miércoles, 2 de julio de 2025

Una reforma política que no puede esperar | ¿Y si reinventamos la política dominicana? Una propuesta para el siglo XXI

 🗞️ Comentario Editorial: Una reforma política que no puede esperar

La democracia dominicana atraviesa un momento crítico. La desconfianza ciudadana hacia los partidos políticos, el clientelismo persistente, la opacidad institucional y la apatía generalizada no son simples fallas del sistema: son síntomas de una crisis de legitimidad que amenaza con erosionar los cimientos de nuestra vida democrática.

Frente a este panorama, una propuesta de reforma política que combine las ideas de Yuval Noah Harari, Henry Kissinger y Noam Chomsky no solo resulta innovadora, sino profundamente necesaria. Cada uno de estos pensadores ofrece una lente distinta —tecnológica, institucional y estructural— para entender y transformar la política dominicana.

Harari nos invita a mirar hacia el futuro: en un mundo digital, los partidos deben dejar de ser maquinarias cerradas y convertirse en plataformas abiertas de participación ciudadana. La tecnología puede ser una aliada de la democracia, pero solo si se usa con transparencia y visión.

Kissinger, desde su realismo político, nos recuerda que sin instituciones fuertes no hay estabilidad posible. La profesionalización de la política y el fortalecimiento de los organismos electorales son pasos urgentes para evitar que el poder se concentre en figuras sin contrapesos.

Y Chomsky, con su crítica aguda, nos obliga a mirar hacia abajo: hacia las mayorías excluidas, hacia los intereses económicos que manipulan el discurso público, hacia una ciudadanía que necesita más educación crítica y más poder real en las decisiones que afectan su vida.

La propuesta de reforma que se plantea no es un simple ajuste técnico. Es una transformación integral que busca modernizar, estabilizar y democratizar el sistema político dominicano. No se trata de una utopía, sino de una hoja de ruta concreta para construir una democracia más justa, más participativa y más preparada para los desafíos del siglo XXI.

El momento de actuar es ahora. Postergar esta conversación es seguir alimentando el desencanto. Y en democracia, el desencanto es el primer paso hacia el autoritarismo.


Ing. Luis Orlando Díaz Vólquez

@GUASABARAeditor

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¿Y si reinventamos la política dominicana? Una propuesta para el siglo XXI

La política dominicana está en crisis. No es un secreto. La desconfianza hacia los partidos, el clientelismo que parece no tener fin, la falta de transparencia y una ciudadanía cada vez más apática son señales claras de que algo no está funcionando. Pero, ¿y si en lugar de resignarnos, pensamos en cómo podríamos transformarla?

Una propuesta reciente de reforma política plantea una visión audaz y necesaria, inspirada en tres pensadores contemporáneos que, aunque muy distintos entre sí, ofrecen claves valiosas para entender y enfrentar los desafíos actuales: Yuval Noah HarariHenry Kissinger y Noam Chomsky.

Harari: Tecnología y participación para una nueva era

Harari nos recuerda que vivimos en una era digital que ha cambiado todo: cómo nos comunicamos, cómo trabajamos y, por supuesto, cómo nos relacionamos con la política. ¿Por qué los partidos siguen funcionando como si estuviéramos en los años 80?

La propuesta sugiere crear una plataforma nacional de democracia digital, donde la ciudadanía pueda participar activamente en decisiones internas, consultas y votaciones. Además, plantea regular el uso de inteligencia artificial en campañas políticas y fomentar una educación cívica digital. Porque no se trata solo de usar tecnología, sino de usarla bien.

Kissinger: Instituciones fuertes para evitar el caos

Desde una mirada más institucional, Kissinger advierte sobre los peligros de liderazgos carismáticos sin contrapesos. En otras palabras: no podemos depender de “mesías políticos”. Necesitamos reglas claras, instituciones sólidas y una política profesional.

Esto implica reformar el financiamiento político, profesionalizar la carrera política y fortalecer organismos clave como la Junta Central Electoral. La estabilidad no se logra con discursos, sino con estructuras que funcionen.

Chomsky: Democracia real, no solo en el papel

Chomsky, siempre crítico, pone el foco en el poder económico que muchas veces secuestra la política. ¿Quién decide realmente en el país? ¿Los ciudadanos o los grandes intereses?

La propuesta plantea medidas concretas: presupuestos participativos en los municipios, regulación de los medios para garantizar pluralidad informativa y una reforma educativa que forme ciudadanos críticos, no solo votantes pasivos.

¿Es posible una reforma así?

Sí, pero requiere voluntad política y presión ciudadana. Esta propuesta no es una varita mágica, pero sí una hoja de ruta clara para construir una democracia más moderna, justa y participativa.

La pregunta no es si podemos hacerlo. La pregunta es: ¿estamos dispuestos a exigirlo?

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