miércoles, 17 de diciembre de 2025

Supérate, del clientelismo a la superación: 5 años transformando la política social del Estado en oportunidades


Supérate, del clientelismo a la superación: 5 años transformando la política social del Estado en oportunidades

Victor Herasme | 16 diciembre 2025

Desde que el presidente Luis Abinader asumió las riendas del Estado en agosto del año 2020, la implementación de políticas sociales que ayuden a las familias más vulnerables del país a superar su condición de pobreza, ha sido una de las prioridades de su gestión de gobierno.

En este fortalecimiento de las iniciativas oficiales que buscan impactar y ayudar a los dominicanos de menos recursos económicos a mejorar sus condiciones de vida, resalta la figura de Gloria Reyes, quien, como directora del Programa Supérate, ha acompañado desde el principio al mandatario en esta desafiante misión.  

Tres decretos emitidos en el 2025 evidencian la importancia que tiene para la actual administración del Estado su política social. El primero es el 160-25 que dispuso la fusión del Programa Supérate y la Administradora de Subsidios Sociales ADESS, que dio paso a la creación de la Dirección de Desarrollo Social Supérate DDSS, con el objetivo de robustecer las medidas en favor de las familias que se encuentran en condición de vulnerabilidad económica.

El ministro de Administración Pública, Sigmund Freund, juramenta a Gloria Reyes
como directora de DDSS

El segundo es el 349-25 mediante el cual Gloria Reyes quedó designada como directora de la nueva institución y el tercero, el 356-25 que definió los componentes y programas de la DDSS en el siguiente orden;

Apoyo Alimentario: Componente orientado a erradicar el hambre y la desnutrición en hogares elegibles mediante transferencias económicas focalizadas. Bajo este componente se desarrollarán los siguientes programas:

Aliméntate: Apoyo económico dirigido a complementar los recursos destinados a la compra de alimentos, con base en la canasta básica priorizada en los establecimientos de la Red de Abasto Social (RAS). Este beneficio estará condicionado al cumplimiento de corresponsabilidades en atención primaria de salud, con énfasis en salud reproductiva e infantil. El programa Aliméntate sustituye al anterior Comer Es Primero (CEP).

Bono Navideño: Transferencia económica puntual otorgada durante el período navideño para apoyar a los hogares elegibles en la adquisición de alimentos.

Apoyo en Emergencias: Componente que brinda asistencia contingente para mitigar los efectos de situaciones excepcionales que afecten a los hogares, tales como emergencias derivadas de estados de excepción, casos fortuitos o de fuerza mayor.

El pasado mes de agosto, con motivo de conmemorarse el 162 aniversario de la Restauración de la República, la Dirección de Desarrollo Social Supérate presentó un informe detallado de los logros que ha alcanzado el país en materia social entre 2020 y 2025.  

“En estos cinco años, nos hemos enfocado en que cada familia beneficiaria de la protección social que gestiona el Gobierno dominicano, a través de la Dirección de Desarrollo Social Supérate, tenga más oportunidades y esperanzas. Hemos construido las bases para que el país continúe avanzando en la consolidación de una sociedad más justa e inclusiva”, destacó Gloria Reyes durante esta presentación.

Entre los avances más importantes en los últimos cinco años la Dirección de Desarrollo Social Supérate DDSS destaca los siguientes:

Modernización y transparencia: La institución informó que el 50 % de los hogares beneficiarios ya está bancarizado, con acceso a cuentas de ahorro digitales y productos financieros que facilitan el ahorro y el fortalecimiento de emprendimientos.

SuperEmprendedoras: En este período, 111 mujeres micro, pequeñas y medianas empresarias recibieron el premio Mujer Supérate. Solo en 2024, diez de ellas devolvieron su tarjeta de subsidios tras superar la pobreza.

Capacitación y empleabilidad: Cerca de 200,000 personas participaron en programas de capacitación, con énfasis en mujeres y jóvenes. Además, más de 20,000 beneficiarios fueron formados en Educación Financiera para mejorar la administración de sus ingresos y la planificación de su futuro.

Clubes de Chicas: Entre 2021 y 2025 se constituyeron 225 Clubes de Chicas en nueve municipios, impactando a 7,963 niñas y adolescentes. Asimismo, se sensibilizó a 6,156 madres, padres y tutores en prevención de uniones tempranas y embarazo adolescente; 984 líderes comunitarios fueron formados, y 1,102 adolescentes ingresaron a cursos técnicos del Infotep.

Comunidades de Cuidados: Con el piloto implementado en 2024 y 2025, 2,000 personas fueron certificadas como cuidadores domiciliarios profesionales en Santo Domingo Este y Azua.

Capital Semilla: Más de 10,000 microemprendimientos recibieron capital semilla y acompañamiento técnico, permitiendo que miles de familias superen situaciones de pobreza.

Bono de Emergencia: La DDSS destacó la consolidación de un mecanismo ágil para Protección Social Adaptativa. El Bono de Emergencia fue otorgado por primera vez en noviembre de 2022 tras el huracán Fiona, y posteriormente en eventos como el cierre de la frontera con Haití en 2023, la explosión en San Cristóbal y la tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set en abril pasado.

Bono Discapacidad: Un total de 8,000 familias con niños, niñas y adolescentes de 0 a 18 años en condición de discapacidad reciben apoyo económico para medicamentos, alimentos y servicios terapéuticos.

Supérate Mujer: Más de 5,000 mujeres en situaciones de vulnerabilidad o riesgo de violencia han recibido asistencia integral. Actualmente, 1,000 mujeres cuentan con el bono Supérate Mujer para promover su autonomía económica y social.

Superación Comunitaria: La DDSS informó sobre la apertura de cuatro nuevos Centros de Superación Comunitaria en La Guáyiga, Bahoruco, Pedernales y Los Alcarrizos, así como Centros de Superación Gastronómica en Boca Chica, Santiago y Barahona.

Agricultura Familiar: Se inauguraron centros de producción agrícola familiar en Constanza e Higüey, equipados con sistemas de riego, cooperativas y empacadoras. Además, se desarrollan más de 30 modelos productivos de casas sombra, impactando a unas 3,000 personas en zonas rurales.

Manos Dominicanas: La iniciativa abrió dos nuevas tiendas, en la Lotería Nacional y en Sambil, amplió su presencia a todos los aeropuertos del país y lanzó una tienda en línea para ventas a domicilio.

Operativos de Servicios: Desde 2020, la DDSS ha estado presente en las 31 provincias y el Distrito Nacional, acercando sus servicios y canales de atención a la población más vulnerable.

Otros logros

La funcionaria destacó la implementación de la estrategia sociofamiliar Ruta de Superación de la Pobreza (RSP), la cual ha transformado la vida de 276,951 hogares en República Dominicana entre marzo de 2024 y septiembre de 2025.


Resalta también el avance de la Protección Social Adaptativa (PSA), diseñada para responder a emergencias y fenómenos naturales, así como el impacto de los programas de capacitación técnica, que han formado a 200,000 personas en alianza con Infotep y otras instituciones.

Además, el apoyo a cerca de 10 mil microemprendimientos mediante la iniciativa Mujeres SUPEREmprendedoras y la formación de 8 mil niñas y adolescentes en los “Clubes de Chicas”, enfocados en proyectos de vida y prevención de embarazos tempranos.

Asimismo, en coordinación con el Sistema Nacional de Cuidados, el Ministerio de la Mujer, el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente Conape y otras entidades, se han formado 2 mil cuidadoras domiciliarias, creando una nueva red de servicios de apoyo.

Se creó también una plataforma tecnológica junto al Banco de Reservas que permitirá a los beneficiarios y beneficiarias realizar gestiones sin necesidad de desplazamientos.

En los últimos tres años se han desarrollado nuevas iniciativas, como el apoyo mensual de RD$6,000 a más de 10 mil niños, niñas y adolescentes que viven con autismo o parálisis cerebral.

De acuerdo a estadísticas de la Dirección de Desarrollo Social Supérate alrededor de 1.5 millones de dominicanos reciben algún tipo de beneficio económico por parte del Estado. El número oscila porque constantemente hay personas que son retiradas del programa en concordancia con criterios de exclusión claramente establecidos. En la mayoría de los casos las familias dejan de percibir estas transferencias cuando logran mejorar sus condiciones de vida y cuentan con herramientas formativas para generar ingresos por cuenta propia.

En octubre pasado, la directora de la DDSS informó que entre 2022 y 2025, unas 380,000 personas salieron de estos programas debido a las razones antes señaladas.

Al respecto, la titular de la DDSS ha destacado que en los últimos cinco años la pobreza monetaria en el país se ha reducido en casi 10 puntos porcentuales, permitiendo que miles de dominicanos y dominicanas salgan de los programas de asistencia del Estado a fin de incorporarse al mercado productivo, ya sea iniciando algún proyecto de emprendimiento o por qué obtienen un empleo en el sector formal.

Gloria Reyes atribuye ese resultado a la estrategia delineada por el presidente de la República, Luis Abinader, que complementa la política de asistencia social con programas de capacitación en espacios como el Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep)Instituto Tecnológicos de Las Américas (ITLA), así como el programa 14-24, dirigido a jóvenes que no estudian ni trabajan, con presencia en 147 comunidades del territorio nacional.

La República Dominicana atraviesa una etapa de transformación profunda en su política social, con avances evidentes en la reducción de la pobreza, el fortalecimiento institucional y la expansión de la cobertura a familias vulnerables, puntualiza.

Señaló al mismo tiempo que el país ha pasado de un modelo de asistencialismo a uno basado en la inversión social estratégica, cuyos resultados han sido reconocidos por organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la FAO, el Banco Mundial y las Naciones Unidas. Según estas entidades, la República Dominicana se posiciona como un referente regional en materia de desarrollo humano.

De Supérate a la DDSS

La transformación de Supérate en la Dirección de Desarrollo Social Supérate DDSS, introdujo cambios significativos en la manera en que el gobierno aborda la realidad de las familias que subsisten en situación de vulnerabilidad.

De acuerdo a su directora, este cambio “marca un antes y un después en la forma en que el Estado trabaja con la población más vulnerable. Ahora buscamos no solo asistir, sino empoderar, con acciones más eficaces y humanas”.

Algunas ventajas puntuales de esta decisión son el ahorro de unos 300 millones de pesos para el año 2026, sacar mayor provecho de la tecnología y digitalización de procesos que contribuyen a tener una mejor trazabilidad de la información y la reducción de los tiempos de procesamiento de nóminas de los hogares beneficiarios de los subsidios gubernamentales de 40 días a una semana.

Respecto a la Dirección de Desarrollo Social Supérate, Reyes explicó que el propósito institucional es promover la movilidad social y cambiar la mentalidad cultural sobre la dependencia del Estado. “El apoyo social es un derecho, pero también una transición hacia la superación”.

Una imagen positiva

A principios de septiembre de 2025 la firma SONDEOS publicó una encuesta cuyos resultados reflejan la alta valoración positiva que la sociedad dominicana tiene en torno a la directora de la DDSS.

De acuerdo a este estudio 70 % valora el trabajo de Gloria Reyes como muy positivo y 5 % algo positivo, para un total de 75 % de estimación favorable.

Gloria Reyes encabeza una jornada de la Ruta de Superación de la Pobreza

Aval de la Cepal

Alberto Arenas de Mesa, director de la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) visitó la República Dominicana el pasado mes de octubre y avaló el progreso del país en materia de protección social y reducción de la pobreza.

