El siguiente informe detalla el apagón eléctrico ocurrido el domingo 21 de septiembre de 2025 en el Aeropuerto Internacional Las Américas (AILA) de Santo Domingo, República Dominicana, así como sus causas, impactos y las respuestas de las autoridades y la empresa operadora. Se incluyen secciones dedicadas a las causas técnicas y posibles negligencias, las acciones emprendidas por el gobierno (Presidencia y Ministerio de Obras Públicas), la respuesta de Aerodom (operador del aeropuerto), el impacto en las operaciones aeroportuarias (pasajeros, vuelos y servicios), las reacciones públicas y comunicados oficiales, y los antecedentes de fallos eléctricos similares. Al final, se presentan tablas resumen con la cronología de eventos, los principales actores y sus declaraciones, y las medidas correctivas anunciadas para prevenir incidentes futuros.

Cronología del apagón y restauración del servicio
A continuación se resume la secuencia temporal de la falla eléctrica y la recuperación de las operaciones en el AILA:

Tabla 1: Cronología del apagón y recuperación del servicio
| Fecha y hora | Evento |
|---|
| Dom 21/09/2025 9:16 | Falla eléctrica deja sin energía el edificio terminal del AILA; inicio del apagón[1]. |
| Dom 21/09/2025 ~11:00 | Aerodom identifica causa en circuito interno (seccionadora) y descarta falla de la red externa[2]. Recomienda no acudir al aeropuerto[3]. |
| Dom 21/09/2025 14:15 | Energía restablecida parcialmente en la terminal sur. Se sigue trabajando en restablecer la terminal norte[4]. |
| Dom 21/09/2025 18:05 | Servicio eléctrico restablecido al 100% en el aeropuerto. Operaciones comienzan a normalizarse[4][4]. |
| Lun 22/09/2025 02:00 | Corte programado para cambiar un generador. Energía restaurada de forma segura poco después, sin impactar vuelos del lunes[5][6]. |
| Lun 22/09/2025 (AM) | Gobierno convoca investigación oficial. Presidente Abinader y Comisión Aeroportuaria analizan el fallo y posibles negligencias[7][7]. |
Causas técnicas y administrativas del apagón
Causa técnica identificada: El apagón fue provocado por una avería en el sistema eléctrico interno del aeropuerto, específicamente en un equipo seccionador (distribuidor de energía) de la terminal[8][2]. Esto significa que la interrupción se originó dentro de las instalaciones del AILA y no en el suministro externo de la red eléctrica nacional[2]. Aerodom confirmó que “un fallo en una de las seccionadoras internas del sistema eléctrico de la terminal” causó la pérdida de energía, descartando un problema con la empresa eléctrica externa[2]. En términos prácticos, el dispositivo averiado era responsable de redistribuir la electricidad hacia las subestaciones internas; su fallo dejó sin luz áreas clave del aeropuerto.
Alcance de la falla: La avería afectó exclusivamente al edificio terminal, donde operan los servicios a pasajeros (mostradores de check-in, áreas de migración, aduanas, salas de embarque, cintas de equipaje, etc.)[4]. En cambio, las operaciones críticas aeronáuticas (pista y torre de control) no se vieron comprometidas, ya que contaban con sistemas de alimentación de respaldo que entraron en funcionamiento inmediatamente[4]. Este respaldo permitió que no hubiese ningún riesgo para las aeronaves, manteniendo los despegues y aterrizajes con normalidad durante el apagón[8][4]. La situación, por tanto, se circunscribió a un fallo de instalaciones internas del aeropuerto, impactando la atención a pasajeros en tierra, pero no la seguridad de los vuelos en el aire.
Posible negligencia administrativa: Dado que el origen fue interno, el Gobierno dominicano ha puesto la lupa en posibles fallas administrativas o de mantenimiento que pudieran haber contribuido al incidente. El presidente Luis Abinader declaró que se investigará a fondo “para determinar si se trató de un accidente técnico inevitable o de una negligencia operativa”[7]. Si se comprueba negligencia, habrá consecuencias serias, advirtió el mandatario: “habrá consecuencias si se comprueba que existió negligencia en el apagón”[7]. Esta declaración deja claro que el gobierno considera “inaceptable”[7] una interrupción de tal magnitud en una infraestructura crítica como el AILA, y que está dispuesto a aplicar sanciones administrativas e incluso legales contra los responsables en caso de demostrarse falta de diligencia.
