No todo es Trump. Nicaragua vota mañana | INÉS AIZPÚN

AM  05 NOV 2016, 12:00 AM
No todo es Trump. Nicaragua vota mañana.
INÉS AIZPÚN
El duelo entre Donald Trump y Hillary Clinton nos tiene tan absortos en el resultado del próximo 8 de noviembre, que las elecciones en Nicaragua de mañana domingo, han pasado prácticamente desapercibidas.
Pero son unas elecciones importantes. Las denuncias por la forma en que el régimen cuasi (o sin cuasi) dictatorial de la actual pareja presidencial Daniel Ortega y Rosario Murillo, candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia, han llevado la campaña no han cesado.
Las críticas han venido de todos los frentes ideológicos y todos se detienen a describir el poder de Rosario Murillo sobre el presidente nicaragüense. La pareja sandinista es la personificación de algo muy frecuente: los antisistemas se convierten en el más intransigente sistema una vez llegan al poder. No hay quien los quite de su poltrona cuando se acomodan en las estructuras que decían querer cambiar.
Las acusaciones de todo tipo, desde el enriquecimiento más grosero hasta las manipulaciones contra la oposición han marcado unas elecciones de las que ya se sabe el ganador... y algunos hasta vaticinan el porcentaje. Abrumador, por supuesto.
El camino del populismo es peligroso. Efectivo, muy efectivo cuando la pobreza no permite pensar más que en la comida de hoy. Ahí empiezan a confundirse las buenas intenciones con las malas prácticas, la ayuda solidaria con la compra del voto, la propaganda manipuladora con el espíritu nacional.
La única vacuna conocida contra el populismo es la institucionalidad, que es lo primero que secuestra un populista cuando consigue un poco de poder.
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