El representante del organismo destacó que RD ha mantenido un crecimiento económico promedio del 5 % en la última década, más del doble del promedio regional, y ha logrado reducir la pobreza al 18.2 % y la pobreza extrema al 4.9 %.

El presidente Luis Abinader recibe el documento “Fortalecer la protección social para erradicar la pobreza y avanzar hacia el desarrollo social inclusivo en la República Dominicana”

En su visita al Palacio Nacional, Arenas de Mesa entregó al presidente Abinader el informe, “Fortalecer la protección social para erradicar la pobreza y avanzar hacia el desarrollo social inclusivo en la República Dominicana”, en el cual se resalta que República Dominicana alcanzó en 2023 el índice de desigualdad (Gini) más bajo de América Latina, con un valor de 0.39, consolidando así avances en equidad social.

La CEPAL subraya que estos logros reflejan la efectividad de las políticas sociales implementadas, y representan una base sólida para seguir fortaleciendo el sistema de protección social del país.

Asimismo, el documento propuso tres líneas estratégicas de política pública:

1.    Ampliar y fortalecer el sistema de protección social hacia un modelo universal, integral, sostenible y resiliente.

2.    Impulsar políticas activas de empleo e inclusión laboral, con atención especial a jóvenes, mujeres y trabajadores informales.

3.    Reforzar la institucionalidad social, mediante una Ley Marco de Protección Social y una mejor articulación intersectorial.

Sobre este documento, Gloria Reyes destacó que se trata de una herramienta clave para la toma de decisiones de política pública, reflejando la evolución del sistema dominicano y las oportunidades de inversión social para reducir la desigualdad y pobreza. De su lado, el presidente Abinader agradeció el apoyo técnico de la CEPAL y reafirmó el compromiso del Gobierno con la protección social como pilar del desarrollo humano, la inclusión económica y la movilidad social.

En definitiva, la creación de la DDSS refleja una visión integral que combina apoyo económico, capacitación, empoderamiento y acompañamiento, promoviendo la movilidad social y la autonomía de los beneficiarios.

Los logros señalados, reconocidos por organismos internacionales, evidencian que el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza requieren políticas coordinadas, tecnología, formación y un compromiso constante con la equidad.

Al final, más que asistencia, se trata de construir oportunidades, demostrando que el bienestar social puede ser un motor de progreso y cohesión para toda la sociedad.

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Supérate, del clientelismo a la superación: cinco años transformando la política social del Estado en oportunidades
Por Luis Orlando Díaz Vólquez

En la historia reciente de la República Dominicana, pocas decisiones de gobierno han logrado trascender con tanta claridad la frontera entre la asistencia y la movilidad social como las ejecutadas desde el año 2020 en materia de protección social. Con el liderazgo, estrategia y visión del presidente Luis Abinader, y con la ejecución firme y articulada de Gloria Reyes al frente de Supérate —hoy Dirección de Desarrollo Social Supérate (DDSS)— la política social ha dado un giro estructural que no solo redefine el sentido del amparo estatal, sino que abre una ruta concreta hacia la dignidad, la inclusión económica y la autonomía de las familias vulnerables. En un país históricamente marcado por prácticas clientelares, donde el auxilio público tendía a convertirse en resignación y dependencia, el nuevo enfoque levantado sobre pilares de bancarización, capacitación, empleabilidad, emprendimiento, transparencia y respuesta adaptativa a emergencias ha permitido demostrar que la protección social bien diseñada puede convertirse en motor de desarrollo humano y cohesión social.

El proceso de transformación institucional que acompaña este cambio no ha sido meramente cosmético. En 2025, mediante los decretos 160-25, 349-25 y 356-25 se consolidó una reforma clave que fundió Supérate con la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS) para crear la Dirección de Desarrollo Social Supérate (DDSS), definió su liderazgo en la figura de Gloria Reyes y estableció con precisión sus componentes y programas, especialmente en el campo del apoyo alimentario, así como mecanismos de asistencia en emergencias y prestaciones focalizadas que aseguran trazabilidad, eficiencia y justicia distributiva. Este diseño institucional, además de modernizar procesos, concentró la misión en robustecer un sistema de protección social que acompaña, orienta y exige corresponsabilidades, apuntando al tránsito ordenado de miles de hogares desde la vulnerabilidad hacia la superación. El ahorro proyectado de unos 300 millones de pesos para el año 2026, unido a la digitalización de nóminas que redujo los tiempos de procesamiento de cuarenta días a una semana, revela que la reforma no solo buscó ampliar la cobertura, sino también mejorar el rendimiento, controlar los costos y blindar la integridad de los procedimientos para que cada peso invertido llegue con oportunidad a quien más lo necesita.

El cambio de paradigma es palpable. Se pasó del asistencialismo a la inversión social estratégica: los hogares elegibles acceden a transferencias condicionadas vinculadas a corresponsabilidades en salud primaria, especialmente salud reproductiva e infantil, así como a esquemas de capacitación y certificación técnica que fortalecen su capacidad de generar ingresos por cuenta propia. El componente Apoyo Alimentario, con el programa Aliméntate —que sustituye al histórico Comer Es Primero— reorienta el subsidio hacia la canasta básica priorizada en la Red de Abasto Social, pero bajo una lógica de coinversión social en la familia, donde el Estado sostiene mientras la familia avanza en el cumplimiento de metas de salud y educación que inciden directamente en su bienestar presente y futuro. A su vez, prestaciones como el Bono Navideño y el Bono de Emergencia, este último estrenado tras el huracán Fiona en 2022 y activado frente a eventos críticos como el cierre de la frontera con Haití en 2023, la explosión en San Cristóbal y la tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set, consolidan una Protección Social Adaptativa (PSA) capaz de responder con rapidez y sensibilidad ante choques que suelen empujar de vuelta a la pobreza a hogares que apenas comenzaban a estabilizarse.

El corazón del progreso no reside únicamente en las transferencias económicas, sino en el círculo virtuoso que éstas habilitan cuando se combinan con bancarización, educación financiera, empleabilidad y emprendimiento. La DDSS informa que el 50 % de los hogares beneficiarios ya está bancarizado, con acceso a cuentas de ahorro digitales y productos financieros que facilitan el ahorro y la inversión en pequeños negocios. La bancarización, que a primera vista puede parecer un dato técnico, es en realidad un trazo civilizatorio: implica reconocimiento, formalidad, trazabilidad y un salto cualitativo hacia la inclusión económica. Si durante décadas la economía informal fue el único refugio de los olvidados, hoy se habilita un puente hacia servicios financieros que empoderan a la persona y profesionalizan sus esfuerzos productivos. En ese sentido, la educación financiera brindada a más de 20,000 beneficiarios es un complemento imprescindible: aprender a administrar ingresos, planificar gastos, diferenciar necesidades de deseos y construir un fondo de emergencia es lo que convierte a una transferencia en palanca de autonomía en lugar de en parche pasajero.

La capacitación técnica se erige como segundo eje estratégico. Cerca de 200,000 personas participaron en programas de formación, con énfasis en mujeres y jóvenes, de la mano de instituciones como Infotep e ITLA, y con iniciativas de inserción como el programa 14-24, que trabaja con jóvenes que ni estudian ni trabajan en 147 comunidades del país. Si el subsidio protege y la bancarización ordena, la capacitación abre la puerta a la competitividad y a empleos de mayor calidad. En el mediano plazo, la diferencia entre una política que solo asiste y otra que transforma reside en la capacidad de fortalecer el capital humano. Ahí está la semilla de todo: sin habilidades, no hay movilidad; sin empleabilidad, no hay progreso sostenible; sin competencias, no hay productividad que aguante la presión inflacionaria ni la competencia de mercados cada vez más exigentes.

La apuesta por las mujeres y las niñas ocupa un capítulo de honor en esta transformación. Los Clubes de Chicas —225 constituidos entre 2021 y 2025 en nueve municipios, con impacto en 7,963 niñas y adolescentes— articulan prevención de uniones tempranas y embarazo adolescente, formación de lideresas comunitarias y puentes hacia cursos técnicos del Infotep, en beneficio de más de mil adolescentes. En paralelo, Supérate Mujer ha brindado asistencia integral a más de 5,000 mujeres en situaciones de vulnerabilidad o riesgo de violencia, y actualmente 1,000 de ellas cuentan con un bono que promueve su autonomía económica y social. Estos esfuerzos, complementados por la formación de 2,000 cuidadoras domiciliarias profesionales a través de las Comunidades de Cuidados, no solo sostienen la economía del cuidado, tradicionalmente invisible y feminizada, sino que crean una nueva red de servicios con cualificación profesional que alivia a familias, dignifica a quienes cuidan y genera empleo formal en territorios donde la oferta laboral suele ser limitada. La política social, cuando se piensa con enfoque de género y ciclo de vida, deja de ser un catálogo de ayudas y se convierte en arquitectura de derechos.

La expansión territorial de servicios, la apertura de Centros de Superación Comunitaria en La Guáyiga, Bahoruco, Pedernales y Los Alcarrizos, y los Centros de Superación Gastronómica en Boca Chica, Santiago y Barahona hablan de un Estado que se acerca a la gente y no espera a que la gente vaya a él. La Agricultura Familiar, con centros productivos en Constanza e Higüey equipados con sistemas de riego, cooperativas y empacadoras, y con más de treinta modelos de casas sombra que impactan a unas 3,000 personas en zonas rurales, exhibe una visión integral: donde hay producción, hay ingreso; donde hay ingreso, hay menos pobreza; donde hay menos pobreza, hay mejor salud, mejor educación y más ciudadanía. La iniciativa Manos Dominicanas, al ampliar su presencia a aeropuertos, abrir nuevas tiendas en la Lotería Nacional y Sambil y lanzar una tienda en línea, inserta a artesanos y pequeños productores en circuitos comerciales que traen el mundo a su trabajo, sin desplazar su identidad cultural. Todo ello empata con la plataforma tecnológica desarrollada junto al Banco de Reservas, que permite realizar gestiones sin desplazamientos, acortando la distancia entre el servicio y el beneficiario y reduciendo los costos invisibles que tanta desigualdad perpetúan.

El capital semilla entregado a más de 10,000 microemprendimientos, acompañado de asistencia técnica, demuestra una convicción que va más allá de la retórica: la superación no llega solo por voluntad; requiere instrumentos, acompañamiento y mercado. En 2024, diez mujeres ganadoras del premio Mujer Supérate devolvieron voluntariamente su tarjeta de subsidios tras superar la pobreza. Este gesto, sencillo pero profundamente simbólico, condensa el espíritu del programa: la protección como transición, no como destino; el subsidio como escalón, no como techo. La DDSS estimó que alrededor de 1.5 millones de dominicanos reciben algún tipo de beneficio económico, una cifra dinámica que fluctúa conforme los criterios de elegibilidad y exclusión, y que refleja una depuración constante que permite dirigir mejor los recursos y visibilizar los logros: entre 2022 y 2025, unas 380,000 personas salieron de estos programas porque lograron mejorar sus condiciones de vida y sostener su autonomía económica. En paralelo, el Bono Discapacidad apoya a 8,000 familias con niños, niñas y adolescentes de 0 a 18 años en condición de discapacidad, costeando medicamentos, alimentos y servicios terapéuticos, y se ha incorporado un apoyo mensual de RD$6,000 a más de 10,000 niños, niñas y adolescentes que viven con autismo o parálisis cerebral, una decisión que pone la ética pública en el centro y que reconoce la diversidad con justicia.