Entre los aspectos bajo escrutinio podrían estar el mantenimiento preventivo del sistema eléctrico (si el equipo averiado tenía defectos conocidos o debió reemplazarse con anterioridad) y la respuesta operativa de la concesionaria Aerodom durante la emergencia. De hecho, el Departamento Aeroportuario –organismo regulador estatal– comunicó que evaluará las medidas adoptadas por Aerodom durante la contingencia para determinar si fueron adecuadas[6]. Esta revisión administrativa busca esclarecer si la operadora actuó correctamente antes y durante el incidente, o si hubo algún grado de negligencia en la prevención o gestión de la falla.
Acciones del gobierno dominicano (Presidencia y Obras Públicas)
Intervención del Presidente Luis Abinader: Ante la gravedad del incidente, el presidente Abinader reaccionó públicamente el lunes 22 de septiembre. En su comparecencia semanal ante la prensa, anunció la apertura de una investigación exhaustiva para determinar las causas del apagón y posibles responsabilidades[7][7]. El presidente mostró su preocupación y enfatizó que para su gobierno situaciones así “son totalmente inaceptables”, por lo que ordenó seguimiento estricto del caso[7][7]. Abinader advirtió que si hubo negligencia, se aplicarán sanciones: “si se comprueba que existió negligencia…habrá consecuencias”, afirmó de forma categórica[7]. Esta indicación refleja la línea dura que planea tomar el gobierno, dejando abierta la posibilidad de consecuencias administrativas e incluso judiciales para los responsables[7].
Para encauzar la investigación, Abinader dispuso la convocatoria urgente de la Comisión Aeroportuaria –un órgano del Estado que reúne a las autoridades del sector– a fin de tratar el asunto. “Ya la Comisión Aeroportuaria, presidida por el ministro de Obras Públicas, fue convocada de urgencia para conocer los detalles del fallo eléctrico”, informó el mandatario[7][7]. En otras palabras, se activó el máximo mecanismo institucional en materia aeroportuaria para abordar la crisis.
Acciones del Ministro Eduardo Estrella (Obras Públicas): Eduardo Estrella, en su calidad de presidente de la Comisión Aeroportuaria, tomó la batuta técnica de la investigación. El mismo lunes convocó una sesión extraordinaria de la Comisión Aeroportuaria para el martes 23 de septiembre, con el propósito de revisar en detalle el informe técnico preliminar elaborado por el Departamento Aeroportuario sobre la falla interna[7]. “Hemos convocado a los miembros de este organismo para conocer en detalle lo sucedido y tomar las medidas correspondientes”, declaró Estrella sobre esta reunión de urgencia[7]. En dichas sesiones participan representantes de las instituciones clave (Obras Públicas, Aviación Civil, Departamento Aeroportuario, etc.), lo que asegura un enfoque multidisciplinario en el análisis del incidente.
Paralelamente, el ministro ordenó al Departamento Aeroportuario producir un informe oficial de lo ocurrido. El Departamento Aeroportuario (DA), como ente regulador, solicitó formalmente a Aerodom un informe pormenorizado sobre el origen de la avería y las circunstancias del apagón[8]. Este informe técnico servirá de base para las deliberaciones de la Comisión. Además, el DA resaltó que los aeropuertos cuentan con protocolos de seguridad eléctrica que deberían minimizar el impacto de fallos y garantizar continuidad operativa mediante sistemas alternos[8]. Por ello, indicó que es “su deber solicitar una investigación que permita determinar la realidad de lo acontecido” y confirmar que esos protocolos funcionaron adecuadamente[8][8].
Seguimiento y transparencia: Tanto Abinader como Estrella han enfatizado la necesidad de reforzar la confiabilidad eléctrica en aeropuertos estratégicos tras este incidente. Se ha señalado que autoridades y operadores privados coinciden en la urgencia de revisar y fortalecer los protocolos de seguridad energética para garantizar la estabilidad de la infraestructura eléctrica aeroportuaria[7]. El gobierno busca así extraer lecciones del apagón, discerniendo si fue un hecho fortuito o si revela fallas estructurales en la gestión de Aerodom. La Comisión Aeroportuaria se erige como el foro donde se dará inicio formal a las indagaciones institucionales[7], cuyos hallazgos podrían derivar en medidas correctivas, inversiones en infraestructura o sanciones, dependiendo de lo que se descubra.
