“La seguridad ciudadana es un problema importante en República Dominicana, que se encuentra entre los 40 países más inseguros a nivel mundial de aquellos considerados por el Índice de Progreso Social”, asegura el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El PNUD señala, en el “Informe sobre calidad democrática en la República Dominicana”, que en 2018, “la confianza de la ciudadanía dominicana en el Ejecutivo se situó en un 22%, igual que el promedio regional, y la confianza en el Legislativo se ubicó en un 21%, por debajo del promedio regional. Por su parte, una mayor desconfianza hacia la Policía, que estaba en un 24% en 2018, suele implicar una preocupación por la delincuencia”.
El capítulo “Calidad de la gestión pública y calidad de vida” analiza una serie de factores que inciden en el desarrollo económico de República Dominicana. “El país experimentó un avance moderado en la profesionalidad de la Administración Pública, pero también aumentó la desconfianza en las instituciones”, deplora.
Resalta un deterioro más marcado que el promedio de la región en la confianza institucional de la ciudadanía en el Congreso Nacional, la Policía, el Poder Judicial y las Fuerzas Armadas.
“La pérdida de confianza en las instituciones de la democracia dominicana es un llamado de alerta. Sobre todo, porque los datos exponen la debilidad del Estado de Derecho, la limitada capacidad de las instituciones democráticas para servir como contrapesos, las bajas garantías de derechos fundamentales y el alto grado de discrecionalidad que mantiene el Poder Ejecutivo frente a las otras ramas del Estado”.
“Todos estos elementos construyen un contexto de vulnerabilidad de la democracia dominicana ante situaciones con potencial desestabilizador”, añade. El informe lo elaboraron Carlos Morel, Anselmo Muñiz, Lety Melgen, Any Lafontaine y José Manuel Santiago, bajo la coordinación de Pura Hernández y Diana Martínez, así como de la asesoría de Rosario Espinal y Miguel Manzi.
El PNUD señala que República Dominicana quedó entre los países de la región peor posicionados y que menos avances presentaron respecto al progreso social y la calidad de vida de la población. Aunque reconoce sus mejoras en el acceso formal a la enseñanza más básica (alfabetización), señala que el país quedó rezagado en el acceso a la educación secundaria y terciaria o superior.
“La calidad de la educación es muy limitada, y en las pruebas PISA se estimó que el 70% de las y los estudiantes no alcanzó el nivel mínimo de competencias básicas en lectoescritura, matemáticas, ni Ciencias. Asimismo, el nivel de desigualdad en el acceso a una educación de calidad es sumamente alto, lo que pone en entredicho que la educación de calidad se trate como un derecho, siendo de facto más bien un privilegio del que las mayorías sociales no disfrutan”, dice.
Critica los males en el ámbito de la salud. Plantea que República Dominicana presentó una tasa de mortalidad materna de 92 por cada 100 mil nacidos vivos, y una tasa de mortalidad infantil de 25 por cada 1,000 nacidos vivos, lo cual lo ubica entre los cinco países peor posicionados de la región.
Plantea que, aunque el país crece en materia económica, mantiene una falla en la redistribución de la riqueza. “Es más, se observó un aumento en el nivel de desigualdad. El rezago en materia social pone en cuestión la voluntad de las élites dominicanas de redistribuir el alto excedente generado durante períodos de bonanza económica, a fin de elevar el nivel de bienestar material de la ciudadanía en su conjunto”, dice.
Para el organismo internacional, los males que se identifican en República Dominicana tienen un impacto negativo en su democracia. En ese sentido, añade que dificultan la movilidad social y el acceso a capacidades que permiten a las personas disfrutar de una vida plena, desarrollarse, progresar y participar de los espacios deliberativos y de la toma de decisiones en asuntos que les atañen de manera directa o indirecta.
También, añade, afectan “la legitimidad de las normas y rompe la cohesión social, ya que el bienestar socioeconómico y el derecho al desarrollo humano quedan reservados a las clases privilegiadas”.
“Esto corroe las bases de la democracia y, potencialmente, podría facilitar su captura por parte de populismos autoritarios, que explotasen los conflictos sociales sacando partido de los miedos, tanto de las élites que no están dispuestas a ceder para compartir los beneficios del crecimiento económico, como de las mayorías ciudadanas, excluidas de los frutos del desarrollo, que desean alcanzar estándares de vida de clases sociales superiores”, advierte.