La Ruta de Superación de la Pobreza (RSP), estrategia sociofamiliar de acompañamiento, ha transformado la vida de 276,951 hogares entre marzo de 2024 y septiembre de 2025. A veces nos quedamos en los números sin mirar el tejido humano que estos implican: detrás de cada hogar hay un desafío distinto, una historia que en muchos casos arrastra generaciones de rezagos. La RSP trabaja caso a caso, con metas, seguimiento y articulación interinstitucional, para que el trayecto de salida de la pobreza no sea un salto al vacío sino un tránsito acompañado. En este sentido, la institucionalidad social dominicana ha fortalecido su reputación regional. La CEPAL, la FAO, el Banco Mundial y las Naciones Unidas han reconocido los avances del país en desarrollo humano, protección social e inclusión económica, destacando hitos como la reducción de la pobreza monetaria en casi diez puntos porcentuales y la caída de la pobreza extrema, junto con un índice de Gini de 0.39 en 2023, el más bajo de América Latina en ese año, lo que apunta a una distribución del ingreso menos desigual. En la visita de octubre de 2025, Alberto Arenas de Mesa, director de la División de Desarrollo Social de la CEPAL, entregó al presidente Abinader el informe “Fortalecer la protección social para erradicar la pobreza y avanzar hacia el desarrollo social inclusivo en la República Dominicana”, subrayando tres líneas estratégicas que el país ya transita: ampliar y fortalecer el sistema hacia un modelo universal e integral, impulsar políticas activas de empleo e inclusión laboral con atención a jóvenes, mujeres y trabajadores informales, y reforzar la institucionalidad social con una Ley Marco de Protección Social y mejor articulación intersectorial.

El liderazgo del presidente Abinader ha sido crucial para insertar la protección social en la agenda de desarrollo, no como gasto inevitable sino como inversión inteligente que crea capital humano, estabiliza el consumo, dinamiza mercados locales y reduce la conflictividad social. En tiempos donde las crisis —sanitarias, climáticas, geopolíticas— amplían las brechas, sostener un sistema que aprende de los choques, que se adapta y que protege sin asfixiar la iniciativa individual es una señal de gobernanza madura. La ejecución de Gloria Reyes al frente de Supérate y la DDSS ha puesto orden y propósito en el día a día de la política social: medir, depurar, focalizar, llegar a territorio, abrir puertas de capacitación, certificar oficios, vincular a los beneficiarios con la banca y formalizar emprendimientos. No se trata de filantropía pública ni de anécdotas aisladas, sino de un entramado que conjuga asistencia, responsabilidad y autonomía.

En este marco, el respaldo ciudadano no es casualidad. La firma SONDEOS reportó en septiembre de 2025 una estimación favorable del 75 % hacia la gestión de Gloria Reyes, con 70 % calificándola como muy positiva y 5 % como algo positiva. Más allá de la cifra, lo relevante es lo que ésta expresa: una sociedad que percibe que la política social funciona, que hay reglas y que hay resultados visibles. La credibilidad es el activo más escaso de cualquier sistema de protección; se construye con transparencia, con tiempos de respuesta cortos, con atención descentralizada y con resultados que la gente vive en su cotidianidad. Cuando el supermercado del barrio acepta la tarjeta, cuando el taller técnico abre cupos, cuando el banco habilita la cuenta, cuando el centro comunitario está más cerca, cuando la alerta de emergencia llega puntual, la política social deja de ser discurso y se hace experiencia.

La discusión sobre clientelismo ha marcado nuestra conversación pública por décadas. El clientelismo es corrosivo porque convierte derechos en favores y ciudadanía en lealtades forzadas. La política social que hoy toma forma en la República Dominicana desbarata ese mecanismo porque crea sistemas, no relaciones personales; fija criterios técnicos, no caprichos; establece trazabilidad, no opacidad; exige corresponsabilidades, no sumisiones. La superación que se promueve no es una promesa lírica, sino un proceso, y los procesos tienen estaciones: protección inmediata, estabilización de ingresos, capacitación, empleabilidad, emprendimiento, formalización, bancarización, progreso. Transitar estas estaciones requiere un Estado que convoca y conecta, y una sociedad que responde y participa. Nadie supera la pobreza sin oportunidades, pero tampoco se supera sin decisiones. Por eso es pertinente recordar la frase de Gloria Reyes: “El apoyo social es un derecho, pero también una transición hacia la superación”. Entender el apoyo como transición es la clave que evita la dependencia y que abre el horizonte.

La madurez institucional es, quizás, el mayor logro silencioso de este quinquenio. Procesos depurados, plataformas digitales que acortan distancias, reducción drástica de los tiempos de nóminas, ahorro fiscal sin recortar derechos, presencia en las 31 provincias y el Distrito Nacional, articulación con el Sistema Nacional de Cuidados, el Ministerio de la Mujer, el CONAPE y otras entidades, todo ello constituye un entramado público que aprende, coteja, rectifica y avanza. No es perfecto; ninguna política pública lo es. Quedan desafíos enormes: seguir ampliando la cobertura universal bajo criterios de sostenibilidad fiscal, reforzar la inclusión laboral en sectores de baja productividad, escalar la educación financiera, mejorar la conectividad digital en zonas rurales para que la bancarización sea realmente útil, fortalecer el monitoreo y evaluación con métricas de impacto de largo plazo, y profundizar la coordinación intersectorial para que los beneficiarios no solo reciban servicios sino que transiten sin fricciones por los distintos componentes del sistema. Pero el camino está trazado, y lo más difícil —cambiar el sentido común de la política social— ya comenzó a ocurrir.

La República Dominicana vive una etapa de transformación profunda en su política social. La reducción de la pobreza, el fortalecimiento de la institucionalidad, la expansión territorial, la apuesta por el capital humano, la inclusión financiera y la respuesta a emergencias integran una misma sinfonía cuyo propósito es claro: convertir la asistencia en plataforma de oportunidades. Los organismos internacionales han puesto atención y han reconocido el progreso; las cifras cuentan una historia alentadora; los testimonios la confirman. El reto ahora es sostener, mejorar y blindar. Sostener, para no retroceder ante los inevitables embates de la coyuntura; mejorar, para que cada componente funcione con mayor precisión; blindar, para que la tentación de volver al pasado clientelar no encuentre resquicio.

Cuando un Estado decide que la política social es un pilar del desarrollo y no un recurso de campaña, la democracia crece, la economía se ordena y la cultura cívica se fortalece. Estos cinco años enseñan que el bienestar no es un regalo: es un proyecto. Y como todo proyecto nacional, requiere liderazgo, visión y ejecución. El presidente Luis Abinader ha convocado esa visión; Gloria Reyes la ha ejecutado con método; la sociedad la ha vivido con esperanza. Si seguimos así, el país no solo superará pobreza: superará inercias. Y allí, en ese punto, comprenderemos que la verdadera transformación no es solo económica o institucional, sino cultural. Porque más que asistencia, se trata de construir oportunidades, y más que oportunidades, se trata de construir ciudadanos capaces de sostenerlas. Esa, al final, es la medida de todo Estado que aspira a la justicia y a la inclusión.

Versión académica

Supérate, del clientelismo a la superación: cinco años transformando la política social del Estado en oportunidades

Autor: Luis Orlando Díaz Vólquez

Fecha: 16 de diciembre de 2025

Resumen

Este artículo analiza la transformación de la política social en la República Dominicana entre 2020 y 2025, a partir de la fusión de Supérate y la ADESS, la creación de la Dirección de Desarrollo Social Supérate (DDSS) y la implementación de componentes como Apoyo Alimentario, Apoyo en Emergencias, Apoyo Hogar, Supérate Mujer, Cuidados y Acompañamiento sociofamiliar. Se examinan avances en bancarización (50 % de hogares), capacitación y empleabilidad (≈200,000 personas), protección social adaptativa (Bono de Emergencia), acompañamiento sociofamiliar (RSP) y apoyos a discapacidad, así como la reducción de la pobreza destacada por la CEPAL (18.2 % en 2023; Gini 0.39). El estudio sintetiza evidencias oficiales y periodísticas, y propone desafíos para consolidar un sistema universal, integral y resiliente, con énfasis en inclusión laboral y gobernanza.

 

Supérate, del clientelismo a la superación: cinco años transformando la política social del Estado en oportunidades

En la historia reciente de la República Dominicana, la protección social ha dejado de ser entendida como una práctica de auxilio y se ha convertido en una palanca de movilidad social, con impactos en inclusión financiera, empleabilidad, resiliencia y reducción de la pobreza. Ese cambio se consolidó bajo el liderazgo del presidente Luis Abinader y la ejecución de Gloria Reyes al frente de Supérate, hoy Dirección de Desarrollo Social Supérate (DDSS). La fusión entre Supérate y la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS) mediante el Decreto 160-25 creó la DDSS como órgano desconcentrado del Ministerio de la Presidencia, coordinado por el Gabinete de Política Social (Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo, 2025; Listín Diario, 2025).

La arquitectura institucional se precisó con el Decreto 349-25, que designó a Gloria R. Reyes como directora, y el Decreto 356-25, que definió los componentes y programas, incluida la sustitución de ‘Comer es Primero’ por ‘Aliméntate’, con corresponsabilidades en salud y uso de la Red de Abasto Social (Presidencia RD, 2025a; Presidencia RD, 2025b).

Este rediseño expresa un viraje conceptual: de la asistencia como fin a la inversión social estratégica como medio para la autonomía económica. Según el informe de la DDSS 2020–2025, más de 1.5 millones de hogares fueron alcanzados y el 50 % ya está bancarizado con cuentas de ahorro digitales, facilitando ahorro y emprendimiento (Supérate, 2025a; Acento, 2025).

La ‘protección social adaptativa’ se consolidó ante choques climáticos y eventos críticos. El Bono de Emergencia se activó por primera vez tras el huracán Fiona en 2022, con transferencias de libre disposición para 35,000 familias y cooperación técnica del PMA y el Banco Mundial (Supérate, 2022; Diario Libre, 2022).

La Ruta de Superación de la Pobreza (RSP) transformó 276,951 hogares —más de 830,853 personas— entre marzo de 2024 y septiembre de 2025, mediante acompañamiento sociofamiliar multidimensional que integra hábitos saludables, aspiraciones y superación económica (Supérate, 2025b; Diario Libre, 2025a).

La eficacia del sistema se refleja en movilidad: aproximadamente 380,000 personas salieron de las transferencias entre 2022 y 2025 por mejoras verificadas en sus condiciones de vida, según presentaciones oficiales de la DDSS y coberturas nacionales (Supérate, 2025c; RDÉ Digital, 2025).

El fortalecimiento del capital humano fue decisivo: alrededor de 200,000 personas capacitadas en habilidades técnicas y empleabilidad en alianza con INFOTEP y otras instituciones, y más de 20,000 participantes formados en educación financiera (Supérate, 2025a).

La inclusión financiera funciona como infraestructura de oportunidades. La articulación con Banreservas y el desarrollo de una plataforma digital anunciada por la DDSS permite mayor trazabilidad, reducción de tiempos —las transferencias pasaron de 40 días a una semana— y ahorro estimado de RD$300 millones tras la fusión (Supérate, 2025c; RDÉ Digital, 2025).

La agenda de género y cuidados avanzó con ‘Supérate Mujer’, que brindó asistencia integral a más de 5,000 mujeres, y con la certificación de 2,000 cuidadoras domiciliarias en Santo Domingo Este y Azua, conformando una red que dignifica el cuidado y crea empleo (Supérate, 2025a).

En discapacidad, el Bono Discapacidad apoyó a miles de hogares con niños y adolescentes con condiciones severas, con asignación mensual de RD$6,000 por persona en 2025, según reportes oficiales y de prensa (Hoy, 2025; El Día, 2025).

