Hace apenas unos años, la República Dominicana era reconocida por sus playas, su gente cálida y su turismo vibrante. Pero en silencio, algo más se estaba gestando. En los muelles de Caucedo, en los almacenes de Haina, en las zonas francas de Santiago… comenzaba a latir un nuevo corazón económico: la logística.
Hoy, ese corazón late con fuerza. Más de 12 mil millones de dólares en exportaciones, más de 160 países conectados, y una visión clara: convertirnos en el hub logístico del Caribe y América Latina.
Y en el centro de esta transformación está la Dirección General de Aduanas. Bajo el liderazgo de Eduardo "Yayo" Sanz Lovatón, la DGA no solo ha modernizado sus procesos, sino que ha demostrado que la eficiencia y la transparencia pueden ser motores de desarrollo. La aduana ya no es solo una puerta de entrada o salida: es un aliado estratégico del crecimiento nacional.
Imagina un país donde los productos dominicanos llegan más rápido, más lejos y con mayor valor agregado. Donde cada contenedor que cruza nuestros puertos genera empleo, inversión y oportunidades. Ese país ya está en marcha. Y la logística es su autopista hacia el futuro.
Porque el futuro no se espera. El futuro se mueve. Y se mueve por República Dominicana.

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