Calidad en gestión pública
El PNUD señala que diversos estudios e índices sobre calidad democrática incluyen, como una de sus dimensiones, la calidad de la gestión pública, la cual refleja la capacidad de respuesta de un Gobierno a las demandas y necesidades de la ciudadanía, de manera acorde a la llamada “voluntad popular”. En este contexto, analiza la eficacia del Gobierno, la confianza ciudadana en las instituciones y la autonomía de la gestión municipal y democracia local.
En cuanto a la eficacia del Gobierno analiza su efectividad, la calidad de la regulación y la aprobación ciudadana a sus ejecutorias, tomando en cuenta indicadores del Banco Mundial (BM) e índices y estudios como Latinobarómetro.
En cuanto a la efectividad del Gobierno, recuerda que el BM analiza este factor con un índice de entre -2.5 y 2.5 en el que, “a mayor puntuación, mayor es el grado de efectividad”.
Plantea que “en 2017, República Dominicana obtuvo una puntuación de -0.35 en el indicador de Eficacia del Buen Gobierno, posicionándose en el lugar 27 de 36 entre los países de América Latina y el Caribe”.
Con la misma puntuación mide la calidad de la regulación y recuerda que para el BM “República Dominicana se ubicó en 2017 en la posición 22 de 36 países. Con una puntuación de -0.08, el país casi igualó el promedio regional (0.02)”.
Aclara que “para este indicador, República Dominicana obtuvo una mejor puntuación que para el anterior sobre efectividad del Gobierno, reflejando el crecimiento económico y la adecuación regulatoria del país a los retos de una economía globalizada, aunque esto no necesariamente implique un impacto positivo en el bienestar de la ciudadanía”.
Respecto a la aprobación ciudadana del Gobierno plantea que en 2018 “se mantuvo bastante por encima del promedio regional”.
Sobre la confianza ciudadana en las instituciones recuerda que en 2004 un 45% de la población expresaba confianza en el órgano Legislativo, pero experimentó una caída de 25 puntos porcentuales hasta llegar a un 20% en 2018.
Con relación a la confianza en el Poder Ejecutivo el informe reseña que el período entre 2013 y 2016 se distinguió como de alta confianza y “coincidió con el primer Gobierno y la posterior reelección del actual presidente del país, Danilo Medina”.
“Sin embargo, en 2017 y 2018 hubo una caída drástica de la confianza”, dice. “Esto coincidió con grandes movilizaciones ciudadanas durante 2017, en torno al movimiento social denominado ‘Marcha Verde’, que surgió contra la impunidad de algunas figuras vinculadas al poder”, añade. El informe explica que en 2004 la confianza en el Poder Judicial se situó en un 52%. “Sin embargo, para 2018 cayó hasta el 21%, por debajo del promedio regional de 24%”. Lo mismo pasó con la Policía Nacional que “cayó de manera significativa” y de alrededor de 40% bajó a menos de 30%.
El PNUD señala que entre 2004 y 2008 la confianza en las Fuerzas Armadas en República Dominicana se mantuvo por encima del promedio regional, pero entre 2008 y 2018 quedó por debajo. “Los datos sobre confianza en las instituciones muestran que República Dominicana pasó de estar por encima del promedio regional en 2004 para casi todos los casos, a estar igual o por debajo del promedio regional en 2018”, dice.
Autonomía municipal
Al abordar la gestión municipal el PNUD recoge las mediciones de Latinobarómetro que evidencian que, en una escala de 0 a 100 (siendo 0 una confianza nula y 100 una confianza total) en el Ayuntamiento, el país se mantuvo en niveles medios o moderadamente altos entre 2004 y 2016, cuando se posicionó en el puesto 13 de entre 22 países de América. En 2004 tenía una puntuación de 35.1, en 2008 subió a 63.7 y en 2016 había bajado a 50.1, según los datos del informe.
“Según los datos más recientes del Barómetro de las Américas, en 2014 la satisfacción con los servicios locales en República Dominicana alcanzó una puntuación de 46.6, lo cual ubicó al país en el lugar 22 de entre 25 en la región”, dice. “El nivel de satisfacción se redujo de manera continua desde 2006, cuando alcanzó los 57.7 puntos en República Dominicana, hasta 2014 (46.6 puntos)”.
El PNUD también deplora la participación de los ciudadanos en las reuniones de la autoridad local. En 2006 la proporción de personas que afirmó haber participado en una reunión municipal era del 22.9%, y la cifra aumentó hasta alcanzar un 27.3% en 2010, para luego caer drásticamente hasta un 10.8% en 2014. https://www.eldinero.com.do/82970/el-pnud-alerta-sobre-debil-progreso-social-en-republica-dominicana/