitado

Blake Lively contra el ‘ecosistema despreciable de la misoginia’

Una imagen borrosa de Blake Lively con muchas flechas blancas rodeando y señalando su cara.
Credit...Sierra Datri

Por Kat Tenbarge

Tenbarge escribe Spitfire News, un boletín sobre la cultura, política y medios de comunicación en internet.

El mes pasado, un juez desestimó la demanda por difamación de 400 millones de dólares interpuesta por el actor Justin Baldoni contra su excompañera de reparto Blake Lively. Por la forma en que la han tratado muchos espectadores en internet, pensaríamos que ella es quien está perdiendo.

La sentencia forma parte de una saga legal que comenzó cuando, justo después del estreno de la película de Lively y Baldoni, Romper el círculo, en 2024, ocurrió algo extraño: las típicas entrevistas y charlas en internet sobre la película se volvieron contra Lively, tachándola de mandona, frívola y difícil. En diciembre, Lively presentó una demanda contra Baldoni y su equipo de publicistas contratados, alegando que las malas relaciones públicas habían sido, al menos en parte, coordinadas por ellos después de que ella denunciara el acoso sexual en el rodaje. Según su denuncia, habían orquestado una campaña de difamación utilizando la prensa sensacionalista y las redes sociales. (Un abogado de Wayfarer, el estudio de Baldoni y su productor, ha calificado los señalamientos de Lively de “completamente falsos, escandalosos e intencionadamente lascivos”).

Baldoni, a su vez, la demandó a ella y a su marido, el actor Ryan Reynolds, por difamación, y perdió. (Su demanda contra The New York Times por cubrir su denuncia también fue desestimada). Pero el daño ya estaba hecho. Se ha visto envuelta en una tormenta de discusiones públicas sobre su aspecto, sus relaciones personales y si actuaba con maldad durante las reuniones con la prensa.

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Su experiencia se está convirtiendo rápidamente en algo habitual en los casos destacados de acusaciones de violencia o acoso sexual. Las figuras públicas que hablan ahora pueden enfrentarse a represalias y recriminaciones, no solo por parte de quien dijo haber abusado de ellas, sino también de un público en internet sediento de verlas destrozadas.

Ya hemos visto esto antes. ¿Recuerdas cómo trataron a Amber Heard durante el juicio de Johnny Depp por difamación?

Durante el juicio de Heard, los canales de YouTube subieron cientos de videos que podían optar a cientos de miles de dólares en ingresos publicitarios; su abogada argumentó que la cobertura “desigual” de los medios digitales influyó en su derrota final. Ahora bien, lo que sugieren los expedientes judiciales de Lively es que al menos parte del drama que rodea a los embrollos de los famosos de alto nivel se puede cocinar y luego exagerar. El drama es una estrategia calculada, diseñada para sembrar la duda pública sobre las acusaciones y empañar su reputación, al tiempo que se atrae la atención. Parece inevitable que este ambiente disuada a otras mujeres de denunciar.

Los mensajes privados incluidos en la demanda legal de Livelyde los que informa el Times, revelan que entre los publicistas que trabajaban con Baldoni se hablaba de cómo “enterrar” a Lively utilizando “contenido fabricado” publicado en las redes sociales y piezas colocadas en la prensa sensacionalista. Aunque es imposible saber con exactitud cuánto contenido anti-Lively era producto del equipo de Baldoni, lo que es innegable es que ha surgido una industria casera de influentes ambiciosos, profesionales de los medios de comunicación de derecha y la prensa sensacionalista tradicional para hacer saltar esas afirmaciones a la fama nacional y, de paso, obtener dinero.

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Una YouTuber feminista conocida como Ophie Dokie lo denomina el “ecosistema de la bazofia misógina”, en el que los detectives de la cultura pop de TikTok y Reddit, los sabuesos del chisme como Perez Hilton e incluso la reportera de prensa Kjersti Flaa (cuya incómoda entrevista de 2016 con Lively explotó en YouTube el pasado agosto) publican semanalmente o incluso a diario contenidos contra Lively que obtienen millones de visitas. Sus teorías suelen acabar en medios como The Daily Mail.

