En estos días estamos viendo el tamaño y el peso de las manos del Tío Sam. En todo caso, en los hechos que se mueven con esas manos hay algo en relación al sistema de corrupción montado en la República Dominicana, donde, al parecer, hay mafias entronizadas en la política y el poder.
En los próximos días, coincidiendo con el período en que el Tío Sam visita a cada ciudadano estadounidense recordando la fecha de pagar los impuestos, se anuncia que el Departamento de Justicia de Estados Unidos prepara dar a conocer la acusación formal sobre el senador Roberto (Bob, para sus íntimos) Menéndez, actual presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado.
Un ícono de los sectores conservadores en Estados Unidos, en especial entre los cubanos americanos, pero militante del Partido Demócrata, cae bajo la pesada y larga mano del Tío Sam. Ya se defendió y dice que no va a renunciar. Un mensaje a los fiscales que significa que va a negociar. ¿Qué va a negociar Bob Menéndez? Una condena baja, leve a cambio de colaborar. Cuando se produzca ese paso, seguro viene su renuncia como senador.
¿Qué va a suceder? El Tío Sam va a conocer de su boca los sobornos que aceptó, los contratos que buscó para sus amigos y, como es natural, el médico Salomón Melgen aparecerá en sitio privilegiado.
Pocos recuerdan cómo empezó todo contra Bob Menéndez. En 2012, vimos el escándalo de las prostitutas dominicanas, La Romana, etc. ¿No lo recuerdan?
Posteriores investigaciones permitieron llegar con más fuerzas a las violaciones a las leyes estadounidenses por un senador de esa nación. Algunas acusaciones involucran a Melgen dando regalos a Bob, pero el senador nunca declaró esos regalos. Está el tema del contrato con las aduanas dominicanas, pero también está el intento del senador Bob Menéndez de influir en una investigación del Medicare de Estados Unidos contra las prácticas médicas del doctor Melgen.
¿Recuerdan que hace dos años las oficinas privadas de Melgen fueron allanadas por el FBI?
Con ironía, circula en los medios estadounidenses la versión “demócrata” en el sentido de que Menéndez es el senador “más pobre”.
Lo cierto es que en la República Dominicana, en Florida y Nueva Jersey hay numerosas personas recogiendo sus fotos con el senador y poniéndolas en algo así como el “altar clandestino”.
Una vez cumpla condena, luego de delatar a todos sus cómplices, no me vengan con la versión de que ese testimonio no tiene validez viniendo de la boca de un exconvicto.
Y vale lo mismo para el caso Quirino.
Es que el Tío Sam anda suelto, está bravito, disgustado con lo que han hecho numerosas mafias: traspasar la línea roja de la democracia.
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