Estas son las seis Leyes de la Robótica que propone la UE
La Inteligencia Artificial implantada en robots amenaza con hacerse omnipresente en la sociedad. Por eso, la Unión Europea se ha puesto manos a la obra para regular y controlar su utilización. A través del Parlamento Europeo se ha elaborado seis leyes de la robótica para regular su interacción con los ciudadanos y empresas de la UE.
El marco legal deberá ser debatido aún por la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión. Es allí donde se decidirá si regular o no a los robots para que causen los mínimos desajustes posibles en su proceso de implantación en la sociedad.
Evidentemente, hablamos de puestos de trabajo. Se calcula que millones de empleos actuales podrían desaparecer como consecuencia de la utilización de la inteligencia artificial para automatizar procesos. El más claro ejemplo no sólo está en las fábricas y la industria manufacturera, sino también en taxis y camiones, amenazados directamente por la llegada de los vehículos autónomos.
Para evitar que el impacto dé lugar a problemas mayores, la UE propone varias leyes sobre robótica que pueden resultar curiosas y que, sin duda alguna, no gustarán al sector más liberal de la economía.
Todo robot deberá tener un interruptor de emergencia
La Inteligencia Artificial tiene la capacidad para entrenar y volverse cada vez más inteligente. Lo sabemos porque Google ha comunicado que la suya lo hace en juegos online contra jugadores humanos. Ante esta situación, la pregunta lógica es si puede llegar la IA a volverse tan inteligente como para constituir un peligro.
La respuesta, según la UE, es que sí. Por eso una de sus primeras propuestas de ley consiste en un interruptor de emergencia para desactivar al robot si fuera necesario.
Ningún robot podrá hacer daño a un humano
Esta ley consiste en una mera variante de las conocidas Leyes de la Robótica de Asimov, sólo que en versión europea y real. Es una extensión del anterior apartado, por el que quedaría expresamente prohibido crear robots que tengan como intención hacer daño a los humanos.
Desde el Parlamento parecen haber pensado que, si ya existen leyes que regulan el problema, no es necesario crearlas de nuevo. Sólo hay que adaptarlas.
Prohibido crear vínculos emocionales con ellos
Los robots humanoides no tienen sentimientos, al menos de momento, pero estar en contacto continuamente con ellos puede llevarte a pensar que sí. Es el argumento de la oscarizada película Her, a la que la UE parece dar cierta credibilidad.
Más que una ley, se trata de un recordatorio. La Inteligencia Artificial no es capaz de amar y no deberías pensar lo contrario.
Seguro obligatorio para los de mayor tamaño
Tanto el fabricante como el propietario del robot serán responsables de cualquier problema que éste pueda causar. Por eso, la UE obligará a contratar un seguro de accidentes similar al de los coches.
No todos los androides o interfaces de inteligencia artificial tendrán que tener una póliza, sólo los de mayor tamaño o con mayor potencial para causar daño en caso de producirse un fallo en su programación.
Los robots tendrán derechos y obligaciones
“Personas electrónicas” es la figura legal elegida por la encargada de elaborar el informe del Parlamento Europeo para definir a los aparatos impulsados por Inteligencia Artificial. Que se les llame, aunque sea con apellido, “personas”, implica que tendrán derechos y obligaciones.
Aún está por ver cómo quedará configurada la futura carta de derechos de los robots, si es que llega a haberla. Se especula con que significará que estos son responsables ante la ley de sus actos, junto a su propietario y desarrollador.
Deberán pagar impuestos
Es uno de los puntos más controvertidos de las propuestas de leyes de la UE sobre robótica. Para reducir el impacto social del desempleo causado por los robots, el Parlamento propone que coticen a la Seguridad Social y paguen impuestos como si fueran personas físicas.
Al producir una plusvalía con su trabajo, generan un beneficio económico. Para evitar que la caja de los distintos estados deba asumir la búsqueda del beneficio empresarial con la sustitución de trabajadores por software, estas dos figuras impositivas son la recomendación oficial.
También se habla en el informe de la renta básica universal, que ayudaría a aliviar la transición desde un modelo económico basado en la mano de obra humana a la casi completa mecanización del trabajo.
[Fuente: Parlamento Europeo y CNN]