Para juventud, el Programa Oportunidad 14–24 expandió su cobertura a 147 centros de capacitación técnico-profesional en operación a octubre de 2025, con inserción laboral y rutas formativas para jóvenes que ni estudian ni trabajan (Programa Oportunidad 14–24, 2025; Programa Oportunidad 14–24, s. f.).

La legitimidad de estos resultados está respaldada por organismos internacionales. En octubre de 2025, la CEPAL destacó crecimiento promedio del 5 % en la última década, reducción de la pobreza al 18.2 % y extrema al 4.9 %, e índice de Gini de 0.39 (CEPAL, 2025; Presidencia RD, 2025c).

El tránsito desde el clientelismo hacia una política social basada en derechos, evidencia y resultados se percibe en la normatividad, la operación y la legitimidad: criterios técnicos y corresponsabilidades, focalización vía SIUBEN, bancarización y acompañamiento sociofamiliar, y resultados verificables en movilidad social (Presidencia RD, 2025b; Supérate, 2025a).

Entre los desafíos para el próximo ciclo se cuentan la sostenibilidad fiscal del avance hacia cobertura universal, la inclusión laboral en sectores de baja productividad, la conectividad digital en zonas rurales, el fortalecimiento del monitoreo y evaluación con métricas longitudinales, y la consolidación de una Ley Marco de Protección Social, en línea con las recomendaciones de la CEPAL (CEPAL, 2025).

Referencias

Acento. (2025, 18 de agosto). Supérate impacta 1.5 millones de hogares y 200 mil capacitados en cinco años. https://acento.com.do/actualidad/superate-impacta-1-5-millones-de-hogares-y-200-mil-capacitados-en-cinco-anos-9538365.html

CEPAL. (2025, 7 de octubre). Fortalecer la protección social para erradicar la pobreza y avanzar hacia el desarrollo social inclusivo en la República Dominicana (LC/TS.2025/63). https://www.cepal.org/es/publicaciones/82525-fortalecer-la-proteccion-social-erradicar-la-pobreza-avanzar-desarrollo-social

Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo. (2025, 25 de marzo). Decreto 160-25 que fusiona Supérate y ADESS para crear la DDSS. https://www.consultoria.gov.do/Consulta/Home/FileManagement?documentId=3403189&managementType=1

Diario Libre. (2022, 23 de noviembre). Activan Bono de Emergencia para afectados por Fiona. https://www.diariolibre.com/economia/vivienda/2022/11/23/activan-bono-de-emergencia-para-afectados-por-fiona/2149810

Diario Libre. (2025, 7 de octubre). Abinader recibe propuesta de la CEPAL para fortalecer el sistema de protección social. https://www.diariolibre.com/politica/gobierno/2025/10/07/abinader-recibe-informe-para-fortalecer-sistema-proteccion-social/3270282

El Día. (2025, 2 de abril). Bono Discapacidad invierte 562 millones de pesos. https://eldia.com.do/bono-discapacidad-invierte-562-millones-de-pesos/

Hoy. (2025, 2 de abril). ¿Cuántas familias reciben Bono Discapacidad en República Dominicana? https://hoy.com.do/el-pais/autismo-cuantas-familias-reciben-bono-discapacidad_1042152.html

Listín Diario. (2025, 3 de abril). Gobierno oficializa fusión de Adess y Supérate; se crea la Dirección de Desarrollo Social Supérate. https://listindiario.com/la-republica/20250403/gobierno-oficializa-fusion-adess-superate-crea-direccion-desarrollo-social-superate_852235.html

Presidencia RD. (2025a, 10 de julio). Gobierno define programas bajo la nueva Dirección de Desarrollo Social Supérate (Decreto 356-25). https://presidencia.gob.do/noticias/gobierno-define-programas-bajo-la-nueva-direccion-de-desarrollo-social-superate

Presidencia RD. (2025b, 11 de julio). Juramentan a Gloria Reyes como titular de la nueva Dirección de Desarrollo Social Supérate (Decreto 349-25). https://presidencia.gob.do/noticias/juramentan-gloria-reyes-como-titular-de-la-nueva-direccion-de-desarrollo-social-superate

Presidencia RD. (2025c, 7 de octubre). Presidente Abinader recibe documento de política pública elaborado por la CEPAL. https://presidencia.gob.do/noticias/presidente-abinader-recibe-documento-de-politica-publica-elaborado-por-la-cepal-sobre-el

Programa Oportunidad 14–24. (2025, 9 de octubre). Programa Oportunidad 14–24 se acerca a los 150 centros en operación en todo el país. https://oportunidad1424.gob.do/programa-oportunidad-14-24-se-acerca-a-los-150-centros-en-operacion-en-todo-el-pais/

Programa Oportunidad 14–24. (s. f.). Portal oficial. https://oportunidad1424.gob.do/

RDÉ Digital. (2025, 6 de octubre). Supérate presenta avances y rediseño institucional tras fusión con ADESS. https://rdedigital.com/superate-presenta-avances-y-rediseno-institucional-tras-fusion-con-adess/

Supérate. (2022, 23 de noviembre). Gobierno activa Bono de Emergencia para 35 mil familias afectadas por Fiona. https://www.superate.gob.do/noticias/gobierno-activa-bono-de-emergencia-para-35-mil-familias-afectadas-por-fiona/

Supérate. (2025a, 17 de agosto). Desarrollo Social Supérate: cinco años de transformación enfocada en reducir la pobreza. https://www.superate.gob.do/noticias/desarrollo-social-superate-cinco-anos-de-transformacion-enfocada-en-reducir-la-pobreza-a-traves-de-la-proteccion-social-integral/

Supérate. (2025b, 21 de septiembre). DDSS impacta a más de 830 mil personas con la Ruta de Superación de la Pobreza. https://www.superate.gob.do/noticias/ddss-impacta-a-mas-de-830-mil-personas-con-la-ruta-de-superacion-de-la-pobreza/

Supérate. (2025c, 6 de octubre). Gloria Reyes presenta a la prensa la nueva DDSS tras fusión con ADESS. https://www.superate.gob.do/noticias/gloria-reyes-presenta-a-la-prensa-la-nueva-ddss-tras-fusion-con-adess/


Política Senasa y PRM: la confianza no se defiende, se atiende | por Gabriel del Gotto

Política Senasa y PRM: la confianza no se defiende, se atiende

Operación Cobra entró a Senasa sin pedir permiso.

Gabriel del Gotto | 16.12.2025

Gabriel del Gotto

En República Dominicana el prestigio político se parece a una tarjeta de seguro: tú no la miras cuando todo está bien. La buscas cuando la vida aprieta. Por eso Senasa no es una simple oficina: es un pacto doméstico, un sistema nervioso de la gente.

Y de pronto ese pacto se ensucia.

Operación Cobra entró a Senasa sin pedir permiso. Un tribunal impuso 18 meses de prisión preventiva al exdirector Santiago Hazim y a otros imputados, y declaró el caso complejo. Además, según lo presentado en audiencia, tres imputados admitieron sobornos vinculados a funcionarios. En la mente del ciudadano eso no se procesa como tecnicismo: se procesa como desconfianza.

Ahí es donde el PRM recibe el golpe real. No porque el partido sea Senasa, sino porque en política el humo siempre llega al gobierno. El presidente Abinader respondió con su línea institucional: investigación, justicia y recuperación. Instruyó que SeNaSa se constituya en actor civil para recuperar lo robado y afirmó que el caso seguirá hasta el final. Correcto. Pero no basta.

Porque la popularidad no siempre se desploma. A veces se drena. La gente no se pasa a la oposición: se va al “ninguno”. Y ese “ninguno” crece. La encuesta ACD Media de octubre 2025 reportó que 48.1% no simpatiza con ningún partido, mientras el PRM marca 27.8%. En ese clima, un caso como Senasa acelera el cansancio. Y el riesgo es que el año que viene esa desconfianza se convierta en trámite: que el contributivo empiece a irse en silencio.

La salida, entonces, no puede ser solo castigo. Tiene que ser servicio. La solución pasa porque desde hoy SeNaSa funcione mejor que nunca: autorizaciones sin viacrucis, farmacias sin laberintos, respuesta humana, trámites rápidos. Que los estados de cuenta estén al día. Que lleguen programas nuevos que se sientan en la calle, no en notas de prensa.

En salud, la credibilidad no se declama. Se atiende. Y la política, cuando aprende eso, deja de vender relatos y empieza a recuperar confianza.

https://hoy.com.do/opinion/senasa-prm-confianza-defiende-atiende_1070092.html


Comentario Luis Orlando Díaz Vólquez

Confianza, servicio público y gobernanza: El caso SeNaSa y su impacto político

La confianza institucional es uno de los pilares más frágiles en cualquier democracia, especialmente cuando se trata de servicios esenciales como la salud. El reciente escándalo en el Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), vinculado a la Operación Cobra, ha puesto en evidencia que la credibilidad no se sostiene con discursos ni con tecnicismos judiciales, sino con acciones concretas que devuelvan al ciudadano la sensación de seguridad y eficiencia. Cuando la corrupción toca un sistema que representa protección social, el daño trasciende lo legal: se convierte en una herida en el contrato social.

La respuesta del gobierno ha sido correcta en términos normativos: investigación, sanción y recuperación de lo robado. Sin embargo, la experiencia comparada y la percepción ciudadana demuestran que la justicia, por sí sola, no basta para recomponer la confianza. El verdadero desafío es transformar la crisis en oportunidad para mejorar la calidad del servicio. En salud, la credibilidad se construye en cada trámite, en cada autorización que no se convierte en viacrucis, en cada farmacia que deja de ser un laberinto, en cada programa que se siente en la calle y no solo en comunicados oficiales.

El impacto político de este caso no se traduce necesariamente en un fortalecimiento de la oposición, sino en el crecimiento del “ninguno”, esa categoría que refleja desafección y cansancio. Cuando casi la mitad de la población declara no simpatizar con ningún partido, el riesgo no es solo electoral: es sistémico. La gente no abandona la política para irse a otro color, sino para retirarse del juego, y ese vacío erosiona la legitimidad democrática. Si la confianza no se atiende, la fuga silenciosa de afiliados y contribuyentes puede convertirse en un trámite irreversible.

Por eso, la salida no puede limitarse a la narrativa anticorrupción. Debe incluir una estrategia integral de servicio: procesos transparentes, auditorías externas, digitalización de trámites, programas territoriales verificables y contratos blindados contra la opacidad. La gobernanza efectiva se mide menos por la retórica y más por la experiencia del ciudadano. En salud, como en democracia, la confianza no se defiende: se atiende. Y cuando la política entiende esto, deja de vender relatos y empieza a recuperar legitimidad./


Senasa y PRM: Entre la confianza institucional y la gobernanza democrática

Por Luis Orlando Díaz Vólquez

El texto de Gabriel del Gotto plantea una tesis central: la confianza en las instituciones públicas no se defiende con discursos, sino con acciones tangibles que garanticen servicio y transparencia. Este argumento se inscribe en una problemática más amplia sobre la relación entre corrupción, legitimidad política y gobernanza en América Latina.

1. La confianza como capital político

Del Gotto utiliza una metáfora poderosa: el prestigio político como una tarjeta de seguro que solo se busca en momentos de crisis. Esta imagen conecta con la teoría del capital social (Putnam, 1993), donde la confianza institucional es un recurso acumulativo que sostiene la estabilidad democrática. Cuando ocurre un escándalo como “Operación Cobra”, ese capital se erosiona, no por tecnicismos jurídicos, sino por percepciones sociales. La corrupción, según estudios del Banco Mundial, no solo afecta la eficiencia administrativa, sino que deslegitima el contrato social.

