En Directo 30 OCT 2017, 12:00 AM
2020: El año del cambio democrático
La convergencia de los partidos y de la marcha verde en un programa de mínimos indispensables le daría una precisa direccionalidad política a la lucha y movilización ciudadanas y garantizaría que una vez el PLD esté fuera del poder se inicie el proceso hacia el cambio democrático, debiendo ser todos, desde ahora, garantes del cumplimiento de los compromisos asumidos.
GUILLERMO MORENO
La sociedad dominicana, o mejor aun, una parte mayoritaria de ella, se siente atrapada. Vive con la sensación de encontrarse en un callejón sin salida. Es evidente la necesidad de desatar un proceso sostenido de reformas que garanticen el tránsito hacia la institucionalidad y legalidad democráticas, la seguridad pública y la transparencia. Este conjunto —que vamos a denominar las reformas para un cambio democrático— es a su vez imprescindible para avanzar en la construcción del país en el que todo buen dominicano sueña vivir: Un país Justo, productivo, democrático y soberano.
Ahora bien, ninguno de los graves problemas presentes hoy en la sociedad y el Estado dominicanos tienen salida ni solución mientras gobierne el PLD. En este momento, el mantenimiento del PLD en el poder es el principal obstáculo para hacer las reformas que está demandando la sociedad. Esto significa que el cambio democrático empieza sacando al PLD del poder.
Por tanto, la posibilidad de avanzar hacia un cambio democrático en el país depende en mucho de lo que haga el conjunto de sectores políticos, sociales y ciudadanos que hacen oposición al PLD. El 2020 podría ser el año para hacer el cambio político, sacando por vía electoral al PLD del poder.
En este momento, la oposición en el país la ejerce un conjunto de partidos políticos, con serias diferencias entre si, y el movimiento ciudadano la Marcha Verde. Pero resulta que ambos espacios de oposición se miran con suspicacia, para beneficio del mantenimiento del PLD en el poder.
En la oposición hay partidos y figuras que han sido gobierno y no fueron precisamente ejemplos de transparencia ni de fortalecimiento de la institucionalidad democrática. Es pues hasta natural que desde la Marcha Verde se vea con recelos a estos partidos. Igual, tampoco ayuda una visión presente en el movimiento ciudadano de aparente negación de la política y del papel de los partidos, como si el cambio democrático pudiera llevarse a cabo al margen del poder político.
Ahora bien, en la actual coyuntura, la posibilidad real de sacar al PLD del poder depende de que se logre la convergencia entre el movimiento ciudadano de la marcha verde y de los partidos de oposición, o por lo menos, entre las organizaciones que participan en uno y otro espacio que tengan esta disposición y visión.
La principal condición para que esa convergencia sea fructífera está en que cada espacio mantenga su naturaleza y desde ella cada quien juegue a fondo el papel que le corresponde. Es decir, no se trata de “partidarizar” la marcha verde ni de disolver los partidos políticos. El punto de encuentro posible entre la marcha verde y los partidos de oposición tiene que producirse en torno a un programa mínimo de reformas y transformaciones imprescindibles para producir el cambio democrático.
La convergencia de los partidos y de la marcha verde en un programa de mínimos indispensables le daría una precisa direccionalidad política a la lucha y movilización ciudadanas y garantizaría que una vez el PLD esté fuera del poder se inicie el proceso hacia el cambio democrático, debiendo ser todos, desde ahora, garantes del cumplimiento de los compromisos asumidos.
En el país hay un acumulado de amplios consensos en torno a un conjunto de reformas y políticas públicas. Citemos a modo de titulares lo que pudiera ser un primer nivel para la convergencia entre los partidos políticos y el movimiento verde. Se trata de una plataforma en base a los siguientes compromisos: 1) Por un poder judicial y un ministerio público independientes del Poder Ejecutivo, de los partidos políticos y los intereses corporativos. 2) Por la transparencia. Esto incluye, una Cámara de Cuentas independiente; la supresión del “barrilito”, el “cofrecito” y las exoneraciones de los legisladores; la eliminación de la “nominilla” y los organismos públicos duplicados o sin real función, al tiempo de promover la equidad salarial y la carrera administrativa. 3) Contra la impunidad. A esos fines darle curso a los casos de corrupción no prescritos; auditar las obras públicas y la deuda pública y establecer responsabilidades. 4) Por la seguridad pública y para ello transformar la Policía Nacional y la adopción de una política integral de combate de la delincuencia y la violencia. 5) Por la reforma electoral, garantizando órganos electorales independientes, la adopción de una ley de partidos y la reforma de la actual ley electoral a fin de hacer prevalecer la democracia, la transparencia, la equidad, la legalidad, y un real régimen de consecuencias en los procesos electorales. 6) Por la protección del medio Ambiente, el agua, la producción y la generación de empleo decente en el país. 7) Por un régimen de seguridad social y servicios de salud y de educación, universales, gratuitos y de calidad; 8) Por la regulación del actual desorden migratorio en el país. 9) Para detener el irresponsable endeudamiento publico, renegociar y reestructurar la deuda existente. 10) Por la creación del poder municipal, garantizando la equidad presupuestaria y calidad del gasto.
El callejón tiene salida.
https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/2020-el-ano-del-cambio-democratico-JC8477759
No hay comentarios.:
Publicar un comentario