La cátedra de Historia | BERNARDO VEGA

BERNARDO VEGA

Corría el año 3082, cuando las guerras interplanetarias fueron suspendidas, gracias al acuerdo de paz “Galaxias III”.

Los estudiantes de la cátedra de historia del planeta tierra, en la elitista universidad de Orbis, en la propia tierra, pero provenientes de varios planetas, tomaban asiento y se preparaban a escuchar a través del tele-instructivo la cátedra del eminente profesor en ese momento ubicado bien lejos.

“Hoy utilizaremos un caso histórico concreto”, inició diciendo. “Remontémonos a principios del siglo XXI”, continuó, “en un ejercicio casi de arqueología económica. Situémonos en el archipiélago del Mar Caribe en su época post plantaciones del siglo XIX, docenas de pequeñas islas, donde se hablaba y practicaban varias lenguas y religiones, todas ex colonias de múltiples metrópolis europeas, con razón llamadas las Indias Occidentales, pues eran parecidas a las Indias Orientales pobladas por musulmanes e hindúes y también ex colonias europeas. Ambas eran consideradas los Balcanes del tercer mundo.

“En la primera década del siglo XXI la migración era lo característico del Caribe, como también del Mediterráneo, el cual era atravesado por miles de africanos y también hacia Europa donde migraban musulmanes huyendo de los conflictos entre chiitas y sunitas. Aunque se había tumbado un muro en Berlín, otros se habían construido en varias partes de Europa del Este y también entre México y Estados Unidos. Un muy efímero señor Trump había insistido en hacer más impenetrable este segundo y que lo pagasen los mexicanos. En la República Dominicana la versión local de Trump sugería otro muro, en este caso con Haití, pero que fuese pagado tan sólo por los dominicanos. La gran crisis económica de Puerto Rico había reversado el flujo de las yolas por el Canal de la Mona, hacia la Española, emulando lo que habían hecho los taínos quinientos años antes.

“Mientras los nativos abandonaban las islas en busca de trabajo, otros, en busca de no trabajar, llegaban del resto del mundo. A estos les llamaban turistas (segunda sílaba con acento oculto) y ya en el siglo XXI casi todos eran chinos, pues los norteamericanos, que antes predominaban, debido a esas oleadas habían optado por descansar en sus parques nacionales, para frustración de sus indios nativos a quienes pertenecían y a quienes habían conquistado en el siglo XIX. Venezuela y Cuba habían implosionado. Con la inauguración del canal chino a través de Nicaragua y copiando al almirante norteamericano Matthew Perry del siglo XIX, quien había exigido abrir al comercio americano los mercados chinos y japoneses, una flota china sitió a Nueva Orleans con el mismo propósito, pues los republicanos habían logrado bloquear con botes, las importaciones de ese país dado las continuas devaluaciones chinas”.

El profesor, después de esta introducción preguntó: “Díganme el nombre del país que por 71 años corridos fue gobernado por un solo partido, un sistema que un premio Nobel llamó ‘la dictadura perfecta’, pues lo era, pues se permitían ciertas libertades y otro Nobel denominó ‘el oro filantrópico’. Les daré una oreja, tuvo una revolución con repercusión internacional y estatizó el sector energético”.

De inmediato un estudiante contestó: “La República Dominicana”. Pero el profesor le dijo: “Se ha equivocado, se trata de México”. El joven no se dio por vencido y replicó: “Es que en ese país, cuya revolución provocó una intervención americana, un partido único a principios del siglo XXI gobernó corrido durante muchos años, pues había logrado aumentar la nómina pública de tal manera que el grueso de los votantes dependía de ella y los que no, se beneficiaban del ‘oro filantrópico’ que en esa media isla se le llamaba ‘Solidaridad’. Nacionalizó la distribución de energía, montó grandes plantas estatales de carbón y absorbió a los dos principales y tradicionales partidos de oposición que eran los únicos que recibían subsidios de su Junta Electoral, de tal modo que, cuando las elecciones del 2016”…

Una lluvia de meteoros interrumpió la transmisión borrando la imagen del eminente profesor.
Nota: emulando lo que ahora está apareciendo como novelas amalgamadas en la última página de “El País” este texto es una combinación de dos artículos del autor, uno de hace 34 años y otro más reciente de sólo 3. ¡Que la fuerza esté con ustedes!

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