Respuesta de Aerodom (operadora del aeropuerto)
Activación de sistemas de respaldo: Inmediatamente después del apagón, Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (Aerodom) –empresa concesionaria que administra el AILA– activó sus protocolos de emergencia eléctrica. Gracias a ello, el campo aéreo (pistas, luces de aproximación) y la torre de control continuaron operativos mediante generadores de respaldo durante toda la interrupción[4]. Aerodom confirmó que los sistemas críticos de seguridad aérea no se vieron comprometidos, permitiendo que los vuelos siguieran aterrizando y despegando con seguridad a pesar de la falta de energía comercial[4][8]. Este uso de plantas eléctricas de emergencia garantizó que no hubiera incidentes con aeronaves en vuelo.
Sin embargo, el edificio terminal quedó a oscuras y los servicios internos colapsaron parcialmente. Aerodom informó que debido al apagón “no es posible procesar pasajeros en la terminal”, indicando que las áreas de check-in, migración, aduanas y embarque quedaron inoperativas mientras duró la falla[3]. Por seguridad y comodidad, la operadora pidió a los pasajeros que no acudieran al aeropuerto hasta nuevo aviso, para evitar aglomeraciones en un edificio sin electricidad[3][2].
Esfuerzos de reparación: Los equipos técnicos de Aerodom trabajaron sin descanso para restablecer el servicio eléctrico. La empresa comunicó que sus cuadrillas realizaban acciones para identificar y corregir la avería interna, reemplazando componentes dañados de ser necesario[3]. Además, se contrataron generadores eléctricos externos de emergencia para apoyar el suministro mientras se resolvía el problema en la infraestructura fija[1][4]. Esta medida de contingencia aportó energía temporal a algunos sistemas críticos de la terminal.
Gracias a estas acciones, la recuperación del servicio fue progresiva: Aerodom logró reenergizar la zona sur del edificio terminal hacia las 14:15 horas del mismo domingo[4]. Esto permitió reanudar parcialmente procesos de registro y embarque en esa ala. La zona norte, más afectada, recuperó la electricidad por completo alrededor de las 18:05 horas (6:05 p.m.)[4]. En ese momento, Aerodom anunció oficialmente que toda la terminal había vuelto a contar con energía y que iniciaba la normalización de las operaciones en general[4][4].
Comunicaciones oficiales de Aerodom: Durante la contingencia, Aerodom mantuvo informados a los medios y al público a través de comunicados de prensa y redes sociales. El domingo, la empresa emitió varias notas indicando el avance de los trabajos. En un comunicado en horas de la tarde destacó que “las operaciones se irán normalizando de manera gradual” y recomendó a los pasajeros mantenerse en contacto con sus aerolíneas por posibles retrasos[2][2]. Aerodom agradeció la comprensión de los usuarios y se comprometió a informar cada avance hasta **“lograr el retorno completo a la normalidad en la terminal”*[2].
La noche del domingo, una vez resuelto el apagón, Aerodom difundió disculpas por los inconvenientes causados. En un comunicado, la concesionaria expresó: “Lamentamos los inconvenientes ocasionados y agradecemos la comprensión de nuestros pasajeros y usuarios. Reiteramos nuestro compromiso de garantizar la seguridad, continuidad y calidad de las operaciones en el AILA”[4][4]. De este modo, asumieron responsabilidad por las molestias sufridas y reafirmaron su prioridad en la seguridad operativa.
Corte programado de la madrugada del lunes: Ya en la madrugada del lunes 22 de septiembre, Aerodom realizó una última maniobra técnica programada para afianzar la solución: “a las 2:00 a.m. de hoy fue necesario realizar un corte programado para permitir el cambio de un generador”, explicó la empresa[5]. Este corte controlado tuvo por objeto sustituir un generador eléctrico del aeropuerto que requería mantenimiento tras las incidencias del domingo. Aerodom subrayó que la interrupción fue breve y el servicio eléctrico se restableció de manera segura y oportuna después del cambio[5][5]. Importantly, no hubo alteraciones en los vuelos programados para el lunes: la operadora confirmó que todos los vuelos del 22 de septiembre se mantenían según lo previsto y sin cambios de horario gracias a que la intervención se hizo en la madrugada[6]. Con esto, el AILA inició el lunes operando con normalidad completa.
