Comparto la opinión de la presidenta del Senado, Cristina Lizardo, cuando afirma que la rebelión de los senadores y diputados leonelistas que anunciaron que no acatarán el mandato del Comité Político de propiciar una reforma constitucional que posibilite la reelección del presidente Danilo Medina es producto del calor del momento, y que al final se impondrán la disciplina y la unidad que han caracterizado, a través de su historia, al Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Claro está, Lizardo no puede saber cuánto tiempo le durará la cuerda a los “rebeldes”, ni cuando volverán las aguas a su nivel, pero el sentido común terminará imponiéndose, y sobre todo el deseo de los peledeístas de seguir disfrutando de las dulces mieles del poder. Y es que la verdad, como decían los viejos de antes, es muy mala de ver, y en este caso los seguidores del expresidente Leonel Fernández necesitan tiempo para digerir y metabolizar la derrota y sus efectos, y más que nada el hecho de que el leonelismo dejó de ser la fuerza dominante en el partido oficial. Pero como se trata, al fin y al cabo, de políticos, más receptivos a los apremios de sus bolsillos que de sus corazones, tampoco puede descartarse la posibilidad de que esa rebelión, más que un rechazo tajante –de principios– a la reelección, es en realidad una forma de trancar el juego para elevar, significativamente, el precio de sus votos (versiones periodísticas indican que a los legisladores opositores y oficialistas en rebeldía se les está ofreciendo, además de su reelección, contratas para la construcción de obras en sus pueblos), conscientes, como lo está todo el mundo, de que las reelecciones salen caras y que sus promotores siempre están dispuestos a costearla al precio que sea.
http://hoy.com.do/el-pais-esta-decidido-a-cambiar-al-pld-en-el-gobierno-dice-hipolito/
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