2. El impacto político: del desgaste al vacío

El autor advierte que la pérdida de confianza no siempre se traduce en un trasvase hacia la oposición, sino en el crecimiento del “ninguno”, categoría que refleja desafección política. Este fenómeno, documentado por el Latinobarómetro, indica que la erosión de credibilidad en los partidos genera apatía electoral y debilitamiento del sistema representativo. El dato citado (48.1% sin simpatía partidaria) es alarmante: sugiere un escenario de fragmentación del voto y riesgo de populismos.

3. La respuesta gubernamental: entre la norma y la praxis

El presidente Abinader adopta una postura institucional: investigación, justicia y recuperación. Sin embargo, Del Gotto señala que esto es insuficiente. Aquí emerge un dilema clásico en la teoría de la gobernanza: ¿es la sanción un mecanismo suficiente para restaurar confianza? La evidencia comparada indica que la percepción ciudadana se repara más con mejoras en la calidad del servicio que con procesos judiciales prolongados (O’Donnell, 1998).

4. Salud y credibilidad: la dimensión del servicio

El artículo concluye con una propuesta pragmática: optimizar la experiencia del usuario en SeNaSa. Esto conecta con el enfoque de accountability horizontal y vertical: la transparencia no solo se ejerce ante órganos de control, sino ante el ciudadano que evalúa la eficiencia del servicio. En términos de políticas públicas, esto implica:

  • Digitalización de trámites para reducir fricciones.
  • Auditorías externas y reportes públicos para reforzar la confianza.
  • Programas visibles en territorio, evitando la comunicación meramente propagandística.

5. Reflexión final

Del Gotto nos recuerda que la credibilidad institucional es un bien frágil y acumulativo. En contextos de alta volatilidad política, la gobernanza efectiva se mide menos por la retórica anticorrupción y más por la capacidad de garantizar derechos básicos sin burocracia ni privilegios. En salud, como en democracia, la confianza se atiende, no se declama.

Estabilidad no basta: el salto pendiente de la economía dominicana Bajada: IA, encadenamientos y gobernanza eléctrica para competir mejor.


Estabilidad no basta: el salto pendiente de la economía de la República Dominicana

  • IA, encadenamientos y gobernanza eléctrica para competir mejor.
  • Cincuenta años de industria estabilidad y evolución productiva en República Dominicana (1970–2025)

Por Luis Orlando Díaz Vólquez

Durante más de cinco décadas, la República Dominicana ha logrado un equilibrio raro en América Latina: crecimiento sostenido con inflación contenida y un marco institucional que inspira confianza a la inversión y sostiene el empleo formal. Ese desempeño no es obra de la casualidad ni responde a un ciclo de bonanza aislado; es el resultado de una arquitectura que colocó la estabilidad de precios en el centro del mandato del Banco Central, combinada con el dinamismo de la demanda interna, la continuidad de la inversión pública, el crédito privado y una apertura inteligente que integró al país en cadenas globales de valor. Hoy, sin embargo, ese activo histórico enfrenta su prueba decisiva: convertir estabilidad en productividad, y productividad en un salto de valor agregado que asegure tasas de expansión más altas, empleo de calidad y resiliencia ante choques externos y climáticos.

Tras los sobresaltos inflacionarios de 2021–2022, el país regresó al corredor objetivo, con una inflación que, en 2025, se mantuvo cerca de la meta, apoyada por expectativas firmemente ancladas y un esquema de metas creíble. Al mismo tiempo, los organismos internacionales han señalado que, aunque la República Dominicana conserva fundamentos sólidos —posición externa financiada por inversión extranjera directa, reservas robustas y banca estable—, el crecimiento proyectado para 2025 y 2026 será moderado, por encima del promedio regional pero insuficiente para romper la trampa de bajo crecimiento que la CEPAL identifica en la región. La conclusión es clara: estabilizar no basta. Si la productividad no acelera, el país corre el riesgo de consolidar un “crecimiento cómodo” que no eleve de forma sostenida el ingreso y la calidad del empleo.

En el ingreso por persona hay señales de convergencia que merecen subrayarse. El PIB per cápita dominicano superó los diez mil ochocientos dólares en 2024, frente a menos de tres mil dólares en el año 2000. En dos décadas el país avanzó lo que a otros les toma generaciones. Ese dato resume bien la transformación de la economía, pero también abre interrogantes: ¿cuánto de ese avance se explica por estabilidad y cuánto por productividad? ¿Qué barreras frenan que el crecimiento potencial se acerque a su trayectoria histórica de 5%? ¿Qué cambios institucionales y sectoriales se requieren para que la próxima etapa, más que administrar estabilidad, impulse valor agregado y densidad tecnológica en todo el tejido productivo?

La estructura sectorial ofrece pistas de respuesta. Los servicios superan la mitad del PIB y actúan como amortiguador de choques; la industria —manufactura, construcción, minería y utilidades— mantiene un peso cercano a un tercio; y el agro, aunque redujo su participación relativa a alrededor de 5% del producto, preserva vocación exportadora en rubros de nicho. En ese entramado, las zonas francas han sido un catalizador decisivo: en 2024 aportaron más de 8,400 millones de dólares en exportaciones, con 843 empresas distribuidas en 94 parques y casi 200,000 empleos directos. En 2025 se registró un máximo histórico superior a 200,000 plazas. Lo crucial no es solo el volumen: son los encadenamientos con proveedores nacionales. Las compras locales superaron los 155 mil millones de pesos en 2024, cifra que habla de densidad productiva, aprendizaje colectivo y derrames tecnológicos. Cuando una empresa exportadora compra más insumos locales, no solo reduce costos logísticos: multiplica las oportunidades para que talleres, pymes y manufactureras domésticas mejoren procesos, suban estándares, se certifiquen y ganen escalabilidad.

La composición de la canasta exportadora de zonas francas también ha cambiado. Dispositivos médicos y eléctricos/electrónicos ganaron peso, junto con la tradicional fortaleza del tabaco. Eso obliga a acelerar una agenda de clústeres de alto valor: encadenar manufactura avanzada con servicios especializados, logística, diseño, software industrial y certificaciones. La adopción de inteligencia artificial y automatización —desde control de calidad con visión computarizada hasta mantenimiento predictivo, gemelos digitales y planificación avanzada de producción— no es un lujo, sino una condición para fracturar la barrera de productividad. La industria que incorpora IA en planta y procesos logra menos defectos, ciclos más cortos y ahorro energético; traduce datos en decisiones y, en definitiva, compite mejor.

El agro cuenta una historia paralela de sofisticación. Las exportaciones agropecuarias superaron los 3,200 millones de dólares en 2024, con el tabaco, el cacao y las frutas como estandartes. El cacao fino y de aroma se consolidó como motor, mientras otros rubros como el azúcar evidencian rezagos que exigen tecnificación, mejora logística y gestión hídrica. La vulnerabilidad climática impone una modernización impostergable: riego eficiente, trazabilidad desde finca, digitalización de cadenas de frío y certificaciones que abran puertas en mercados exigentes. Si el país logra convertir su ventaja agroecológica en reputación de calidad y trazabilidad, el impacto se verá no solo en precios y cuotas de mercado, sino en la atracción de inversiones y en la estabilidad de ingresos de productores.

La minería ilustra la importancia de una visión de portafolio. La caída de las exportaciones de ferroníquel en 2023, asociada a interrupciones operativas y a ciclos de precios, recuerda que la estrategia no puede descansar en un solo mineral ni en una sola operación. Se requiere diversificar productos, mercados y tecnologías de extracción, con gobernanza corporativa y estándares ambientales que reduzcan riesgos operativos y reputacionales. La meta no es abandonar la minería, sino administrarla con prudencia, para que aporte divisas, empleo y encadenamientos sin comprometer estabilidad fiscal ni ambición ambiental.

En el sector externo, el país ha logrado financiar déficits de cuenta corriente con inversión extranjera directa, apoyado por exportaciones y remesas, lo que ha sostenido la estabilidad cambiaria. Pero la coyuntura internacional seguirá exigiendo resiliencia: menor dinamismo de la demanda externa, ajustes en políticas comerciales de Estados Unidos y volatilidad de los flujos de financiamiento pueden afectar turismo, exportaciones y crédito. El desafío es convertir el buen nombre del país —estabilidad, reglas claras, apertura al mundo— en una estrategia de nearshoring y logística inteligente. Eso significa facilitar comercio con una ventanilla única interoperable, digitalizar procesos aduaneros, estandarizar datos de trazabilidad y consolidar corredores de frío. Significa, también, aprovechar las sinergias con Puerto Rico y el Caribe anglófono, y mirar con pragmatismo oportunidades en Centroamérica y la costa este de Estados Unidos.

Si hay un cuello de botella transversal es el energético. La gobernanza eléctrica, incluida la reducción de pérdidas, la expansión de renovables y el despliegue de almacenamiento, no es un tema técnico: es el corazón de la competitividad costo‑energía de la industria. Un kilovatio más caro o más inestable se convierte en margen perdido, horas extras, rechazo de lotes y reputación dañada ante compradores internacionales. Implementar con rigor el pacto eléctrico, mejorar la gestión de redes, reformar incentivos tarifarios y acelerar inversiones en generación y almacenamiento son pasos esenciales. La transición energética debe ser pragmática: más solar y eólica donde son óptimas, almacenamiento para balancear carga, redes más inteligentes y eficiencia en planta con gestión de demanda, recuperación de calor y motores de alta eficiencia.

La productividad no sube sin talento. El país necesita un salto de formación dual que articule INFOTEP, universidades y gremios sectoriales; currículos que respondan al piso tecnológico de dispositivos médicos, electrónica, farmacéutica y agroindustria; certificaciones reconocidas por compradores internacionales; programas de aprendizaje en planta y rutas de carrera que retengan técnicos e ingenieros. El talento 4.0 no se improvisa: se construye con instructores actualizados, laboratorios funcionales, prácticas reales y evaluación continua de competencias. Hay, además, una oportunidad estratégicamente subestimada: elevar la participación femenina en ocupaciones técnicas y de supervisión, donde los datos muestran avances pero aún existe margen para cerrar brechas y ampliar productividad en equipos diversos.

El financiamiento debe acompañar. Un mercado de capitales con bonos verdes y sociales, instrumentos para infraestructura logística y energética, y vehículos orientados a clusters permitiría canalizar ahorro hacia proyectos de alto impacto. Al mismo tiempo, la banca comercial, el factoring y los fondos de garantías pueden aliviar el cuello de botella del capital de trabajo en proveedores locales. Cuando una pyme certifica procesos y entrega a tiempo a una zona franca, el país gana dos veces: sube el contenido local y se aprende a competir en estándares globales.

Las pymes requieren un programa de desarrollo de proveedores quirúrgico: diagnóstico de brechas, hoja de ruta de mejora, financiamiento atado a hitos de calidad, mentoría en estandarización y compras coordinadas de insumos críticos. Un esquema de “proveedor ancla” —una gran empresa que adopta y acelera a tres o cinco pymes por año— puede multiplicar el efecto demostración. La política industrial moderna no es subvención generalizada: es punta de lanza, foco en sectores con potencial y evidencia de resultados.