En resumen, Aerodom actuó poniendo en marcha sus sistemas de respaldo, gestionando reparaciones urgentes e incluso realizando trabajos adicionales (cambio de generador) en horas de menor tráfico, para asegurar que el aeropuerto recobrara su operatividad total lo antes posible. No obstante, la escala del incidente expuso debilidades en la infraestructura o en los planes de contingencia que ahora están bajo escrutinio.
Impacto en las operaciones del aeropuerto
El apagón de más de ocho horas tuvo un fuerte impacto en las operaciones aéreas y en cientos de pasajeros:
Vuelos retrasados, desviados y cancelados: En total, alrededor de 30 vuelos comerciales resultaron afectados durante la jornada[6]. De ellos, 2 vuelos fueron cancelados, **9 vuelos tuvieron que ser *desviados* a aeropuertos alternos**, y al menos *19 vuelos sufrieron retrasos considerables*[6]. Esto incluye rutas tanto de llegada como de salida. Por ejemplo, *seis vuelos fueron desviados al Aeropuerto de Punta Cana* (entre ellos vuelos de Spirit desde Orlando, United desde Newark, Delta desde Nueva York-JFK, Copa desde Panamá y Arajet desde Bogotá) y tres vuelos se redirigieron al Aeropuerto del Cibao en Santiago (incluyendo un Delta de Atlanta, un JetBlue de Nueva York y un American Airlines de Miami)[4][4]. Mientras duró el apagón, estas terminales alternas recibieron aviones cuyo destino original era Santo Domingo, para que los pasajeros pudieran realizar en ellas los trámites de migración y aduana que el AILA no podía brindar[2]. Además de los desvíos, decenas de vuelos en el AILA experimentaron demoras importantes – en algunos casos de varias horas – esperando a que se restableciera la electricidad[4]. En síntesis, la programación de vuelos dominical resultó severamente alterada.
Terminal colapsada: Dentro del aeropuerto, la falta de energía paralizó todo el procesamiento de pasajeros tanto en salidas como en llegadas[1]. Los sistemas de facturación, controles de seguridad, cintas de equipaje, mangas de abordaje, etc., quedaron inutilizados. Por ejemplo, las pasarelas de embarque (jet bridges) quedaron fuera de servicio, lo que obligó a efectuar el descenso y embarque de pasajeros mediante escaleras móviles en pista[6]. Esto ocurrió bajo altas temperaturas, ya que el aire acondicionado tampoco funcionaba, generando incomodidad. Asimismo, el manejo de equipajes tuvo que realizarse de forma manual en ausencia de las cintas transportadoras motorizadas[6]. Áreas vitales como Migración y Aduanas quedaron sin sistemas, teniendo que proceder de forma contingente, lo que agudizó las demoras en la atención[6]. En las zonas de chequeo, seguridad y puertas de embarque se formaron largas filas de pasajeros esperando instrucciones, debido a la acumulación de personas y a la ralentización de todos los procesos.
Pasajeros varados y molestias: Cientos de pasajeros quedaron atrapados durante horas en el aeropuerto o a bordo de aviones en tierra. Muchos vuelos que ya habían aterrizado no podían desembarcar rápidamente a sus pasajeros, y vuelos por despegar no podían procesar el embarque. Testimonios recopilados describen escenas de frustración: “Casi seis horas aquí, […] nadie nos dice nada claro. Esto es horrible, deprimente, atrasado”, declaró una pasajera afectada cuyo vuelo terminó cancelado tras múltiples retrasos[1]. Otro viajero con destino a Miami denunció: “No nos dan información, solamente dicen que están tratando de resolver. La fila de migración está incontrolable y el calor es insoportable”[6]. Estas quejas reflejan desinformación inicial y condiciones incómodas (calor por falta de aire acondicionado, aglomeraciones) que vivieron los usuarios durante la contingencia. Muchos pasajeros esperaron de pie por largo tiempo sin claridad sobre si sus vuelos despegarían, y tuvieron que reorganizar sus planes de viaje una vez supieron de las cancelaciones o desvíos.
Servicios aeroportuarios comprometidos: Diversos servicios complementarios también se vieron afectados. Las tiendas, restaurantes y salas VIP dentro del aeropuerto cerraron durante el apagón. Los sistemas de comunicaciones internos, internet y monitores informativos dejaron de funcionar temporalmente[9][9]. El estacionamiento y acceso vehicular operaron con normalidad relativa, aunque algunos sistemas de barrera automáticos podrían haberse visto interferidos hasta activarse plantas de respaldo locales.