“Estamos en una cultura que premia el pensamiento misógino, que todo el mundo lleva dentro”, me dijo Ophie Dokie. “Lo que lo convierte en un ecosistema”, dijo, “es la cantidad de fragmentos que reciclan y repiten unos de otros”. Aunque no haya ninguna novedad sobre el caso, estos creadores del drama ofrecen colectivamente una serie interminable de desmontajes y especulaciones, manteniendo enganchada a su audiencia.

Este ecosistema se ha convertido, de hecho, en una herramienta esencial para defender a los hombres acusados de violencia sexual o acoso, ya que puede generar un tipo de fanatismo rabioso que se empeña en defenderlos. El contenido de su ejército de seguidores puede ayudarlos en el juzgado y, lo que es más importante, crea una atmósfera de duda sobre las acusaciones de culpabilidad que impregna la opinión pública.

Un ejemplo reciente es la declaración jurada presentada por Bryan Freedman, abogado de Baldoni. Freedman escribió que el día de San Valentín recibió una llamada telefónica de una persona “muy vinculada” a la superestrella del pop Taylor Swift, quien es amiga de Lively. Según la persona anónima, afirmó, el abogado de Lively y Reynolds se había puesto en contacto con el abogado de Swift para pedir a la cantante que publicara una declaración de apoyo a Lively. Si no lo hacía, dijo, el lado de Lively dio a entender que publicaría textos privados. Swift no ha publicado ninguna declaración sobre el caso de Lively contra Baldoni, y Lively nunca publicó ninguno de sus mensajes con Swift.

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Pero la afirmación de que el abogado de Lively amenazó a Swift, que el mismo abogado desmintió, siguió propagándose por el ecosistema de noticias de famosos. Los periódicos sensacionalistas publicaron titulares que repetían lo dicho por Freedman. Las publicaciones de Reddit acumularon cientos de comentarios. Los aficionados al chismorreo miraban con los ojos muy abiertos y sonrientes a los objetivos de sus cámaras. Las visitas, los “me gusta” y los “compartidos” se multiplicaron. Insultos que suelen reservarse a las mujeres que denuncian a hombres poderosos se lanzaron contra Lively: “Vengativa”. “Mentirosa manipuladora”. “Narcisista”.

No importó que, 24 horas después de la presentación de la declaración, el juez del caso aceptara una moción para anularla, diciendo que “el único propósito de la carta es ‘promover el escándalo público’ presentando acusaciones incendiarias, basadas en información y creencias, contra Lively y su abogada. Invita de forma transparente a un revuelo en la prensa al sugerir que Lively y su abogado intentaron ‘extorsionar’ a una conocida celebridad”. Tampoco importaba que Freedman no identificara su fuente, para que el público no pudiera evaluar por sí mismo la credibilidad de esa persona. El daño ya estaba hecho. ¿Cuántas personas vieron la desestimación del juez? ¿Cuántas creyeron las razones del juez?

Algunos de los partidarios de Heard y Lively acusan a Depp y Baldoni de seguir un manual conocido en inglés como DARVO, que significa “negar, atacar, invertir a la víctima y al agresor”. El término fue acuñado por la psicóloga especializada en trauma Jennifer Freyd en 1997 para describir el modo en que los individuos maltratadores desvían la culpa hacia sus víctimas. Freyd me dijo en una entrevista que varias personas, incluso aficionados, pueden unirse para utilizar DARVO contra un objetivo concreto.

El ataque global a la credibilidad de Heard desde muchos rincones de internet fue un ejemplo de DARVO colectivo. La retórica que popularizó se convirtió en parte de la forma de hablar sobre las denuncias de abusos, que se ha trasladado al caso de Lively y más allá.

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Ahora, la forma en que las redes sociales pueden desacreditar a los acusadores en los casos de famosos ha empezado a extenderse a otros relativamente desconocidos.

Los hombres que carecen de plataformas pueden grabar videos de mujeres en su momento más bajo (como cuando gritan o lloran en el suelo) y publicar esas imágenes poco favorecedoras en internet, donde pueden hacerse virales de la noche a la mañana. A menudo se compara a las mujeres con Heard, y los videos de ellas pueden convertirse en forraje para los llamados activistas de los derechos de los hombres, que elaboran contenidos atacando a las mujeres famosas. Algunos de ellos están más que contentos de dar amplia difusión a una narrativa contra una figura privada, normalmente una mujer, que la acusa de mentir y de ser abusiva ella también.

