MI TURNO
A fin de cuentas
| Puntos de vista miércoles, 14 de diciembre de 2016 |
Hace apenas tres años en el 2013, en un encuentro con los directivos de la Liga Municipal Dominicana, la Presidenta de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana (CCRD), la Dra. Licellot Marte de Barrios, llamó la atención del país con unas contundentes declaraciones sobre los altos niveles de corrupción en nuestra administración pública cuando expresó: “Con los recursos que se distraen a través de las distintas instancias del Estado se podrían hacer dos República Dominicana”.
Al año siguiente en el 2014, volvió a alertarnos sobre esta nociva realidad, cuando en un almuerzo público criticó el manejo inadecuado de alrededor de 20,000 millones de pesos por parte de los ayuntamientos del país. Ese mismo año, se quejó de haber enviado 67 auditorías con comprobadas responsabilidades a la Procuraduría General de la República en su departamento especializado de corrupción administrativa, sin ningún tipo de resultados.
Pero en el 2015, casi finalizando la primera gestión del Presidente Medina, denunció que 1222 funcionarios públicos no habían presentado aun sus declaraciones juradas de bienes en tres años de gestión, enviando dicho listado también al Ministerio Público, el cual nuevamente no hizo nada. Este año 2016, vuelve a manifestar su inconformidad cuando denuncia la detección de corrupción en cuentas de 88 organizaciones sin fines de lucro, muchas de las cuales son promovidas e incluidas en el presupuesto nacional por congresistas mas que en rol legislativo, en funciones clientelares.
Pero recientemente, hace apenas días, la Presidenta de la Cámara de Cuentas contrasta con sus anteriores posiciones, afirmando que la CCRD combate la corrupción. Ah bueno, olvidé agregar que fue en un conclave internacional de órganos fiscalizadores de la región que se realizó en el país. Buen punto.
No dudo de la bien intencionada labor de la distinguida incumbente, ni de los demás miembros. Tampoco de sus esfuerzos, y menos aun de la capacidad técnica de muchos de sus funcionarios y empleados. De lo que sí dudo (y mucho) es de que las atribuciones, los alcances y el control que establece la Constitución y la Ley 10-04 para este órgano del Estado sirvan de mucho ni en lo institucional, ni en lo funcional y menos en términos de resultados si no contamos con un Poder Ejecutivo que a través de la Procuraduría inicie procesos de administración de justicia con los funcionarios públicos denunciados en esas auditorías. Ni con un Congreso Nacional que tome medidas con los informes de fiscalización del patrimonio estatal que le son remitidos por la Cámara de Cuentas y que ni siquiera solicite investigaciones especiales, como lo faculta la Carta Magna.
Con lo que sí podemos contar es con una institución con funcionarios altamente remunerados, una nómina supernumeraria, un gran presupuesto para sus labores y 262 ciudadanos que aspiran a integrarla. Pero nada de esto debe sorprendernos, pues vivimos en un país donde su ciudadano mejor informado, a fin de cuentas, no conoce ni siquiera de un solo caso de corrupción.
http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2016/12/14/446880/a-fin-de-cuentas
Lo escribí hace 3 años en mi columna. La reforma electoral se hace impostergable. Vamos a exigirla de forma cívica! https://t.co/hU1ys1MoAP— Andrés Lugo Risk (@AndresLugoRisk) 21 de mayo de 2016
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