Para evitar vaguedades, la agenda debe definirse con métricas. Tres objetivos medibles: elevar en cinco puntos porcentuales el contenido local de las exportaciones de zonas francas en dos años; reducir las pérdidas eléctricas en al menos tres puntos; y aumentar en 20% la productividad total de factores en tres clústeres prioritarios mediante adopción de tecnologías digitales, I+D y formación especializada. Acompañemos esos objetivos con indicadores de valor agregado doméstico, intensidad de I+D, tiempos de despacho en frontera, certificaciones activas y participación de mujeres en ocupaciones técnicas. Lo que no se mide no mejora; lo que se mide bien, cambia conductas.

La gestión del riesgo debe estar integrada desde el diseño. El país tiene exposición climática y sísmica; la continuidad operativa en parques industriales exige protocolos, simulacros y seguros paramétricos, especialmente en agro y manufactura de exportación. La resiliencia no se improvisa: se invierte en infraestructura, se coordina público‑privado, se diseñan redundancias y se entrenan equipos.

El cronograma importa. Un primer semestre de 2026 debería concentrarse en tres frentes: ventanilla única interoperable con metas de reducción de tiempos; paquete de gobernanza eléctrica para pérdidas y almacenamiento; y programa de desarrollo de proveedores con enfoque en dispositivos médicos y eléctrico/electrónico. En paralelo, una agenda de formación dual y certificaciones alineadas a demandas reales de planta debe arrancar sin dilación, con cohortes pequeñas pero medibles. Para el segundo semestre, el despliegue de pilotos de IA industrial en calidad y mantenimiento puede mostrar resultados rápidos: menos rechazos, menos paradas, más productividad.

La comunicación también cuenta. Inversionistas, cámaras y compradores internacionales responden a señales claras y consistentes: reglas estables, tiempos previsibles, compromiso con estándares. Una narrativa que combine estabilidad macro con productividad sectorial y clima de inversión creíble es un activo que no se debe descuidar.

La lección de estas cinco décadas es, en el fondo, una invitación: cuidar la estabilidad, sí; pero sobre todo usarla como plataforma para el próximo salto. La República Dominicana tiene credenciales que la región mira con respeto —inflación en meta, cuentas externas financiadas por IED, reservas robustas, exportaciones diversas— y tiene, además, aprendizaje institucional para sostener el rumbo. Lo que falta es transformar esa base en un pacto económico que articule industria, servicios y agro; una conexión virtuosa entre zonas francas y proveedores locales; talento 4.0 y cambio tecnológico; electricidad competitiva y logística moderna; un Estado que preserve la prudencia macro mientras apuesta por la productividad. Si esa es la hoja de ruta, la estabilidad no será un fin en sí mismo: será el mejor seguro para un crecimiento sostenible e inclusivo que eleve de manera palpable el bienestar de la gente. Y en ese propósito, la prensa, la academia y la política tienen un rol común: exigir evidencia, medir resultados y sostener continuidad. Porque el verdadero salto pendiente no es solo económico: es el salto institucional que convierte consensos en capacidad de ejecución.
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✅ República Dominicana: 5 décadas de estabilidad y crecimiento
La economía dominicana mantiene inflación controlada (4 % ± 1 %), PIB per cápita en US$10,876 y proyecciones de crecimiento moderado para 2025–2026 (CEPAL/FMI).
🔹 Zonas Francas: US$8,425.9 MM en exportaciones y 200,134 empleos (oct. 2025).
🔹 Agroexportaciones: cacao y tabaco lideran con US$3,273.5 MM en 2024.
🌍 Retos: menor demanda global, riesgos climáticos y volatilidad financiera.
📌 Agenda 2026: productividad, innovación y resiliencia.
#EconomíaRD #ZonasFrancas #AgroExportador #CEPAL #FMI #Innovación

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Estabilidad no basta: el salto pendiente de la economía de la República Dominicana

  • IA, encadenamientos y gobernanza eléctrica para competir mejor.
  • Cincuenta años de industria estabilidad y evolución productiva en República Dominicana (1970–2025)

Por Luis Orlando Díaz Vólquez

Durante más de cincuenta años, la República Dominicana ha escrito un capítulo singular en América Latina: un crecimiento sostenido acompañado de precios contenidos y un clima macroeconómico capaz de atraer inversión y sostener el empleo formal. Esa trayectoria no responde a la casualidad ni a un único ciclo expansivo; es el resultado de una arquitectura institucional que ha puesto a la estabilidad de precios en el centro del mandato del Banco Central, del empuje persistente de la demanda interna, de la inversión pública y del crédito privado, y de un proceso de apertura que insertó al país en cadenas globales de valor, todo ello con una industria cada vez más compleja y una plataforma exportadora que se ha profesionalizado y diversificado. Esa es, en esencia, la tesis que el economista Adolfo Martí Gutiérrez sintetiza al afirmar que la economía dominicana ha transitado por cinco décadas de crecimiento con precios estables, donde la industria ha sido clave y la apertura un factor determinante (Martí Gutiérrez, 17/12/2025; Hoy Digital, 17/12/2025). Esta narrativa encuentra respaldo en los pilares de la política monetaria moderna del país, que se compromete —por mandato constitucional y la Ley Monetaria y Financiera 183-02— con la preservación de la estabilidad de precios (Banco Central de la República Dominicana, s. f.).

No es posible hablar de estabilidad sin hablar de inflación. Tras los picos de 2021–2022, asociados a choques globales de oferta y a la normalización pospandemia en alimentos y energía, la inflación dominicana recondujo su trayectoria hacia la banda meta de 4 % ± 1 %: el año 2024 cerró en torno a 3.3–3.6 %, y noviembre de 2025 marcó 4.8 %, todavía dentro del corredor objetivo, reflejando expectativas ancladas y credibilidad del régimen de metas (Datosmacro, 2025; El Nacional, 06/06/2025). Esa convergencia no se explica únicamente por los precios internacionales; se explica por decisiones de política, por instrumentos de liquidez aplicados oportunamente y por una comunicación efectiva de la autoridad monetaria, elementos que el FMI subraya en su Consulta del Artículo IV de 12 de noviembre de 2025, al reconocer que el esquema de metas ha mantenido la inflación alrededor del objetivo con expectativas bien encauzadas (IMF, 12/11/2025; Globe Banner, 15/09/2025).

La estabilidad macroeconómica se ha reflejado en el ingreso por persona. Según las World Development Indicators, el PIB per cápita dominicano alcanzó US$ 10,876 en 2024, frente a valores cercanos a US$ 2,846 en 2000, confirmando una convergencia de ingresos significativa en dos décadas (World Bank/FRED, 02/07/2025; Trading Economics–WDI, 10/2025). Ese avance convivió, sin embargo, con una realidad regional menos halagüeña: la CEPAL, en su Balance preliminar divulgado el 16–17 de diciembre de 2025, proyecta para República Dominicana un crecimiento de 2.9 % en 2025 y 3.6 % en 2026, dentro de una secuencia de bajo crecimiento regional que la propia Comisión denomina “trampa de bajo crecimiento” (Diario Libre, 16/12/2025; Dominican Today, 17/12/2025). Aunque estas cifras para RD superan el promedio regional (2.4–2.3 %), constituyen una llamada de atención: por muy sólida que sea la estabilidad, no basta para garantizar tasas altas de expansión si la productividad no acompaña.

El andamiaje productivo dominicano ofrece una clave para comprender la menor volatilidad relativa del país: un sector servicios que supera la mitad del PIB y actúa como amortiguador de choques, un núcleo industrial con peso estructural y un agro que, si bien redujo su participación relativa en el producto —del entorno de una cuarta parte del PIB en los años setenta a alrededor de 5–6 % en años recientes—, mantiene vocación exportadora, especialmente en rubros de calidad y de nicho. La evidencia comparativa sitúa la industria (entendida como manufactura, minería, construcción y utilidades) en torno a 25–31 % del PIB y los servicios en torno a 56–62 %, cifras que, aun con variaciones según metodología, refrendan una diversificación de la estructura que ayuda a suavizar el ciclo (TheGlobalEconomy/WDI, 2023; Hoy Digital, 17/09/2024). En esa matriz, la manufactura y, en particular, las zonas francas, han sido decisivas para la inserción competitiva de RD en cadenas globales, aportando empleo formal y un flujo exportador de creciente sofisticación.

Los números de zonas francas son elocuentes: al cierre de 2024, el régimen registró US$ 8,425.9 millones en exportaciones (alrededor de 61 % del total), 843 empresas, 94 parques y 198,552 empleos directos (CNZFE, Informe Estadístico 2024, agosto 2025; Revista Mercado, 30/08/2025). En 2025, el empleo alcanzó un máximo histórico de 200,134 puestos en octubre y las exportaciones acumularon US$ 7,936.1 millones a noviembre —cifra que refleja corte parcial y que, por tanto, debe compararse con prudencia frente a datos anuales—, con liderazgo en dispositivos médicos, tabaco y productos eléctricos y electrónicos (Listín Diario, 12/12/2025; Hoy Digital, 12/12/2025). Más allá del volumen, lo relevante es el contenido tecnológico y la densidad de encadenamientos: cuando las compras de las zonas francas a la industria local aumentan —RD$ 155.5 mil millones en 2024, según CNZFE— se fortalece el tejido de proveedores, mejora la productividad y se multiplican los derrames de conocimiento (CNZFE, 08/2025; Hoy Digital, 12/12/2025).

El agro ha vivido una transformación silenciosa. Si bien su participación en el PIB se redujo en términos relativos —en un país que se terciarizó y profundizó su industria—, la canasta exportadora agropecuaria muestra dinamismo. 2024 cerró con US$ 3,273.5 millones en exportaciones agropecuarias, con tabaco (US$ 1,340.4 millones), cacao y sus manufacturas (US$ 464.3 millones) y frutas (US$ 342.3 millones) como rubros líderes (Acento, 23/01/2025). En enero–agosto de 2025, los productos tradicionales —café, azúcar, cacao, tabaco— sumaron US$ 1,673.5 millones; el cacao se convirtió en el motor (+62.9 % interanual), mientras el azúcar retrocedió (−15.7 %) (El Nacional, 26/09/2025). Este desempeño revela una oportunidad y un desafío: el país puede consolidar liderazgo en cacao fino y de aroma, profundizar trazabilidad y certificaciones, e impulsar agregación de valor; al mismo tiempo, debe recuperar productividad en rubros con rezagos, como el azúcar, con tecnificación, logística y gestión hídrica, en un contexto de vulnerabilidad climática que obliga a invertir en riego eficiente y resiliencia (CEPAL, 08/2025; El Nacional, 26/09/2025).

El caso de la minería de ferroníquel ilustra la importancia de la gestión corporativa y de la coyuntura de precios. En 2023, las exportaciones de ferroníquel cayeron hasta US$ 319 millones (−40.6 % interanual) por interrupciones operativas en Falcondo; la recuperación del rubro depende de la estabilidad operacional de la empresa y del ciclo internacional del níquel (Listín Diario, 29/01/2024; Diario Libre, 22/01/2024). La minería no es ajena a los ciclos; por eso, la estrategia debe ser de portafolio, donde el país aproveche los nichos competitivos, minimice vulnerabilidades y diversifique tanto mercados como productos.