Todo esto es posible porque muchos estadounidenses han rechazado agresivamente los logros conseguidos con el movimiento #MeToo, que valoraba creer a las mujeres que hablaban públicamente de violencia sexual. Las reacciones contra las figuras —públicas o privadas— que hablan refuerzan el statu quo y pintan a los hombres acusados como las verdaderas víctimas. Las mujeres que repiten la retórica que excusa la posible violencia masculina son recompensadas con opiniones y elogios en internet, mientras que las que hablan en contra se añaden a la lista de objetivos que la turba de internet debe castigar. El entorno informativo resultante es tan unilateral que las mujeres que no quieren tropezar en la línea de fuego pueden decidir que es más fácil permanecer en silencio.

El miedo a ser arrastradas por estos autoproclamados detectives de internet también puede hacer que las mujeres se lo piensen dos veces antes de denunciar. Siempre ha existido la cruel realidad de que no te crean y ser considerada la villana dentro de tu comunidad local. Pero ahora, el juicio de brujas de cualquiera puede hacerse viral, exponiendo al tipo de “humillación global total” que Heard conseguiría, como Depp imaginó en un mensaje de texto de 2016.

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Casi una década después, Melissa Nathan, la experta en gestión de crisis de Deep y Baldoni, a quien se acusa en la demanda de Lively de ayudar a orquestar los ataques mediáticos contra ella, se maravilló de lo rápido que las redes sociales se habían vuelto contra la actriz: “En realidad es triste porque solo demuestra que hay gente que realmente quiere odiar a las mujeres”.

Kat Tenbarge escribe Spitfire News, un boletín sobre cultura, política y medios de comunicación en internet.

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Wilson Mejía: “A partir de julio de 2026 trabajaremos por la excelencia de la UASD”

Wilson Mejía: “A partir de julio de 2026 trabajaremos por la excelencia de la UASD”
12 de julio de 2025
Santo Domingo, R.D. – En el marco de la Asamblea Semestral Ordinaria del movimiento universitario Gerencia Académica, el doctor Wilson Mejía, candidato a rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), reafirmó su compromiso con una universidad moderna, humana y orientada a la excelencia.

“Una universidad como la de nosotros que no solamente es la universidad estatal ni solamente la universidad del pueblo, sino que es la primada y la primera en excelencia. Por eso trabajaremos a partir de julio del 2026 por la excelencia de la UASD”, expresó Mejía ante decenas de académicos, docentes y líderes universitarios congregados en el acto.

Durante su intervención, Mejía enfatizó la necesidad de dejar atrás los modelos tradicionales y avanzar hacia una transformación profunda de la academia, que abarque desde los procesos administrativos hasta los métodos de enseñanza. Además, propuso una actualización curricular basada en la incorporación de herramientas digitales, sin perder de vista el componente humano que caracteriza a la universidad.

“La universidad que tenemos pensada es una universidad de hoy, con ciencia, tecnología, inteligencia artificial acompañada de inteligencia emocional”, sostuvo.

Durante la actividad también fueron presentados los candidatos y precandidatos respaldados por el movimiento Gerencia Académica para ocupar distintos escaños en la universidad. Entre ellos figuran Danilo Ureña como próximo director de la Escuela de Medicina; Luz Herrera como próxima vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Salud; Rafael Montero y Zelandia Matos como candidatos a decano de dicha facultad; Ángel Feliz como próximo coordinador de la cátedra de Ginecoobstetricia; José Peralta, actual director de la Escuela de Medicina, también como candidato a decano de Ciencias de la Salud; así como Ysaideliz Matos como próxima coordinadora de la cátedra de Pediatría.

La asamblea fue coordinada por el doctor Julio César Beras, secretario general del movimiento, quien valoró el entusiasmo y la cohesión del equipo académico que se perfila como una fuerza transformadora dentro de la UASD. El encuentro concluyó con un llamado a la unidad, la renovación institucional y la apuesta firme por una universidad más eficiente, tecnológica y centrada en las necesidades de su comunidad estudiantil y docente.