Por qué importa la cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un
Por MAX FISHER 12 de junio de 2018El primer cara a cara entre un presidente estadounidense en el poder y un líder norcoreano se dio en la isla singapurense Sentosa. Credit Doug Mills/The New York Times
Hasta el observador mejor informado quizá no sepa qué pensar sobre la cumbre entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, la madrugada de este martes.
Hubo teatralidad, como un video de cuatro minutos que Trump le mostró a Kim (en el que se promueve al norcoreano como alguien que podría “cambiar el rumbo la historia” si mejora su relación con Corea del Sur y Estados Unidos) en una tableta, lo cual volvió algo surreal el evento. Las expectativas eran muchas y variadas; Trump prometía el acuerdo del siglo y muchos analistas esperaban que la situación se desmoronara poco después en reprimendas verbales, como sucedió después de la reciente reunión del G7 en Canadá.
Además, la costumbre de Trump de hacer declaraciones engañosas y sus antecedentes de desafiar normas vuelven difícil distinguir qué resultados de la cumbre son más importantes que otros, qué realmente acerca a Trump y a Kim a sus respectivas metas y qué los aleja de estas.
Aquí presentamos diez conclusiones principales de la cumbre y por qué esta sí importa.
Qué sucedió y qué no
1. Prácticamente cualquier diálogo entre Estados Unidos y Corea del Norte, mientras siga, reduce significativamente el riesgo de que, de manera accidental o involuntaria, el desenlace sea una guerra que podría matar a millones de personas. El simple hecho de que hablen cambia las percepciones y comportamientos de ambos países tal que el conflicto es menos probable. Eso es muy importante.
2. El comunicado conjunto firmado por ambos líderes tiene varios clichés diplomáticos, pero, fuera de eso, no hay mucho más. Este tipo de misivas son comunes para países adversarios; una manera de continuar el diálogo sin ejercer mucha presión. No atiende ninguno de los temas pendientes, pero mantiene a ambos en la mesa.
3. Trump después anunció una concesión bastante significativa, aunque sería fácil enaltecer su efecto real: dijo que Estados Unidos suspenderá los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur. Trump establece una política que los analistas llaman “una congelación por otra”: Estados Unidos congela los ejercicios; Corea del Norte hace lo mismo para sus pruebas armamentistas. La intención es reducir las tensiones y crear oportunidad para que haya concesiones más significativas. Aunque no todos los expertos respaldan esta medida, es una idea poco radical.
4. Hay una particular incógnita ante el resto de las implicaciones políticas más modestas. Los funcionarios surcoreanos se mostraron sorprendidos por la promesa de Trump de suspender los simulacros de guerra conjuntos. Eso sugiere que Trump hizo la promesa y concesión sin tener el visto bueno de, o siquiera avisarle a, Seúl. El liderazgo surcoreano probablemente se aguantará la rabia y lo aceptará, pero es una fisura pública de la alianza que envía un mensaje de que Corea del Sur no siempre podrá contar con Estados Unidos. También le ofrece a Corea del Norte una mirada tentadora a la posibilidad de que Washington y Seúl terminen divididos.
La teatralidad con sustancia
5. Estados Unidos preparó la cumbre de tal manera que Kim tiene concesiones simbólicas pero significativas. A solicitud de los norcoreanos, los dos países y sus líderes fueron presentados como iguales (ambas banderas intercaladas cuando se dieron la mano, por ejemplo). Esto implicó que Kim, en vez de ser el paria global, era presentado como un par del superpoder. Hubo tanta ceremonia como si se tratara de una boda real. Dado que la legitimidad del líder norcoreano es lo que más lo hace sentir vulnerable tanto en casa como fuera, este fue un importante regalo para él.
6. A Estados Unidos le cuesta poco hacer estas concesiones. Aun así, no puede darlas más que en una ocasión, sobre todo porque Washington recibió poco a cambio. Los analistas consideran que fue una oportunidad perdida para conseguir promesas más sustanciales de Corea del Norte, como un desarme parcial o que haya inspecciones de sitios nucleares mucho más a fondo.
7. La reunión envía mensajes importantes a otros Estados enemistados. Kim parece haber forzado a Trump a sentarse en la mesa de negociación por medio de su desarrollo de armas nucleares y de misiles capaces de alcanzar territorio estadounidense. Pero los antecedentes de Kim respecto a los derechos humanos, de los peores en todo el mundo, no parecen haber tenido importancia alguna. Trump incluso sugirió que Corea del Norte podría volverse un gran destino turístico apenas un año después de que un turista estadounidense, Otto Warmbier, murió después de ser aparentemente torturado tras ser detenido por autoridades norcoreanas.
Lo que sigue
8. Si la razón de la cumbre era que el mundo estuviera mucho más cerca de resolver la crisis norcoreana, pues eso no sucedió. Corea del Norte no tomó medidas, ni siquiera retóricas, hacia un desarme de misiles y otras armas. Estados Unidos tampoco hizo cambios concretos a largo plazo; los ejercicios militares fácilmente pueden reanudarse. La reunión se quedó corta ante las grandes promesas de Trump sobre la desnuclearización (poner fin a cualquier desarrollo de armas nucleares) norcoreana. Sin embargo, tampoco se cumplieron los temores de analistas sobre si Trump anunciaría el retiro completo de tropas estadounidenses en la península o de si terminaría teniendo algún estallido contra Kim.
9. Las acciones de política exterior de Trump en otras partes quizá limiten lo que puede lograr con Corea del Norte. Al retirarse del acuerdo nuclear con Irán, pese a evidencia de que Teherán ha cumplido en varias ocasiones con las exigencias que son parte del pacto, y al incumplir o desvincularse de otros tratados importantes con aliados, Estados Unidos genera la sospecha de que no es confiable para respetar acuerdos sobre control de armas. Así que no esperen que el diálogo resulte en algún pacto sustancial y verificable.
10. Aun así, debe recalcarse ese primer punto: casi cualquier diálogo, incluso uno que enaltece a Kim y le da concesiones sin pedir mucho a cambio, reduce significativamente el riesgo de que haya guerra. Ese efecto se mantiene solo si las conversaciones se mantienen, entonces es muy probable que sea temporal. Sin embargo, como Trump dijo en la conferencia de prensa conjunta después de la cumbre: “Si tengo que decir que decir que estoy en un estrado al lado del comandante Kim y eso salva 30 millones de vidas o más, estoy dispuesto a decirlo. Estoy dispuesto a volver a viajar a Singapur, gustoso”. https://www.nytimes.com/es/2018/06/12/cumbre-trump-kim-corea/?smid=tw-espanol&smtyp=cur