El sector externo aporta una pieza clave del rompecabezas de la estabilidad. Aun con déficits de cuenta corriente, la economía ha logrado financiarlos casi en su totalidad con inversión extranjera directa (IED), apoyada por remesas y exportaciones, lo que ha permitido mantener reservas internacionales elevadas y estabilidad cambiaria (El Nacional, 26/02/2024; BCRD – Estadísticas del sector externo, 2025). La evaluación del FMI para 2025 proyecta alrededor de 3 % de crecimiento, con inflación cerca de la meta, banca sólida, y un déficit del gobierno central que, por el estímulo fiscal de 2025, se ubicaría alrededor de 3.5 % del PIB antes de retomar la consolidación gradual (IMF, 12/11/2025; Globe Banner, 15/09/2025). En otras palabras: el país entra en 2026 con fundamentos razonables para sostener la estabilidad, pero necesita un empuje estructural para evitar que el crecimiento se rigidice en tasas moderadas.

El entorno geopolítico y financiero de 2026 exige prudencia inteligente. La CEPAL advierte que el desempeño regional dependerá del crecimiento global, de la política monetaria estadounidense, de la volatilidad de los flujos de financiamiento y del comportamiento de la demanda externa, con menor dinamismo esperado para consumo privado y comercio (Hoy Digital, 16/12/2025; Diario Libre, 16/12/2025). En ese escenario, la ventaja dominicana es su estabilidad macro y su diversificación productiva; la tarea es convertirla en productividad, innovación y resiliencia, con una agenda que articule industria–servicios–agro, eleve el contenido tecnológico y fortalezca el capital humano.

Esa agenda debe ser concreta. Primero, consolidar la prudencia macro: metas de inflación dentro de banda y una senda creíble de consolidación fiscal que proteja la inversión pública de alto impacto (IMF, 12/11/2025; BCRD – Sector externo, 2025). Segundo, profundizar la política industrial con encadenamientos locales: expandir las compras nacionales de las zonas francas, mejorar estándares de calidad y tiempos, y facilitar el financiamiento de capital de trabajo para proveedores, de modo que el aumento de exportaciones sea también un aumento de densidad productiva doméstica (CNZFE, 08/2025; Hoy Digital, 12/12/2025). Tercero, acelerar los clusters de alto valordispositivos médicos, farmacéutico, eléctrico/electrónico— con adopción de IA y automatización, incentivos a I+D, y formación dual con gremios y centros de capacitación, pues sin talento especializado el valor agregado no escala (AIRD, 2025; CEPAL, 08/2025). Cuarto, impulsar una agenda exportadora de nearshoring y logística —frío, trazabilidad—, y profundizar la facilitación comercial con ventanilla única interoperable, a fin de reducir costos y tiempos en frontera (Hoy Digital, 04/09/2024; CEPAL, 08/2025). Quinto, modernizar el agro: certificaciones, trazabilidad, riego eficiente y recuperación del azúcar con tecnificación y logística, evitando que los avances en cacao y tabaco se neutralicen por rezagos en otros rubros (Acento, 23/01/2025; El Nacional, 26/09/2025). Sexto, abordar la gobernanza eléctrica y la transición energética —reducción de pérdidas, expansión renovable y almacenamiento—, imprescindibles para la competitividad costo‑energía de la industria (Hoy Digital, 04/09/2024; IMF, 12/11/2025). Séptimo, profundizar el mercado de capitales con bonos verdes/sociales y vehículos de inversión productiva, que canalicen ahorro hacia infraestructura y clusters (IMF, 12/11/2025; CEPAL, 08/2025). Octavo, gestionar riesgos climáticos y geopolíticos mediante tableros de riesgo, seguros paramétricos para agro y protocolos de continuidad en parques industriales (CEPAL, 08/2025; BCRD – Sector externo, 2025).

La lección que nos deja la historia reciente de la República Dominicana es clara: la estabilidad es condición necesaria, pero no suficiente. El país tiene credenciales que la región observa con respeto —inflación en meta, posición externa financiada con IED, reservas robustas, plataforma exportadora diversa—; tiene, además, el aprendizaje institucional para mantener el curso. La pregunta que nos debemos hacer en la prensa, en la política y en la academia es cómo convertir esa estabilidad en crecimiento de alta productividad y alto valor agregado, capaz de elevar de forma sostenida el ingreso, mejorar la calidad del empleo y reducir las vulnerabilidades que la desaceleración global vuelve a poner sobre la mesa. La respuesta no vendrá de una única medida ni de un solo sector; vendrá de la articulación inteligente de industria, servicios y agro, de la conexión virtuosa entre zonas francas y proveedores nacionales, del talento 4.0 y del cambio tecnológico en planta y en procesos, de una infraestructura eléctrica y logística a la altura, y de un Estado que preserve la prudencia macro mientras apuesta por la productividad. Si ese es el pacto económico de la próxima etapa, no solo sostendremos la estabilidad de cinco décadas: la convertiremos en el mejor seguro de crecimiento sostenible e inclusivo que el país puede ofrecer a su gente.

(Fuentes consultadas: Hoy Digital, 17/12/2025; Diario Libre, 16/12/2025; Dominican Today, 17/12/2025; Banco Central de la República Dominicana – estadísticas de inflación y sector externo (2024–2025); Datosmacro – IPC RD (2025); IMF – Country page y Artículo IV (12/11/2025); CNZFE – Informe Estadístico 2024 (08/2025); Revista Mercado (30/08/2025); Acento (23/01/2025); El Nacional (06/06/2025; 26/09/2025); Listín Diario (12/12/2025; 29/01/2024); Diario Libre (22/01/2024); World Bank/FRED – WDI PIB per cápita 2024).
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República Dominicana ha experimentado cinco décadas de estabilidad económica y crecimiento sostenido, con una inflación controlada y un PIB per cápita creciente, apoyado por la industria, zonas francas y el sector agroexportador. El país enfrenta riesgos globales y climáticos, pero mantiene una sólida base macroeconómica respaldada por organismos internacionales.

·         Crecimiento y estabilidad macroeconómica: La economía dominicana ha mantenido una inflación dentro del rango meta (4 % ± 1 %), con una inflación de 3.3–3.6 % en 2024 y 4.8 % en noviembre de 2025. El PIB per cápita alcanzó US$ 10,876 en 2024, con proyecciones de crecimiento de 2.9 % para 2025 y 3.6 % para 2026 según la CEPAL, y cerca de 3 % según el FMI. La cuenta corriente se financia principalmente con inversión extranjera directa y el sistema bancario es sólido.

·         Desempeño de sectores clave: Las zonas francas cerraron 2024 con exportaciones por US$ 8,425.9 millones y más de 198,000 empleos, incrementando a 200,134 empleos en octubre de 2025. El sector agroexportador, aunque con menor peso relativo, destaca en productos premium como cacao, tabaco y frutas, alcanzando US$ 3,273.5 millones en 2024 y US$ 1,673.5 millones en los primeros ocho meses de 2025.

·         Riesgos y desafíos externos: El entorno global presenta incertidumbre por menor demanda externa, políticas monetarias de EE. UU., volatilidad financiera y riesgos climáticos. Se enfatiza la necesidad de fortalecer la resiliencia climática, mejorar la logística y gestionar riesgos para mantener la competitividad exportadora.

·         Recomendaciones políticas para 2026–2028: Se propone mantener la estabilidad macroeconómica con metas de inflación y consolidación fiscal gradual, impulsar la productividad industrial y la adopción de tecnologías avanzadas, modernizar el sector agro con certificaciones y riego eficiente, desarrollar capital humano en áreas tecnológicas, promover energías renovables, profundizar la financiación productiva y gestionar riesgos geopolíticos y climáticos con herramientas como seguros paramétricos y tableros de riesgo. 


Industria ha sido clave: cinco décadas de estabilidad y transformación productiva en República Dominicana (1970–2025)

Por Luis Orlando Díaz Vólquez

Resumen. Entre 1970 y 2025, la economía dominicana ha mostrado un patrón singular de crecimiento estable con precios contenidos. El desempeño de largo plazo se explica por la demanda interna, la inversión pública, el crédito privado y la apertura, bajo la arquitectura monetaria del Banco Central orientada a la estabilidad de precios. La industria y las zonas francas se consolidan como ejes del valor agregado y del impulso exportador; el agro pierde peso relativo en el PIB, pero reafirma su vocación internacional en cacao y tabaco. Para 2025–2026, la CEPAL anticipa crecimientos moderados en la región y en el país (2.9 % en 2025; 3.6 % en 2026), en un contexto de “trampa de bajo crecimiento”, mientras el FMI destaca la credibilidad del esquema de metas de inflación del BCRD y la capacidad de la economía para financiar la cuenta corriente con IED. (Martí Gutiérrez, 2025; CEPAL, 2025; IMF, 2025; BCRD, 2024–2025). 2 [dr1.com] [forbescent…merica.com], [revistamercado.do]

Palabras clave. República Dominicana; estabilidad macroeconómica; industria; zonas francas; agroexportaciones; productividad; CEPAL; FMI.


1. Introducción: estabilidad y mandato monetario

La estabilidad de precios es el mandato principal del Banco Central de la República Dominicana (BCRD) y ha respaldado la narrativa de cinco décadas de crecimiento con inflación contenida destacada por Adolfo Martí Gutiérrez, quien enfatiza el papel de la demanda interna, la inversión pública y el crédito privado, con la apertura comercial como determinante. (BCRD, s. f.; Martí Gutiérrez, 2025). 5 [dr1.com]


2. Inflación y convergencia del ingreso (actualización 2025)

Precios. A diciembre de 2025 (corte al 17/12), el último dato consolidado disponible es noviembre 2025, con 4.8 % de inflación interanual; la trayectoria 2023–2025 confirma el retorno a la banda meta (4 % ± 1 %) tras los picos de 2021–2022. (Datosmacro, 2025; BCRD, 2025). [cepal.org], [listindiario.com]

Gráfico 5. Timeline de inflación (dic de cada año, 2015–2025)
grafico_timeline_inflacion_2015_2025.png
Lectura: Picos transitorios en 2021–2022 (8.5 % y 7.8 %) y convergencia 2023–2024 (3.6–3.3 %), con repunte moderado en 2025 (4.8 % en nov.), dentro de la banda meta. (Datosmacro; BCRD). [cepal.org], [listindiario.com]

Ingreso. El PIB per cápita de 2024 se sitúa en US$ 10,876 (WDI), una convergencia notable desde US$ 2,846 en 2000; esta serie oficial corrige interpretaciones periodísticas que reportaban “millones” como unidad en lugar de “US$ por persona”. (World Bank/FRED; Trading Economics–WDI). [us-prod.as…rosoft.com], [hoy.com.do]


3. Exportaciones y empleo: zonas francas, agro y minería (corte 2024–nov. 2025)

Zonas francas. Al cierre de 2024, las zonas francas registraron US$ 8,425.9 MM en exportaciones (≈ 61 % del total), 843 empresas, 94 parques y 198,552 empleos. (CNZFE, 2025; Revista Mercado, 2025).
A noviembre de 2025, las exportaciones acumuladas del régimen suman US$ 7,936.1 MM, y el empleo directo marcó 200,134 puestos (máximo histórico) en octubre. (Listín Diario, 12/12/2025; Hoy Digital, 12/12/2025). [one.gob.do], [Centro de…Padre …] [diariolibre.com], [one.gob.do]

Gráfico 1 (actualizado). Exportaciones de Zonas Francas: 2024 vs. ene–nov 2025
grafico_zf_2024_vs_2025.png
Fuente: CNZFE (2024) y reportes de prensa con corte ene–nov 2025. [one.gob.do], [one.gob.do]

