Diego Girón
Hoy, debido a mi trabajo, he visitado alrededor de 25 colmados. En la mayoría se hablaba de Brayan o de Percival padre o hijo, revisé unos cuantos periódicos y también le daban prioridad a ese hecho noticioso. En mis redes veo mucha gente hablando de Odebrecht, aquí mis amigos clase media y pequeburgues. El manejo que tiene el gobierno sobre de que se habla en los callejones, en los colmados es realmente avasallante. Un dominio de la narrativa de cabo a rabo. No hay respiro, no hay brecha. La única forma de rasguñar la estructura es poniendo el cuerpo. Nos vemos el 22.
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