Hay hombres que siempre están vigentes en la conciencia de los pueblos, son verdaderos centinelas de la buena marcha de la sociedad y de la historia; permanecen sus principios en el proceder ético de los ciudadanos como una roca inamovible sembrada en el corazón de los virtuosos. Veamos la siguiente frase y por supuesto adivine usted el insigne autor; sí posible compare con los que pululan en la otra acera en todos los tiempos, enamorados no de un ideal, sino de lo material.-
” Dadme la verdad y os doy el mundo. Vosotros sin la verdad, destrozaréis el mundo, y yo, con la verdad, sólo con la verdad, tantas veces reconstruiré el mundo, cuántas veces lo hayáis vosotros destrozado”. Estas son palabras proféticas de Hostos y que retumban hoy más que nunca en los oídos de cada uno de nosotros. Caben perfectamente en el mundillo ensordecido de gente que habla una cosa ahora y a ratos su piel sufre la metamorfosis de los reptiles para tragarse los insectos hasta el fondo de su vientre. Razón tenía el pensador que se atrevió a decir, que la primera víctima en la guerra era la verdad. ¡ qué gran verdad!. Hubo una pequeña escaramuza que coloco a personajes de tendencias diferentes en el partido de gobierno a pronunciar argumentos en favor de su causa y cuando aparecieron los acuerdos de la Cúpula , ante los ojos del espectador emergieron con toda su desfachatez y estirpe de descarados-das, mudándose a otro falaz argumento. Dieron penas porque ya habían declarados sus despropósitos con tanto énfasis que nadie pensaría que en la noche del jueves 28 de mayo se atrevieran a salir en pantalla. Ellos son una pantalla viviente. ¡Que importa!. Al fin ,el asunto es la impunidad de nuestros camaradas y continuar con la acumulación corporativa del grupo partidario.-
Nos preguntamos, como es posible que hayan seres humanos , homo politicus, tan propensos a mentir. Van veloces como caballos sin frenos, desbocados, y de forma ridícula con “pique” a declarar que no votarían ni muertos por la mal llamada reforma a la Constitución . Varias horas luego, se plumean y cambian de opinión política. Mientras absortos las nuevas generaciones los califican de “sinvergüenzas”, porque no entienden esa malvada postura y terminan despreciando a los políticos como una especie de camaleón. Es que nos metieron en una estéril polémica que tardo varios meses y de buenas a primeras, llega un supuesto acuerdo entre los bandos.Todo aquello, se deshizo a la manera de una bomba de jabón con que juegan los niños. Testimonian que sus palabras eran poses de hipocresías y de malabares, hoy todos reeleccionistas con Danilo y… como sí nada hubiera pasado.-
El acuerdo se ampara en 22 puntos, repartición del pastel entre los dos caudillos, no digo líderes porque ese es otro tema; llegaron a la reflexión de que era preferible perder algo, y no perderlo todo. Se dieron cuentas de que una espada de Damocles pende sobre su cuello cuando emerja la justicia del futuro político dominicano. La tragicomedia que nos envolvió meses se disuelve, luego de paralizar la economía nacional y las labores cotidianas del Gobierno, nos tenían “jarto” hasta la saciedad por distribuirse el botín y finalmente lo hicieron, conformandose Leonel con bajar la arrogancia y aceptar su debilidad ahora frente al “Estado me venció”. El arreglo trae consigo continuar con la impunidad en el fondo y la otra parte (Danilo) no hacer nada con los corruptos. El pleito por el poder del liderazgo hizo ascuas, se impuso el modus óperandis en la estrategia de poder; la ética a un lado y que siga el clientelismo. Lo que importa es conservar el poder, los peledianos son artistas de la palabra y más que ética, cultivan la estética puliendo de belleza y persuasión el discurso. Si os miramos detenidamente, encontramos un desdén por los asuntos de moral y una identificación con el flujo fácil de palabras, el buen vestir y las poses clasistas del que no pensó jamás con verse situado en ese glamour social que les deparó el destino; destino sagrado que les guardo alguna Casandra o Pitonisa. ¡ Por Zeus¡.
http://acento.com.do/2015/opinion/8253066-la-verdad-destrozada-con-acuerdo/
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