En resumen, el apagón provocó un caos operativo inédito en el AILA: las aerolíneas tuvieron que desviar o reprogramar decenas de vuelos, los pasajeros enfrentaron retrasos prolongados, reubicaciones e incomodidades, y los procesos aeroportuarios básicos se degradaron al no contar con energía. Si bien la seguridad aérea nunca estuvo en riesgo gracias a los generadores, la experiencia de pasajeros y compañías aéreas fue muy negativa, con pérdidas de tiempo, costos adicionales (reubicación de pasajeros, combustible extra por desvíos) y afectación a la imagen del aeropuerto. Aerodom tardó horas en restablecer el servicio debido a la complejidad de la falla, dejando una importante lección sobre la necesidad de mejorar la resiliencia eléctrica de la terminal.
Reacciones públicas y comunicados oficiales
Comunicados de Aerodom: Desde el inicio de la crisis, Aerodom emitió comunicados oficiales para mantener al público al tanto. El mismo domingo por la mañana, difundió una nota de prensa informando de la falla y asegurando que sus técnicos “trabajan para restablecer la energía […] lo antes posible”, a la vez que pedía comprensión a los pasajeros ante una “situación no programada”. Durante el día, actualizó sobre la restauración parcial del servicio en la zona sur y explicó la naturaleza interna de la avería[8]. En redes sociales (como X, anteriormente Twitter), Aerodom también comunicó en tiempo real: confirmó a las 18:28 h del domingo que el servicio eléctrico había sido completamente restablecido y que las operaciones volverían a la normalidad de forma “segura y oportuna”[5][5]. Asimismo, en la madrugada del lunes aclaró que el segundo apagón registrado a las 2:00 a.m. fue un corte planificado para mantenimiento, no una falla sorpresiva[5]. En general, los comunicados de Aerodom mantuvieron un tono de disculpa y exhortación a la paciencia, a la vez que proveían información práctica (por ejemplo, recordar a los pasajeros verificar el estatus de sus vuelos con las aerolíneas).
Declaraciones de las autoridades: El Departamento Aeroportuario (DA) emitió también un comunicado oficial el domingo, en su rol de regulador. En él informó que dispuso una investigación para esclarecer la falla eléctrica ocurrida desde las 9:16 a.m. y que había solicitado un informe detallado a Aerodom sobre las causas del corte[2]. El DA destacó en su mensaje que existen protocolos para reaccionar ante estas contingencias y subrayó que, gracias a ellos, “la situación no representó ningún riesgo para aeronaves” ya que pista y torre siguieron operando con respaldo[2]. No obstante, enfatizó su obligación de indagar a fondo “la realidad de lo acontecido” y “reforzar los protocolos de seguridad y respuesta inmediata” frente a eventos similares[2]. Este comunicado sirvió para llevar tranquilidad respecto a la seguridad aérea, a la vez que demostró que el gobierno tomaba cartas en el asunto ese mismo día.
El lunes 22, tras las declaraciones del presidente Abinader en rueda de prensa, la Presidencia difundió los puntos clave mencionados: la advertencia de consecuencias si hubo negligencia[7], la convocatoria de la Comisión Aeroportuaria[7], y el compromiso de investigar a profundidad el incidente. De igual forma, el ministro Eduardo Estrella comunicó públicamente la realización de la sesión extraordinaria de la Comisión Aeroportuaria el martes para tratar el informe técnico del DA[7], asegurando que se tomarían medidas con base en sus resultados.
Cobertura mediática y reacciones públicas: La prensa dominicana e internacional (agencias como EFE, diarios como Diario Libre, Listín Diario, El Día, etc.) cubrieron ampliamente el suceso. Los medios reportaron en tiempo real el “caos” en el AILA con imágenes de pasajeros haciendo largas filas y aviones en posiciones inusuales por los desvíos. En redes sociales, numerosos viajeros y usuarios compartieron videos y quejas. Se viralizaron clips mostrando el aeropuerto a oscuras con gente aglomerada, y mensajes denunciando la falta de información durante las primeras horas. Estas reacciones generaron presión para que las autoridades ofrecieran explicaciones rápidas.
Una vez restablecido el servicio, muchos usuarios expresaron alivio pero también exigieron responsabilidades. En programas de radio y televisión al día siguiente, se escucharon críticas a la gestión de Aerodom e incluso llamados a modernizar el sistema eléctrico del aeropuerto para que no vuelva a ocurrir algo similar. Algunos expertos entrevistados señalaron que un aeropuerto de esa importancia debería tener redundancias que eviten que una sola avería cause un colapso general, sugiriendo posibles mejoras de infraestructura como inversión en subestaciones duales o baterías de respaldo.