Agro exportador. En 2024, las exportaciones agropecuarias alcanzaron US$ 3,273.5 MM (25.33 % del total), lideradas por tabaco (US$ 1,340.4 MM), cacao y manufacturas (US$ 464.3 MM) y frutas (US$ 342.3 MM); 2025 (ene–ago) suma US$ 1,673.5 MM en tradicionales, con cacao como motor (+62.9 % interanual) y azúcar a la baja (−15.7 %). (Acento, 01/23/2025; El Nacional, 09/26/2025). [acento.com.do], [us-prod.as…rosoft.com]

Gráfico 2. Exportaciones agropecuarias (2024): principales rubros
grafico_exportaciones_agro_2024.png
Gráfico 3. Exportaciones agrícolas tradicionales (ene–ago 2025)
grafico_exportaciones_tradicionales_2025.png

Minería (ferroníquel). 2023 cerró con US$ 319 MM (−40.6 % interanual) por interrupciones operativas en Falcondo; el reposicionamiento del rubro depende de precios internacionales y estabilidad corporativa. (Listín Diario, 01/29/2024; Diario Libre, 01/22/2024). [statisticstimes.com], [Centro de…uis Alemán]


4. Estructura sectorial y volatilidad

La economía dominicana exhibe diversificación y menor volatilidad relativa al promedio regional; estimaciones recientes sitúan servicios en ≈ 56–62 % del PIB, industrias en ≈ 25–31 %, y agro en ≈ 5–6 %. (TheGlobalEconomy/WDI, 2023; Hoy Digital, 09/17/2024). [us-prod.as…rosoft.com], [us-prod.as…rosoft.com]

Gráfico 4. Estructura sectorial del PIB (aprox. 2023)
grafico_estructura_sectorial_pib.png
Fuente: Hoy Digital (servicios 62.2 %, industrias 25.4 %, agro 5.4 %); el residual se considera impuestos netos/otros. [us-prod.as…rosoft.com]


5. Sector externo y reservas

Aun con déficits en cuenta corriente (ej. 2023: −3.8 % del PIB), la economía los ha financiado casi íntegramente con IED, apoyada por remesas y exportaciones, lo que contribuye a reservas internacionales elevadas y estabilidad cambiaria. (El Nacional, 02/26/2024; BCRD—Sector Externo, 2025). [agrolatam.com], [revistamercado.do]


6. Perspectivas y riesgos (cierre 2025)

La CEPAL (informe 16–17 de diciembre de 2025) reduce la proyección de crecimiento para República Dominicana a 2.9 % (2025) y 3.6 % (2026), dentro de una senda regional de bajo crecimiento; el organismo advierte menor dinamismo en consumo privado y demanda externa, con riesgos por incertidumbre financiera y choques globales. (Diario Libre, 12/16/2025; Hoy Digital, 12/16/2025; Dominican Today, 12/17/2025). 221
El FMI tras la Consulta Artículo IV (11/12/2025) estima ≈ 3 % de crecimiento en 2025, con retorno gradual al potencial, inflación cerca de la meta, banca sólida y cuenta corriente financiada por IED. (IMF Country Page, 2025; Globe Banner, 09/15/2025). [hoy.com.do] [forbescent…merica.com], [eldinero.com.do]


7. Agenda 2026: productividad, innovación y resiliencia

Industria y encadenamientos. Profundizar compras locales desde zonas francas (RD$ 155.5 mil millones en 2024) y desarrollar proveedores para elevar la productividad total. (CNZFE, 2024; Hoy Digital, 12/12/2025).
Alto valor agregado. Acelerar la transición hacia dispositivos médicos, farmacéutico, eléctrico/electrónico y servicios intensivos en conocimiento, con IA y automatización en planta y back-office. (AIRD, 2025).
Agro moderno. Afianzar cacao y tabaco con trazabilidad, certificaciones, gestión hídrica y control fitosanitario; recuperar azúcar con mejoras tecnológicas y logística; consolidar frutas y banano. (Acento, 01/23/2025; El Nacional, 09/26/2025).
Prudencia macro. Mantener metas de inflación y consolidación fiscal gradual para asegurar confianza y empleo en un entorno global menos dinámico. (CEPAL, 2025; IMF, 2025). 2 [one.gob.do], [one.gob.do] [us-prod.as…rosoft.com] [acento.com.do], [us-prod.as…rosoft.com] [forbescent…merica.com]


8. Conclusión (actualizada a diciembre de 2025)

República Dominicana arriba al cierre de 2025 con fundamentos macro robustos y una estructura productiva que, al combinar servicios predominantes con un núcleo industrial dinámico, amortigua choques externos y sostiene el empleo formal. La plataforma exportadora de zonas francas se reafirma —con un año de máximos en empleo y alto dinamismo— y el agro confirma su vocación internacional en rubros premium (cacao fino, tabaco de alta calidad). (CNZFE, 2025; Acento, 2025; El Nacional, 2025).
La próxima frontera es productividad + innovación + resiliencia: encadenar industria–servicios–agro, tecnificar procesos, desplegar capacidades digitales y gestionar riesgos climáticos y logísticos. Con política monetaria creíble, fiscalidad prudente y una estrategia de desarrollo que apueste por alto valor agregado, el país puede convertir cinco décadas de estabilidad en crecimiento sostenible e inclusivo bajo la desaceleración regional prevista para 2025–2026. (CEPAL, 2025; IMF, 2025; BCRD, 2025). 2 [one.gob.do], [acento.com.do], [us-prod.as…rosoft.com] [forbescent…merica.com], [revistamercado.do]


Figuras (actualizadas)

  • ZF 2024 vs. ene–nov 2025: grafico_zf_2024_vs_2025.png
  • ZF 2024 (detalle): grafico_exportaciones_zonas_francas_2024.png
  • Agro 2024 (top rubros): grafico_exportaciones_agro_2024.png
  • Tradicionales ene–ago 2025: grafico_exportaciones_tradicionales_2025.png
  • Estructura sectorial PIB (aprox. 2023): grafico_estructura_sectorial_pib.png
  • Timeline inflación 2015–2025: grafico_timeline_inflacion_2015_2025.png

Referencias (formato APA, corte dic‑2025)


📌 Industria ha sido clave en RD: 5 décadas de crecimiento con estabilidad.

📈 2025: 2.9 % (CEPAL) / ≈ 3.0 % (FMI)
📊 Inflación nov‑2025: 4.8 % (rango meta 4 % ± 1 %)
🏭 Zonas francas 2024: US$ 8,425.9 MM; oct‑2025: 200,134 empleos
🌱 Agro 2024: US$ 3,273.5 MM; cacao al alza en 2025
🔧 PIB: Servicios ~62 %, Industria ~25 %, Agro ~5 %
🚀 2026–2028: productividad, IA, nearshoring, riego eficiente, reforma eléctrica, talento 4.0 y finanzas verdes.
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Estabilidad no basta. El salto pendiente de la economía dominicana

Por Luis Orlando Díaz Vólquez

Durante más de cinco décadas, la República Dominicana ha logrado lo que pocos países en América Latina: combinar crecimiento sostenido con inflación contenida y un entorno macroeconómico capaz de atraer inversión y sostener empleo formal. Esta trayectoria no es fruto del azar ni de un ciclo aislado; responde a una arquitectura institucional que ha puesto la estabilidad de precios en el centro del mandato del Banco Central, al empuje de la demanda interna, la inversión pública y el crédito privado, y a una apertura que insertó al país en cadenas globales de valor. Todo ello acompañado por una industria cada vez más compleja y una plataforma exportadora diversificada.

Tras los choques globales de 2021 y 2022, la inflación volvió a la banda meta del Banco Central y cerró noviembre de 2025 en torno a 4.8%, reflejando expectativas ancladas y credibilidad del régimen de metas. El Fondo Monetario Internacional, en su más reciente evaluación, destacó que la economía mantiene fundamentos sólidos, inflación cerca del objetivo y una posición externa financiada por inversión extranjera directa, con reservas robustas y un sistema financiero estable. Sin embargo, también advirtió que el crecimiento proyectado para 2025 será de apenas 2.9%, con una recuperación moderada hacia 3.6% en 2026, cifras que superan el promedio regional pero confirman la advertencia de la CEPAL sobre la “trampa de bajo crecimiento” que afecta a América Latina.

El ingreso por persona refleja avances significativos: el PIB per cápita dominicano alcanzó cerca de 10,876 dólares en 2024, frente a menos de 3,000 dólares en el año 2000. Este salto evidencia convergencia, pero también plantea un desafío: sostener el ritmo requiere más que estabilidad. La estructura productiva dominicana ofrece pistas sobre la resiliencia del país. Servicios representan más de la mitad del PIB, la industria mantiene un peso cercano a un tercio y el agro, aunque reducido a alrededor de 5% del producto, conserva vocación exportadora. En este entramado, las zonas francas han sido decisivas: en 2024 aportaron más de 8,400 millones de dólares en exportaciones, 843 empresas, 94 parques y casi 200,000 empleos directos, con liderazgo en dispositivos médicos, tabaco y productos eléctricos y electrónicos. Más allá del volumen, lo relevante es la densidad de encadenamientos: las compras locales superaron los 155 mil millones de pesos, fortaleciendo proveedores nacionales y multiplicando derrames de conocimiento.

El agro también muestra señales de sofisticación. En 2024, las exportaciones agropecuarias sumaron más de 3,200 millones de dólares, con tabaco, cacao y frutas como rubros líderes. El cacao, en particular, se convirtió en motor de crecimiento, mientras otros productos como el azúcar enfrentan rezagos que exigen tecnificación, logística y gestión hídrica en un contexto de vulnerabilidad climática. La minería, por su parte, ilustra la dependencia de ciclos internacionales: las exportaciones de ferroníquel cayeron en 2023 por interrupciones operativas, recordando la necesidad de diversificación y estabilidad corporativa.

El sector externo completa el cuadro: aunque persisten déficits de cuenta corriente, la economía los financia casi en su totalidad con inversión extranjera directa, apoyada por remesas y exportaciones, lo que ha permitido mantener estabilidad cambiaria y reservas elevadas. El reto, sin embargo, no está en la estabilidad sino en la productividad. Convertir esta base en crecimiento de alto valor agregado exige una agenda clara: consolidar la prudencia macro sin sacrificar inversión pública estratégica; profundizar la política industrial con encadenamientos locales; acelerar clusters de alto valor con adopción de inteligencia artificial y automatización; impulsar una agenda exportadora orientada al nearshoring y la logística inteligente; modernizar el agro con certificaciones, trazabilidad y riego eficiente; abordar la gobernanza eléctrica y la transición energética para reducir costos y riesgos; y fortalecer el mercado de capitales con instrumentos que canalicen ahorro hacia infraestructura y sectores productivos.

La historia reciente deja una lección inequívoca: la estabilidad es condición necesaria, pero no suficiente. La República Dominicana tiene credenciales que la región observa con respeto —inflación en meta, posición externa sólida, reservas robustas, plataforma exportadora diversa— y cuenta con aprendizaje institucional para mantener el curso. La pregunta es cómo convertir esa estabilidad en crecimiento sostenido, capaz de elevar ingresos, mejorar la calidad del empleo y reducir vulnerabilidades. La respuesta no vendrá de una sola medida ni de un único sector, sino de la articulación inteligente entre industria, servicios y agro, de la conexión virtuosa entre zonas francas y proveedores nacionales, del talento 4.0 y del cambio tecnológico en planta y procesos, de una infraestructura eléctrica y logística a la altura y de un Estado que preserve la prudencia macro mientras apuesta por la productividad. Si ese es el pacto económico de la próxima etapa, la estabilidad de cinco décadas se convertirá en el mejor seguro de crecimiento sostenible e inclusivo que el país puede ofrecer a su gente.


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