Industriales creen necesario aumentar la presión tributaria y un manejo racional del gasto
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La República Dominicana está compelida a reinventar su modelo de desarrollo productivo o podría quedar, a pesar del alto crecimiento relativo experimentado en los últimos años- en la fila de los países más rezagados y pobres de América Latina en las próximas décadas.
La advertencia fue hecha por el presidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH), en una tertulia de la entidad donde participaron el ministro de Industria y Comercio, Temístocles Montás, y la representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Flora Montealegre.
El empresario Antonio Taveras señaló que ese cambio se requiere una coordinación entre Gobierno, empresarios y ciudadanos en general, dentro de una nueva visión que ponga la mira central en el desarrollo en las exportaciones, y en relanzar los sectores generadores de divisas, como turismo, zonas francas y remesas.
Advirtió que un elemento fundamental para crear esa ruptura es la ejecución de una “revolución fiscal” que permita financiar el desarrollo con el aporte de los ciudadanos y ciudadanas mediante un aumento de la presión tributaria, al tiempo que se ejecuta una reforma institucional profunda que lleve a un manejo eficiente y racional del gasto.
“Los ciudadanos y ciudadanas dominicanas deben entender que tienen que ser parte activa de estos cambios que proponemos, porque finalmente son ellos los beneficiarios directos. Debemos aumentar el capital social y construir permanentemente ciudadanías que puedan exigir derechos y cumplir deberes”
En la tertulia, bajo el título “Hacia un nuevo modelo de desarrollo productivo en República Dominicana”, el presidente de la AEIH planteó la nueva visión del desarrollo productivo y social, “debe descansar en una fuerte sinergia común entre el Estado, el sector privado y la sociedad organizada, donde cada actor cumpla con su rol”.
Dijo que el Estado requiere una gran reingeniería a nivel del gobierno y sus agencias, para que las políticas públicas puedan ser llevadas a cabo con efectividad, transparencia y rendición de cuentas permanentes, indicando que las políticas populistas y clientelares desfavorecen el crecimiento sostenido, con equidad en la distribución del ingreso.
Al referirse al rol de los empresarios, los conminó a reinventar las empresas cuando éstas han dejado de ser competitivas o han cumplido un ciclo vital. Añadió que hay que dejar atrás la visión empresarial que solo se dedica a maximizar sus riquezas, amparándose en los gobiernos y funcionarios que solo buscan rentas, olvidando la responsabilidad social.
“Los ciudadanos y ciudadanas dominicanas deben entender que tienen que ser parte activa de estos cambios que proponemos, porque finalmente son ellos los beneficiarios directos. Debemos aumentar el capital social y construir permanentemente ciudadanías que puedan exigir derechos y cumplir deberes”, subrayó.
El dirigente empresarial aseguró que, de esa manera, se rompería la relación asimétrica entre crecimiento y desarrollo, que convierte a la República Dominicana en una de las sociedades más desiguales de América Latina y de menor movilidad social
“El modelo de desarrollo productivo luce hoy agotado e incapaz para enfrentar los grandes retos y desafíos que nos presenta un mundo y una economía global”, apuntó
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