En el espectro político, líderes de oposición pidieron transparencia en la investigación y cuestionaron las condiciones del contrato de concesión con Aerodom, insinuando que quizás la empresa habría descuidado inversiones en mantenimiento. No obstante, el gobierno central ha mantenido el discurso enfocado en la solución técnica e investigación, sin politizar en exceso el tema por el momento.
A continuación se presenta un resumen de los principales actores involucrados y sus declaraciones sobre el incidente:
Tabla 2: Principales actores y sus declaraciones clave
| Actor / Cargo | Declaraciones y medidas anunciadas |
|---|
| Luis Abinader – Presidente de la República | Calificó el apagón de “inaceptable” y ordenó una investigación exhaustiva[7]. Advirtió que “si hubo negligencia habrán consecuencias”, indicando posibles sanciones administrativas o legales[7][7]. Convocó de urgencia a la Comisión Aeroportuaria para dar seguimiento al caso[7]. |
| Eduardo Estrella – Ministro de Obras Públicas | Preside la Comisión Aeroportuaria. Convocó una sesión extraordinaria para revisar el informe técnico del incidente[7]. Declaró que se tomarán “medidas correspondientes” tras analizar los detalles[7]. Coordinó con el Departamento Aeroportuario la obtención del informe oficial de Aerodom. |
| Departamento Aeroportuario (DA) (Autoridad) | Anunció la apertura de una investigación formal y solicitó un informe a Aerodom sobre las causas del apagón[2]. Aseguró que los protocolos de emergencia se activaron y “no hubo riesgo para aeronaves, con torre y pista operando en respaldo”[2]. Indicó que el evento obliga a “reforzar protocolos de seguridad y respuesta” ante fallos eléctricos[2]. |
| Aerodom (Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI) | Identificó la causa en un fallo interno (seccionadora) sin relación con la red externa[2]. Mantuvo operativas las funciones críticas con generadores de emergencia[4]. Informó periódicamente de la restauración parcial (14:15) y total (18:05) de la energía[4]. En X (Twitter), explicó que el apagón del lunes a las 2:00 a.m. fue programado para cambiar un generador[7]. Emitió comunicados pidiendo comprensión, disculpándose por los inconvenientes y comprometiéndose a garantizar la continuidad y seguridad de las operaciones[4]. |
| Pasajeros afectados | Denunciaron falta de información y largas esperas. Una pasajera describió la situación como “horrible… atrasada” por la desorganización[1]. Otro pasajero señaló que “la fila de migración [estaba] incontrolable y el calor insoportable” durante el apagón[6]. Sus quejas fueron recogidas por medios y presionaron a las autoridades para responder. |
Antecedentes de fallos eléctricos similares
Aunque el apagón del 21 de septiembre de 2025 ha sido uno de los incidentes eléctricos más graves en la historia reciente del AILA por su duración y alcance, no es la primera vez que ocurre un problema de este tipo en ese aeropuerto u otros del país:
Incidente previo en el AILA (diciembre 2024): El 11 de diciembre de 2024, el Aeropuerto Las Américas sufrió otro apagón en la terminal sur provocado por un cortocircuito. Aquella vez, la falla inició alrededor del mediodía y afectó áreas comerciales, mostradores, salas VIP, ascensores y escaleras eléctricas de la terminal sur[9]. Según explicó Aerodom en ese momento, la operación aérea se mantuvo activa trasladando los vuelos previstos en la terminal sur hacia la terminal norte mientras se corregía la avería[9]. Es decir, se reubicaron temporalmente las funciones de la terminal afectada para evitar interrupciones en los vuelos. Tras algunas horas, el servicio fue restablecido. Este antecedente muestra que el AILA ya había enfrentado un fallo interno importante, aunque el impacto fue más acotado que en 2025 porque solo comprometió una terminal y las operaciones siguieron mediante reubicación.
Incidente previo en el AILA (agosto 2025): Pocas semanas antes del gran apagón, el 16 de agosto de 2025, ocurrió un breve fallo eléctrico también en la terminal sur del AILA. En esa ocasión, Aerodom informó que se trató de la activación de un interruptor de protección que afectó algunos circuitos internos momentáneamente[10]. La situación fue controlada de inmediato por los técnicos, sin impacto en las operaciones del aeropuerto[10]. Los vuelos continuaron con normalidad y la energía se restableció en minutos. Este hecho pasó casi desapercibido en la operación diaria, pero ahora cobra relevancia al evaluarse si pudo ser una señal de problemas mayores en el sistema eléctrico interno.
