
En una columna de opinión publicada en el Financial Times, el historiador y autor Yuval Noah Harari analiza la visión del mundo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, describiéndola como un juego de suma cero donde cada transacción tiene ganadores y perdedores. Harari señala que “en el mundo de Trump, los acuerdos internacionales, las organizaciones y las leyes no pueden ser más que un complot para debilitar a algunos países y fortalecer a otros”. Esta perspectiva contrasta con el orden liberal global, que ve el mundo como una red de cooperación potencialmente beneficiosa para todos.
Yuval Noah Harari, conocido por su obra “Sapiens: De animales a dioses”, argumenta que la visión de Trump es un retorno a un pasado de fortificaciones nacionales, donde cada país se aísla detrás de muros financieros, militares y culturales. Según Harari, “el mundo ideal de Trump es un mosaico de fortalezas”, lo que implica renunciar a la cooperación mutuamente beneficiosa. Esta postura, dice Harari, podría llevar a un ciclo interminable de construcción de imperios y guerras comerciales.
“En la visión trumpiana, por el contrario, el mundo se ve como un juego de suma cero en el que cada transacción implica ganadores y perdedores”, resalta Harari.
El autor destaca que la visión de Trump no es nueva, sino que ha sido predominante durante miles de años antes del surgimiento del orden liberal. Harari explica que “la fórmula trumpiana ha sido probada tantas veces antes que sabemos a dónde suele llevar: a un ciclo interminable de construcción de imperios y carreras armamentistas”. En el contexto actual, esto se complica con desafíos globales como el cambio climático y la inteligencia artificial, problemas que, según Harari, Trump tiende a negar.
Harari también critica la lógica de Trump de que los países más débiles deben ceder ante los más fuertes para evitar conflictos. “La solución de Trump es simple: la forma de prevenir conflictos es que los débiles hagan lo que los fuertes demandan”, escribe Harari. Esta lógica, según el autor, ignora consideraciones de justicia, moralidad y derecho internacional, y se centra únicamente en el poder.

El autor del Financial Times menciona ejemplos concretos de esta visión, como el apoyo de Trump a las reclamaciones de Rusia sobre el territorio ucraniano y su propuesta de anexar Groenlandia. Harari señala que, según la lógica de Trump, si Dinamarca se niega a ceder Groenlandia a Estados Unidos y este último la conquista por la fuerza, “Dinamarca sería la única responsable de cualquier violencia y derramamiento de sangre”.
Además, Harari advierte sobre las consecuencias de un mundo de fortalezas rivales, donde “los recursos se desviarían del desarrollo económico y los programas de bienestar hacia la defensa”. Esto podría llevar a carreras armamentistas que disminuirían la prosperidad sin aumentar la seguridad. Harari cuestiona cómo las fortalezas rivales podrían resolver pacíficamente sus disputas económicas y territoriales sin valores universales o leyes internacionales vinculantes.
En su análisis, Harari también menciona la relación de Trump con sus aliados, como Dinamarca, que ha sido un aliado confiable de Estados Unidos. A pesar de esto, Trump “espera que Dinamarca capitule ante sus ambiciones imperiales”, lo que, según Harari, demuestra que Trump prefiere vasallos a aliados.
Finalmente, Harari reflexiona sobre la estabilidad del orden mundial liberal tras la elección de Trump en 2016. “Después de una década de confusión e incertidumbre, ahora tenemos una imagen clara del desorden mundial post-liberal”, escribe. Según Harari, si la visión de Trump continúa implementándose, los resultados a corto plazo serán guerras comerciales, carreras armamentistas y expansión imperial, mientras que los resultados finales podrían ser guerra global, colapso ecológico y una inteligencia artificial fuera de control.

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