Paulino Antonio Reynoso
Hipólito, Abinader y el país huracanado
Si el PRM, con Hipólito o con Luis a la cabeza, re-estructura y produce cambios profundos en el Estado dominicano, donde los pobres y la clase media sean los protagonistas y no esa clase dominante, voraz y despiadada, entonces habrá Patria
Por: Paulino Antonio Reynoso (Toño)
Hipólito Mejía o Luis Abinader, ambos pre-candidatos presidenciales por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) para mayo del 2020, uno de los dos, será el próximo presidente de la República Dominicana. Eso hay que asimilarlo así, convencerse de que así será y trabajar sin descanso para que así sea. De lo contrario, el país seguiría en manos del tigueraje, del bandidaje, de los misántropos y de los que no tienen hiel ni alma.
De ahí que esto no sea un juego de niños.
Presidir la Rama Ejecutiva del Estado dominicano después que el país ha sido devastado por esa Corporación Financiera llamada PLD, implica muchos riesgos y un desafío apremiante. Por eso, la Seccional de Islas Vírgenes Americanas le pidió a la dirección del PRM, por medio de una carta-propuesta, revisar las tácticas y clarificar la estrategia.
Como decimos nosotros en mi país, “o te tiras o te jondeas”. O sea, tienes que lanzarte, no hay otra alternativa. O restauramos el Estado dominicano o nos hundimos más en el abismo que ya se vislumbra. Y el pueblo sano y sensato sabrá darle su merecido a cada quien.
Cada vez que viene la temporada ciclónica nos recordamos que somos parte de una isla extremadamente vulnerable y expuesta inmisericordemente a los huracanes y a otros fenómenos atmosféricos. De inmediato nos recordamos que tenemos miles de familias que conviven con los insectos que pululan a orillas de los ríos y en las playas del mar. Nos recordamos que le dimos permiso a un constructor para edificar, como le diera las ganas, sin pensar en la seguridad de sus ocupantes en medio de los peligros que ya conocemos. Ahí nos viene en seguida a la memoria de que tenemos miles de familias expuestas al desfogue de las presas. El gobierno, las alcaldías y sus funcionarios se recuerdan que los edificios y viviendas construidas o autorizadas por ellos no cumplen con los estándares recomendados en un país con las características nuestras. En fin, lo único que nos queda es convocar a una rueda de prensa, suspender todas las labores comerciales, educativas y productivas y decirle a la gente “cuídense que este huracán es Categoría X”. Así hemos sido y así seguimos siendo hasta hoy. Somos de vocación cortoplacista.
Sin embargo, a lo interno del PRM se ha ido tomando conciencia de que hay que desatar nuevos paradigmas.
Releyendo el programa de gobierno que Luis Abinader prometió ejecutar a los electores dominicanos en el proceso electoral de mayo 2016, al recordar la justa distribución que Hipólito Mejía hizo en sus cuatro años de gobierno del presupuesto nacional, donde las comunidades más lejanas eran tomadas en cuenta con un puente, contenes, electrificaciones, un acueducto, etcétera, estoy absolutamente seguro que el PRM se va a diferenciar de esa conducta excluyente, prepotente, anti-democrática y de fastuosidades que ha marcado a los gobiernos presididos por Leonel Fernández y Danilo Medina.
Si el PRM, con Hipólito o con Luis a la cabeza, re-estructura y produce cambios profundos en el Estado dominicano, donde los pobres y la clase media sean los protagonistas y no esa clase dominante, voraz y despiadada, entonces habrá Patria y habremos imitado y resucitado a Duarte, a Luperón y a los grandeshéroes y heroínas dominicanos (as).
El autor es escritor y ex-candidato presidencial dominicano.
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