Psicología
Hablar de sexo con los chicos: un desafío vigente
Hoy, los expertos proponen a los padres abordar el tema de manera explícita y no esquivar las preguntas difíciles
Por Soledad Vallejos | LA NACION
Siempre fue un tema difícil de abordar. En su haber como padres no hay adulto que no tenga alguna anécdota para contar sobre la inocente pregunta de su hijo que lo puso en "aprietos". Esa primera vez en que, ante el interrogante del niño, en lugar de buscar una respuesta se pensó más en una vía de escape. Hace 40 años, el libro De dónde venimos fue como un salvavidas que ayudó a una generación de padres a hablar de sexo y responder algunas inquietudes sobre el tema. Cuestiones referidas, principalmente, a las relaciones sexuales, la concepción, el embarazo y el parto. Un texto de avanzada para la época, según coinciden los expertos. Hoy, los chicos son capaces de expresar sus dudas con mayor naturalidad que hace cuatro décadas. Y los adultos, en cierta medida, también han ido superando prejuicios, temores y vergüenzas. Sin embargo, la sensación de sentirse "en apuros" sigue latente. Porque hablar con los hijos sobre sexo en el siglo XXI supone nuevos desafíos.
Está claro que no sólo se trata de cómo vienen los bebes al mundo."Hoy entendemos la sexualidad como algo mucho más amplio, como un aspecto constitutivo de los seres humanos que se expresa en todo lo que decimos, pensamos o hacemos.Nos interesa plantear una mirada actualizada de estos temas desde los derechos sexuales y reproductivos", dice a LA NACION el antropólogo Marcelo Zelarallán, autor del libro ¡Sin vueltas! Nos animamos a hablar de sexualidad, junto con Silvia Hurrell,especialista en Ciencias de la Educación.
La mirada a la que se refieren los autores implica, entre otras cosas,"el autoconocimiento, el cuidado del cuerpo y de la salud, la expresión del afecto, la valoración de la diversidad, las muchas formas de ser varón y de ser mujer, y también el reconocimiento y las formas de actuar frente al abuso sexual, la violencia de género, la trata de personas o la discriminación por orientación sexual", agrega Hurrell.
En el nuevo texto, publicado por Sudamericana, la sexualidad se presenta como un proceso dinámico que muta según las distintas etapas de la vida. Se revisan conceptos como la masturbación y las poluciones nocturnas, por ejemplo, con un abordaje que medio siglo atrás hubiera sido impensado, y la masturbación se presenta como una práctica necesaria o saludable. Aquí no hay nada de punitivo ni sesgado. Lo sabe María Moure (37), madre de una pequeña de 5 años, pero le cuesta aceptarlo. "La primera vez que la vi masturbándoselo primero que le dije fue: «¿Qué estás haciendo?», con un tono represivo que me salió sin pensarlo,sin quererlo. Pero después busqué otro momento para poder hablar, para decirle que estaba bien, que podía jugar o tocar sus partes íntimas, pero que siempre lo hiciera en la intimidad, sin que hubiera otras personas delante."
La aceptación y explicación de Moure sobre esta cuestión en particular, pero que se extiende a otros temas vinculados con la sexualidad, están en sintonía con una mirada que circula socialmente dentro una estructura familiar más moderna.Adultos que hoy pueden hablar con sus hijos de cuestiones sobre las que ellos no podían dialogar con sus padres."Hemos vivido mucho tiempo con la sensación de que de ciertas cosas no se podía hablar. El placer por siglos fue pecado, y ciertos actos han sido condenados. Hoy, aunque sepamos que no hay nada de malo en esas prácticas, la sensación de «eso no está bien» todavía nos persigue. A las nuevas generaciones les costará menos", opina Hurrell.
LA CURIOSIDAD Y LAS TEORÍAS
La psicóloga Susana Mauer, especialista en familia y niñez, aporta su punto de vista: para que la información sea adecuada, plantea, tiene que estar en consonancia con el sentido de aquello que el niño pregunta. "Antes de responder hay que entender qué están buscando saber, porque ciertos comportamientos intrusivos del entorno suelen entorpecer la curiosidad infantil."
