Sídney
Cuando Gina Rinehart, la persona más rica de Australia, necesitó efectivo para desarrollar una enorme mina de hierro llamada Roy Hill en el noroeste del país, cinco agencias de crédito de exportaciones y 19 bancos se asociaron para aportar los US$7.200 millones que hacían falta, sellando el mayor acuerdo de financiación de un proyecto en la historia de la industria.
El acuerdo para el préstamo, en una enorme planicie de color rojizo, ahora parece el punto más alto de una acumulación de deuda de muchos años en el sector minero global.
Cuando los pronósticos que vaticinaban un crecimiento sin fin del apetito de China por materias primas se convirtieron en un artículo de fe en la industria, las empresas mineras se endeudaron ampliamente para construir redes de minas, líneas ferroviarias y terminales portuarias. Abundaban los mega acuerdos conforme se registraba un frenesí por las fusiones y adquisiciones. Los bajos costos de financiación, gracias a las bajas tasas de interés globales, alimentaron el gasto.
Ahora, cuando disminuye el hambre de China por los recursos y las ganancias de las empresas mineras acusan el impacto en medio de los menores precios de los commodities, esas deudas se han convertido en un albatros alrededor del cuello de la industria. En medio de la caída de los precios de las acciones chinas la semana pasada, metales como el cobre y el aluminio alcanzaron sus niveles mínimos de casi seis años. El mineral de hierro llegó a tocar su nivel más bajo en una década.
“Hubo un colosal error de previsión de la demanda futura”, dijo Dali Yang, profesor de ciencia política de la Universidad de Chicago. “Ese prolongado auge hizo que fuera especialmente difícil para la gente prever otra cosa. Muchos creyeron la gran historia de la urbanización en lugar de contemplar cómo las cosas podrían salir mal”.
Las mayores mineras del mundo por valor de mercado habían acumulado casi US$200.000 millones en deuda neta para 2014, seis veces más que hace una década, según la consultora EY, mientras sus ganancias sólo subieron alrededor de dos veces y media. Las grandes mineras han realizado rebajas contables de alrededor de 90% de todas las compras que hicieron desde 2007, según
Citigroup Inc.
C +0.27%
Incluso si las mayores empresas mineras dedicaran todas sus ganancias menos gasto de inversión a pagar deuda, llevaría hasta una década saldar las cuentas, según un análisis de datos de EY realizado por The Wall Street Journal.
Las mineras recortaron los gastos en grandes proyectos recientemente, pero muchas aún enfrentan la decisión de reducir los dividendos de los accionistas o pedir más préstamos para seguir financiando pagos altos, arriesgándose a rebajas de sus calificaciones de crédito que aumentarían los costos de interés, aun cuando todavía necesitan gastar para apuntalar minas entradas en años. “Hay que renunciar a algo”, dice Mike Elliott, líder de minería global de EY.
Una mentalidad anticuada de fiebre del oro estaba detrás del frenesí de tomar préstamos del sector minero. La lógica era simple: cuando la economía china creciera y más chinos se mudaran de pueblos a ciudades, el país necesitaría cantidades cada vez mayores de metales —en particular hierro, ingrediente del acero— para construir viviendas, edificios de oficinas y otra infraestructura.
En 2010, ejecutivos de
Rio Tinto RIO -1.13% PLC proclamaron que la demanda global de importantes commodities industriales continuaría con su tendencia de duplicarse cada aproximadamente 20 años. Un vocero de Rio Tinto ahora prefiere no hacer comentarios sobre aquel pronóstico.
La empresa y su rival
BHP Billiton Ltd.
BHP.AU -0.68% se han mantenido firmes en mayor medida con las proyecciones de que la producción siderúrgica de China aumentaría a alrededor de 1.000 millones de toneladas entre mediados y fines de la década de 2020. China representa alrededor de la mitad de la producción siderúrgica global.
Otros se sumaron al optimismo. En 2012, Andrew Forrest, fundador de
Fortescue Metals Group Ltd.
FMG.AU -2.75% , el cuarto mayor exportador mundial de mineral de hierro, predijo que el commodity cotizaría a más de US$100 por tonelada durante una década.
Es difícil decir definitivamente que las empresas mineras estaban equivocadas, dada la naturaleza de largo plazo de sus pronósticos. Pero ahora pocos prevén otra cosa que no sea un prolongado período de dificultades para la industria.
El consumo de acero en China ha disminuido a la par de la volatilidad del desempeño del mercado de propiedades del país. Las autoridades han intentado cambiar el rumbo de la economía china para que dependa menos de las grandes inversiones y más del gasto de consumo. Industrias conocidas por causar mucha polución han perdido respaldo.
Ahora muchos creen que el mundo ya ha llegado al límite de expansión del acero. La producción siderúrgica de China aumentó sólo 0,9% el año pasado y bajó 1,6% en lo que va de 2015. La Asociación de Hierro y Acero de China pronostica que la producción de acero crudo podría caer hasta 2% este año desde 283 millones de toneladas en 2014.
Todo el sector minero, sin embargo, parece orientado hacia un crecimiento que ha desaparecido, según el banco de inversión suizo
Credit Suisse.
CSGN.VX -1.61% El mercado del mineral de hierro pasará de una situación de casi equilibrio el año pasado a tener 250 millones de toneladas de exceso de oferta en 2018, pronostica.
Algunos tratan de conservar la fe. “A corto plazo, el crecimiento de la demanda no luce tan sólido como antes”, dijo el responsable de mineral de hierro de Rio Tinto, Andrew Harding. No obstante, “no hace falta registrar crecimiento todos los años para que el pronóstico a largo plazo se cumpla”, sostuvo.
Sin embargo, otros en el sector están investigando qué salió mal y quién tiene la culpa. Algunos apuntan a los analistas.
Nev Power, presidente ejecutivo de Fortescue, dijo que la caída de los precios de mineral de hierro ha “despedazado el corazón” de esa industria. Pero agregó que el sector no es el único que juzgó mal el mercado. “Si pienso que miles de personas en todo el mundo analizan los precios del petróleo, sin embargo se equivocaron en alrededor de 50%. El precio del hierro no es distinto en cuanto a la dificultad de pronosticar”, aseveró.
Elliott, de EY, afirmó que mientras las mineras podrían tener el suficiente flujo de caja para pagar los intereses que les deben a sus acreedores, sus accionistas enfrentan un problema. “¿Quién se arriesgó más? Los accionistas”, dijo.