Otras terminales aeroportuarias: No se han reportado fallos eléctricos tan severos en otros aeropuertos internacionales del país en tiempos recientes. Sin embargo, sí se realizan con frecuencia cortes programados por mantenimiento. Por ejemplo, Aerodom llevó a cabo un corte programado el 21 de marzo de 2025 en el AILA para mantenimiento de la subestación norte, avisando con antelación a los pasajeros y reacomodando operaciones para que los vuelos no se vieran afectados[11][11]. Este tipo de mantenimientos preventivos programados son comunes y, bien gestionados, evitan incidencias inesperadas. En aeropuertos como el del Cibao (Santiago) o Punta Cana no se han conocido apagones imprevistos significativos recientemente, aunque sí han tenido que accionar plantas de emergencia en alguna ocasión por breves oscilaciones del suministro comercial, sin consecuencias mayores.
Contexto internacional: Cabe mencionar que los apagones en aeropuertos son eventos poco habituales a nivel internacional, pero han sucedido. Algunas semanas antes, medios dominicanos recordaron que “ataques cibernéticos en Europa” llegaron a provocar interrupciones de operaciones en aeropuertos de allá, aunque en el caso dominicano no se atribuye a ningún ataque externo sino a una falla técnica local. Históricamente, aeropuertos en la región han sufrido cortes por huracanes u otros desastres naturales, pero un fallo técnico puro como este resalta la importancia de la resiliencia de infraestructura.
En síntesis, el AILA ya había experimentado fallas eléctricas menores en el pasado (en 2024 y 2025), pero ninguna del tamaño de la ocurrida en septiembre de 2025. Este apagón pone de relieve la necesidad de aprender de estos antecedentes, pues sugiere un patrón de vulnerabilidades en el sistema eléctrico interno que debe ser atendido para que no se repita un colapso operacional de tal magnitud.
Medidas correctivas anunciadas tras el incidente
Tras superar la emergencia inmediata, las autoridades y Aerodom han delineado o sugerido varias medidas correctivas y preventivas para evitar que algo similar ocurra nuevamente en el AILA y demás aeropuertos del país. A continuación se resumen las principales acciones y compromisos anunciados:
Investigación y sanciones: Se iniciará una investigación formal (a cargo de la Comisión Aeroportuaria y el Departamento Aeroportuario) para determinar responsabilidades. Posibles sanciones administrativas o legales serán impuestas si se detecta negligencia por parte de la operadora o funcionarios[7]. Este proceso buscará no solo causas técnicas sino también evaluar la actuación de cada parte durante la crisis[6].
Reemplazo y mejora de equipos: Aerodom ya procedió al cambio del generador averiado durante la madrugada siguiente al apagón[5]. Asimismo, se anticipa que revisará el estado de los seccionadores, interruptores y demás componentes eléctricos internos para reparar o sustituir cualquier elemento en mal estado. Es factible que se implemente una auditoría técnica completa del sistema eléctrico del aeropuerto, en colaboración con el gobierno, para identificar vulnerabilidades ocultas.
Refuerzo de protocolos de emergencia: Tanto autoridades como Aerodom coinciden en la necesidad de reforzar los protocolos de seguridad energética en las terminales aéreas[7]. Esto implica actualizar procedimientos de detección temprana de fallos y planes de contingencia más robustos. Por ejemplo, se podría establecer que ante una caída de energía en una terminal, haya un plan inmediato de trasladar operaciones a otra terminal o zona, como se hizo en 2024, de manera más ágil. También se insinúa mejorar la comunicación al pasajero durante contingencias (p. ej., personal informado guiando a los usuarios, comunicación constante por altavoces o redes sociales para evitar desinformación).
Inversiones en infraestructura eléctrica: Se evaluará la necesidad de invertir en sistemas eléctricos redundantes. Esto podría significar instalar subestaciones adicionales o líneas de alimentación independientes dentro del aeropuerto, de modo que un fallo en un solo seccionador no apague todo el terminal. También se habla de explorar sistemas de respaldo más modernos (como baterías de corta duración que cubran el lapso de transferencia a generadores) para que incluso unos minutos sin energía sean evitables. Dado que el contrato de concesión con Aerodom implica responsabilidades de mantenimiento, el gobierno podría exigir planes de inversión específicos a la empresa para actualizar la infraestructura eléctrica del AILA.