Llamar a las cosas por su nombre, en cualquier etapa de crecimiento, es fundamental. Al igual que promover el autoconocimiento y la exploración del cuerpo. "Pajarito, pitulín, cachu, agujerito, semillita, son el diccionario inventado en cada familia para bordear, en un decir a medias, los órganos genitales, las relaciones sexuales, la concepción. Los colores rosa y celeste con que la cultura vistió y estigmatizó las diferencias entre mujeres y varones ya no nos resultan creíbles", dice Mauer.
En ¡Sin vueltas! las ilustraciones son tan determinantes como los textos. Una nena en cuclillas con un espejo entre sus piernas propone descubrir los órganos genitales externos. "Ocultar la sexualidad es negar una parte constitutiva del ser humano -señala Hurrell-. Saber cómo son los órganos genitales externos y cómo se llaman no significa sólo saber más de anatomía, sino también reconocernos como seres sexuados."
Juan Assirio, secretario académico del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral, reconoce que los chicos comienzan cada vez más pequeños a preguntar sobre estos temas, y con una naturalidad que antes no había. Pero también opina que, "en los productos culturales actuales, de algún modo, todo se explica sexualmente". Y en la tarea de dar respuestas, el académico considera que hay algunos puntos de fricción. "Uno de los errores de los padres es ofrecer respuestas a las preguntas del cómo [¿cómo se hace?; ¿cómo se evita?; ¿cómo se pone?] sin dar explicaciones. Si no hay porqués, si no hay un sentido de la persona y el cuerpo, no se pueden responder todos esos cómo."
DIVERSIDAD SEXUAL Y ABUSO
"¿Mami, esos chicos son novios?" "Eh... Sí, Tomy." La pregunta, formulada con distintos matices, es un clásico de estos tiempos. Y qué responder además de un dubitativo sí. "En el libro, planteamos que cuando pensamos en el amor de pareja lo más común es imaginar a un hombre y a una mujer, pero que no siempre es así, que también hay parejas del mismo sexo -dicen Hurrell y Zelarallán-. Y también decimos que todas las parejas, a medida que crece el amor, pueden formar una familia. Tan simple como eso."
La foto familiar de nuestra época, interviene Mauer, muestra paisajes muy heterogéneos. "Se ha complejizado el rompecabezas con nuevas variantes de filiación, nuevas legalidades que son incorporadas entre los niños con más naturalidad que entre los adultos."
Con respecto al abuso sexual, no hay matices. Es una vulneración de los derechos, es un delito. En el texto De dónde venimos, aunque avanzado para su época, no se les contaba a los niños que existen personas que tratan de aprovecharse de chicas o chicos haciéndoles mirar o tocar sus partes íntimas, u obligándoles a hacer cosas que ellos no quieren. "Desde la infancia es importante saber que en esos casos hay que decir «no» y que es preciso pedir ayuda a una persona adulta y de confianza", concluye Hurrell.
¿Cuál es la edad para comenzar a hablar de sexo? Tanto los autores de ¡Sin vueltas! como los demás especialistas consultados coinciden en que siempre es un buen momento para hablar. Para Mauer, la apertura al diálogo y la comunicación fluida es clave. "La sexualidad nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos. Se expresa cuando nos vestimos de una u otra manera, cuando nos miramos en el espejo, cuando nos enamoramos o peleamos por nuestros derechos", reflexiona Hurrell. "Algunos niños necesitarán un tipo de información, querrán saber sobre el origen de la vida; a otros les interesará hablar sobre el enamoramiento. Cada cual con su dosis necesaria", concluye Assirio
ALGUNAS CLAVES PARA MANEJARSE
Más seguridad
Hay padres que piensan que si les explican a sus hijos todo lo referente a la sexualidad van a despertar una curiosidad desmedida, incitándoles a la práctica. Al revés, así se fomenta la responsabilidad y la toma de decisiones, les da seguridad y les quita angustias
No son pequeños
Según la edad, necesitarán distinto tipo de información. Pero es un gran error pensar que por ser pequeños todavía no se les puede hablar de ciertos temas
Miedo y dudas
No tenemos que ser doctores en sexología. Animarnos a hablar de sexualidad tiene que ver con animarse a hablar también de las emociones y los sentimientos. Ser padres es suficiente título para eso
http://www.lanacion.com.ar/1755596-hablar-de-sexo-con-los-chicos-un-desafio-vigente
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