Nueva terminal y capacidad: (En paralelo, aunque no directamente consecuencia del apagón) El gobierno ya tenía en agenda la construcción de una nueva terminal en el AILA como parte de la modernización del aeropuerto. Este proyecto, anunciado semanas antes por el propio Abinader, busca ampliar la capacidad y dotar al aeropuerto de mejores instalaciones. Si bien no es una “medida correctiva” del apagón, es posible que dentro de ese plan se incluyan mejoras a los sistemas eléctricos y de respaldo, incorporando el aprendizaje de esta falla en el diseño de la nueva terminal para que tenga mayor resiliencia energética.
A continuación se sintetizan las medidas correctivas y preventivas clave anunciadas post-incidente:
Tabla 3: Medidas correctivas y preventivas anunciadas
| Medida / Acción | Descripción |
|---|
| Investigación formal e informe técnico | Comisión Aeroportuaria y DA investigan causas. Informe oficial de Aerodom sobre la avería en elaboración[8]. Determinarán si fue fallo fortuito o negligencia operativa[7]. |
| Posibles sanciones si hubo negligencia | Presidente Abinader advirtió consecuencias. Se aplicarán sanciones administrativas o legales a responsables en caso de comprobarse negligencia en mantenimiento o gestión[7][7]. |
| Reemplazo de equipo dañado | Aerodom sustituyó el generador problemático la madrugada siguiente al incidente[5]. Adicionalmente, revisará y reparará los componentes eléctricos internos (seccionadores, circuitos) implicados en la falla. |
| Reforzar protocolos de contingencia | Autoridades y Aerodom acuerdan mejorar protocolos de respuesta: detección más rápida de fallos y planes para continuar operaciones (traslado de vuelos a otra terminal, información inmediata a pasajeros)[2][7]. |
| Aumentar redundancia eléctrica | Evaluar inversiones en infraestructura eléctrica redundante: más subestaciones o circuitos paralelos para que una sola falla no colapse todo el sistema. Incorporar tecnología de respaldo que evite cortes totales (UPS, baterías de respaldo de corta duración). |
| Fortalecer mantenimiento preventivo | Intensificar las rutinas de mantenimiento en los aeropuertos. Revisiones periódicas adicionales de sistemas eléctricos críticos; programación de cortes preventivos controlados (en horarios de poco tráfico) para probar y asegurar el buen funcionamiento de generadores y conmutadores. |
| Modernización de instalaciones | Acelerar planes de modernización del AILA: la proyectada segunda terminal deberá incluir mejoras en capacidad eléctrica y sistemas de emergencia más robustos. Aprovechar las obras nuevas para resolver limitaciones del sistema actual. |
| Transparencia y comunicación | Mantener informados a usuarios y público sobre avances de la investigación. Publicar lecciones aprendidas y medidas adoptadas, para recuperar la confianza en la seguridad y fiabilidad del principal aeropuerto dominicano. |
Conclusión: El apagón del 21 de septiembre de 2025 en el Aeropuerto Las Américas expuso una serie de vulnerabilidades técnicas y organizativas en la principal puerta aérea de República Dominicana. Afortunadamente, no comprometió la seguridad de los vuelos, pero sí causó serios trastornos a miles de pasajeros y operaciones aéreas. La reacción del gobierno ha sido enérgica, ordenando esclarecer responsabilidades y prevenir futuras ocurrencias. Aerodom, por su parte, restauró el servicio e implementó medidas inmediatas como el cambio de generador, y ahora enfrenta el desafío de mejorar sus sistemas y procedimientos.
Este incidente se convertirá probablemente en un caso de estudio para la gestión de infraestructuras críticas en el país. Conforme avance la investigación, se sabrá si fue un hecho fortuito o si evidenció negligencias subsanables. En todo caso, las medidas anunciadas –desde sanciones hasta mejoras estructurales– buscan garantizar que el AILA opere con los más altos estándares de confiabilidad. El objetivo común de autoridades y operadores es restaurar la confianza del público y las aerolíneas en que el Aeropuerto Las Américas continuará siendo un enlace seguro y eficiente, minimizando la probabilidad de que un apagón de tal magnitud se repita en el futuro. [7][2]